Entre el Ex y el Ahora
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Capítulo Cuatro
"Entre el ex y el Ahora..."
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No sabía exactamente cómo es que ya llevaba tres días enteros sin molestarla. Se sentía morir y no podía hacer nada, ni siquiera una miradita burlesca, nada de nada...
Aquello lo estaba destrozando, y se notaba.
Suspiró con fastidio y observo el pizarrón; había por lo menos una docena de problemas de física elemental que debía resolver en lo que restaba de la hora de clase y ni siquiera se había molestado en apuntarlos en su cuaderno.
No tenía ganas de nada... y peor aún, ¡estaba demasiado aburrido! Tenía el suficiente poder como para molestar a cualquier otra persona en el colegio sin siquiera mover un solo dedo, pero nadie se comparaba con ella.
Hacerla rabiar, gritar de la histeria y escucharla blasfemar le encantaba, le ayudaba a seguir adelante todos los días de su vida.
Y ahora, se veía reducido a cumplir una estúpida apuesta que se le había salido de las manos sin siquiera darse cuenta. ¿Cómo es qué todo aquello había terminado así? ¿Cómo él, siendo el gran Sonic The Hedgehog, había perdido en su propio juego? No lo comprendía, no entendía cómo es que pudo perder...
—Señor The Hedgehog—La voz del maestro le había hecho entrar nuevamente en la realidad. La mirada del adulto revelaba un muy notorio enojo y bien sabía el porqué. —Salga de mi clase, por favor—Ordenó y siguió su camino por entre las filas.
Genial, simplemente genial...
No se atrevió a replicar, lo cierta era que tenía justa razón en obligarlo a salir. Se puso de pie y todos los presentes en el aula le observaron con una mirada burlona murmurando cosas entre ellos.
·.·
Después del incidente de Blaze el fin de semana había sido bastante aburrido. No había hecho nada interesante y había pasado la mayor parte de su día viendo televisión y comiendo chucherías por aburrimiento.
Era por eso que el regresar a clases había sido un alivio; al menos ahora tenía algo en que entretenerse.
Miró sin ganas el pizarrón y sintió deseos de dormir un rato; la química no era su fuerte, las fórmulas no se le daban.
Aunque, era un buen pretexto para poder distraer su mente. Tomó un lápiz y comenzó a analizar lo que tenía escrito en su cuaderno.
Observó el primero, murmurando una blasfemia al no poder comprenderlo. Siguió con el segundo y obtuvo el mismo resultado. Maldijo mentalmente y espero a que su compañero de la izquierda terminara para que le ayudase.
—Hey Big, al terminar, ¿podrías darme las respuestas, por favor? —Pidió en voz baja mientras el joven garabateaba algunas cosas en su cuaderno.
La observó un momento y asintió ligeramente con la cabeza mientras retomaba sus deberes. Era un enorme gato morado que a simple vista parecía un idiota sin oficio ni beneficio —y en cierta forma lo era— pero la química era su fuerte.
Ahora bien, debía concentrar su mente en otra cosa mientras él terminaba. ¿Qué podía hacer? Bien podía adelantar alguna tarea pendiente, pero las ganas le faltaban.
—Amy, aquí está—Le dijo el chico mientras le tendía su cuaderno. —Cuida que el maestro no te descubra como la última vez—Agregó mientras tomaba un libro y comenzaba a leerlo.
Una leve sonrisa se formo en su rostro al recordar que la vez anterior el maestro les había quitado diez puntos a cada uno por "copiar" en clases. Para Big no había sido tan malo, para ella había significado reprobar.
Comenzó a traspasar todo a su cuaderno; se había vuelto bastante buena en eso de copiar información. Miró de vez en vez al maestro que leía muy entretenidamente el periódico.
La vibración de su celular le hizo distraerse; continuó escribiendo lo que le faltaba y entregó el cuaderno a su dueño. Tomó el aparato y observó con sorpresa un nuevo mensaje.
¿Quién podría ser? Pensó en Blaze, pero luego recordó que no gastaba su tiempo en mandarle mensajes precisamente a ella pues la miraba a diario y sea lo que sea que tuviese que decirle podía esperar a que fuese la hora de dormir.
