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XXXI: NAVIDAD CON LOS WEASLEY

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𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟯𝟭:
𝗡𝗔𝗩𝗜𝗗𝗔𝗗  𝗖𝗢𝗡 𝗟𝗢𝗦 𝗪𝗘𝗔𝗦𝗟𝗘𝗬

El día de hoy, era por fin navidad. De verdad, como dije, quería pasar navidad con mi mamá... fue algo horrible de mi parte no ir a casa en estas fechas pero realmente me gustó la idea de pasarla lejos. Hermione lo ha hecho varias veces, el venir con los Weasley. Para mi, pues era mi primera vez. Y yo realmente quería estar aquí. Todos son tan amables... y lindos. Aunque jamás creí pasar la navidad en casa de Sirius. Pero es bueno, pues Harry está más feliz que nunca.

En la mañana, todos bajamos a desayunar y después salimos a jugar en la nieve. En estos momentos de hecho, nos encontrábamos afuera. Hermione había llegado, así que aprovechamos para salir y disfrutar del día. Ron estuvo todo el día de hoy y también ayer en la noche, que si me gustaba Harry. Por alguna razón el creía que así era. Si, me llevo muy bien con Harry y lo quiero demasiado, pero creo que jamás he dado señales de que aquello sea cierto... ¿cómo, para este momento, no piensa que quiero a Fred?

Con quien por cierto... sigo sin creerme lo sucedido. Aún y cuando yo quisiera creer que el algún me quería, no lo tenía asegurado. No había forma de que yo lo supiera o lo pensara, y mucho menos ahora que el sale con alguien. No puedo creerlo, me besé con una persona con novia.. bueno, no son novios. Del todo. Solo salen... y se besan. Pero que terrible situación.

Y en la noche, no pude evitar sentirme mal con lo sucedido. Ni siquiera por Suzanne. Fue por Cedric. Fui a acostarme en la noche, con una gran sonrisa, con mariposas en el estómago y nada más que muchos suspiros de enamorada. Pero tan solo fue cuestión de segundos, para que la culpa llegara. No hace mucho tiempo... Cedric murió. Literalmente fue por estas fechas. Y por igual iba a pasar navidad con el. Fue inevitable bañarme en lágrimas y extrañarlo como nunca. Quisiera de verdad volver a oír su voz, siento que cada vez, olvido más como es que sonaba. Y eso duele.

Ya hoy siendo navidad, me sentí mucho mejor. Por el día que era y por cómo me la estaba pasando con todos. Decidí distraerme, y no pensar en nada de eso.

-     que bueno que pudiste venir. - le dije a Hermione, mientras ella, Ginny y yo caminábamos por nuestra propia cuenta. Los demás seguían jugando. A ellas fueron a la únicas que les conté todo. - en plena navidad.

- mis papás dijeron que no había problema y yo realmente si quería venir con ustedes. - ya no me siento tan mal por ello. - aparte, no me puedo perder el momento de cuando le digas a todos lo de Fred y tú.

- pero no creo que digamos nada. - ambas se detienen al escucharme decir eso. - no hay nada que contar.

- ¿cómo de que no? - me dice Ginny, quien se veía que tenía mucho frío. - por fin los dos se dijeron cómo se sienten.

- pues si pero, eso no cambia nada. Suzanne sigue en su vida. - ambas ponen en blanco los ojos. - ¿qué? Realmente no pienso hacer nada hasta que algo cambie.

- entonces no harás nada ni dirás nada. - me dice Hermione y negué con la cabeza. - y el día de hoy ustedes dos se tratarán solo como amigos.

- por supuesto.

- si, no lo harán. - dicen ellas al mismo tiempo, mientras siguen avanzando.

- ya verán que si. - las seguí. Llegamos a donde todos los demás se encontraban, Fred entre ellos. Todos jugando con la nieve, y lanzándosela.

George empieza a lanzarme varias de ellas, bolas de nieve, y Fred se le junta. Ahora ambos me atacaban. Yo por igual les seguí el juego. Y todos terminamos por hacer lo mismo. Terminamos todos cansados por obvias razones y ya debíamos regresar a la casa ya que, cenaríamos y nos pondríamos a darnos nuestros regalos.

