꧁𝑀𝐼 𝐷𝑈𝐿𝐶𝐸 𝑂𝑀𝐸𝐺𝐴꧂
Y A PETICIÓN DE USTEDES 👀 Bienvenidos/as a la segunda parte de:
꧁ROMPIENDO LAS REGLAS꧂
(Ya somos más de 200 😍 Muchas gracias)
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Escozor, ardor y placer, arqueó su espalda en el momento en que sintió el golpe en su trasero, un escalofrío recorrió todo su cuerpo y sus pezones se erizaron al punto de volverse completamente erectos. Sintió como poco a poco separó su trasero y posicionó el miembro en su entrada, apretó con sus manos, la firmeza de aquello a lo que se sostenía y suspiró esperando el momento en que aquel enorme miembro llenara su interior. Escuchó el gruñir de Ivenn, y una ola de calor atravesó su cuerpo por completo. Su alfa estaba disfrutando de aquello, de la misma forma que él.
—N-No... lo soporto m-más... —gimió —e-ent-tra y-ya... — No importaba que aquella fuese la tercera ronda de esa ocasión, estaba igual o quizás más excitado de cuando habían empezado la placentera y caliente sesión.
Sintió como la punta fue empujada en su interior y soltó un grito de dolor combinado con placer, las manos de su alfa, apretaron su cadera.
—¿Mi omega está listo? — Escuchar su sola voz, el tono carrasposo, sexi y sensual de esta misma, lo hizo querer venirse ya, amaba unirse en cuerpo y alma, a su alfa.
—Al-fa —Tragó grueso y asintió. Aquello bastó para que su alfa sonriera con satisfacción y empujara con fuerza, su miembro en el interior de su omega.
Inició un feroz vaivén, en el cual ambos gemían y exclamaban palabras inentendibles. Adler corría en el interior de Gulf e Ivenn saltaba de la emoción. Mew ejerció un poco de presión en su espalda y el omega comprendió lo que debía hacer, se aferró más al lavamanos del baño y levantó su trasero, Mew gruñó al sentir más libertad para penetrar profundamente a su delicioso y dulce omega.
Embistió con más fuerza y escuchó el crujir de la cerámica del lavamanos, Adler había dejado salir sus garras, el cabello de Gulf, de nueva cuenta se había vuelto rojizo y ahí estaba el rojo intenso en sus labios, los ojos verdes de Adler, lo miraban con tanta adoración a través del espejo.
~Mi omega ~gruñó Ivenn. Gulf sonrió e inclinó su rostro.
—Vamos, lobito hermoso, mírate. — El alfa tomó el mentón de su omega y levantó su rostro con delicadeza —Mira lo hermoso que eres, — Las respiraciones de ambos estaban aceleradas, las gotas de sudor en sus frentes eran la prueba viviente de la activa ronda de sexo que tenían en el baño de la oficina del alfa —no quiero que bajes la mirada, —besó su cuello —quiero que observes lo mucho que disfrutas. —Mordió su oreja, y cabe recalcar que sus dientes habían dejado de ser solo eso, los colmillos de Ivenn, adornaban su boca —Y lo mucho que yo disfruto... —Apretó la punta del miembro de Gulf —hacerte mío. — Gulf se estremeció y juró que en cuestión de segundos llegaría al climax. Ya había tenido dos intentos fallidos, el tercero era el ganador ¿no? —¿Quedó claro,mi omega?
Gulf amaba todas las ocasiones en que Mew lo proclamaba como su omega, cada vez que hacían el amor, cada vez que su alfa lo tomaba ferozmente; pero con amor y con cuidado de no lastimarlo, y proporcionarle el placer que tal divina criatura se merecía.
—M-Muy claro, —sonrió —alfa.
