
V
-Klaus-
Estaba dispuesto a seguir husmeando en la casa para intentar conseguir algo de valor. Cinco me seguía, es decir, ¿que más le queda?
— Klaus, deja las estupideces y vayamos a buscar a Ate -habló detrás de mi, lo ignoré- ¡Klaus, te estoy hablando!
— ¿Te quieres calmar? -volteé a verlo- ella esta bien -continúe con el camino-
— ¿Quieres que me calme? ¡Como me voy a calmar si no se donde está! -me seguía bastante molesto. Diego venía bajando las escaleras algo apurado-
— ¿A dónde vas? -cuestioné viéndolo pues este ni siquiera me volteó a ver-
— Hubo un robo en el centro comercial -dijo deteniéndose y viéndome. Ay no- pienso que Amaya está involucrada así que, nos vemos luego -continuó con su camino-
— ¡Lo ves, Klaus! -Dios, ¿por qué le encanta gritar?-
— Iré contigo -hablé siguiéndolo-
— No. -se detuvo y me detuvo- este es mi trabajo no el tuyo. ¿Por qué no mejor vas con Charlize o Ben? -volvió a avanzar y lo seguí-
— Esto es más interesante. Además también quiero encontrarla
— ¿Es necesario que vaya Diego? -cuestionó el empalagoso de Cinco y solo lo calle-
Nos subimos a su coche y él comenzó a avanzar. Miraba el hermoso paisaje de la ciudad, era de noche así que todas las luces se veían muy encendidas. Observé varias patrullas cuando ya nos aproximábamos.
Miré como algunos policías metían a tipos a sus camionetas, que espectáculo. Diego se estacionó.
— No te muevas de aquí -ordenó y salió del coche. Por supuesto que no lo obedecí y también bajé-
Me quedé recargado en la puerta del coche después de cerrarla tan solo esperando que ella no esté aquí. A los minutos miré como Diego la traía sostenida del hombro. Maya se veía molesta y entré más cerca estaba pude visualizarla mejor, tenía un moretón en el ojo, ¿pero qué?
— ¿Qué te pasó?! -cuestionó Cinco de inmediato, acercándose a ella e intentando tomarla del brazo- mierda -dijo al traspasar su brazo-
— ¿Diego que fue lo qué pasó? -pregunté. Maya se soltó del agarre de él y se puso a mi lado. La observé mejor mientras esperaba respuesta-
— Al parecer se estaba peleando con otros tipos -abrió la puerta del coche- suban -ordenó-
— ¿Estas bien? -le pregunté. No obtuve respuesta de ella-
— Suban
— No gracias. Tengo otros asuntos pendientes -dijo ella. Diego la sostuvo del brazo obligándola a subir- ¡Suéltame!
— Dije que te subas -cerró la puerta y colocó el seguro. Maya pateo la antes mencionada-
— ¡Déjame salir! -gritó desde adentro-
— ¡No lo haré! -rodeó el coche y se subió, me subí de copiloto- No es posible que sigas metida en estas cosas, Amaya. Pensé que ya no lo hacías, pero continuas destruyéndote la vida, ¿y para qué? ¿Por que lo haces?
— ¡Deja de meterte en lo que no te importa! -gritó molesta-
— ¡Claro que me importa!
— ¡Pues nadie te pide que te preocupes por mi! -cruzó los brazos-
— Te comportas como una niña, Amaya ¿cuando piensas madurar?
— Diego..-me interrumpió-
— Ya no eres una niña para comportarte así. De nuevo te llevaré al reclusorio, y no me importa si te enojas conmigo -arrancó el auto-
— ¿Es una broma? -habló Cinco al lado de Maya mientras la examinaba-
— Vete a la mierda -dijo ella- Déjame salir -ordenó- ¡Diego, déjame salir! -pateo la puerta-
— ¿Puedes dejar de hacer tus berrinches por una vez en tu vida y ser agradecida? ¡Si no fuera por mi te hubieran agarrado o peor aún te pudieron llegar a matar a golpes! -regañó Diego. Solo escuchaba-
— Seria mejor -la volteé a ver y ella veía por la ventana-
— Te hubiera dejado ahí entonces -dijo él y se formó un silencio incómodo. Observé hacia atrás, cinco intentaba tocarla-
— ¿Podrían calmarse? -pregunté un tanto nervioso-
— Klaus, has algo, mata a Diego o no se, pero ¡has algo! -dijo Cinco viéndome. Evite rodar los ojos- Es un idiota
— ¿A dónde me llevas? -cuestionó ella-
— Al reclusorio, ya te lo dije.