Entonces, intrigada comenzó a leer.
"Estoy en la ciudad, quiero verte...
Shadow."
Sintió como su corazón latía a mil por hora. Shadow estaba en la ciudad, no podía creerlo.
Y en menos de cinco segundos ya había contestado.
"Hora, fecha y lugar :*"
Fue lo que contesto; hubiese deseado escribir más pero la todavía no salía de su asombro y no sabía exactamente qué decir.
Cinco tortuosos minutos después la vibración de otro nuevo mensaje le hizo estremecer nuevamente.
"Esta noche, después del toque de queda, en la biblioteca abandonada
no llegues tarde, Rose..."
Por el amor a todo lo bendito; ¿Todo eso era verdad? No lo podía creer, simple y sencillamente no entendía cómo es que todo estaba pasando tan rápido.
No se atrevió a contestar nuevamente.
·.·
—¡Blaze! —Gritó tan fuerte como sus pulmones se lo habían permitido y estos se lo permitían bastante bien. —¡Blaze! —Gritó nuevamente, esta vez llamando al fin la atención de su amiga.
Miró con fastidió a su compañera de cuarto y suspiró; ¿Ahora qué podía sucederle? Seguramente Hedgehog estaría jodiendo como acostumbraba.
—Déjame adivinar, fue Sonic y sus idiotas, ¿no? —Se apresuro a decir la chica mientras retomaba la lectura.
—No, eso no... —Mordió su labio inferior y le entregó su celular —¿Debería alegrarme? —Le preguntó después.
Observó sin muchas ganas el aparato leyendo detenidamente al remitente, había muchas posibilidades de que aquello fuese una estúpida broma de mal gusto por parte de alguno de los imbéciles de la escuela, pero...
—No lo sé—Atino a decir. —¿Estás segura que es él? —Agregó después.
No, no estaba segura pero nada perdía con averiguar si aquello era verdad.
—No, pero pienso averiguarlo...—
No se atrevió a decirle nada más. Cuando se le metía una idea a la cabeza era imposible sacarla de ahí. Lo correcto sería dejarla ir y que ella sola descubriera lo que estaba sucediendo.
Pero su deber como amiga era ponerle todas las posibilidades para evitarle alguna vergüenza pública.
—¿No has pensado que tal vez podría ser Sonic y sus idiotas? —Le dijo después alejándose unos escasos centímetros.
Asintió con la cabeza tranquila.
—Desde luego, es el tipo de bromas de mal gusto que suele hacer... pero estoy preparada ante eso...—admitió. —Tengo planeado ir y si es Sonic y sus imbéciles algo bueno les espera—Aseguró con una sonrisa triunfal.
Blaze ya ni siquiera se atrevió a replicar.
—Iré contigo, será divertido—.
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Sentado desde lejos podía observarla muy animada y aquello le estaba intrigando.
¿Por qué estaría tan feliz?... Suspiró con pereza y miró el reloj en su celular. La siguiente hora de clase estaba libre y seguramente se la pasaría aburrido.
—Maldita sea—Se dijo para sí.
Sus acompañantes, que no estaban en una situación muy diferente a la de él le observaron burlescos.
—¿Qué pasa? ¿Extrañas joder a la rosita? —Preguntó con burla su primo Silver.
No se molesto en contestar; ni siquiera hacía falta decirlo.
—Esto es humillante—Dijo el que se hacía llamar Knuckles. —Nuestros días se reducían a molestar a una chica y ahora no hacemos nada...—obvio la situación causando que todos los presentes se mantuvieran en silencio.
Porque era verdad... sólo eso hacían.
—Maldición—Dijo nuevamente con más fuerza provocando que todos lo observaran nuevamente. —No puedo seguir así—Añadió después. —¿Alguno de ustedes tiene un plan? —Cuestiono de golpe, esperanzado.
Ninguno de los presentes menciono palabra.
Suspiró derrotado; no había nada que hacer entonces. Genial, simple y sencillamente genial.
—¡Sonic! —Escucho decir. Se giró sorprendido encontrando a un camaleón acercarse hacía el. —Noticias interesantes—Dijo mientras tomaba asiento.
—¿Qué sucede? —Preguntó intrigado, los demás se mantuvieron atentos.
