Extra.
Pasaron dos años, dos años desde que decidieron iniciar una relación y para no perder la costumbre... NamJoon seguía destruyendo cosas y SeokJin lo castigaba. Ya no lo regañaba, habían descubierto que era mejor los castigos.
Quizás por esos castigos es que a veces, solo a veces NamJoon rompía más de dos cosas en el día "por accidente". El de risa peculiar no era tonto, ya sabía que su novio andaba ocasionando desastres adrede y así obtener lo que se había convertido en su adicción.
Disfrutaban su vida en pareja, cada día juntos era la gasolina que encendía el motor para andar por el camino de la vida.
Un día llego su casera con la lamentable noticia que debía vender el apartamento y por ende debían desalojar. Ella no sabía si el posible comprador querría arrendarlo o no, así que con toda la pena les comunicó su decisión. Esa noticia los lleno de tristeza, ellos le habían tomado tanto cariño a ese lugar, allí había iniciado su locura, en esas paredes tuvieron su primer beso, su primera vez y muchas otras más. Era su hogar, su refugio y el lugar que acogió cada desastre y aventura en su relación.
Hablaron y sin mucho que pensar le dijeron a la casera que ellos le comprarían el apartamento; tenían sus buenos ahorros y ya que no querían abandonar el lugar que tenía tanto de ellos, pues no se les hizo mala idea comprarlo. Tendrían su propio apartamento, su nido de amor, locuras y castigos propios.
La casera les vendió el apartamento gustosa, estaba feliz de dejar aquel lugar en buenas manos, se había encariñado con la pareja, les entregó los documentos que indicaban que ahora eran los dueños del apartamento.
La pareja estaba feliz, se besaban con ternura, ya tenían su apartamento, era suyo en todo el sentido de la palabra.
A pesar de ser novios desde hace dos años, cada uno seguía durmiendo en su respectiva habitación, eso no quitaba el hecho de que cuando tenían sus encuentros carnales amanecían juntos y abrazados. Habían decidido que sin importar su relación cada uno debía seguir con su espacio personal. Igual eso no quería decir que no se amaran. Se amaban con el alma, se necesitaban para sobrevivir.
La regla número uno de SeokJin fue anulada por completo, pero la dos seguía vigente. No le importaba su cocina, ya no, quería mantener vivo a su novio, así que por precaución y para no quedar viudo por accidente; NamJoon debía respetar esa regla.
Sus rutinas no habían cambiado mucho, seguían haciendo las mismas cosas que cuando eran solo compañeros de apartamento, ahora tenían algo extra y eso era los besos, caricias y juegos de provocación.
Un día llego NamJoon con una propuesta para su bonito novio. Lo habían invitado a la fiesta de cumpleaños de un compañero de trabajo y quería que lo acompañara. Seria ese viernes en la noche, no tendrían trabajo ese fin de semana y la semana siguiente ya que por las festividades decembrinas les habían dado sus vacaciones.
— ¡Bonito! — Lo llamó mientras lo buscaba en su habitación. — Amor, ¿Estás aquí? — Preguntó al escuchar un ruido proveniente del baño de su novio.
— ¡Voy arbolito! — Gritó en respuesta y salió del baño. — Hola, amor. — Corrió a abrazarlo y darle un beso.
— ¿Cómo está mi precioso tesoro? — Preguntó levantando las piernas de SeokJin para que las enredara en su cadera y así alzarlo.
— Bien amor, mi sexy arbolito. — Se dieron un beso apasionado pero sin segundas intenciones. — ¿Para qué me buscabas, amor?
NamJoon lo bajó con cuidado y lo sentó en la cama.
— Oww, veras, bonito. — Dijo acariciando las hebras ahora castañas de su novio. — Me invitaron a una fiesta de cumpleaños este viernes y me gustaría que me acompañaras.
— Claro, arbolito, yo voy contigo hasta el fin del mundo. — Dijo. — Pero no vayas a vestirte muy atractivo porque no quiero que te vean con ojos de comible. — Advirtió con un tierno puchero en sus labios y NamJoon sonrió por lo último dicho.
Resulta que a su Kim SeokJin, alias bonito y alias controlador gruñón, no le agradaba para nada como veían a su novio, sentía que se lo comían con la mirada. Le daban ganas de arrancar pelos y sacar ojos.