Mew embistió nuevamente y jadeó al sentir el espasmo en el momento en que Gulf contrajo sus paredes y apretó su miembro, lo miró en el espejo y pudo notar la tan satisfactoria y cómplice sonrisa de este. En definitiva su omega sabía lo que lo volvía loco, embistió con más rapidez y el sonido de sus cuerpos chocando junto al otro, era música para los oídos de ambos, el olor a café, pino y canela, deleitaba sus fosas nasales.
Ivenn y Adler sentían y disfrutaban la calidez del otro.
—A-alfa ¡AAAHH! — El omega sintió el espasmo en todo su cuerpo y en segundos había manchado el piso con su esencia, sintió como sus piernas temblaron debido al orgasmo tan caliente que acababa de experimentar, y negándose a flaquear, se sostuvo más fuerte del lavamanos y bastando de tres embestidas más, su alfa se vació dentro de él.
Bastaron segundos para poder sentir como se formaba el nudo de su alfa en su interior, Mew lo tomó de la cintura y con sumo cuidado lo movió hacia una pequeña superficie de madera, que yacía en el tan lujurioso baño. Luego de haberse acomodado, tomó a Gulf y este se acomodó aún con el miembro del alfa dentro suyo y con completa paz, se dejó caer en el pecho de éste, aquello era tan placentero y cálido que comenzó a sentir como si sus párpados pesaban una tonelada, aquello los obligaba a cerrarse, el color verde de Adler aún reinaba en sus ojos. Ronroneó cual gatito, mientras descansaba en el pecho de su alfa, siendo capaz de sentir la paz de este.
Aunque Mew aún no lo marcaba, se encargaba de hacerlo saber lo mucho que valía y no solamente cuando tenían su intimidad, durante las tres semanas que llevaba de trabajar en Veevath Studio, Mew lo trataba bien, no le permitía separarse de él o que alguien lo viese mal dentro y fuera de la empresa, todo aquello era muy bello y maravilloso, un sueño hecho realidad... pero, siempre por más maravilloso o bello que pueda ser un sueño, nunca faltan las dudas o inseguridades, y la inseguridad de Gulf, aumentaba cada vez al recordar la bendita regla de oro, sí , aquella que aún era inquebrantable en Veevath estudio, o lo será para todos los demás empleados pues él y Mew ya había quebrantado esa regla innumerables veces.
El omega aún no se explicaba porqué su alfa no desvalidaba esa regla aún, podía simplemente tomar el bendito decreto, “absurdo”, por cierto, y mandarlo por un tubo. Pero NO. Aquella regla seguía adornando la entrada en recepción y la entrada de la oficina de su alfa, bufaba y reía burlonamente cada que entraba a la oficina y veía esa regla.
¡Vamos!, se reía en su cara, de la bendita regla.
Decidido a confrontar a su alfa por no eliminar aún esa regla, y sintiendo como el nudo había disminuido, con delicadeza se levantó poco a poco y sintió como la longitud de Mew abandonaba su interior. El alfa parpadeó repetidas veces al darse cuenta de lo que su omega acababa de hacer.
—¿Sucede algo, mi omega? —preguntó, mientras acariciaba su mejilla y su rostro era adornado por una maravillosa sonrisa.
“Sí, por supuesto que ocurre algo, esa maldita regla de oro me revuelve el estómago cada vez que la recuerdo.”
Suspiró al notar la mezcla entre los ojos azules y grises de su alfa. ¡Santa diosa Luna! Mew lo volvía loco. Definitivamente no podría decirle, o empezar una discusión por una regla sin valor, no tenía sentido.
—No ocurre nada, —sonrió. Con su desnudes a flor de piel, caminó hasta donde sus prendas de vestir se encontraban regadas en el suelo, y se giró al observar cómo Mew enarcaba una ceja, esperando el momento en que él fuese a inclinarse para recoger su ropa —ni creas que lo haré —dijo, con una sonrisa.
