➎
—¿Enserio piensas hacerlo?—
Sus pies descalzos recorrían el lugar, sintiendo una y mil nuevas sensaciones que nunca imagino volver a experimentar. La tierra estaba húmeda y los pastizales que una vez llegaron a cubrirlos por completo ahora hacían cosquillas en sus manos. Sus ojos brillantes como aquella ultima vez no podían evitar recordar todo lo vivido, los juegos, las aventuras, las risas y las promesas...
Las mismas que rompieron.
Volvió a ese gran sauce, cubierto de enredaderas que se hacían uno con los hongos que ya eran grandes, lo admiro con toda la luz que sus ojos podían captar, debido a la oscuridad de la noche y la falta de iluminación desde que clausuraron el lugar, este se veía incluso igual de viejo y demacrado que sus almas.
Luego de huir de la policía y entrar por una pequeña abertura que Jisung había hecho hace ya algunas semanas, aunque le pidió a Minho que regresara a casa por el estado en el que se encontraba, ahí estaban una vez más.
—¿Tu crees que quiero morir?— Le habló desde la distancia, con voz cansada y apagada, el reflejo de su propia alma desde el momento en que sintió que todo su mundo se le era arrebatado de manera injusta por un acto cometido por su mano.
La brisa conforme se iba acercando hasta ese punto específico parecía incrementarse, ahí se encontraba Minho se cuclillas jugando con la tierra, como si volviera a ser ese pequeño niño que se hacía el valiente por sus amigos, que fingía que algo se había metido en su ojo para no decir que estaba llorando, el que mordía sus labios para evitar expresar su dolor. Jisung no lo culpaba, con el tiempo aprendió a comprender las actitudes que cada uno había presentado, como los pequeños rasgos que tenían explotaron cuando crecieron, no eran mas que niños afrontando una perdida terrible...
Un accidente.
—¿Algo habría cambiado realmente? Si yo no...— Jisung se sentó a su lado, tomó su mano y miró aquella estaca, la misma que inconscientemente había marcado todo este camino, un final y un nuevo comienzo mucho más tormentoso que el anterior.
—No podemos extrañar lo desconocido...— Susurró. Con su mano libre quitó su hoodie. dejando ver así parte de su piel que su playera no alcanzaba a cubrir. Minho lo observó de reojo, varios moretones, cicatrices, todo sobre su blanca piel que parecía casi transparente ya que sus venas se notaban demasiado.
¿Qué paso con ese chico de piel bronceada que solía conocer? Se preguntó internamente.
Los cabellos de ambos se movían casi en sincronía, igual que aquella tarde y mirando el cielo se percataron de que algunos puntitos luminosos se hacían ver entre las negras nubes, al fin, luego de tantos años, ¿Podrían ver las estrellas?
—¿Podemos revertir lo que hicimos?— Jisung negó, haciendo pequeñas caricias sobre las rasposas manos del mayor, las mismas que momentos antes le habían proporcionado un golpe —¿Puedo hacer algo para salvarte?— Susurró sintiendo como algunas pequeñas lagrimas se instalaban en sus gatunos ojos. Era la primera vez que observaba al mayor de una manera tan indefensa, como un pequeño conejo frente a un gran lobo. Pero Jisung negó una vez más.
—Todavía puedes salvarte a ti mismo...— Le dijo poniéndose de pie, con sus dedos rozó una última vez aquella estaca y tras mirarle con algo de pena y una sonrisa de lado, tomó camino hacía la orilla.
—¡Hannie, espera!— "Hannie" ese tonto apodo con el que Minho se refería a él desde siempre, le generaba un feo sentimiento cuando alguien lo mencionaba, pero con el mayor le hacía revolver el estomago de manera extraña —No te dejaré otra vez—
—¿Sabes lo que sucedió con Felix ese día?— El silencio abordó la escena y lagrimas vacías comenzaron a correr por el rostro del menor —Su padre lo golpeaba, pero nosotros nisiquiera pudimos notarlo, solo creíamos que era algo característico de él golpearse demasiado o nunca mostrar su piel— Comenzó a explicar mientras sus pies seguían avanzando, ya sintiendo las frías aguas en sus dedos —Entonces, cuando intenté detenerte fue que logré comprenderlo, pero tu estabas demasiado lejos...—
—Sabes que no fue tu culpa, yo también—
—Cuando jalé tu brazo, Minho— Le interrumpió —Tu caíste de rodillas, pero Felix no— Los ojos de Minho se abrieron con miedo y sorpresa —Su brazo quedó atascado entre las arenas del fondo cuando cayó de cara al agua, intentó protegerse del golpe, pero ahí se quedó— Una risa triste salió de los labios de este —Luego me gritaste, me empujaste y llegó mi madre, pero mientras todo pasaba, Felix nunca fue bueno aguantando la respiración, ¿Recuerdas? Luchó lo más que pudo...—
—Lo siento, Hannie— Este negó.
