Sunoo camino por la pequeña cabaña sin perder detalle de ella.

—¿Te gusta? —pregunto Niki sentándose en la cama, Sunoo asintió. —Mis padres suelen venir aquí cada año, antes siempre me dejaban al cuidado del tío Beomgyu, según escuché habían hecho una promesa de diez años pero no lo cumplieron.

—¿No lo hicieron?

—Me contaron que ellos fueron pareja varios años, hubo un tiempo en el cual pelearon bastante y terminaron por separarse, pero nunca dejaron de amarse, así que a los diez años volvieron al lugar y se reencontraron, la pasión surgió y... bueno, decidieron que vendrían cada año. Así, si peleaban, el tiempo de separación no sería tan largo como el primero.

—Tus padre me caen bien —declaró Sunoo

—Son los mejores padres que he podido haber deseado, aún recuerdo cuando los vi por primera vez; ellos querían adoptar a una niña, pero al final me escogieron a mi. —sonrió.

—Es porque Niki es demasiado lindo —dijo meloso Sunoo, dandole un beso mientras lo recostaba en la cama.

—Espera... —el castaño lo detuvo.

—¿Qué pasa?

—Me da cosa —declaró el menor.

—¿Qué? —preguntó Sunoo asustado.

—Hacerlo donde lo hicieron mis padres.

Sunoo sonrió. —Entonces buscaremos nuestra propia cabaña.

Niki asintió feliz, aferrándose a su cuello.