—¿Acaso existe algo que yo aún no haya visto? —expresó, con autosuficiencia. Gulf se sonrojó ante aquello y le hizo un gesto molesto. —Me giraré si eso quieres —sonrió. Y sin esperar más tiempo, se puso de pie y se dió la vuelta.
—Tienes una cita con Alexander hoy a las once, para revisar el nuevo logo de su disquera. —Indicó el omega, sin verlo pues estaba muy ocupado vistiéndose y debido a esto ni siquiera se percató de que el alfa se había girado nuevamente, alcanzando a ver el momento en que se había inclinado a recoger su ropa interior.
~Nuestro omega es muy hermoso ~dijo Ivenn. Sin despegarle la vista, Mew asintió
—Nuestro omega es maravilloso —sonrió.
~¿Cuándo podremos marcarlo? ~ Mew frunció el ceño ante lo que dijo Adler.
—¿Marcarlo?, ¿no es muy pronto para hacer eso?
~Adler está ansioso porque lo marquemos, también lo estoy, Mew. Quiero que todos sepan que ese maravilloso omega, es MÍ omega, mi dulce omega. ~ Mew sintió un rasguño en el Inter de su pecho, y bufó.
Por supuesto que él también quería marcar a Gulf, añoraba que el mundo entero supiera que él era el destinado de tal divina maravilla. Pero no podía hacerlo, aún no, no hasta que eliminara esa regla. Sabía lo fastidiosa que dicha regla era para Gulf, aunque no se lo dijo en voz alta, lo pensó y ¡vamos!, su conexión es doblemente más potente que la de los otros destinados.
¡Si! bendita diosa Luna. Había escuchado el reclamo de Gulf y ésta no era la primera vez que lo escuchaba, al alfa ya ni siquiera le importaba esa regla, desde el momento en que conoció a su omega aquella regla había dejado de tener el valor que anteriormente le había otorgado, a la siguiente semana de la llegada de Gulf al estudio, había intentado romper esa regla y borrarla de la norma ejecutiva, pero para su mala suerte ese mismo día por la tarde había recibido la visita de James Spons, el socio inversor más poderoso de Veevath Studio.
Nadie más sabía que aquella regla había servido de ancla y de beneficio para que Veevath Studio obtuviera la mejor y más grande colaboración de todas, puesto que James, también apoyaba el “No Romance”, dentro de la empresa y el “No Romance” con compañeros de trabajo. Si bien la postura de la regla de Mew se limitaba a solamente el interior del estudio, James no pensaba igual y al darse cuenta que la regla de Mew beneficiaba y apoyaba su opinión, decidió invertir completamente en Veevath Studio, recalcándole al alfa cada que podía, que su inversión nunca faltaría siempre y cuando, esa regla estuviera aún vigente.
James se había vuelto su mejor amigo en el pasar de estos cuatro años, aunque ya llevaba siendo socio por siete años, su relación había mejorado de unos años a acá. Pensaba hablar con James y contarle lo sucedido, de la llegada de su divino y sublime omega a su vida, si era su mejor amigo, no podría molestarle su felicidad, ¿verdad?. Tendría que hablar con Ohm también, aunque sabía por las miradas de este, que el moreno ya lo sospechaba.
—Estoy listo, — Gulf caminó hacia él y le sonrió —pero veo que tú no lo estás, ¿necesitas que te ayude a vestirte? — Llevó ambos brazos al cuello de su alfa y lo atrajo hacia él, para poder besarlo lenta y amorosamente.
El alfa cedió ante el control del omega y disfrutó de las caricias de su suave tacto sobre sus mejillas y su cabello.
—¿Segunda ronda? —preguntó, juguetón.
—Querrás decir séptima ¿o novena? — Gulf sonrió y Mew seguidamente de él —Vístete, debemos irnos.
—Sí señor —respondió Mew.
Comenzó a tomar sus prendas mientras sonreía bobamente, haría todo lo que fuese necesario para hacer a Gulf completamente feliz.