— Bonito, ya te he dicho que solo soy tuyo. — Acarició los labios de su novio. — Así me miren con ojos de comible como dices tú, el único del que me dejare comer hoy, mañana y siempre serás tú.
Se besaron para después salir de la habitación y cenar.
Continuaron con sus labores de la semana, hasta que llego el día de la fiesta de cumpleaños.
Los dos ya se encontraban en el lugar donde se celebraría la fiesta, cada uno con un atuendo que los hacia ver como salidos de otro universo, se veían perfectos, atractivos y deseables, sobre todo deseables, eso último no tenía muy feliz al de sonrisa peculiar. Claro él sabía que tenía un novio demasiado guapo, atractivo y sexy, pero ese día resaltaba sobre los demás, ya se imaginaba que lo mirarían con esos ojos y para calmar un poco sus instintos asesinos estaba que tomaba alcohol como si no hubiese bebido ningún líquido en meses.
¿Y cómo no iba a estar celoso? Si cuando llegaron, todos los presentes en el lugar se quedaron con la boca abierta al ver tremendo hombre que entraba con él. Claro él también estaba de muerte lenta, pero no le importaba las miradas sobre él. Le importaba como prácticamente desvestían a su novio con ojos de comible como él decía.
SeokJin vestía un atuendo totalmente negro, que constaba de una camiseta, blazer y pantalones formales, lo hacían ver como salido del mismo cielo. En cambio NamJoon, igual que su novio se fue totalmente de negro, traía unos pantalones formales con cinturón de cuerina brillante, un Jersey cuello alto, el cual le quedaba ajustado y se podían observar sus pectorales, por último un blazer con detalles blancos en los bordes.
— Nam. — Llamó muy cerca de su oído ya que la música estaba bastante alta. — Te dije que te verían con ojos de comible. — Hizo un puchero y tomó otro trago.
— Bonito... — Acarició la mejilla de su novio. — Y yo te dije que solo soy tuyo y no tengo ojos para nadie más, por más que miren, yo seré tuyo en cuerpo y alma para siempre. — Le retiró el vaso que ya no contenía alcohol. — Jin, amor, no bebas más.
— Ya sé lo que me dijiste, y me encanta que seas mío. Pero te están mirando mucho y no me gusta. — Le arrebató el vaso de cristal y se sirvió otro trago. — Arbolito... Voy a seguir bebiendo, tú me dijiste que no bebiera Vodka y pues estoy bebiendo Ron.
— Eres bien celoso, amor. Pero yo nunca dirigiré mi mirada a alguien que no sea tu. — Le robó un beso fugaz. — Ah pero que inteligente me saliste, pero si sigues así... Serás más Ron que persona.
— N-no soy tan celoso, bu-bueno quizás un poquito. — Dijo arrastrando las palabras, el alcohol ya estaba circulando por su cuerpo. — S-soy muy inteligente, pues tú dijiste nada de Vodka y aquí está el Ron. — Sonrió con picardía y ternura.
— Vamos a bailar, bonito. — Retiró el vaso de la mano de su novio y extendió la propia para ayudarlo a poner de pie y dirigirse a la pista de baile.
SeokJin tomó la mano de su novio, y estando en la pista de baile; NamJoon lo sujetó de la cintura y lo atrajo a su cuerpo. SeokJin enredo sus manos detrás del cuello ajeno y en total sincronía bailaban la suave melodía, cada uno perdido en la mirada ajena, en ese momento eran solo ellos dos, bailaban lento y de vez en cuando se daban pequeños besos.
La música cambió de ritmo a una más sensual. Con una sonrisa traviesa, SeokJin se giró quedando de espaldas hacia su novio, agarró los fuertes brazos de NamJoon y los enredo alrededor de sus caderas. A medida que la música fluía, SeokJin era más atrevido en sus movimientos. Quería provocar a su novio. Restregaba su trasero en la pelvis de su novio, acariciaba aquellos brazos musculosos; esos movimientos estaban haciendo que el miembro de NamJoon reaccionara...
— No hagas esto aquí, bonito. — Lamió el lóbulo de su chico. — No es buena idea que me provoques. — Atrajo aún más el trasero de su novio hacia su entrepierna.
