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LXV: MAYO

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𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟲𝟱:
𝗠𝗔𝗬𝗢
...

Ya pasó el mes, y no hicimos mucho que digamos. Si ayudamos en lo que pudimos a Hogwarts, a los estudiantes e inclusive a los profesores, pero sobre el horocrux... nada. Harry hace tan solo un día, me comentó que tenía que ver con Ravenclaw. Y que por lo mismo, tenía que tener una idea de lo que es.

A mi punto de vista, y de lo que hablé con Luna, podría ser la diadema de Rowena Ravenclaw... pero aun no estamos seguras. Como sea, el día de hoy, Harry regresa a Hogwarts. Todos nos encontrábamos en la sala de menesteres y tratando de calmar a todos.

- tengo demasiada hambre. - dice Seamus. - y estoy harto de estar aquí.

- bueno, te aseguro que estar aquí es mejor que en cualquier lado de allá fuera. - le dice Tony algo molesto por su actitud. Y es que nadie estaba feliz con estar en los pasillos o en clases en estos momentos. Todo cada vez era peor.

- ¿a donde fue Neville? - pregunta Dean y no sabía si debía contestar a eso aún.

- no tarda. - contesté. - creanme que llegará con una gran sorpresa.

- ¿comida? - pregunta Seamus y Queenie y yo le negamos con la cabeza. - genial.

- y bien... ahora... - no supe que decir en ese momento, pero Neville apareció justo para salvar el día. No pude evitar sonreír. Ya veía de nuevo a nuestro trio favorito.

Cuando Harry emergió del pasadizo adentrándose en la habitación, se oyeron varios gritos y alaridos: ¡HARRY! ¡Es POTTER! ¡Ron! ¡Hermione!

-¡okay okay, cálmense! –gritó Neville, y mientras la multitud se alejaba. - lo logramos, Charlie.

- perfecto. - les dije y Dean y Seamus me ven molestos porque no les dije. - ¿qué? si lo hacía, ¿que tal que algo salía mal?

- ¡o bien!  quizá Harry pudo habernos traído comida. - negué con la cabeza. - bueno, quizás no.

-¿donde estamos?- me pregunta Harry mientras se acercan a nosotros.

-¡la Sala de Menesteres, por supuesto! –dijo Neville por mi, el estaba muy emocionado. Y la verdad que lo de ser líder, se le daba mas a el que a mi-. Se supero a si misma, ¿verdad?

- ¿irrumpiste en Gringotts? - les pregunté, la ultima vez que lo vi fue cuando me dijeron que eso sería su siguiente plan. Ron asiente. - increíble.

-¿que buscaban? –preguntó Seamus. - Charlie jamás nos dijo nada.

- ella no les dijo, porque así se lo pedimos. - Ron de inmediato me defiende. - nadie podía saberlo.

-¿entonces, que vamos a hacer, Harry? –preguntó Luna-. ¿Cual es el plan?

- bueno, hay algo que... Ron, Hermione y yo debemos hacer, y luego nos largaremos.

- ¿irse? - eso no lo sabía yo. - ¿cómo que largarse?

- no hemos venido a quedarnos... lamento haberte dado a entender eso. - me dijo Harry, frotándose la cicatriz, tratando de aliviar el dolor-. no quisiera atraer a el hasta aquí.

Entendí por completo su punto.

-entonces te ayudaremos. - Queenie interrumpe. Todos bajaron la mirada algo triste, menos ella. - todos.

- si. - dicen varios al fondo.

- Dumbledore nos dejó una tarea a nosotros tres. -dijo Harry para que todos se enteraran, de lo que nosotros ya sabíamos.- y se supone que no debemos divulgarlo...

- parece ser que Charlie lo sabe. - dice Seamus.

- oye ¿que comiste hoy que amaneciste con tanto odio? - le dije poniéndole los ojos en blanco.

- ¡nada! por eso. ¡No he comido nada! - solo escucho a Luna reír al fondo.

- toma. - saqué de mi bolso varias cosas que tenía envueltas. - come lo que quieras.

- Harry, por si lo olvidaste. Somos el ejercito de Dumbledore y todo este tiempo que ustedes no estuvieron aquí, nos pusimos a trabajar para proteger a todos. - Neville dice cruzándose de brazos.

-No ha sido exactamente un paseo por el campo, compañero. -dijo Ron.

- yo se eso, pero creo que merecemos pelear junto a ti. - se defiende Neville. Jamás lo había visto hablar tanto, es mas, tan decidido.

Hubo otro ruido detrás de todos nosotros, y  del agujero en la pared, salían Ginny, Fred y George. No creí que llegarían ahora.

-Aberforth está un poco enfadado. -dijo Fred, levantando la mano en respuesta a varios gritos de bienvenida. Sonreí como una tonta al verlo, pero no fui la única, todos parecían felices de verlos.

