Operación bragas de algodón
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Capítulo Dos
"Operación bragas de algodón"
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Desde el primer momento en que ella había puesto un pie en aquel internado supo que algo de esa mujer le encantaba.
Honestamente nunca había podido explicar a la perfección que era aquello, pero podía decir sin ningún tipo de vergüenza que ella era una de las mujeres más hermosas que sus ojos habían tenido el placer de observar.
Aunque claro, tenía un carácter de los mil demonios y le odiaba con todas sus fuerzas. —Sí, ella le odiaba— Y después de años de invitarla a salir había comprendido que la única forma en que ella le prestaría atención era haciéndola enojar.
Si, sonaba estúpido —Y lo era— pero era la única forma que se le había ocurrido, además de que, curiosamente terminó dando resultado. Con el paso de los años ya hasta tenía todo un arsenal de técnicas y métodos precisos para poder lograr hacer a la chica rabiar.
Movió uno de sus pies desesperado; ¿Por qué el tiempo solía correr con tan lentamente cuando tenía prisa? en quince minutos tenía que estar con sus compañeros de equipo para llevar a cabo su plan.
Estaba sumamente entusiasmado por aquello, ¡No podía imaginar la cara que Rose pondría cuando aquello sucediera!.
Amaba los retos; y por tal, cuando Knuckles le había retado a levantarle la falda a la chica enfrente de todos y exponer las bragas de algodón. —Que seguramente de ese tipo usaba— No pudo hacer nada más que reír y asentir con la cabeza.
No podía esperar. ¡Verdaderamente lo deseaba tanto!.
·.·
Suspiró con fastidio y miró atentamente cada movimiento que The Hedgehog llevaba a cabo desde su pupitre a través de la ventana. No comprendía el porqué estaba tan inquieto, aunque sabía —pues los años de experiencia le respaldaban— que estaba tramando algo, no obstante, no podía adivinarlo a ciencia cierta.
Miró de nuevo y sintió un leve escalofrío recorrer su espalda; él le miraba y le sonría de una manera extraña. Aquella era la misma sonrisa que siempre tenía cuando planeaba hacerle algo.
Intentó parecer serena y contuvo todas las ganas de golpearle en la cara. Dirigió su mirada hacia otro lado y suspiró. Ahora tendría que cuidarse todo el día; maldijo mentalmente y comenzó a garabatear en una hoja de papel...
—Amy—la voz de una de sus compañeras llamándole le distrajo.
Intentó parecer tranquila y se giró hacía ella.
—¿Qué sucede?—preguntó, mientras una leve sonrisa se dibujaba en su rostro. La verdad era que no sentía ni un solo deseo de entablar conversación con nadie, pero no era tan maleducada como pudiese pensarse.
La chica de nombre Tikal le miró por breves momentos y sonrío. —Eh, no es que me gusta meterme en lo que no me importa... pero, he notado como Sonic te ha estado observando desde hace un buen rato...—Le comentó la muchacha y de no haber sido porque trataba de disimular que lo sabía, hubiese soltado algunos improperios.
—¿Ah sí?—intentó parecer sorprendida—Imbécil—dijo después.
Tikal asintió.
—Me da igual...—Aseguró tratando de restarle importancia al asunto.
—Es raro—susurro—Creí que le insultarías o algo por el estilo—admitió la chica mientras un leve rubor se formaba en sus mejillas.
—Hoy no...— Añadió tajantemente.
La campana que anunciaba el cambio de clases se escuchó por todo el lugar. Dio gracias a dios por tan oportuno acontecimiento y salió a toda prisa sin siquiera voltear hacía atrás.
Miró el reloj de su celular; el cual marcaba las once treinta de la mañana. Aún faltaban tres horas más. Suspiró con resignación y caminó en dirección del baño de mujeres, necesitaba revisarse el poco maquillaje que había usado esa mañana.
·.·
Una sonrisa burlona se formó entre sus facciones. —¿Están seguros de Rose vendrá?—cuestionó por sexta vez el de hebras azules mientras contenía una sonora carcajada.
—Sí, claro que vendrá—contestó el más joven del grupo—No tiene ni idea de lo que le espera—agregó.
Si todo resultaba tal cual lo habían planeado, Rose vendría hasta ellos en cinco minutos, después de todo necesitaba llegar a la próxima clase y con un poco de suerte, usaría ese camino.
—¿Todos listos?—pregunto un erizo de púas plateadas mientras inspeccionaba el área.
Todos los presentes asintieron.
Fastidiar a la chica rosa se había convertido en parte de su día a día; lo hacían sólo con el fin de molestar he incomodarla —al menos por parte de cualquiera que no fuese él—.