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—Buenas tardes, ¿puedes notificar al CEO de la empresa, que Spons lo busca? — El apuesto jóven de no más de veinticinco años, preguntó a la recepcionista.
—Me temo que el señor Kirigun no puede recibirlo en este momento —respondió Malaí
—¿Porqué? — James frunció el ceño
—Bueno, hace más de dos horas pidió no ser molestado por nadie, dijo que estaría muy ocupado.
—Estoy seguro en que no habrá problema alguno si yo paso, somos amigos, soy un socio ¿entiende? — James habló con frustración.
—¿Qué ocurre? —preguntó Gulf, al salir de la oficina de Mew. James rápidamente lo miró con desagrado y un poco de desdén, Gulf decidió pasar por alto aquella altanera mirada y sonrió —¿En qué puedo ayudarle?
—¿Tú? —Enarcó una ceja —no creo que puedas ayudarme, —resopló — ¿quién eres? —Pasó el peso de su pie al otro, y sonrió.
—Mi nombre es Gulf Kanawut, soy el asistente personal del señor Kirigun — James rápidamente cambió la expresión de su rostro.
~Su omega ~gruñó Adler, y Gulf sonrió.
—Dile que James Spons, ha venido a verlo.
—Yo no soy su secretaria —respondió Gulf.
—Para ser un omega, eres uno muy terco, soy un socio muy importante en esta compañía. ¡Dile a Mew Kirigun, que he venido a buscarlo! — El tono de su voz había aumentado pero no era escandaloso.
—No le diré nada, yo recibo órdenes solamente de Mew — Gulf se encogió de hombros.
En el momento en que James iba a responder a Gulf, la puerta de la oficina fue abierta dejando ver a un Mew un tanto sudoroso y su ropa un poco desarreglada.
—¡James! — El nombrado rápidamente cambió la expresión de su rostro, por una "amable". Ambos omegas rodaron los ojos al ver esto.
—Mew, me alegra verte, he pasado minutos intentado que me permitan pasar, pero esta chica se niega y este omega inútil s...
—No le hables así a Gulf, James — El nombrado rápidamente frunció y el ceño y retrocedió unos pasos al ver la fría expresión en el rostro de Mew, sus ojos grises empezaron a tener una sombra azul marinada y la profundidad de estos se sentían como si un puñal estuviese atravesando lenta y tortúosamente, tu corazón.
A pesar de que James era un alfa bastante dotado de fuerza y mucha autoridad, no era nada en comparación a Kirigun. Ivenn estaba completamente molesto por el insulto dado a su lindo y dulce omega, ningún bastardo sin cerebro podría insultar a su omega. ¡Jamás!, mientras ellos estuvieran para proteger a Gulf y a Adler.
—M-Mew pero y-yo...
—Pasa. —Indicó, con un movimiento de su cabeza —Tengo algo que hablar contigo. — James parpadeó repetidas veces y dirigiendo un gruñido a Gulf, ingresó a la oficina. Mew rápidamente tomó a Gulf del brazo, con mucha delicadeza y lo alejó a unos cuantos pasos de su secretaria —¿Estás bien? — Mew podía escuchar el chillido de Ivenn, al igual que Gulf, su conexión era tan grande como para sentir las emociones de su alfa y su omega, desde el interior de sus partes humanas.
—Estoy bien — Gulf sonrió.
—Gulf
—Alfa, — Gulf llevó una de sus manos al rostro de su alfa y con delicadeza acunó una de sus mejillas —estoy bien —Volvió a sonreír con calidez.
El tipo ni siquiera le había gruñido o golpeado, no le había gritado o utilizado su voz de mando, un insulto, eso había bastado para desafiar la furia de su alfa. Realmente su alfa lo protegería de lo que fuese y por primera vez, Gulf podía sentir la dicha de saber que alguien lo protegería. Mew no era un alfa dominante, al menos no fuera de la intimidad, y Gulf amaba aquello.