— Solo estoy bailando. — Dijo sonriendo con fingida inocencia.
— Pues tu baile está logrando que alguien despierte y no quiero tomarte aquí.
— Entonces deberíamos irnos, arbolito. — Empujó su trasero para sentir el bulto que crecía en el pantalón de su novio.
— No hagas eso, amor. — Sentenció. — Creo que el alcohol ya se te subió y estás haciendo que suba mi erección.
— Pero solo bailo. — Volteó levemente su rostro y le mostró un puchero. — No he tomado tanto... Solo como dos botellas de Ron.
— Eso es suficiente... Ya eres más Ron que persona. — Lo giró para besarlo. — ¿En qué momento tomaste tanto?
— Si soy más Ron que persona... — Mordió el labio de su novio. — Deberías beber todo de mí~. — Dijo coquetamente.
Eso fue suficiente para que NamJoon se despidiera de sus compañeros y cumpleañero, tomó entre sus brazos a SeokJin y salió del lugar para ir a su apartamento. El recorrido en taxi fue rápido, casi no había transito porque ya eran pasadas las dos de la madrugada, SeokJin luchó con todas sus fuerzas para no desvestir a su novio en el taxi. Llegaron a su destino y NamJoon le canceló al conductor.
Entre tropezones y leves caídas acompañadas de risitas, ingresaron a su apartamento. Se besaban y tocaban con suma urgencia. Cerraron la puerta, SeokJin jaló a su novio hacia el sofá, lo sentó y se subió en el a horcajadas.
— No debiste vestirte así, arbolito~. — Dijo mientras restregaba su trasero en el gran bulto de su novio.
— Y tú no debiste tomar tanto. — Agarró las caderas del contrario tratando de detener sus tortuosos movimientos. — Te me transformas y me vuelves aún más loco con tus provocaciones.
— Hazme tuyo Nam~. — Gimió en el oído de su novio.
— Bonito estás muy borracho, eres mi botellita de Ron ambulante. — Besó el cuello de su chico. — No quiero tomarte en estas condiciones.
— Soy tu botella de Ron y quiero que me bebas~. — Lo miró directamente a los ojos. — Tómame Nam, te estoy deseando desde que salimos a la fiesta. — Dio un fugaz beso. — Así que esto que te pido no es por el alcohol.
— Bonito, eres mi tentación más grande. — Peinó hacia atrás los cabellos castaños. — Si es lo que quieres, lo haremos, pero vamos a la habitación. — Hizo el intento de levantarse pero SeokJin lo empujó para que regresara a su lugar.
— Y tú eres mi sexy arbolito, solo mío. — Pasó su lengua por los labios propios. — Quiero que lo hagamos aquí~.
Las traviesas manos de SeokJin retiraban el cinturón de cuerina que sostenían los pantalones de su novio y lo arrojó a algún lado de la sala, le quito el blazer y cuando estaba a punto de retirarle el Jersey, las manos de su novio lo detuvieron.
— ¿Por qué me detienes?
— Bonito... — Bajó de su regazo a SeokJin. — Me acabo de acordar que aquí en la sala no tenemos condones, así que espérame aquí y voy por ellos a la habitación.
Rápidamente fue en busca de los condones, cuando llego a la sala... Nuevamente se encontraba aprisionado contra el sofá, con SeokJin sentado en su regazo, las manos traviesas de su novio lo desvestían con prisa, a medida que las prendas de ambos abandonaban sus cuerpos. Se escuchaban chasquidos, besos y gemidos. Se entregaban a la pasión y la lujuria, disfrutaban de cada beso, caricia y embestida, llegaron al clímax con un gemido gutural proveniente de ambas gargantas, cuando sintieron algo extraño.
NamJoon salió con delicadeza de su chico bonito, se regalaron una mirada rápida cuando se dieron cuenta de lo sucedido...
— ¡Rompimos el condón! — Expresaron en unísono con los ojos abiertos en grande.
— Tranquilo Nam. — Dijo. — Más tarde me haré cargo, vamos a asearnos.
Subieron a la habitación tomaron un baño rápido, se recostaron en la cómoda cama; abrazados y dándose caricias tiernas cayeron en un profundo sueño.