- ¿soy yo, o ahora se ven mucho mas atractivos de lo que lo eran antes? - escuché como detrás mío dice Melina, una chica de Gryffindor.

- y ahí esta mi chica. - Fred corre al centro del lugar solo para abrazarme y darme una vuelta en el aire entre la multitud. Todos lo miran confundidos. Mas porque parecía el único feliz en estos momentos. El me da un beso en la mejilla y vi como las chicas Gryffindor me veían molestas. - ahora si Harry, te escuchamos. 

-¿cual es el plan? – pregunta George.

- eh... si. Bien... si quieren ayudar. - Harry por fin los une a esto. - Charlie ¿supiste algo de el horocrux?

- tenemos una de lo que podría ser. - le dije mientras volteaba a ver a Luna.

- ¿de que hablan? - dice Lavender.

- hay que buscar algo que nos ayudara a derrocar a Ya-sabes-quien. Está aquí en Hogwarts, pero no sabemos donde y creo que tiene que ver con Ravenclaw. - las pocas personas que se encontraban en Ravenclaw me miran esperando que diga que es lo que pensaba. - ¿Charlie?

-Bueno, esta su diadema perdida. La diadema perdida de Ravenclaw. - Luna asiente con una gran sonrisa. Eso hizo que todos la vieran.

-Si, pero la diadema esta perdida, Luna. Es lo malo. - le dice Cho.- hace siglos.

- si bueno Cho, nadie pidió tu opinión. - le dice Queenie poniendo los ojos en blanco. Repito, aunque mi amiga no sienta ni lo mas mínimo por Harry, aun no la tolera.

-Lo siento pero, ¿Que es una diadema? –Ron cambia el tema.

-es una especie de corona. - dije. - se supone que la de Ravenclaw tenía propiedades mágicas, acrecentaba la sabiduría del portador.

-¿Y ninguno de ustedes ha visto nunca nada parecido? - Todos sacudieron la cabeza nuevamente. - bien, Charlie, puedes tu encargarte de eso.

- conozco a la perfección la sala común de Ravenclaw. - Fred dice sonriendo mientras toma de mi mano pero repito, nadie mas estaba tan feliz como el. Y mas porque el mensaje fue claro, el conoce la sala común por mi. - yo quiero buscarla.

- bien. - le dice Harry.

- si quieres hacerte una idea de como se supone que es la diadema, puedo llevarte a nuestra sala común y mostrártela. Ravenclaw la lleva puesta en la estatua que tenemos de ella. - dice la tal Melina. - al final de cuentas, soy prefecta ahora.

- no, yo lo guiaré. - dije y mi yo celosa salió. No era momento para eso pero creo que si fue muy notorio. - Harry me lo pidió a mi.

- bien... suerte. - nos dice Harry.

Fred y yo salimos del lugar y le tomó de la mano para poder seguir e ir en busca de la diadema pero el se detiene y me jala hacia el para tomar de mi cabeza y besarme con fuerza.

- ¿eso por qué? - no me contesta. Tan solo me mira. - no vamos a morir, Fred. Hoy no.

- ese "hoy no" puede significar hoy en la madrugada, eso quiere decir otro día, por lo tanto, eso significa que puede ser en unas horas y... - lo detuve mientras lo abrazaba. - un abrazo también es bueno.

- te extrañé, tonto.

- es lindo escucharte decirme "querido" o "cariño" pero, puedo trabajar con tonto. - le sonreí y de nuevo lo llevé rápido a la sala común.

Había merodeado muchas veces por el castillo de noche antes, pero nunca  para nada tan importante y que dependiera de todos.

- ustedes dos. - llega corriendo a nosotros Queenie, muy cansada de hecho. - ¿qué? ¿creyeron que yo me iba a quedar allá cruzada de brazos mientras ustedes buscan?

- no, sino que harás algo para ayudar a Harry. - la regañé. - ¿y Tony?

- se quedó con Neville. - asentí. - y bien, nadie mas sabe de su propia casa que yo así que... ¿la diadema?

- si, si es eso, creo tener una idea de donde esta. - dije.

- ¿entonces que hacemos perdiendo tiempo aquí afuera? - me dice Fred. - vayamos a buscarla.

- es que esta... en la sala de menesteres.

- ¿qué? pero si venimos de ahí. - Queenie empezaba a enojarse. - ¿estás hablando en serio?

- no así. - dije ahora yo enojada. - donde guardan todo. Donde Draco iba a checar de ese armario.

- ¿que hacen aquí aún? - nos dice Harry al notar que aun no llegábamos a la sala común. - no pueden estar en los pasillos.

- no necesitamos ir a la sala común. - empece a decir pero el me ve confundido y en ese momento, aparece la profesora Macgonagall.

- Harry. Pero que felicidad me da verte. - Fred la saluda pero ella mueve la cabeza de lado a lado. - ¿pero que hacen aquí?