Los alfas normalmente se caracterizan por ser locamente posesivos y violentos, en estas tres semanas Gulf había tenido que interactuar con otros alfas debido a las visitas que Mew recibía a diario en su oficina, Gulf les sonreía y los saludaba, les estrechaba la mano, y Mew jamás se había portado posesivo con él, aquello lo hacía en la cama, en la intimidad, en todas las ocasiones en que hacían el amor Mew se encargaba de dejarle claro de una manera tan satisfactoria y placentera que él le pertenecía, no como propiedad, eso jamás, le pertenecia como su otra mitad, como su complemento completamente perfecto.
Su alfa hacía la diferencia y se sentía maravillosamente afortunado y agradecido con la diosa Luna, por haberle dado un alfa tan maravilloso.
—Jamás le temas a otro alfa, — Mew acomodó su cabello —jamás debes dejar que otro alfa si quiera intente intimidarte, yo... —Tomó la mano de Gulf y la puso sobre su propio corazón —tu alfa, —Acunó la mano de Gulf con sus dos manos —voy a protegerte siempre. —Besó su frente —Estaré para protegerte donde sea que te encuentres... yo siempre estaré contigo, Gulf. — El omega no resistió más y una lágrima traicionera se deslizó en su mejilla. Mew se encargó de borrar con suma delicadeza esa lágrima —Mi omega, mi dulce omega —Besó sus labios.
Gulf se sobresaltó por aquello, debido a que estaban en un área en la cual pasaban muchas personas ya sea al cuarto de archivos o a la zona de estudio de fotografías, la secretaria estaba viendo todo en ese momento. Dejando todo de un lado, se dedicó a sentir cada parte de los suaves y dulces labios de su alfa, a disfrutar del toque de su grande mano en su espalda, a disfrutar la unión de sus lobos y de la calidez que aquello le propiciaba.
Ivenn y Adler mantenían una danza en su interior, de pronto Adler cayó y Gulf sintió como algo se movió en su interior, tanto alfa como omega escucharon el chillido de Adler, seguido del de Ivenn.
~Mew, nuestro omega siente mucho dolor.
—¡Gulf!
—Estoy bien, alfa. Es solo un pequeño cólico. — Mew suspiró preocupado, aquello no sonaba muy convincente. Segundos después Gulf se reincorporó —No hay de qué alarmarse, estoy bien.
—No lo estás, Gulf. Toma tus cosas y ve al médico ahora mismo — Gulf lo miró sorprendido.
—Pero...
—No hay peros, Gulf. Ve al médico y antes de salir, infórmame dónde estás para pasar por tí, arreglaré un problema con James e iré por tí, cariño. — Gulf sonrió.
—Está bien, alfa. Haré lo que dices, ¿puedo pedirle a Fluke que venga conmigo? — Mew entrecerró los ojos y ante este gesto, Gulf puso cara de lobito regañado y ¡Rayos!, ¿cómo podría decirle que no?
—Por supuesto, llévatelo, yo le notifico a Ohm — Gulf sonrió.
Por supuesto que Mew había descubierto que Fluke era el omega de Ohm y no solo porque este se lo haya dicho, claro que no. Él mismo los había escuchado en pleno festín en el cuarto de archivos, tiempo atrás aquello hubiera significado despido para ambos y la eterna enemistad de Mew hacia Ohm por desafiar sus reglas, pero desde la llegada de Gulf, todo había cambiado y consigo, el comportamiento del alfa también.
Tanto así que éste fué tan bondadoso de despejar completamente el área de archivos durante toda la tarde, para que su mejor amigo no fuese interrumpido por nadie, primero por la comodidad de ambos y segundo por el bienestar de la persona que los descubriese, Ohm era un alfa bastante malhumorado.
—Gracias, alfa — Gulf dio un rápido beso en los labios de su alfa y corrió, al llegar hasta donde la secretaria, se giró hacia Mew y le indicó que ingresara a la oficina, Mew asintió y sin más, ingresó.