—Nisiquiera imagino la desesperación que debió tener, ¿Qué fue lo último que pensó? Que sus amigos lo obligaron a ello y luego no lo ayudaron... ¿Era mejor morir a que la gente descubriera que su padre lo golpeaba? ¿Nos habrá culpado?—
—Hannie... No pudimos saberlo—
—¡No me dejaste averiguarlo!— Gritó de la nada —¡¿Por qué me detuviste?!—
Sus palabras retumbaron en el lugar, las pocas aves que habitaban aún en los grandes árboles salieron espantadas del susto, pero Minho persistió, entendía que nada de lo que dijera cambiaría nada. Probablemente era cierto que había pensado de manera egoísta y se culpó por ello demasiado tiempo. Pero de todos modos ya no podía hacer nada, solo acompañar a la única persona que le importa en este momento.
—No te detendré ahora...— Susurró. Los ojos de Jisung voltearon en su dirección, ¿Acaso también lo dejaría morir? De uno de sus bolsillos, con lentitud, sacó uno de los botes donde guardaba sus pastillas, estaba llenó debido a que había mezclado ambas.
—Esta bien...— Rio por lo bajo, sorbiendo su nariz y caminando de nuevo, el agua ahora llegaba por sus rodillas y ya sentía el frío ir recorriendo su cuerpo, haciéndolo temblar.
Pero cuando esta ya llegaba por su cintura se detuvo, miró atrás y algo muy dentro se cuestionó que estaba haciendo de su vida.
¿Era egoísta? Estaba dejando a Minho solo, pero... ¿No sería peor arrastrarlo hacia su muerte solo para acabar juntos?
Su mirada se conecto de momento con la de Minho, notó como ambos reflejaban lo mismo: culpa, sufrimiento, tristeza, ¿Realmente tenían algo por lo que vivir? Entonces comprendió que a pesar de estar distanciados tanto tiempo, no hubiese cambiado en nada, porque la distancia no fue lo que arruinó sus vidas, sino el miedo al ojo publico y la sombra de su difunto amigo. Nunca dijeron nada, nunca mencionaron lo que pasó ese día, nadie nunca lo supo y la culpa solo recayó sobre el mismo Felix diciendo que habría tropezado y caído por accidente.
Así que con una sonrisa extendió su mano a su mayor, brindándole aquel apoyó con el que siempre se había caracterizado su relación, con una sola mirada entendiendo mil y un palabras que nunca fueron capaces de expresar.
Debían resolver su problema.
Su destino era volver allí, como habrían prometido.
Minho quitó su chaqueta, después sus zapatos y caminó a donde Jisung se encontraba, con las nubes al borde del llanto igual que sus corazones, en sus mejillas corrían ya su propia lluvia silenciosa. El agua fría chocó su cuerpo, pero poco le importó, lo único que deseaba ahora, era dejar se sentir ese pesar sobre sus hombros que ya ni el alcohol más caro o la droga más fuerte lograba quitar.
No mintió, ambos no eran tan diferentes.
Las pastillas blancas y rosadas, esas mismas que venían con dibujos y pequeñas frases de motivación, como si fuesen una clase de burla sobre su depresión, pronto pasaron las gargantas de ambos, no tardarían mucho en hacer efecto debido a la gran cantidad que estaban ingiriendo.
—No tenías que hacerlo...— Le dijo con sus frentes juntas, el agua tanto del lago como de la gran lluvia que se había desatado ya lograba que sus cabellos gotearan, pero eso no los detendría. Ya nada lo haría.
—Lo se... Pero se lo debemos— Con delicadeza guio sus pasos hasta donde la tierra dejaba de tocar sus pies, donde ya solo eran aguas inexploradas, las mismas donde solo Dios sabía que podían encontrar —A él... A Felix— Fue lo último que mencionó antes de que ambos se hundieran en las profundidades del lago.
Dos almas juntas una vez más, dos corazones que latían rápido, rogando dar un respiro, una calada, implorándole a sus dueños una última oportunidad y dejándoles en claro que al menos algo en su cuerpo aún deseaba seguir vivo. Dos niños pequeños que no habían hecho más que jugar juegos tontos que nunca planearon herir a nadie, dos chicos rotos que deseaban traer a su mejor amigo de vuelta.