Ron y Harry hacían carreras para ver quien corría más rápido y llegaba primero a la casa. Y Fred se acerca a nosotras y tan solo me sonríe. Yo hago lo mismo.

- Bien, Ginny, tú y yo deberíamos hacer lo mismo. - le dice Hermione. - ver quién llega primero.

- bien. - dice ella un poco de mala gana. Supongo que quería ver que era lo que sucedía entre Fred y yo.

- yo no pienso correr pero, los dejo solos. - George nos dice y se retira por igual. Y así, unos segundos tan solo nos quedamos viendo y sonriéndonos. Sería nuestra primera conversación desde lo sucedido.

- feliz navidad, Fred. - fue lo primero que se me ocurrió decir.

- feliz navidad, pequeña Lottie. - se ríe. Se vio demasiado tierno eso. Este se acerca para poder darme un beso pero voltee a ver, y los tres seguían cerca, volteando a ver, esperando ver el beso.

- tenemos público. - le dije y el voltea a ver. En el momento en el que, el lo hace, ellos tres se voltean y hacen como que no veían.

- ¿les has contado? - ¿no debía hacerlo? - a mi hermana y a Granger.

- si... lo siento.

- ¡no digas eso! No hay problema alguna. - me acaricia la mejilla. - yo le dije a George.

- no esperaba menos. - reí ahora yo. Voltee a verlos, y seguían ahí, esperando a ver el beso. - esto es extraño.

- lo sé. - me toma de la mano. - mejor, vamos a la casa.

- bien. - avanzamos detrás de ellos.

...

- querida te hice un suéter. - Molly me entrega una bolsa en la cual, se encontraba un precioso suéter color mirado oscuro, con mi inicial bordada en medio. Esto era de lo más lindo. Ya habíamos acabado de cenar, y solo nos encontrábamos todos platicando. Me lo puse de inmediato, por encima de mi ropa. - espero y te gusta.

- de verdad me encanta. Muchas gracias, señora Weasley. - quería abrazarla pero pues, estaba sentada enfrente mío.

- dime Molly por favor. - se ríe. Y sigue con su conversación. No pude evitar voltear a ver a Fred, que en toda la comida, me miraba. Y tan solo sonreía.

- me siento ya algo cansada. - dice Ginny. - creo que subiré.

- linda, ayuda a Hermione a preparar sus cosas en su habitación. ¿De acuerdo? - todos se levantaban ya de la mesa y recogían de sus platos. - Fred y George, ustedes serán los encargados de lavar los platos.

- ¿por qué yo?. - reclama George. - ¿es acaso porque me serví otra porción de pastel?

- si, fueron los últimos en comer. - les dice su madre y no pude evitar reír. - Harry cariño, si así lo quieres, tú sigue platicando con Sirius.

- Gracias. - el y Sirius creo que van a otra habitación. Que aproveche el tiempo que le queda estando con el. Aún y cuando es algo noche ya.

- yo puedo ayudar con los platos. - le dije a Molly, mientras recogía algunos de la mesa. - de verdad, para mi no es problema.

- no, tú tienes que descansar. Mañana regresan a Hogwarts.

- insisto, con gusto ayudo. - Ella sonríe, aceptando mi oferta y subí las escaleras junto con Arthur. Ginny y Hermione ya se habían ido por igual y Harry con su padrino. Así que solo quedaba Ron.

- ni piensen que yo voy a ofrecerme para lavarlos. - toma de su suéter, y una última empanada de calabaza, listo para retirarse. - descansa Charlie.

- adios Ron. - le dije y ya que no quedaban ya nadie más. Empecé a lavarlos.

- ¿es verdad que los lavarás? - me dice George. - sabes que con un hechizo fácilmente podrías hacerlo. - Fred y yo tan solo lo miramos, y no dijimos nada. - oh claro. ¿Saben que? De repente me dio demasiado sueño.

- descansa hermano. - le dice Fred y George se retira.

- igualmente pienso lavar los platos. - le dije, una vez que empecé a hacerlo pero este tomó de su varita y realizó un encantamiento que permitía a los platos, lavarse por si solos. - eso es trampa.

- a eso se le llama, agradecer el hecho de que tenemos magia. - se acerca a mi para darme ahora si un beso y yo tan solo cierro los ojos esperando a que suceda. Pero no es así. Abrí los ojos y este se encontraba entregándome un regalo.