—¡¡Oh yes!! ¡YES! — Gulf se sobresaltó ante el grito de Malaí.
—¿Estás bien? —preguntó, mientras la observaba detenidamente.
—¡Más que bien! —Salió de su lugar —¡Gracias a tí por fin podremos decirle adiós a esta estúpida y absurda regla! —Sacó la lengua en dirección a la placa que adornaba la entrada de la oficina del CEO.
—Ehm... — Gulf rascó su cabeza —lo olvidaba, lo viste todo — La chica beta, asintió varias veces.
—Por fin podré gritar mi relación con Rodi — Gulf sonrió con picardía.
—¿Te refieres al beta de las enormes gafas, que siempre va acompañado de su café con cremora y su pelotita para el estrés ?
—El mismo, —respondió Malaí —llevo tres años de relación con él, justo nos conocimos aquí —explicó Malaí.
—Wow, sin palabras —respondió Gulf. —¿no les importa la regla?
—Nos importa mucho, —sonrió —apreciamos mucho al señor Kirigun, gracias a él nos encontramos, le debemos mucho. — Gulf sonrió —Gracias — Lo abrazó y Gulf se sobresaltó.
—¿P-Porqué? —preguntó.
—Porque tú le has devuelto la alegría a nuestro CEO, — Gulf sonrió —cuando Lisa lo abandonó, nuestro CEO se vino abajo. Ya no sonreía ni salía de su oficina, ya no lo escuchabas cantar sus canciones favoritas o descubrirlo observando artículos de parejas. — Gulf sintió un dolor en su corazón de tan solo imaginar a su amado, alfa de esa manera. —Desde que tú llegaste ha vuelto a sonreír, ha vuelto a cantar... a ser feliz. — Los ojos de Malaí, se cristalizaron —Gracias, Gulf. — Apretó las manos de Gulf. —Y no te preocupes, todos sabemos de su relación, solo estamos esperando a que nuestro maravilloso CEO haga oficial, la desvalidación de la regla de oro.
—Jum, también estoy esperando eso —resopló Gulf
—Lo hará, confía en él. — Malaí le sonrió. —Por cierto, tu aroma es más dulce, — Gulf la miró con confusión —café que empalaga —bromeó ella.
Gulf sin prestarle mucha atención porque no entendió nada, decidió simplemente sonreír y retirarse para ir en busca de Fluke.
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—¿Porqué actuaste así, allá afuera Mew? — La furia de James se podía sentir hasta en el aire. Mew bostezó y aquello enfureció más al otro alfa. —¡Responde!, — Mew le dedicó una inexpresiva mirada. —¡dí algo, maldita sea!
—Eliminaré la regla de oro —Soltó sin más.
James abrió grandemente sus ojos y las venas se marcaron en su cuerpo, aquello para nada le había gustado.
—¿Que dijiste?
~Aparte de estúpido y ridículo, es sordo ~dijo Ivenn. Mew no pudo contener la risa que aquello le causó, estaba completamente de acuerdo con su lobo.
—¡¿De qué te ríes?!
—Deja de gritarme, a diferencia tuya, yo no estoy sordo. — Mew de un solo impulso, se había puesto de pie. —Eliminaré la regla de oro, James. Lamento mucho porque sé que era lo único que te mantenía con nosotros, pero no puedo tenerla más.
—¿Porqué?
—Esa regla ha dañado a muchas personas desde que fué creada, decidí imponer esta regla para evitar que mis empleados pasaran lo mismo que yo, pero fuera de protegerlos, esa regla los dañó, y hoy en día daña a la persona más importante en mi vida.
—Kirigun, ese chico omega...
—Es mi omega, James. Mi verdadero omega, mi destinado, no una farsa como Lisa, él en realidad es mi otra mitad.
