8
Leah Brunet
— ¡Feliz cumpleaños!
Reí un poco mientras mordía mi manzana. Mis padres se habían escondido detrás de la barra y me sorprendieron cuando entre a la cocina.
— ¿Cómo te sientes, hija? —preguntó mi padre mientras me abrazaba.
— Como un día común —mi mamá me abrazo y ellos negaron.
— No puede ser un día común. Es tu cumpleaños. ¿Ya tienes planes con tus amigos?
Negué.
— ¿Quieres faltar a la escuela? —reí.
— El que sea mi cumpleaños no será una excusa para haber faltado. —ellos pensaron un poco y luego asintieron.
— Pero tienes que hacer algo, ¿quieres que nosotros te organicemos algo para cuando regreses? Tu puedes invitar a tus amigos
— O pueden ir al cine, algo para que se diviertan
— Mamá, papá, mi forma de diversión en este día será; llegar después de la escuela, tomar un café, tirarme a la cama y ver una película.
— Pero eso haces siempre
— Lo se, y hoy no será la excepción —Levanté los hombros y ellos rieron.
Me despedí de abrazo y salí sin más hacía la escuela.
[....]
— ¡Ya estás vieja! —dijo mi mejor amiga abrazándome en cuanto llegue. Rodé los ojos y reí.
— Dieciocho años, sin duda tu serás como el vino —dijo Aaron y lo mire mientras aún me abrazaba con Sasha.
Ella dejó de abrazarme y de inmediato Aaron se abalanzó para felicitarme. Cumplir años no era la cosa más emocionante, pero todos parecían muy felices de felicitar, era algo vergonzoso.
— Felicidades, linda —dijo él alejándose del abrazo.
— Gracias, a los dos. ¿Ya vamos al aula?
— ¿Por qué no te ves emocionada? ¡Es tu cumpleaños!
— Pero no me emociona, es todo —dije riendo u avanzando.
Aaron me abrazo de lado mientras caminábamos hacia el aula. Sasha iba hablando.
— ¿Entonces no haremos nada divertido? Al club ya tienes permitido entrar
— No volveré a ese lugar —la fulmine con la mirada.
— ¿Nos invitas a tu casa después de las clases?
— No.
— ¡Que mala amiga eres!
— No haré nada, no habrá festejo. Podemos esperar a mañana, fin de semana y organizarnos para salir a comer o algo así, por ahora estamos en semana de clases y es agotador —propuse y ellos asintieron.
— ¿Y qué te gustaría de regalo, Leah? —preguntó Aaron.
— Nada —reí ante su pregunta.
— Yo tenía pensado envolverte a un ojiverde, pero si no quieres nada supongo que olvidaré mi plan —dijo Sasha mientras miraba hacia otro lado. Me atraganté.
— ¿Ojiverde?
— Ignora a Sasha, solo habla porque tiene boca. —dije rodando los ojos.
— ¿Hay algo que no me estén contando? —preguntó y volteó a verme.
— ¿Algo como qué?
— No lo sé, esos comentarios., son raros
— Seguro que ya se droga y por eso dice esas cosas sin sentido —excuse y ella empezó a reír.
— Aaron, ¿por qué no vas a revisar si tu documental fue seleccionado? —dijo Sasha.
— Oh por Dios es cierto, no me tardo —hablo emocionado y corrió al lado opuesto de nosotras. Sasha me abrazo de lado.
— ¿Festejaras con tu vecino guitarrista? —yo rodé los ojos— A lo que recuerdo, él quería celebrar tu cumpleaños
— No celebrare nada con nadie.
— Eres una aguafiestas, Leah. Solo digo que cuando salgamos de aquí, puedes ir, tocar su puerta y luego besarlo para concluir en una buena noche de se..—la golpee en el estómago y ella soltó aire.
— Cumplí dieciocho, Sasha. No estoy desesperada por tener relaciones con alguien.
— ¿Ni con él?
— A veces me enfadas demasiado que preferiría no haberte hablado la primera vez que nos vimos —ella se tocó el pecho indignada.
— Leah, leah, no seas tan inocente, esto es parte de la vida. Ya eres mayor de edad, siempre te ha gustado tu vecino universitario y estoy casi segura que tú también le gustas a él, ¿por qué no aprovechar?