— ¡AHGHHH! ¡KGH! ¡UGHB!
Un preocupado NamJoon sobaba la espalda de su novio después de que expulsara todo el contenido de su estómago. Llevaba días devolviendo ciertos alimentos, primero pedía comida en cantidades, la consumía y después directo al baño a vomitar todo.
— Bonito... — Lo llamó, mientras bajaba la tapa del inodoro y dejaba correr el agua. — Siéntate, amor. — Con delicadeza lo sentó, agarró una toalla húmeda y refrescó el rostro de su chico. — Te dije que no te comieras esos tres tazones de Ramen picante y la dona de limón.
— Pero arbolito destructor... — Dijo recostándose sobre el hombro de su novio. — Es que nos gusta y queríamos comer. — Hizo un puchero.
— Por más que te guste, no puedes comer todo eso... — Se quedó pensando. — Espera... — Se apartó del cuerpo que lo abrazaba. — Dijiste... ¡¿Nos gusta y queríamos comer?!
— Ya sé, pero no lo puedo evitar. — Estiró su mano hacia el cajón que estaba en la mesita del baño y empezó a buscar. — Sí, escuchaste bien. — Agarró lo que buscaba dentro del cajón y se lo coloco en las manos a su novio. — Nos gusta y queríamos comer eso.
NamJoon miró con asombro sin comprender bien que era lo que le decía su chico bonito, rotaba su mirada del objeto en sus manos al rostro de su novio. Por cierto estaba muy pálido y sus ojos estaban llorosos a causa de haber devuelto todo el contenido de su estómago.
— Nam... Arbolito, háblame. — Dijo tratando de que su novio volviera a la tierra, al parecer su mente andaba en otro lado. — Amor, ¿Me escuchas?
NamJoon parpadeó varias veces y asintió con su cabeza.
— Bonito... — Agitó el objeto frente al rostro de su novio. — Esto de aquí ¿Es lo que creo que es? — Dejó de agitar el objeto y volvió a tomarlo entre sus dos dedos.
— Sí Nam, es lo que crees. — Asintió con su cabeza. — Estamos esperando un bebé...
NamJoon al escuchar la confirmación de lo que su mente le andaba diciendo hace unos segundos... Ejerció una fuerte presión en la prueba de embarazo en donde claramente se veían dos rayitas rojas. Tanta fue la fuerza ejercida que la partió, en sus manos quedaron dos pedazos de la confirmación de la noticia.
— ¡Ya la rompiste! Árbol destruc...
NamJoon arrojó al piso las dos partes de la prueba de embarazo, tomó entre sus manos las mejillas de su novio y dejó varios besos en esos labios que tanto adoraba probar.
— ¡Nam! No me beses, mi boca sabe a vómito.
— No me importa y te besaré hasta cansarme. — Conectaron sus miradas, ambas estaban acuosas. — Me estás diciendo que me darás un hijo, un bebito, me haces tan feliz. — Lo besó nuevamente. — Aún vomitado eres lo más bello de este mundo y siempre querré besarte, sabes a gloria.
— Aparte de destructivo, estás demente. — Dijo sonriendo. — El vómito sabe horrible y tú besándome así.
— Seré destructivo, estaré demente, pero eso no quita lo feliz que me haces con la noticia y te besaré con tu boquita toda vomitada. — Le dio otro beso. — Bonito ¿Cuánto tiempo tienes?
— No puedo contigo, arbolito. — Acarició la mejilla de su novio. — Pues veras, creo que dos meses, pero mañana nos dirán en la consulta médica. — Respondió sonriente. — ¿Me acompañaras a recoger los resultados de la prueba de sangre y a la consulta?
— Así te enamoraste de mí, todo destructivo y demente. — Abrazó a su chico. — Wow, eso quiere decir que puede ser producto de la vez que eras más Ron que persona. — SeokJin asintió y se sonrojó al recordar esa noche. — Claro que iré contigo amor, estaré contigo en cada consulta médica y examen.
— Te amo con todo y tu destrucción. — Se besaron tiernamente. — Lo más probable es que así sea, ese día enserio si era una botella de Ron ambulante.
Se suponía que SeokJin se haría cargo en la mañana para no tener consecuencias por el accidente del condón, pero ese día durmieron todo el día y después de una noche de películas, se le olvido por completo. Ahora solo quedaba confirmar lo que ya estaba en la prueba de embarazo casera.
Ya se encontraban en el laboratorio clínico, estaban esperando a que les imprimieran los resultados, a SeokJin se le ocurrió pedir una copia de los resultados, ya se imaginaba lo que iba a pasar, las enfermeras del laboratorio lo miraron extraño. Con una pequeña sonrisa les dijo que en un momento entenderían. Le entregaron los resultados pero él les pidió que por favor le tuvieran la copia del examen.
NamJoon recibió los resultados y sin esperar nada más los abrió, leyó detenidamente todo lo que decía, sonrió en grande dejando ver esos hoyuelos, y como era de esperar de un momento a otro rasgó el papel de sus manos dejándolo convertido en dos partes que SeokJin no presentaría en su consulta.
— ¡Amor! Ya rompiste los resultados. — Expresó SeokJin sin mucho asombro, ya se lo imaginaba y por eso pidió una copia. — Vieron señoritas. — Les habló a las enfermeras. — Por esto pedí la copia, yo conozco a mi destructor. — Sonrió y extendió su mano para que le entregasen la copia de su examen.
— ¡Perdón, bonito! — Dijo con entusiasmo, — Es que no puedo de la emoción, seré padre, seremos padres, me darás un hijo, un hijo producto del Ron y nuestro amor. — Se puso de cuclillas y besó el vientre aun plano de su chico bonito.
Las enfermeras sonrieron enternecidas, esa escena fue muy linda, se veía el amor que se tenían.
— ¡Amor! No nombres el Ron. — Expresó. — Ya no volveré a tomar, eso es peligroso.
— Bonito, nombro el Ron porque por lo que leí... — Se levantó y besó tiernamente los labios contrarios. — Tienes dos meses de gestación, haciendo memoria y cuentas, si fue la noche de Ron y sofá desenfrenado.
— ¡Cállate Nam! — Golpeó levemente el hombro de su novio. — Estás dando demasiada información. — Dijo con sus mejillas completamente teñidas de un carmesí intenso.
— ¡Auch! No me pegues que me excito. — Dijo sonriendo.
— ¡Nam que te calles!
— Cállame bonito. — Lo tomó de la cintura atrayéndolo hacia su cuerpo y SeokJin lo besó.
Se marcharon del lugar rumbo a su consulta médica, no sin antes despedirse de las enfermeras que sonreían enamoradas por tan bella pareja.
— ¡Papi!
Un pequeño grito se escuchó desde la sala de su apartamento y unos pasitos aproximándose le indicaron a SeokJin que su pequeño estaba buscándolo. Salió de la cocina y observó como su bebito corría haciendo un puchero y con uno de sus peluches en brazos.
— No corras bebé. — Dijo al alzarlo en sus brazos tan pronto como llego a donde se encontraba.
— ¡Ven no le digas a tu papi, yo lo arreglaré! — NamJoon frenó en seco su carrera cuando vio que su hijo ya estaba con su bonito papi.
— ¿Ahora qué hiciste? — Preguntó alzando una ceja.
— Y-yo lo arreglare amor, fue sin querer. — Hizo un puchero tratando de causar ternura en su esposo para que este no lo regañara.
— ¿Qué hizo tu papá, bebé?
Silencio.
— Bebé, te estoy hablando. — Bajó a su hijo y se puso de cuclillas para que lo mirara.
No obtenía respuesta.
— Nam... — Le habló a su esposo. —Creo que se fue otra vez de viaje astral. — Besó la pequeña naricita de su hijo.
Ese gesto hizo que el pequeñín de tres años de edad, con cabello azabache, mejillas regordetas; arrugara su naricita y fijara sus ojos oscuros y brillantes en los de su papi. SeokJin sonrió al ver el gesto de su bebito, desde que nació siempre hacia ese gesto y le era inevitable compararlo con un conejito tierno.
— Papi... — Dijo el pequeño aun arrugando su naricita y aterrizando de su mini viaje astral. — Papá lestluctivo, lompió mi Koya. — Hizo un pequeño pucherito.