El camaleón, que tenía por nombre Espio se chupo los dientes en señal de fastidio y miró sin ganas a todos los que lo observaban ansiosos y nuevamente dirigió su mirada hacía Sonic que parecía ser el más nervioso.
—Shadow ha vuelto—Dijo sin más—Está en la ciudad y fuentes muy confiables me han dicho que posiblemente regrese a la escuela—Dijo después.
Todos los presentes guardaron silencio, unos asustados, otros incrédulos. ¿Era aquello posible?
—Mientes, no puede ser posible—Se negó a creer el de púas plateadas.
Espio sonrió, divertido.
—No es mi estilo mentir... —Aseguró el camaleón—Además, piénsenlo... siendo el hijo de un importante empresario que puede comprar medio pueblo, ¿podría el director negarle nuevamente el ingreso, a cambio de unos cuantos billetes?—
Tenía razón... era rico, peligroso y tenía un instinto homicida.
Todo se jodería para ellos.
—Genial, simplemente genial... ¿Alguna idea, señoritas? —Nuevamente fue Knuckles el que hablo.
Silencio, desgarrador silencio. Se estaba volviendo una mala costumbre el guardar silencio en momentos difíciles.
Si Shadow volvía significaba que perderían todas sus comodidades. Si el regresaba, la escuela sería un infierno en especial para Sonic, a quien, para variar, Shadow detestaba con toda su alma.
—Aunque claro. —A Knuckles ya se le estaba haciendo costumbre el hecho de opinar— Al único que detesta es a Sonic —obvio el equidna y los demás solo lo observaron —El único que corre peligro de muerte es el—agregó, victorioso al creer su trasero libre.
Todos lo observaron, unos con burla y otros simplemente con algo de pena. Era un idiota sin remedio.
—Cierra la boca, idiota. —Al fin, el erizo se atrevió a pronunciar algo. —Si Shadow regresa, lo enfrentaremos. —Aseguró.
Unos sonrieron y otros simplemente suspiraron.
—¿Están conmigo? —Preguntó después, esperando una respuesta positiva.
Y luego de medio minuto de extrema tensión, todos asintieron, para alivio del muchacho.
—Muy bien, he cumplido mi parte—La voz de Espio se escucho de repente. —Debo retirarme, tengo clase de literatura—Dicho esto, desapareció.
Y, los que momentos atrás estaban aburridos, ahora tenían algo muy interesante en que pensar.
¿Cómo sobrevivir al regreso de Shadow The Hedgehog?...
Eso sería algo muy interesante de averiguar...
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No podía concentrarse...
Una duda aquejaba su mente, ¿Shadow realmente estaba de vuelta?. Una parte de ella quería creerlo, pero otra le decía que era una trampa.
Ya ni siquiera sabía que creer y aquello la frustraba.
Suspiró fastidiada. No solo era eso lo que le aquejaba, también le estaba destrozando el hecho de que no tenía ni la menor idea de lo que se pondría para ir recibirlo.
—No sé que ponerme. —Le dijo a su compañera, mientras observaba sin ganas su clóset lleno de ropa.
Blaze rodó los ojos, sin muchas ganas, y suspiró.
—¡Qué tristeza! —Respondió con sarcasmo.
—Graciosa—rodó los ojos con fastidio —¿Tienes algo que puedas prestarme? —Pregunto esperanzada.
Blaze negó con la cabeza.
—No tienes el encanto. —Y por encanto se refería claramente a la gran diferencia de tallas entre la una de la otra.
Frunció el ceño, ofendida. ¿¡Se estaba burlando de su falta de su falta de pechos!? Eso era un golpe bajo y no se quedaría así.
—Cierto muy cierto, no recordaba que puedo romper tus pantalones—Se burló, de igual forma.
Touché.
A una le faltaba pecho y a otra trasero.
Ya ni siquiera se atrevió a replicar.
—Ve con Rouge, ella seguramente te ayudará. —Dicho esto, se concentro nuevamente en su lectura.
Suspiró derrotada y asintió. Ahora, tendría que ir al otro lado del campus para buscar a la chica murciélago.
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Era una verdad mundialmente conocida que, ella; de ropa no sabía absolutamente nada. No era buena combinando, ni tampoco escogiendo prendas que fuesen lindas.
Para ella mientras más cómodo, era mejor, pues había aprendido, —gracias a Sonic— que mientras más reveladora fuese su ropa, más problemas le causaría.
Era por ello que su guardaropa consistía de prendas muy simples. No solía salir a fiestas, razón por la cual nunca considero necesario tener vestidos, o al menos eso creía.
Todavía no podía asimilar el hecho de que Shadow estuviese de regreso. ¿Cómo era aquello posible? La última vez que le vio, el director estaba furioso y había vetado de por vida a Shadow y a su familia de aquella institución, ya que, según sus palabras: 'eran un peligro para la sociedad y su dinero también'.
Si la descubrían a su lado, sería su fin. La vetarían de por vida de la escuela y su madre la mataría, de eso no tenía la menor duda. Pero, la curiosidad y el deseo de verle nuevamente eran más fuertes que su sentido común.
Era por ello que, estaba dispuesta a soportar a Rouge gritarle y echarle en cara lo ignorante que era en cuanto a moda y accesorios.
Lo haría, pues verle valdría la pena...
·.·
—Que aburrimiento, imbéciles. —Pronuncio el chico de nombre Knuckles mientras masajeaba sus sienes y daba un sonoro suspiro de aburrimiento.
Los presentes le ignoraron, aunque ellos también estaban demasiado aburridos.
Desde que no molestaban a Amy, sus días eran demasiado aburridos y tranquilos. Y, aunque la mayoría de ellos no lo aceptara abiertamente, la extrañaban. Ya se les había hecho una costumbre molestarla y eso les encantaba.
—¿Alguien quiere ir a encender panales? —Pregunto sin ganas el zorro de dos colas mientras jugueteaba con un pedazo hoja que encontró en el suelo.
Unos asintieron, otros simplemente se limitaron a observarlo. La realidad era que a ninguno realmente le apetecía hacer ese tipo de estupideces.
Sonic, por su parte se mantenía distante a cualquier conversación; estaba demasiado ocupado pensando, "cosas" que poco le importaba que era lo que hacían aquellos imbéciles en ese momento. Su realidad se estaba volviendo triste y aburrida.
Y no solo por el hecho de que no podía molestar, sino más bien por los rumores que había escuchado en boca de Espio sobre el hecho de la llegada de Shadow.
Aquello le tenía bastante perturbado, si el volvía, su vida se volvería un infierno, no solo por el hecho de haber hecho que expulsaran al tipo más peligroso y psicópata del instituto, sino también por atreverse a besar a su novia y joderle durante bastante tiempo.
Aunque, si tenía que ser sincero, no era eso lo que realmente le preocupaba, pues, ya estaba realmente acostumbrado a los constantes maltratos del erizo de púas negras. La cuestión era que, al volver Shadow era casi un hecho que él y Amy volverían.
Y aunque no quisiese admitirlo, aquello le dolería. Pues, ¿Qué había hecho Shadow para conquistarla? Ah claro, era 'sexy, misterioso, inteligente y además atleta'. No era que él hubiese usado esas palabras en alguna ocasión, no claro que no, eso había escuchado en muchas ocasiones de la misma boca de Amy y de muchas otras féminas.
En pocas palabras, a las chicas como Amy les gustaban los "raros" como Shadow. Y eso era algo con lo que él nunca podría competir.
Si bien era cierto que había notado que no le era del todo indiferente a la muchacha de ojos verdes aún así ella nunca le vería de una manera "tan" especial.
No era un mal tipo y tampoco feo, aunque sí había que aceptar que su actitud era bastante pedante y grosera en muchas ocasiones y que quizás eso no le ayudaba mucho, pero vamos, no era el primero ni el único chico que hacía uso de las bromas para llamar la atención de una chica linda, Silver también lo hacía y no tenía nada de malo.
—Eh Sonic, ¿Vienes? —La voz del chico de dos colas le distrajo de sus pensamientos. Miró sin muchas ganas negando ligeramente con la cabeza a su oferta, no porque no quisiese, sino más bien porque no había entendido a que se refería. —¿Y por qué no? —Cuestionó el chico mientras meneaba la cabeza de un lado a otro en señal de desaprobación.
—Porque no—Se limitó, recostándose boca arriba en el pasto fresco. Estaba cansado y quería estar solo, tenía que serenar sus pensamientos, aunque fuese un rato.
—Está bien—Fue lo único que dijo el chico mientras se disponía a seguir a los demás.
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—¡Que no, ROSE! —Gritó con histeria la chica murciélago mientras ponía nuevamente las prendas en su lugar. —¡No te puedes poner eso para ver a Shadow! —Gritó más fuerte mientras caminaba hasta ella y le zarandeaba con fuerza.
La aludida, por su parte, se mantuvo en silencio. Era la vigésima tercera vez que eso pasaba y aunque estaba bastante tentada a golpear a Rouge, sabía que lo mejor era callar, después de todo, ella era la experta.
—Tienes que verte sexy, atrevida, aunque no tanto para que no crea que quieres acostarte con él—La voz de la chica murciélago se hizo más aguda. —Porque eso no es lo que quieres, ¿o sí?.
Sintió su corazón latir con más fuerza y sus mejillas arder.
—¡Claro que no! —Gritó avergonzada.
Sonrió de manera pervertida y continuó buscando prendas.
—Está bien, aunque, si me lo preguntas... no sería una mala idea—le dijo con cierto tono de perversión mientras contenía una risa burlesca.
Sus mejillas se tornaron ligeramente rojas y opto por hacer caso omiso al comentario recién dicho por Rouge. No tenía pensado tener sexo, al menos no aún.
Era demasiado joven, ¿para qué quería complicar su existencia? Aunque... aquello no le era del todo indiferente, ya se había visto envuelta en ciertas fantasías que nunca externaría abiertamente.
—¿Qué prefieres, falda o vestido? —Preguntó de pronto la chica murciélago mientras buscaba algo en su armario.
La observó unos momentos dudosa, y suspiró. Ambas cosas le eran bastante indiferentes y le desagradaban por igual.
—No sé, falda, supongo—atinó a decir.
Rouge rodó los ojos en señal de fastidio y suspiró.
—Ok, usarás vestido—Dijo sin más, tomando un pequeño vestido color verde que hacía contraste con sus ojos. Era lindo, tenía que admitirlo, aunque bastante corto para su gusto y aquel escote era algo bastante prominente para su talla.
Rouge sonrió gustosa y entrego el vestido en sus manos. Esperaba que se lo probara y después hacer unos arreglos en el rostro de la chica de ojos verdes.
—Voy a hacerte tan sexy, que hasta el idiota de Shadow no podrá dejar de mirarte. —Le dijo complacida.
Suspiró. No le llevaría la contra pues esperaba que las predicciones de Rouge fuesen verdad.
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Movía uno de sus pies desesperada; miró el reloj en su celular y suspiró con fastidió. ¿Cuánto tiempo tendría que esperar a que el profesor se dignara a 'regresar de su descanso rejuvenecedor'? Ya estaba cansada, tenía sueño y quería irse a dormir, además la escuela se estaba quedando sola y muy pronto su serie favorita habría de comenzar y no tenía intenciones de perderla.
Tomó su celular nuevamente; miró la hora una vez más y contuvo una blasfemia, ya llevaba más de una hora esperando y aquello era tan frustrante. El tipo solo tenía que firmar dos de sus trabajos y se libraría de ella, ¿Qué aquello era tan jodidamente complicado?
Suspiró, al parecer sí.
Buscó entre sus cosas algo que pudiese comer, o algo que la entretuviese; no tenía nada. Joder, se maldecía mentalmente por no ser como Amy y siempre tener su mochila llena de estupideces que no necesitaba.
Un bostezo de cansancio se escapo de sus labios; estaba tan cansada, tenía ya más de ocho horas despierta y de pie.
Sentía sus ojos cerrarse; joder que ya casi no podía mantenerlos abiertos.
—Eh, Blaze—Escucho de pronto, causándole un pequeño susto.
Miró con odio al causante de su sobresalto y contuvo con todas sus fuerzas el impulso de golpearle. Estaba demasiado cansada como para atreverse a gastar energías innecesarias.