Y con un último beso, sellaron su promesa, dejaron su cuerpo y su alma libres ante su destino, se entregaron totalmente a la única pena que ellos creían merecer. Después de todo, lo último que pudieron observar fue una rubia cabellera, que se les unía en un abrazo y les susurraba cosas que casi no podían comprender.
—No me olvidaron... Gracias— Pronunció el pecoso, pero los ojos de Jisung y Minho ya se habían cerrado y su último respiro salido de sus labios.
—¡Minho, despierta!— Escuchó a lo lejos, sus ojos aún no podían abrirse del todo, porque cuando lo intentó la inmensa luz externa lo atacó, nisiquiera reconocía el lugar, solo creía conocer quien lo llamaba —¡Hannie, vamos, despierten!—
—¿Qué?— Susurró tomando asiento mientras sujetaba su cabeza. Enfocó primero sus manos, eran pequeñas y no tenían ningún razguño, estaban cuál lienzo en blanco, tan delicadas y carentes de daño, luego miró su ropa, era igual a que solía utilizar de niño, lo sabía por sus medias favoritas de gato que según le daban buena suerte. Rio ante esto último.
A un lado se encontraba Jisung, un pequeño Jisung, con sus particulares ojos grandes y mejillas de ardilla, acompañado de su cabello un poco crecido. Se dió el tiempo se observar también el lugar, era el mismo sauce de hace tanto tiempo, con mariposas blancas rondando por ahí como su fuese un jardín mágico.
—¿Por qué tardaron tanto? Vamos ya— Les jaló a ambos de los brazos, haciendo que se levantaran de un golpe.
—¿Felix?— Pregunto Jisung parpadeando un par de veces.
Era imposible, si hasta hace unos segundos habían estado en el lago, en el oscuro y frío lago que tanto los había carcomido internamente. ¿Era real? O... Solo un producto de las pastillas y el agua verdosa entrando a su sistema.
—¿Quién más? Estuve esperando taanto tiempo ¿Dónde se habían metido?— Dramatizó. Se veía tan brillante como siempre, su cabello rubio ondeaba ante la cálida brisa y nisiquiera notaba que algunas mariposas habían tomado lugar en este, su sonrisa los llenaba de vida una vez más y sus ojos se veían más alegres que nunca.
No sabían que sucedía, Jisung y Minho se miraron entre si, sabiendo lo que había ocurrido pero sin comprender lo que estaban presenciando.
Pero ¿Saben que? A la mierda todas las posibilidades.
Minho no esperó más y solo lo abrazó, así dejando salir todo lo que traía dentro en un llanto silencioso. "Huele exactamente como solía hacerlo" Pensó cuando aspiró el aroma que salia de su cabello. Este rio e hizo un amague para que Jisung también se uniera, claro que no se negaría, asi enrollo sus pequeñas manos en su cintura y dejo caer unas pocas lagrimas que expresaban su eterna felicidad. Al fin se encontraban juntos de nuevo, después de tanto tiempo, después de tantos sueños y tanto dolor, se habían reunido una vez más y esperaban nunca más tener que separarse.
—Ya no habrá más dolor...— Susurró este apartándose con lentitud —Vamos...Manos juntas— Habló de nuevo con una sonrisa tomando la mano de Jisung, y este tomando la de Minho, no habían notado el momento en el que llevaba en su mano libre una rama, curiosamente la misma que mantenía sus iniciales talladas.
—¿A donde iremos?—
—¿Es seguro?—
—No es divertido jugar solo, ¿Verdad?—
Así fue como a toda velocidad corrieron entre los pastizales, que nuevamente cubrían sus cabezas y no les dejaban ver que era lo que los esperaba del otro lado, Felix iba haciéndose paso entre estos como si conociera el camino de memoria y aunque para Jisung y Minho todo se les hacía muy nuevo, no podían evitar sentir esa adrenalina recorrer nuevamente por sus venas.
Ahora solo eran ellos una vez más, nadie podría separarlos, nadie podría dañarlos.
Podían ser niños para siempre.
𝑓𝑖𝑛
Gracias por leer, realmente se aprecia mucho el apoyo que le dan a cada una de mis obras, esta en particular fue un fic en colaboración con otro usuario aquí en wattpad, del cual por cuestiones de privacidad no diré ni su nombre ni su ussername, pero esperamos realmente que haya podido ser de su agrado, pueden dejarnos sus opiniones en los comentarios y así también ayudar a que ambos sigamos creciendo individual y grupalmente.
"Y en caso de que nos los vea, buenos días, buenas tardes y buenas noches..."
roman yamazaki-
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