Les gustaba molestarla; les encantaba el hecho de verla enojada y escucharle gritar blasfemias y obscenidades.
Y si, quizás aquella chica nunca se hubiese metido con ellos o les hubiese hecho algo que justificara aquella conducta, pero ¡era demasiado divertido molestarla!, lo viese por donde lo viesen aquello les encantaba. —A todos por igual—. Quizás era de idiotas molestar a una mujer pero eso era de poca importancia. —Ellos eran unos idiotas después de todo...—
—¡Ahí viene idiotas!—dijo emocionado Knuckles mientras unas leves carcajadas se escapaban de su boca.
Le miraron acercarse lentamente; tenía una mirada perdida y parecía cansada, aquella mañana por extraño que pareciese caminaba sola. Ni Blaze ni la otra chica de nombre Rouge estaban con ella.
Jugueteaba con un mechón de cabello y parecía muy distraída, tenían que aprovechar esa oportunidad.
Escuchó la molesta risita del The Hedgehog a lo lejos y su cuerpo se tensó al instante, el maldito solo reía de esa manera cuando planeaba hacer algo malo. Mantuvo sus sentidos muy alerta, miraba disimuladamente hacia todas direcciones intentando no levantar sospechas y parecer serena.
—Hey, Rose—La molesta voz de Sonic le hizo sobresaltarse.
Miró con fastidio al muchacho y espero —disimuladamente— a que su calvario comenzara.
—¿Qué?—Fue lo único que pudo decir.
—Si no te conociera, diría que me odias—En su voz se notaba claramente el sarcasmo. Aquella sonrisa fastidiosa no se borraba de su rostro.
Suspiró, mirándole directamente a los ojos, mientras le invadía la incomodidad.
—¿Eso es todo? — Dirigió su mirada a otro lado, presa del nerviosismo —Tengo bastantes cosas que hacer, así que si me disculpas—No le permitió caminar. —¿Quieres quitarte, por favor?—Pidió intentando parecer amable, tenía que cumplir su cometido.
—Vamos Rose, sabes que me deseas—Sonrío al notar el leve sonrojo en las mejillas de la chica. —No te niegues al gran Sonic The Hedgehog.—
Mentiría vilmente si dijese que no le parecía guapo, pero no, no deseaba nada con él... Quizás si deseaba algo, deseaba ahorcarlo y hacerle sufrir por ser tan bastardo, pero únicamente eso.
—No tienes tanta suerte—Murmuró.
De nuevo, esa risita molesta salió de sus labios; y una mueca de molestia se formo en su rostro. Bajo otras circunstancias no se hubiese molestado en disimularlo, pero esta vez aquello le había molestado más que de costumbre y por mucho que quisiese fingir era imposible.
—Te propongo un juego— Sonrío divertido —Si me ganas, jamás vuelvo a molestarte, y si gano, me ensañarás las bragas—Al decir lo último, una risa burlesca lo acompaño.
Frunció el seño al escuchar tal proposición, ¿cómo podía ser tan cínico? Ya iba a propinarle una buena bofetada pero la mano de este fue mucho más rápida y le detuvo a medio camino.
—¿Qué dices? ¿Aceptas o no?—
Una parte de ella estaba segura que todo era una maldita trampa y que seguramente terminaría perjudicada en más de una manera, pero su orgullo y su seguridad de sí misma le decía que podía ganarle.
No era que fuese alguien que pensaba mucho antes de actuar de todas formas. Mordió su labio inferior y suspiró, dubitativa. Sabía que iba a arrepentirse, pero la tentación de saber que tenía entre manos ese maldito fue mayor.
—Eso depende de que tengas en mente...—
Sonrío con prepotencia y la observo de arriba abajo.
—Juguemos una mano de póker—
¿Póker? No, no era buena en ello, de hecho los juegos de azar se le daban fatal y cada vez que jugaba con sus amigas terminaba perdiendo el dinero que le enviaban sus padres cada semana para gastos personales.
Pero siendo ella la impulsiva y voluntariosa Amy Rose, no iba a dejarse intimidar por pequeñeces como esas.
—Acepto, pero tengo tres condiciones—.
—¿Cuáles?—.
—Primero, no será en público, así que no puedes invitar a nadie—Guardo silencio breves instantes— Segundo, si yo gano, además de cumplir tu promesa, no mandarás a tus lame botas a joderme y por último pero no menos importante, no quiero trampas—Finalizó.
—¿Trampas? ¿Crees que yo soy un tramposo?—Fingió parecer ofendido.
—No lo creo, estoy completamente segura de eso... —le señaló con el dedo acusadoramente— nos veremos después de clases—Después de esto, camino con paso apresurado a un lugar lejos de ahí.
Sintió unas ganas incontenibles de gritar de emoción al verla alejarse, había sido más fácil de lo que imagino.
Sí, hubiese sido más fácil ir y subir su falda, pero le gustaban los retos. Le gustaba verla emocionarse, para momentos después hacerla enojar.
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Miró disimuladamente el reloj y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo; deseaba internamente que la hora marcada no llegara, pero era inevitable.
Siempre cumplía su palabra y no tenía planeado perder ante el idiota de Sonic, al menos no esta vez. Estaba decidida a que esta vez saldría victoriosa y que le haría caer en su propio juego.
No quería que detalles tan insignificantes como no sabe jugar al póker arruinaran sus planes...
Maldijo internamente el hablar sin pensar aunque ya no había marcha atrás, tendría que jugar y hacer su mejor esfuerzo. —O esperar un milagro—.
El timbre que marcaba el final de la clase le distrajo; la hora de la verdad había llegado. Camino en dirección a la salida mientras su corazón latía con más rapidez.
La sola idea de enseñar su ropa interior —voluntariamente— le ponía nerviosa.
—Control Amy, control—Se dijo para sí mientras caminaba en dirección al lugar establecido.
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Se chupo los dientes en señal de molestia; miró su reloj y observo la hora. Amy tenía diez minutos de retraso. ¿Acaso se había acobardado? Frunció el seño ante la idea, eso no debía ocurrir.
—Olvídalo, no vendrá.—La voz de su fiel acompañante llamo su atención.
—No, no es así... yo se que vendrá, Tails—
—Suenas como si la conocieras bien—
No pudo evitar sonreír ante tal comentario, no, no la conocía, pero ella era realmente predecible. Después de años de molestarla había aprendido que Amy Rose era demasiado orgullosa para dejar pasar un reto aún sabiendo que este no estaba a su alcance.
—No, no la conozco...—Admitió. —Pero es lógico suponer que vendrá, no puede resistirse ante tal oferta—Dijo después.
—¿Y piensas cumplir tu palabra si ella logra ganarte?—Pregunto con curiosidad. Ni siquiera él creía tal proposición viniendo de Sonic. Molestar a Amy Rose era su pasión, su día a día...
—Querido Tails, tú y yo sabemos que ella no es capaz de ganarme—
—La vida da muchas vueltas Sonic, quizás hoy la suerte no está contigo. ¿Te has puesto a pensar como sería tu vida si no logras ganarle?—
Siempre lograba desanimarlo, pero debía aceptar que tenía razón. La sola idea de pensar en una vida sin molestarla le preocupaba. ¿En qué podría entretenerse?. No, definitivamente no iba a perder.
—No seas pesimista—Dijo al fin. —Eso no pasará... es cuestión de confiar—Dijo después. Y era verdad, el póker era uno de sus talentos...
Sonrió al ver a lo lejos una silueta acercarse hasta él; después de todo no se había acobardado.
—Prepara todo—Ordeno—Ahí viene—.
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Sintió deseos de regresar por donde había llegado...
Miró sin ganas al chico de ojos verdes que tenía frente a ella el cual sonreía casi como si supiera de su debilidad y le leyera la mente con suma facilidad.
—Llegas tarde—Dijo lo obvio.
Se limitó a observarlo y sonreír, cordial.
—Tuve un pequeño contratiempo—Mintió—¿Listo para perder?—Pregunto después observándolo directamente a los ojos.
—¿Lista para enseñarme las bragas de algodón?—Pregunto con descaro mirándola de igual forma.
Después de vencerlo en su patético juego, se encargaría de golpearlo en aquella parte donde el sol nunca había llegado...
Una sonrisa de autosuficiencia se formó en su rostro; ya podía casi podía asegurar su victoria.
—¿Segura que quieres seguir? Aún estás a tiempo de arrepentirte—Le ofreció mientras de su bolsillo sacaba un paquete de naipes.
—Cierra el pico y reparte—.
No perdía la sonrisa, realmente estaba disfrutando todo eso...
—¿Cuántos quieres jugar? Anda, lo dejo a tu elección... no tengo problema con esperar para ver tus bragas, de igual forma las veré de cualquier forma—.
—Sólo uno, todo o nada—.
Asintió suavemente con la cabeza y comenzó a barajar las cartas; ni siquiera se molestó en hacer trampa al repartirlas, de igual forma le ganaría.
Levanto su juego y lo observó con cuidado; tenía cuarta de flor de corazones, sólo necesitaba una más para ganar. Amy perdería, ¡oh sí!
Sintió como su corazón bombeaba con rapidez; tenía flor corrida de diamantes. ¡Corrida joder! 1, 2, 3, 4, 5. ¿Era eso posible? ¿Realmente no tenía visiones? Sonrió con prepotencia al darse cuenta de que su mente no le mentía.
Al fin podría liberarse de Sonic...
—Sabes Rose... puedo casi asegurar que tus bragas, además de ser de algodón son blancas y tienen estampados infantiles. ¿No es así?—Se burló de ella, mientras recogía una carta del mazo.
La observó; era el cinco de corazones... ahora tenía la flor completa. ¿Ella podría ganarle? ¡Nah!, eso no era posible... la chica era conocida por su 'pésima' suerte cuando de juegos de azar se trataba.
—¿Ah sí?... —Una media sonrisa se formo en su rostro— Yo si puedo atreverme asegurar que la tienes pequeña, después de todo tus putis seguramente no ganan nada con mentir.—Se burló ella también.
Frunció ligeramente el seño y suspiró; esta se la pagaría.
—¿En serio? Suenas deseosa, ¿Quieres probar tú también? —.
Esbozó una media sonrisa y continuó con lo suyo.
—Soy alérgica a la porquería, lo siento... —.
De acuerdo, ya se estaba cansando de tantas palabras innecesarias. ¿De qué servía insultarla si de igual forma le ganaría?.
—De acuerdo. —Colocó las cartas con orgullo sobre la mesa.— ¿Qué tienes tú, preciosa? —.
Observó detenidamente el juego del chico y sonrió con alegría. Si bien recordaba los diamantes le ganaban a los corazones.
—Flor corrida de diamantes—.
Mierda.
¿Acaso había visto bien? Si, no había ninguna duda, ella tenía la flor de diamantes.
Maldita sea...
¿Y ahora cómo saldría de esta?... Genial, simplemente genial. ¿Es qué acaso no podía ponerse peor?.
—¡Te gane! ¡TE GANE! ¡Idiota, idiota, idiota!—Se burló ella en son de alegría mientras comenzaba a brincar de un lado a otro a causa de la emoción...
Al fin, luego de años de sufrir a causa de ese molesto y fastidioso chico podría descansar. Podría caminar por los pasillos de la escuela sin preocuparse.
Estaba en la gloria, realmente se sentía genial esa sensación de tranquilidad era indescriptible.
Miró con frustración cómo es que ella se movía de un lado a otro sin siquiera molestarse porque sus pechos rebotan tan endemoniadamente sexy.
Oh... ¡Bendita sea su personalidad pervertida!.
Se puso de pie de golpe causando un leve sobresalto en la chica.
—¿Qué...?—No le permitió continuar.
Los fuertes brazos del chico le rodearon la cintura y le acercaron demasiado hasta él.
Sintió sus mejillas arder. Ni siquiera sabía porque se sonrojaba.
—Déjame, idiota—Ordenó, tratando de liberarse del agarre más fue imposible él era más fuerte.
—Oblígame—.
—¡Prometiste dejarme en paz—!.
Sonrió con burla y le atrajo aún más hacía el.
—Soy un hombre de palabra... y reconozco que he perdido—.
—Entonces déjame—.
—Pero primero, quiero comprobar dos cosas—.
No se molesto en pedirle permiso; junto sus labios con los de ella en un leve beso bastante infantil para sus estándares. Segundos después se separaron en busca de oxígeno. No pudo evitar sentir ganas de reír al ver las mejillas coloradas de la chica y la mirada desorbitada.
—Sí, saben a cereza... —Una mueca de gusto de se formó en su rostro— Y ahora... —
No logro reaccionar; sintió como su falda era alzada hasta lo alto y la mirada de Sonic se posó sin ningún tipo de vergüenza en su intimidad cubierta por una abeja sonriente.
—Ves, yo nunca me equivoco en cuanto a ropa interior—Colocó la falda nuevamente en su lugar, dejando a la chica aún desconcertada. —Tengo que irme. ¡Hasta luego Amy!—Y corrió como alma que persigue el demonio.
No quería estar ahí cuando Amy saliese de su 'trance'. Seguramente terminaría castrado.
Pero debía aceptar que ese beso se había sentido demasiado bien, quizás mucho mejor que los anteriores que había dado.
Oh si, Amy Rose pronto terminaría a sus pies...
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Continuará.
Se cuidan y muchas gracias por leerme.
Atte.Gri.
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