— Maldito idiota -volvió a patear la puerta-
— Ya guarda silencio, Amaya Gerdsthen -continuaba manejando-
— ¿Por qué son así? Es decir, eran grandes amigos cuando éramos niños, se trataban muy bien y no discutían tanto -intenté calmar el ambiente pero fue inútil-
— Ya no somos niños, entiéndanlo -dijo Diego bastante enojado-
— Claro. Pero aún te sigues creyendo el súper héroe, ¿no? -Auch-
— ¡Basta, Amaya! -gritó y al mismo tiempo se estacionó. Bajó del coche y lo rodeó para luego bajarla- te quedarás aquí -la llevaba del hombro. Bajé pero solo para asegurarme de que no pasara a más-
— Lárgate, ¡Ya, lárgate de aquí! -gritó ella antes de entrar-
— Escucha Amaya, hago esto por que me importas y porque no soportaría que alguien llegara a golpearte tanto hasta el grado de matarte. Por favor no intentes escapar -dijo Diego un poco más tranquilo. Ella le paró el dedo corazón y sin más entró. Miré a Cinco quien dijo <<Estaré con ella>> para así entrar detrás-
Ambos subimos al coche de nuevo. Intente hablar con Diego para explicarle la situación pero él tenía un punto en todo esto.
-Ben-
La familia se había reunido para el funeral de papá, peleas, malos comentarios, rivalidades, ya saben, lo que sabemos hacer.
Aunque algo bueno salió de todo eso. Charl había regresado, y estaba muy contento por eso.
La había extrañado mucho, bueno creo que todos. Aunque regreso algo extraña...
En estos momentos nos encontrábamos en la cafetería a la cual solíamos escaparnos cuando éramos niños. Un señor se sentó al lado de ella y Agnes nos atendió
— ¿Qué van a pedir? -preguntó amable-
— Una dona y un café -habló el señor. Charlize pidió una malteada y yo solo una dona. Agnes fue por estas-
— Veo que aún te gustan las donas -habló llamando mi atención. La vi y sonreía un poco-
— Claro. No creo que dejen de gustarme en algún momento -reí un poco. Ella volteó hacia enfrente y soltó un gran suspiro- Charl, no quiero presionarte pero...-me interrumpió-
— Lo se, se que te debo una explicación, pero....-volteó hacia el señor y frunció el ceño- Disculpe -él la vio- ¿Trabaja en remolques?
— Si, claro -habló algo confundido-
— Debe conocer muy bien la ciudad, ¿cierto? -volvió a cuestionar. La veía confundido-
— Eso espero, llevo 4 años en esto -soltó una risa nasal-
— Necesito una dirección -dijo ella. Solo escuchaba, no entendía nada-
Agnes llegó con los pedidos, los tomamos y comencé a comer mi dona. Charl le pidió una dirección al señor que honestamente no logre escuchar bien. Luego de eso él se fue no sin antes pagar nuestros pedidos también. Que amable.
— ¿Y bien? -cuestione de nuevo-
— En el Apocalipsis encontré a Luther con un ojo -empezó a explicar- supongo que debió arrancárselo al causante -fruncí el ceño- Los vi a todos, entre escombros.... fue horrible
— Me imagino -suspiré y seguí escuchando-
— Encontré a ___, lo raro fue que la encontré antes que a ustedes -me vio y volví a fruncir el ceño- Por eso le pedí a Klaus que la cuidara, no sé en qué está metida, pero ella fallece antes que ustedes, debo evitar que todo eso pase y solo tengo 6 días -observaba su vaso con detenimiento-
— Ya no estás sola, Charl -coloque mi mano sobre la suya provocando que me volteara a ver, le regalé una sonrisa cálida- ¿Como en los viejos tiempos? -reímos un poco-
Quité mi mano y continué comiendo mi dona. De la nada escucho la puerta. Volteé pero Charl hizo que viera al frente de nuevo. Por la pequeña campana observé cómo los tipos llevaban armas y de inmediato me paralice. Charl y ellos tuvieron una plática algo confusa, de la cual sólo entendí que querían matarla, me alarmé pero no me dejo reaccionar pues me tomo del brazo y me teletransporto tras la barra. Me escondí y los balazos comenzaron a sonar por todo el establecimiento.
Coloqué las manos sobre mis orejas y me escondí más adentro de la barra. De un momento a otro se dejaron de escuchar, salí poco a poco, los tipos estaban muertos, literalmente.
Observé a Charlize cortándose el brazo, ¿pero que está haciendo?! Luego comenzó a inspeccionar dentro de este y sacó un especié de chip, ¿un rastreador quizá? Lo tiró al suelo y lo pisó.
— Debemos irnos, la policia vendrá pronto -apuró-
— ¿Estas bien? -pregunté aún sorprendido, ¿como es que pudo asesinarlos como si nada?! Y ¿por que el brazo? Ella solo asintió-
— Vamos -comenzó a avanzar y salimos de ahí rápidamente para luego subir al coche y ella manejara. ¿Cuál coche? Ah si, lo robo-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro