
💕༒𝓔𝓼𝓹𝓮𝓬𝓲𝓪𝓵 𝓭𝓮 𝓢𝓪𝓷 𝓥𝓪𝓵𝓮𝓷𝓽𝓲́𝓷༒💕
—Japón, creo que la masa ya se infló demasiado, ¿debería sacar las galletas del horno ya?
—¡Hai! Definitivamente, saca las galletas del horno _______-chan, yo ya casi termino con los glaseados de chocolate y fresas.
Asentiste de camino al horno tomando previamente los guantes para sacar la bandeja caliente llena de galletas en forma de corazón.
—Muy bien aquí están.
—¡Sugoi! Se ven perfectos. Gracias por ayudarme con esto _______-chan.
—No agradezcas, lo que sea por ti –respondiste–. Es entretenido, y siempre quise aprender a hacer postres como este.
Japón te invito a su sagrado ritual de galletas y chocolates para San Valentín. La tradición japonesa dice que las chicas de secundaria y preparatoria hacen chocolates o galletas para el chico que le gusta. Japón, hace chocolates para todos sus amigos countryhumans.
—Normalmente nii-san es el que me ayuda, pero este año empezó con mucho trabajo y casi siempre lo veo en la noche –hablaba mientras colocaba la nueva bandeja con masa en el horno–. No podía pedirle ayuda a Italia o Alemania porque están en la misma posición que mi hermano, México-kun suele ayudarme en estas fechas cuando mi hermano no está –explicó–. ¡Pero me alegra aún más que una nueva amiga me venga a ayudar!
—Había visto esto en las películas y los animes, y siempre quise intentarlo. Es divertido.
—¡Y la mejor parte aun no empieza! –dijo tomándote de la mano entusiasta, jurabas ver orejas de gato o kitsune encima de su cabello–. Decorar las galletas y hacer chocolates de la forma que quieras es la parte divertida.
Con paciencia y alegre te indico como era que se colocaba el glaseado perfectamente o las formas que le gustaban a cada country en su paquete de dulces. Como por ejemplo que Argentina adora el detalle de que sus galletas tengan su bandera o que a Inglaterra le gustan sus galletas con una corona.
—¿Qué te parece? –le enseñaste un intento de flor de sacuanjoche a la galleta que era destinada para Nica.
—¡Kawaii _______-chan! Estoy segura de que Nica-chan lo adorará –ahora ella te enseño su trabajo.
—Owww es un oso tan adorable, Japón eres una maestra en esto.
—Rusia-kun adora los ositos en sus galletas, no le digas que te conté este secreto –susurró guiñándote el ojo causando risitas a ambas.
Mientras reían alguien abrió la puerta del hogar. Cansado, con saco y maletín en mano, y desajustando su corbata, apareció el mayor de los gemelos.
—ただいま (ya llegué).
—おかえり お兄さん! (bienvenido de vuelta hermano mayor) –le recibió la más joven.
—クッキーの調子はどうですか?(¿cómo vas con tus galletas?)
—Casi termino, _______-chan me ayuda.
Fue ahí donde se percató de tu presencia humana, peinada de una coleta, usando una blusa blanca y un delantal negro que ya estaba manchado de harina, masa y glaseado.
—Buenas noches _______-san.
—Buenas noches, un gusto verle de nuevo, Nipón... –hiciste una reverencia para saludarlo–,¿debería usar un honorífico? –susurraste a Japón.
—Nipón a secas esta bien, no te preocupes –respondió por ti el mencionado–. Gracias por ayudar a mi hermana menor con sus dulces.
—Gracias por dejarme quedarme esta noche –devolviste.
—_______-chan, volvamos con las galletas.
—¡Ay si cierto! Dejamos unas en el horno –exclamaste con preocupación de que se quemen causando una risa suave a los gemelos.
—彼女はいい子だ (Es una buena chica) –expresó el de lentes en su idioma natal.
—うん 彼女は面白くて良い友達です (Si, es divertida y una buena amiga) –contestó su melliza.
—Aquí están, las salve –volviste de la cocina a la mesa.
—Sugoi, solo estas y luego vamos con los chocolates.
—¿Harás también chocolates? –se le noto el interés al albino, juraste que a él también le saldrían orejas. ¿Pasará aquello si se emocionan?
—Mjm –asintió–. De los tres colores este año sí nos sobra glaseado.
—Traje algo de mi trabajo para terminarlo aquí, intentaré hacerlo de inmediato y les ayudaré.
Esta vez no fue tu alucinación, a Japón le salieron orejas y cola de gato blanco con detalles rojos en la punta. Que feliz se le veía al saber que su hermano mayor se les uniría.
Él colgó su saco en el perchero de la entrada y se puso manos a la obra en la sala, sacando su ordenador y un par de papeles. Mientras ustedes seguían con la nueva tanda de galletas y las que faltaban.
—¿Harás algo aparte para México-kun? –preguntó Japón.
—Hmmm tal vez si deba –respondiste pensativa–. Quizá le dibuje a Paco o a su ajolote Selena. Y tal vez haga algo también para mis niños.
—¿Niños _______-chan? –la fémina ladeo la cabeza sin entender bien–. Pensé que me dijiste que estudiabas actuación, ¿eres maestra también?
—A-Ah, bueno, si, es que… les digo niños a sus estados –susurraste aquello debido a que daba vergüenza contárselo a terceros–, es nuevo para mi, y me ven como su mamá así que…
Tu compañera soltó unas leves risillas.
—Daijōbu, daijōbu _______-chan. Que bueno que hice muchas galletas este año, alcanzará para tus niños –río y te sentiste sonrojada.
—私は仕事を終えた (termine mi trabajo) –expresó el mayor guardando su laptop y ordenando sus cosas.
—Subarashī nii-san.
—Bien, ¿dejaron algunas galletas para mi? –se acercó a ustedes remangando las mangas de su camisa.
—Hai, pero primero tu delantal, no quiero limpiar tu camisa manchada de chocolate –ordenó la menor lo que se te hizo divertido.
Rápidamente Nipón regresó con un mandil del mismo color que el tuyo.
—¿Puedo ponerles chispas de colores a estas galletas? –preguntó mientras colocaba chocolate blanco.
—Hai.
Era divertido ver lo dinámicos que eran los gemelos de Japón, se les notaba muy unidos y lo mucho que se querían. Nipon cuidaba mucho a su hermana menor e intentaba tener siempre tiempo para ella.
—Wow Nipón, es muy bueno con las decoraciones –admiraste la flor de sakura que hizo con el chocolate derretido rosa.
—Arigato _______-san, puedo enseñarte si lo deseas.
—Por favor.
—Gracias por dejarme dormir contigo Japón, aunque aún sigo creyendo que debí quedarme en el cuarto de invitados como dijo tu hermano.
—¡Pero si así parece una pijamada! Es más divertido.
—Bueno, tienes razón –respondiste acomodándote en el futón–, aunque por donde vivía nunca hice algo parecido a esto.
—¿Y eso por qué? –preguntó ladeando la cabeza sentada sobre sus piernas y desde su cama.
—Ah, bueno, tu sabes, digamos que en Latinoamérica las mujeres y las mamás tienen miedo de la familia con la que te estas quedando, no importa si sean muy cercanos o de fiar, si tienen hermanos o algún padre no se sabe –respondiste mirando a la ventana, luego a Japón–, lo siento son cosas de por allá, no me hagas caso –completaste rascándote la nuca.
—Daijōbu _______-chan, estas segura aquí, nii-san nunca haría eso.
—Lo sé, confío, es muy recto y caballeroso. Se ve que te quiere y te cuida –te recostaste en el futón, era más cómodo de lo que esperabas–, eso es muy lindo.
—¿Tu tienes hermanos ________-chan?
—No, soy hija única, pero tengo una familia grande, muchos primos más grandes que yo, hasta tengo sobrinos –soltaste un suspiro–. Aunque ya no hablo mucho con todos ellos.
—¿Puedo preguntar por qué?
—Fue por mi carrera, no les gustó que eligiera ser actriz, me dejaron sola y dijeron que lo haría por mi cuenta, entonces corte lazos con ellos. Mex me ayuda a olvidarme de ellos.
—México-kun siempre ayuda a los demás a traer alegría a sus vidas –habló recostada en su cama, ambas mirando al techo.
—Si así es él, por eso quise hacerle galletas, no siempre puedo hacer mucho por él, pero quiero agradecerle como puedo.
—Seguro México-kun apreciará eso –se quedaron un momento en silencio escuchando las manecillas del reloj–. Nee, nee, ________-chan, no tengo mucho sueño.
—Yo tampoco –contestaste–, tal vez por el horario.
—¿Jugamos a algo?
—¡Mamá volvió! –anunciaste abriendo tus brazos hacia los gigantes statehumans de México.
—¡Mami!
—¡Madrecita!
De inmediato te viste en los brazos de Chihuahua, el estado más grande de México, seguido de los demás hijos que se veían igual de felices.
—¿Cómo le fue en Japón ama? –preguntó CDMX el mayor de los hijos.
—Fantástico, traje unos cuantos regalos y dulces para ustedes niños.
Abriste tu nuevo bolso que Japón te regalo de despedida y de ahí sacaste bolsas decoradas de corazones y listones rojos, tenían galletas y chocolates adentro.
—Saben que Japón tiene su tradición de San Valentín, me enseñó a hacer estos y traje algunos.
—¡Ay mamá gracias! –exclamó Tlaxcala al que le entregaste una bolsa primero.
—Ahora, ¿me dicen donde está su padre?
—Preparando todo para la próxima reunión de países porque va a tocar aquí –respondió Nayarit.
—¿En serio? Qué conveniente.
—¡Happy Valentine’s day!
Japón entró a la sala de reuniones alegre, con canastas llenas de dulces para todos, era costumbre para todos que ella les entregara en la mano una bolsa de galletas o chocolates a cada uno presente como muestra de amistad.
—Awwww que linda Japón.
—Gracias chama.
—¡Obrigado!
—감사합니다
—Thank you.
—Danke.
—Спасибо.
—Grazie giappone.
Todos le daban las gracias a la menor de los gemelos en su idioma, su tradición siempre los ponía de buenas cuando San Valentín era día de reunión y empezaba por la mañana.
—Uhhh Vene~ –canturreo Ecuador–, alguien tiene un admirador secreto~.
—Che Japón aún no llega hasta acá para dar galletas y esas ya estaban acá.
—¿Le dejaron unos chocolates en su lugar a este amargado? –se metió Colombia viendo el papel decorado de corazones–. Tan divino.
—¿Posta weon a ver dice quien fue? –Chile intentó arrebatarle la bolsa al remitente.
—CÁLLATE MALDITO HIJUEPUTA DE MIERDA –grito rojo como la bandera de Perú–. LARGO MIERDAS –les alejo a patadas a cada uno.
Asegurándose de estar totalmente sólo, leyó la nota que daba el remitente.
«Feliz día de la amistad, espero le gusten Venezuela»
«________»
Y yo que me porte tan hijueputa con ella, pensaba golpeándose la frente contra el escritorio.
—Ay ese Vene, me sorprendió que mi ______ le quisiera regalar chocolates hasta a ese wey –el tricolor lo veía desde su lugar divertido.
—México, please tell ________ I say thanks, she is so sweet (Mexico, por favor dile a _______ que le doy las gracias, es muy amable) –el estadounidense a su lado ya había abierto la bolsa de dulces que tenían coloreada su bandera.
—Yeah, same here please, this cookies are so good, I love the details, it has my face (Si, lo mismo yo también, estas galletas son muy buenas, amo los detalles, tienen mi cara) –agregó Canadá complacido por el sabor.
—Simón Vargas compadre, yo le digo.
—クッキーの妹はみんな好きみたいだね (Parece que a todos les gustan tus galletas hermana) –comentó Nipon una vez su gemela terminó de entregar todas sus bolsas y yendo a sus lugares.
—それは私をとても幸せにします (Eso me alegra mucho) –contestó su menor–. みんな大好きバレンタインのお菓子 (A todos siempre les gustan los dulces de San Valentín)
—私はあなたが今日より幸せに見える(Les veo más contentos hoy con tus regalos).
—あなたのような (igual que tú) –musito picando una de sus mejillas–. ______もバレンタインチョコあげた そして、彼らはスペシャルのつです (________ te dio chocolates de San Valentín a ti también, y son de su tanda especial)
Suspiró dándole una sonrisa a la nueva taza en estilo Talavera que le regalo la peli-___ esa mañana antes de entrar a la reunión.
—Nipon, Japón, esperen por favor –les detuvo antes de entrar a la sala.
—________-san, ¿pasa algo? –preguntó el mayor volteando a verla.
Entonces frente a él extendió una bonita taza al estilo de una Talavera poblana, incluso tenia su nombre en ella “Nipon”. ¿Cómo pudo hacerla tan rápido?
—Es para usted, acéptelo por favor.
Dentro tenía los chocolates especiales que le dijo eran para algo un poco más personal. Además de una nota escrita con su puño y letra.
«Muchas gracias por la hospitalidad que me dieron usted y Japón, fue muy amable de su parte. Lamento el desorden y el ruido que hicimos mientras usted trabajaba en la sala, imagino debió llegar muy cansado del trabajo»
«Feliz día de San Valentín»
~________.
—お兄ちゃんの意味わかる (Sabes que significa hermano mayor) –le sacó de sus pensamientos su vocecita y su risilla.
—はい、わかっています、(Si ya se) –asintió con una sonrisa–. ホワイトデーには何か特別なことをしたいと思います (Me gustaría hacer algo especial para el día blanco).
—Mae, ¿segura no te las vas a comer?
—Se ven muy ricas, anda dame una…
Golpeó la mano de su hermano Honduras apenas se acercó un centímetro a su bolsa.
—¡Ay! Que pesada, solo decía.
—No se tocan, punto. Me las regalo ella.
—Nica –le detuvo en uno de los pasillos la oji-___–, ¿tienes un momento antes de entrar?
—Para ti siempre _______ –contestó acercándose–, ¿qué pasa?
—Toma.
Le extendió una bolsa de galletas decoradas con flores de sacuanjoche y pequeños tiburones de agua dulce, además de chocolates en su sabor favorito.
—Feliz San Valentín Nica.
Por último y antes de que reaccionara, le dio un beso en su mejilla, como los que siempre se daban cada que despertaban juntas, abrazadas.
—P-Perdón la costumbre –dijo y ella notó ese bonito sonrojo rosado en sus pómulos que siempre se le hizo adorable.
—No me digas que esas galletas van a ser como esa sidra de XV años que dejas en la vitrina y nunca la vas a abrir –la voz de Guatemala le regreso al presente.
—Se te van a echar a perder ¿eh?
—¡Anda no seas mala, dame solo una! –El Salvador se le aventó encima de ella–. ¿Qué no ves que estoy chiquito y necesito crecer?
—¡Ay, ya te dije que no cerote! –le calmó de un golpe certero que dejó congelados a sus demás hermanos–. Consígase su propia vaina pinche. ¡Ni aunque comas toda la comida del mundo crecerías pulgarcito!
—¡Ejem! Hermanos centro –ONU apareció en la sala llamándoles la atención–. Por favor contrólense, empecemos esta reunión bien.
Rápidamente toda la sala cambio a ser organizada, silenciosa, callada. A veces ONU llegaba a pensar que está tratando con un kínder o niños de primaria debido a que la sala de reuniones parecía un salón de clases y él parecía un maestro.
Y pensar que son más viejos que yo, pensaba en sus adentros. Algo cansado a pesar de la hora, noto entonces que le habían dejado una bolsa de chocolates de San Valentín, ¿fue acaso la señorita Japón?
«Feliz San Valentín señor ONU»
«Espero le gusten»
-________
Ciertamente no se lo esperaba, los dulces tenían decorado azul, unas alas blancas o laureles dorados que intercalaban en el diseño, sorprendido por la nota se sintió alagado por el detalle.
Le agradeceré como se debe más tarde.
—Intentemos comenzar esta junta de buena manera todos –se calmo un poco más en su tono de voz mientras guardaba con sumo cuidado el obsequio en el bolso de su saco.
—Mex, ya llegué —anunciaste cerrando la puerta del departamento.
Pero no obtuviste respuesta inmediata, lo cual te extraño. ¿Qué acaso la reunión todavía no terminaba? Imposible, te dijo que saldría primero. Por eso no dejaste nada de comer, ya que tu evento en tu universidad por San Valentín terminaría tarde y el iría a comer con los demás countrys por ser el país anfitrión.
Te adentrarse al departamento y caminaste saludando a todas las mascotas, a Onyx, Rosita, quienes se mostraron feliz por ti, pero aún sin señales del tricolor.
—¿Mex? —llamaste otra vez.
Pero el único que respondió a tu llamado fue Paco, el chihuahua llego hasta ti alegre y danzante.
—Hola Paco —le cargaste entre tus brazos y le acariciaste el mentón—. ¿Haz visto a papá?
Ladró en dirección a su habitación, estaba semi-abierta, lo cual era extraño, ¿estaba dormido?
—¿Mex?
—Feliz San Valentín ________.
El albino estaba amarrado de pies y manos a su cama, en completa desnudez, solo había una almohada qué decía “kiss me” cubriendo su parte más intima; su cuarto estaba lleno de velas aromatizadas y música lenta. Te miraba con sus brillantes ojos ámbar intenso, irradiando en la oscuridad de la habitación.
—¿Y mi regalo?
—_______, yo soy tu regalo.
—Ahhh, ya, pues que regalo más culero —contestaste cortante.
En ese momento Paco salto de tu regazo a la cama para ir hasta el tricolor y morder la almohada como si esta fuera un juguete.
—¡AHHHH MI PICHULA!
Headcanon: «Japón tiene una tradición donde hace galletas, chocolates y regalos para todos sus amigos countrys el día de San Valentín»
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Publicado el 14 de febrero de 2023
Miss regresando de ultratumba para entregar el especial justo a tiempo el día que toca:
Miss Writer
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