- necesitamos encontrar la diadema de Ravenclaw ¿usted sabe donde esta? - le dice Harry y mientras ella se quedaba pensando, yo la interrumpo.

- yo se donde esta. - Harry suspira aliviado. Estaba por decir algo la profesora Macgonagall, cuando llega el profesor Snape. Harry de inmediato se pone la capa de invisibilidad.

- ¿usted sabe donde esta que? - no contesté. - ¿mas bien, quién?

- me refería a George Weasley, profesor. - Fred toma de mi mano, tratando de mostrarse solidario y protegerme. - como aquí esta Fred, esperábamos ver a su hermano.

- ¿puedo preguntar el que hacen aquí?

- una visita. - contesta Fred.

- ustedes saben donde esta Potter ¿cierto? - ni siquiera sabía que decirle. ¿Qué no todo este tiempo el quería protegerlo?

La profesora McGonagall se movió más rápido y su varita cortó el aire y atacó a Snape, pero este no se dejó. Ambos tenían una medio pelea y nosotros nos hicimos para atrás. Fred jaló de Queenie para evitar que le suceda algo.

-¡Minerva! –dijo el profesor Flitwick, quien llegaba con la profesora Sprout y el profesor Slughorn. El nota como McGonagall estaba perdiendo la batalla. - ¡No matarás a nadie mas en Hogwarts!

El hechizo de Flitwick golpeó la armadura tras la cual Snape se había escudado.  Snape huye.

-¡Cobarde! ¡COBARDE! - le grita ella y todos nos acercamos a ella para ver como se encontraba.

-¿esta muerto? – pregunta Queenie.

-No, no esta muerto. -dijo McGonagall con amargura-. A diferencia de Dumbledore, todavía llevaba una varita... y parece haber aprendido unos cuantos trucos de su maestro.

-¡Harry! – Slughorn era el mas feliz de verlo. - Mi querido muchacho que sorpresa.

-Profesora, tenemos que proteger la escuela. ¡Ya viene! - Harry le advierte, ignorando por completo al profesor.

- bien... necesitamos levantar cada protección de la que seamos capaces mientras Potter hace lo que necesita hacer.

- ustedes busquen donde sea que piensen que este la diadema entonces. Pero ya. - asentí ante las ordenes de Harry.

- podemos retrasarle –dijo la profesora Sprout. - éxito en tu misión, querida. - olvidé el gran cariño que le tenía. - haremos lo imposible por evitar que algo pase.

- sugiero que establezcamos una protección básica alrededor del lugar, luego congregaremos a los alumnos y nos reuniremos en el Gran Salón.

-¡estudiantes fuera de sus camas! ¡Estudiantes en los pasillos! - Flich dice mientras nos ve y toma del brazo a Queenie. Fred molesto por eso, la jala hacia el de nuevo.

-¡se supone que tienen que estarlo, idiota balbuceante! –gritó McGonagall-. ¡Ahora váyase y haga algo constructivo!

- nosotros vámonos. - les dije a los dos y ambos corrimos a la entrada de la Sala de los Menesteres, y cuando esta se abrió, se mostró con muchas personas.

Cuando la habitación estuvo a la vista, se veía a Remus, Bill y Fleur, y el Señor y la Señora Weasley. Mi padre, y Vivian.

- Viv. - le di un gran abrazo al verla. - ¿que hacen aquí?

- proteger de mi escuela, por supuesto. - ella se voltea a Fred. - ¿dónde esta George?

- con Ron y los demás.

- enviamos mensajes al resto del Ejercito de Dumbledore. - explica mi padre una vez que se acerca a la conversación.-  y el E.D. se lo hizo saber a la Orden del Fenix, y así sucesivamente.

- es bueno verte. - le dije con una gran sonrisa. - respecto a mi cabello...

- creo que me imagino bien que fue lo que paso. - dice mi padre mientras me abraza. - lo importante es que están bien.

- hola. - Fred le dice pero mi padre lo ignora. - bien, ahora no es momento para establecer una relación con mi suegro.

- no lo soy Fred. - le dice mi padre y en ese momento levanté la mano para mostrarle mi anillo. - Por Merlin... primero acabemos con esto.

-¿Qué hacemos primero? – Lupin le pregunta a Harry, quien por igual había llegado aquí.

- están evacuando a los más pequeños y todo el mundo se está reuniendo en el Gran Salón para organizarse... vamos a luchar.

- ¿Percy? - dice Fred mientras lo ve y George también estaba llegando. - ¿que rayos haces aquí?

- me arrepiento de como fui... solo quiero ayudar. - su madre lo abraza y yo noto como Fred se enoja, inclusive George.

- espero y hagas algo de provecho estando aquí. - le dice Fred. - esta bien... me alegro de que estes aquí.

- supongo que ahora eres mi cuñada. - me dice.

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