- ¿y esto?

- esto es mi regalo de navidad. - no puedo creerlo, yo no le conseguí nada. De nuevo. No puedo creer que Fred siempre de alguna manera piensa en todo y yo no lo he hecho. Ahora me sentía mal.

- no puedo aceptarlo...

- ¡claro que si! Me voy a enojar mucho contigo si no lo haces. - se cruza de brazos. - abre lo.

Lo hice. Era una libreta. Una libreta preciosa color café oscuro y con detallados color dorados. En el centro, venía grabado mi apellido. Tenía varias hojas y en la parte de atrás venía bordado un "te quiero".

- me encanta. - le di un gran abrazo. - de verdad, no te hubieras molestado. Muchas gracias.

- cuando me dijiste lo mucho que te molesto el que si haya visto a Evie y a ti no, en el verano, me sentí muy mal. Mas que nada porque no te podía decir la verdad. - lo miré confundido. - si pasé mucho tiempo en casa de Evie, no fue por algo de la tienda, sino porque ella fue quien me ayudó a crear la libreta.

- ¿Ella sabe cómo hacer libretas?

- no es una libreta cualquiera. - este la toma y trata de abrirla pero no puede. - estuve todo el verano diseñándola y solo se puede abrir para ti. Nadie más. No tiene fin, puedes escribir lo que quieras siempre y no tendrá fin. Y, puedes borrarlo con tan solo apuntar tu varita en ella.

- una libreta mágica. - me la regresa y la abro para probar el que solo yo podría usarla.

- pues, adoras escribir, y ahí podrías crear tu primera historia. Para cuando publiques tu libro. - dejé la libreta sobre la mesa y

Lo tomé por ambos brazos y me acerqué a él, dejando nuestros rostros a centímetros. Acerqué mis labios a los suyos y lentamente deposité un beso en ellos. Empezaba siendo un beso lindo y tierno pero, una vez siendo correspondido, empezó a ser más intenso y Fred ya se encontraba abrazando de mi cintura y pegando nuestros cuerpos con fuerza. Su tacto de verdad que me dejaba de lo más nerviosa. Quizá nerviosa no es la palabra que busco, sino que muy emocionada. Sentía como mi corazón latía más rápido cada vez y como los vellos de mi piel se erizaban.

Y es que a diferencia de mi primer beso, y me odio por compararlo, aquí se trataba de un beso por el cual soñaba desde años. Con la persona que más anhelaba. Eso hacía que quisiera más que nada esto, aún y cuando dije que no lo haría, hasta que algo cambiara. Pero no pude evitarlo. Quería demasiado esto.

Me separe un momento para poder quitarme el suéter de navidad, ya que abajo mío ya traía ropa y me estaba dando calor. Pero al yo quitarme el suéter, casi se me levanta y se viene con el suéter, mi camisa pero Fred la detiene y me la acomoda. Uno pensaría que por igual me la quitaría pero no, fue muy lindo y me la acomodo. Pero una vez terminando eso, se vuelve a acercar a mi y tomando de mi cintura, me carga y me coloca sobre la barra. Seguimos besándonos. Yo abrazaba de su cuello y con mis piernas, su cintura. Aprovechando que por fin, me encontraba a su misma altura.

Solo escucho como alguien empieza a caminar hacia la cocina y decido cubrir mi cara en su hombro. No quería que nadie me viera. Aunque era claro que era yo quien se encontraba abrazada de Fred.

- hola Harry. - diablos, era Harry. No dije nada, tan solo seguía escondiendo la cabeza.

- solo vine por algo de agua. - escuché que el dice. También, escuchaba como este se servía. - hola Fred.- por fin le contexts. - hola Charlie.

- hola Harry. - dije aunque no se si me entendió bien, ya que mi cara se encontraba pegada al suéter de Fred.

- ya me voy.

- bien. - le dice Fred, también un poco apenado. Lo puedo notar en su voz. Y de nuevo escucho la puerta de la habitación cerrarse.

Por fin volví a verlo y nos atacamos de la risa con lo sucedido. El empieza a hacerme cosquillas, y tan solo ya seguimos jugando y riendo juntos.

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