—Imbécil—Pronunció débilmente mientras recobraba la posición en la que se encontraba anteriormente. —¿Es qué tú no te cansas de joder a los demás? —Le pregunto sin muchas ganas mientras tallaba uno de sus ojos.
—No, la verdad no—Sonrió divertido. —¿Qué estás haciendo aquí? —Preguntó mientras se sentaba a su lado. —Las clases hace mucho que terminaron y están a una hora de dar el toque de queda—Obvio el chico mientras jugueteaba con uno de los cierres de la mochila de la chica.
—Estoy esperando al maestro de biología, tiene que firmarme mis trabajos—Le dijo sin ganas mientras luchaba por mantener sus ojos abiertos.
Contuvo una risa, solo por respeto, cosa que no era muy común en él.
—Esperas al tipo gordo, ¿No? —La muchacha asintió débilmente con la cabeza. —Hace media hora yo lo vi saliendo en su auto inservible—Le dijo mientras la observaba directamente a los ojos.
Sintió deseos de soltar una blasfemia, ¿Cómo era aquello posible? Había estado esperando al sujeto por más de una hora, y que se fuese así sin más, le jodía, no que va, le hacía enfurecer. Quería golpear algo, quería destruir, gritar y blasfemar como nunca lo había hecho en su vida.
—Tranquila, querida... dos firmas no destruirán tu vida—Pronunció restando importancia al asunto. —Además, puedes revisar mañana, ese sujeto siempre da oportunidad—Agregó.
Lo observó bastante contrariada, no sabía si lo decía en serio, o si solo se lo decía para molestarla. Fuese lo que fuese tampoco es que tuviese muchos deseos de mantener una conversación y mucho menos con él, así que lo mejor era que tomara sus cosas y regresara a su dormitorio para tratar de descansar un poco.
—Me voy—Dijo sin muchas ganas y comenzó a caminar en dirección a su dormitorio, seguida del muchacho.
Contuvo las ganas de insultarlo, estaba cansada y molesta; no gastaría fuerzas innecesariamente. Ya bastante había tenido con aquel beso, como para seguir viéndole la cara una vez más.
—¿Necesitas ayuda? —Se ofreció el de púas plateadas, en aparente señal de buena voluntad.
—No—Dijo fríamente mientras caminaba más rápido. No quería estar cerca de él, mucho menos tener que deberle nada, sabía que su ofrecimiento no venía de buena voluntad, algo debía estar planeando el muy maldito.
Sonrió suavemente; siempre tan orgullosa y fría. Aquello le encantaba.
—Ok, ok... no tienes por qué molestarte—Le dijo y continuó caminando tras de ella.
El camino fue silencioso, cosa bastante extraña entre los dos dado a que no podían estar sin pelear por tanto tiempo. Blaze no lo soportaba, lo aborrecía, su sola presencia le era tan incómoda.
Silver, en cambio, no podía decir lo mismo.
Si bien, era verdad que siempre se portaba de mala manera con la chica, la realidad era que estaba muy lejos de detestarla, muy por el contrario.
Ella le gustaba y eso se notaba... incluso ella misma debía notarlo, pero era demasiado orgullosa para admitirlo.
Aunque no lo comprendía del todo, era cierto que era consciente de que su actitud no era del todo agradable en muchas ocasiones y que muchas de sus bromas se tornaban bastante pesadas y de mal gusto la mayor parte del tiempo, eso no significaba que fuese un mal tipo.
Trataba de llamar su atención, eso era todo. ¿Tenía algo de malo eso? Sonic hacía lo mismo con Amy y aunque no había obtenido buenos resultados con aquella técnica, no perdían nada con intentarlo, o al menos eso creían ellos.
Muchos decían que el camino para conquistar el corazón de una mujer era haciéndola reír y eso intentaban, hacerlas reír; cosa que no funciona, pero igual, lo intentaban.
Así pasaron seis minutos más, para ella habían sido bastante molestos, para él no era del todo claro, si bien, quería mantener una conversación, no sabía cómo iniciar una plática "normal".
—Muy bien, aquí es mi dormitorio, sé que ahora querrás venir a joder cada que tangas la oportunidad, pero te agradecería bastante que te fueras, necesito dormir...—Dijo la chica mientras buscaba sus llaves.