— Volvió de su viaje astral. — Dijo el de sonrisa peculiar. — Nam, a veces pienso que en algún momento lo dejaste caer de la cuna y por eso mi Jungkookie se me pierde en el sendero de la vida. — Miró a su esposo entrecerrando sus ojos.
— Al parecer sí. — Se acercó a su pequeña familia. — No, bonito, no... Yo no lo dejé caer nunca. — Dijo. — Bueno hasta el momento, te lo juro por mis pectorales que tanto amas. — Sonrió.
— Estoy bromeando, arbolito. — Dijo lanzando un beso volador. — Tu haz sido extremadamente cuidadoso con nuestro bebé y no me nombres tus pectorales porque...
— Papi... Legaña a papá. — Interrumpió el pequeño JungKook. — Mila, en su manota lestluctiva tiene la oeja de mi poble Koya. — Señaló con su pequeño dedito.
Ambos adultos dirigieron sus miradas a donde señalaba el pequeño, y ahí estaba, en una mano la oreja del peluche de felpa llamado Koya. Un adorable Koala de color azul cielo, y en la otra el resto del peluche.
— Te puedo explicar, amor. — SeokJin levantó nuevamente a su hijo en brazos y le dio el peluche de felpa que estaba en el sofá de la sala. Era una linda alpaca, más blanca que la nieve de nombre RJ.
— Te escucho... — Dijo SeokJin con una fingida mirada de enojo, su hijo sonrió al creer que regañarían a su papá.
— Bueno....
NamJoon le relató a su esposo que se encontraba dándole un baño al pequeño JungKook y cuando termino lo vistió con su pijama; lo iba a costar para que durmiera y su hijo se negaba a soltar el peluche, parecía que andaba en otro planeta, porque por más que le hablaba su pequeño conejo ni se inmutaba y no soltaba al Koala. Así que decidió retirarlo con cuidado, porque debía dejarlo en la cesta de ropa sucia para lavarlo. Pero cuando estaba a nada de tenerlo en sus manos, su lindo hijo lo jaló para que no se lo quitaran y allí empezó un forcejeo en donde Koya quedó sin oreja.
— Bonito, nuestro conejo se negaba a que lavemos a Koya y por tratar de quitárselo lo rompimos. — Dijo finalizando su relato.
— Es que papá lo quelía bañal y Koya no quelía baño hoy.
— Entonces los dos lo rompieron. — Dijo SeokJin tratando de contener la pequeña risa que se le quería escapar. — Ustedes dos otra vez peleando. — Los miró.
SeokJin a veces pensaba que en vez de tener un hijo, tenía dos. Cada día era una lucha por cuál de los dos tenía más su atención; su hijo y esposo se peleaban, pero era un pequeño juego que ellos tenían para obtener más atención de su parte.
— No debiste acusarme con tu papi, conejito bugueador.
— No debiste quelel bañal a Koya, papá lestluctivo.
SeokJin no pudo más y dejó salir una carcajada que se escuchó fuerte. Sin importar cuantas veces se pelearan, se amaban y no podían vivir sin los otros, esos momentos hacían que SeokJin se enamorara más de su familia.
— Los amo. — Dijo SeokJin, acercándose a su esposo para darse un abrazo de tres.
— Nosotros también te amamos. — Dijo NamJoon besando la cabecita de su pequeño conejo y luego dar un casto beso en los labios de su bonito esposo.
— Yo también los amo Papis.
Y así SeokJin le entregó un conejito rosado con una oreja caída a su pequeño Jungkookie bugueador, mientras su arbolito sexy y destructivo mandaba a arreglar y limpiar a Koya. Su pequeña familia era todo lo que necesitaban para estar bien, se amaban y adoraban con el alma. Día a día era una aventura entre cosas destruidas, pequeños viajes astrales y muchas risas.
Bueno... Ahora sí final, final, no va más 🤧. Gracias por leer y darle una oportunidad a esta locura, me divertí mucho escribiendo.
Les agradezco de kokoro 🥺✨❤️.
Se cuidan, tomen agüita y no rompan cosas 😅.
Nos vemos en una próxima historia, creo 😅.
Por cierto quiero agradecer a las editoras de Editorial_J-Dance por tan bellos gráficos. Portada, banner y separador, son obras de sus talentosas manos.
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