— A mi no me gusta mi vecino. Y yo tampoco le gusto a él, ya cállate.
— ¿Pero si te gustaría celebrar tu cumpleaños con él?
— No lo sé, quizá si. Depende —ella rió y yo solo suspiré molesta.
Llegamos al aula y comenzamos a platicar antes de que llegara nuestro profesor, los chicos también me felicitaron por mi cumpleaños.
[....]
— Muchas gracias, no se hubieran molestado —dije sonriéndole a los señores Gallagher quienes me habían preparado un pastel y estaban esperándome en casa junto a mis padres.
En verdad que parecen familia, y eso se sentía muy lindo.
— No es molestia, hija. —dijo la señora Lauren.
— Si, estuvimos esperándote desde hace como 2 horas, aquí con tus padres
Reí un poco.
Lo curioso de todo, era que Aidan no estaba con ellos. Trate de no tomarle importancia pues realmente me gustaban las platicas con los señores Gallagher y mis padres, más sin embargo, mi curiosidad no me estaba ayudando mucho.
Pasamos al comedor y partí el pastel mientras ellos me tomaban unas fotos, rodé los ojos al recordar que les había dicho que no quería fotos ni nada que dijera que estaba celebrando mi cumpleaños, pero ellos se veían muy emocionados así que solo sonreía para no verme tan grosera.
Mi madre sirvió rebanadas para cada uno y bebíamos café para acompañarlo. La señora Gallagher era muy buena en la cocina.
— Nos tiene que dar la receta —dijo mamá y empezaron a conversar sobre la preparación del pastel. Mi padre, el señor Gallagher y yo hablábamos sobre cómo fue la vida a mi edad, para ellos.
Luego de un rato más platicando anécdotas y riendo, me di cuenta que por más que no quisiera; mí curiosidad estaba aumentando, y no pude resistirme a preguntar.
— ¿En donde está su hijo?
— Dijo que tenía una salida y que quizá volvería en la noche —contestó el señor Rob mientras revisaba su reloj— Aunque ya es bastante tarde
Hice una mueca y mi padre habló.
— ¿Una cita?
— No lo sé, no dijo a dónde. Quizá y si, mi hijo esté con alguna muchachita que le guste, por eso no le he marcado para preguntarle qué tal está —dijo riendo un poco.
— Pero nos pidió que te felicitáramos por tu cumpleaños, hija —dijo ahora la señora Lauren y sonreí un poco asintiendo.
Suspiré y continué comiendo de mi rebanada de pastel mientras ellos empezaban otro tema de conversación.
A las once y media de la noche se fueron a su casa luego de despedirse y volverme a felicitar por segunda vez en la tarde.
Ayudé a mis padres a recoger un poco el desorden que había y lavé trastes.
— Se me hizo muy extraño que Aidan no estuviera aquí —dijo mi madre y dejó un beso en mi mejilla.
— Es un hablador, dijo que te ayudaría a pasar tu cumpleaños y ni siquiera vino —dijo ahora mi padre y reí un poco.
— Me la pase bien con ustedes y los señores Gallagher, así que no le veo problema a que Aidan no haya estado. —ellos rieron y entonces subimos para luego cada uno entrar a su habitación.
Me puse la pijama blanca combinada, bastante fresca debido al calor que había, era un pequeño short holgado más arriba de mis muslos y una blusa de tirantes, de igual forma holgada.
Me tiré a la cama luego de ponerme los audífonos y poner música. Miraba el techo blanco mientras pensaba.
Honestamente si estaba desanimada al ver como Aidan no había estado aquí por mi cumpleaños pero no podía hacer nada, y el pensar en lo que dijo el señor Rob solo me hacía suspirar.
Es estúpido sobre-pensar por algo así, pero mi cabeza era muy confusa.
Esto solo me hacía creer que yo realmente no era tan importante como él decía. Pues aunque a mi no me emocionará, era un día importante, era mi cumpleaños. Y la idea de festejarlo con él de una manera sana y nada de malos entendidos si me emocionaba un poco. Pero eso no pudo pasar.
Me acomodé de lado y abracé una almohada para luego empezar a conciliar el sueño en lugar de seguir pensando.
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