Silver sonrió divertido, lo que ella no sabía era que hacía bastante tiempo que sabía donde vivía y que ciertas noches, él y Sonic iban a espiarlas.
—Pierde cuidado, Blaze... por hoy creo que has tenido suficiente—Le dijo y se dio la media vuelta en señal de que se iría.
Suspiró aliviada y continuó en busca de sus llaves, creyendo que se encontraba sola y al ver que no las llevaba con ella, decidió buscar el repuesto que tenía escondido por ahí.
Se agachó para recogerla, olvidando completamente que Silver no estaba muy lejos y podía observar sus bragas de color carmín.
Y en efecto, el chico las observó.
Y antes de que pudiese reaccionar, ya tenía su mano izquierda posicionada sobre el trasero recto y firme de la chica gato.
La observó y ella se quedo quieta.
Le había dado una nalgada...
No supo cómo, ni cuando, ni en qué momento, pero la había dado. La mano le ardía...
La observó; ella se puso de pie y se tocó la zona afectada. Lo miró; solo se limitaba a mirarlo. Ni siquiera ella misma creía lo que estaba pasando.
—Escucha, yo... —No encontraba las palabras adecuadas para decir, la realidad era que ni el mismo sabía que había pasado.
Y ni siquiera hizo falta que dijese nada más. En menos de un segundo la mano firme y certera de la muchacha ya estaba contra su mejilla, haciéndole caer a causa de la fuerza aplicada.
Le había abofeteado, joder que se lo merecía.
—No vuelvas a acercarte a mí, cerdo asqueroso—le dijo azotando la puerta con furia.
Joder, maldita sea y mil maldiciones más se cruzaron por su mente. Simple y sencillamente genial.
Había cometido la mayor estupidez de su vida y no tenía forma de remediar lo que había hecho, ahora ella le odiaría aún más de lo que ya lo hacía.
Sintió deseos de gritar, pero a esa hora, solo conseguiría problemas. Corrió sin rumbo mientras la desesperación le inundaba.
¿Qué haría? ¿Ahora qué haría? Blaze no quería tenerlo cerca, y no podría vivir tranquilo sabiendo que la mujer que le quitaba el sueño no quería saber nada de su existencia...
Se detuvo en seco al observar un enorme árbol cerca de su camino. Caminó hasta él y le golpeó con todas sus fuerzas, haciéndose daño al contacto con este. Ni siquiera eso podía hacer que su furia disminuyera.
Había sido un imbécil, un completo y perfecto imbécil y no tenía forma de remediar el daño.
Miró su mano, sin ganas; un hilo de sangre se escapaba por sus nudillos y sentía un agudo dolor, pero ni siquiera eso le importaba, ahora que Blaze le odiaba ya nada tenía un verdadero sentido.
Se maldijo mentalmente por ser tan estúpido y continuó su camino en dirección a su dormitorio para lavar su mano.
·.·
Hambre, su cuerpo necesitaba comida. Buscó con desesperación algo que comer y sin embargo lo único que encontró fueron restos de lo que en algún momento fue comida.
Maldijo internamente a su primo por no haber hecho de comer y cerró sin ganas el refrigerador.
—Genial, ahora moriré de hambre—Se dijo para sí mientras caminaba en dirección al sillón.
Encendió el televisor en busca de una distracción, tanto pensar en Amy le había causado bastante malestar y de seguir así, terminaría dejando en estado vegetativo a la primera persona que se cruzara en su camino.
Quería serenarse, estar tranquilo y borrar todas las imágenes que su muy activa imaginación se formaba. Tenía cientos de teorías sobre lo que pasaría esa noche y aquello le estaba matando.
Su mente le decía una y otra vez que debía impedir que ellos se vieran, pero su orgullo le decía que no tenía derecho a hacerlo y aquello era verdad. Él había prometido dejarla en paz y eso haría, aunque aquello lo destruyese mentalmente.
Cambió continuamente los canales sin muchas ganas y maldijo internamente la programación. El sonido de su celular le distrajo y sin muchas ganas contestó.
—¿Qué quieres?—
—¿Así le hablas a los amigos, idiota? —Escucho del otro lado de la línea telefónica.
—Repito, ¿Qué quieres? No estoy de humor para bromas, idiota—Fue su única contestación.
Una risa burlona se escucho del otro lado.
—Shadow vendrá esta noche, ¿vas a permitirlo?—
Sintió un dolor punzante en su hígado y apretó fuertemente los puños en señal de molestia.
—Jódete—.
—Oh bien... y yo que quería sugerirte que los espiaras—fingió estar ofendido—tengo la ubicación exacta de donde se verán—Pronunció restándole importancia al asunto. —Pero bueno, creo que mejor me jodo, hasta luego azulito—.
Apretó nuevamente los puños en señal de molestia, si bien era cierto que moría de ganas de ir a ver que era aquello que pasaría, sabía que no era correcto y que si le descubrían lo pagarían sus huesos.
—Dímelo—Pronunció débilmente, perdiendo su orgullo al pronunciarlo.
Se dejo vencer, no podría vivir con la duda.
—Se encontrarán en la biblioteca abandonada, a media noche, no llegues tarde azulito. —Le dijo antes de soltar una carcajada. Momentos después, la llamada se cortó.
"Biblioteca abandonada, media noche" esas palabras resonaban en su mente. Faltaban dos horas para que aquello sucediera, y no sabía exactamente si debía ir o no.
Se moría de ganas de ir, ver y saber si Shadow era tan hombre como decía y si Amy aún le amaba como antes.
Pero el valor le estaba traicionando, sabía que el ir y verlos, le destruiría el alma.
Pero su curiosidad era demasiado grande para dejarse vencer. Iría, de eso no tenía la menor duda, aunque sus huesos pagarán las consecuencias, impediría que Shadow tocara a Amy, a SU Amy.
Pues de ahora en adelante sería suya y de nadie más.
·.·
—Tengo que admitirlo Rose, vestida de ese modo, pareces una chica normal—Se burlo la murciélago mientras encendía un cigarrillo.
Se observó en el espejo; jamás se había vestido tan femenina en toda su vida, tenía rubor en sus mejillas, sus pestañas tenían rímel, y sus ojos delineador.
También tenía sombras y su boca estaba de color carmín. Ese vestido mostraba sus pechos, sus pequeños pechos incomodándola de una manera que no sabría definir.
"Sácales provecho" Había pronunciado Rouge mientras le obligaba a salir del baño para maquillarla.
—A Shadow no le importa que seas plana—Le dijo para reconfortarla, mientras la observaba de arriba abajo sin ningún tipo de vergüenza.
La observó de mala gana unos momentos y suspiró. ¿En qué se había metido ahora? Sentía vergüenza a que él la viese así, tan "linda y femenina" ¿Qué tal si pensaba que se había convertido en una de esas chicas que el detestaba? No podría soportarlo.
Estuvo tentada a decirle a Rouge que prefería usar su ropa de siempre, pero era plenamente consciente de que si hacía eso la chica se pondría histérica y no tenía ganas de correr por su vida, al menos no en esa ocasión...
—Muy bien, ahora que ya eres normal necesitas saber que debes ser 'Linda, coqueta y sensual' muéstrale lo que tienes, usa ese encanto que tienes escondido—.
Arqueó una ceja sorprendida y no supo que decir.
—¿Encanto? —.
—Todas lo tenemos querida, sé coqueta, hazle sentir ganas de besar tus labios rojos. Sé sexy Rose, vuélvele loco—Le dijo, mientras le daba un golpe cadera a cadera.
Ser sexy...
Ni siquiera sabía ser femenina. ¿Cómo podría ser sexy? Se maldijo mentalmente por ser tan torpe cuando de cosas de mujeres se trataba. Quizás la naturaleza se había equivocado y debió hacerle hombre.
—Ten confianza, el momento y su actitud te dirán como actuar—Le reconforto.
Sonrió suavemente y asintió, eso sí le había agradado. Shadow le inspiraba cierta confianza, y seguridad... aunque también le desconcertaba su actitud en muchas ocasiones.
Sería segura, seguiría los consejos de Rouge y todo saldría perfecto, de eso se encargaría.
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Continuará...Se cuidan y muchísimas gracias por leerme.Atte.Gri.
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