—Pero... — James tragó grueso para contener el nudo en su garganta. —anularé mi sociedad con Veevath Studio.
—Lo sé — Aquello le dolía a ambos alfas, pero Mew renunciaría al mundo entero si aquello implicaba como resultado tener a Gulf para siempre a su lado.
—Lo siento, James. Jamás supe porqué te importaba tanto esa regla, — James suspiró —espero nuestra amistad pueda continuar, James, una regla no debe cambiar nada y...
—Me importaba porque te mantenía seguro para mí. — Mew guardó silencio, aquello lo había tomado por sorpresa. —Decidí invertir en Veevath Studio porque desde que te conocí en los talleres de promoción, me enamoré de ti y le recé a la diosa Luna incontables veces para que pudiéramos ser almas destinadas. — Una lágrima bajó por su mejilla —Pero no fué así...
—Yo... tú eres —
—Un alfa. — Mew asintió —Lo sé. Pero si eliminas mi apariencia, mi sexo, mi jerarquía y lo que soy, lo que obtendrás es un alma profundamente enamorada de tí, fuera de ser alfa, omega o beta, solo soy alguien que se enamoró de un ser maravilloso, Kirigun.
Mew intentó encontrar las palabras adecuadas para responder aquello, pero no lo logró, estaba impactado y triste a la vez, su amigo estaba sufriendo, y a causa suya.
—James, yo...
—Solo no digas nada, haz feliz a tu omega, Kirigun. Y deja que él te haga feliz, te lo mereces. — Sin decir nada más, James abandonó la oficina de Mew y éste sin poder asimilar todo aún, se dejó caer en el sofá y cerró los ojos.
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Luego de unos minutos, decidió salir a tomar un poco de aire, pero al abandonar su oficina se topó con un Gulf bastante sonriente, su aroma a café, ahora bastante dulce, lo embriagó.
—¿Porqué no me avisaste que ya habías salido? —preguntó —hubiera ido por tí.
—Obtendré los resultados hasta mañana y quise venir lo más rápido posible, porque Adler y yo los extrañamos. — Gulf sonrió.
—También te extrañé, hermoso. — Lo jaló del brazo y lo hizo entrar a la oficina, lo abrazó y metió su mentón en su cuello para poder aspirar con mucha libertad el dulce aroma de su fino, tierno y lindo omega. Gulf comenzó a depositar besos en la parte libre del cuello de Mew y el alfa sonrió. —Gulf, — Pudo sentir como el omega sonrió al escuchar su nombre —Gulf...
—Tómame —susurró el omega. Los ojos de Mew rápidamente se volvieron azules y sin aviso previo, levantó a Gulf y este a una velocidad garrafal, enrolló sus piernas en la cintura de su alfa.
—¿La novena ronda? — Mew sonrió.
— La décima y la onceava si así quieres, mi amor —respondió Gulf, jadeante. La excitación que sentía hasta este punto, era bastante alta.
—Prefiero una vigésima —dijo, mientras se encargaba de dejar libre el pecho de su omega.
—Puedo soportarlo — Gulf chupó el cuello del alfa y debido a la succión, dejó una marca en este. El gruñir de Ivenn y ser testigo del cambio de color del cabello y de ojos de su alfa, lo hizo estremecerse. Su miembro ya erecto, palpitó en el interior de sus boxers.
¿Realmente había tenido un climax tan solo con ver a Mew fusionarse con su lobo? La excitación que lo manejaba en este momento, era dos o tres veces más fuerte de lo normal.
Mew lo colocó sobre el escritorio y retiró sus pantalones de un solo jalón, Gulf jadeó al sentir la fría madera escocer sus piernas, su cuerpo se erizó y gimió.
—Eso es lobito, gime — Gulf jadeó nuevamente.
Mew se inclinó para poder liberar el miembro de Gulf, el omega tembló al sentir el tacto de su alfa sobre su masculinidad, en el momento en que Mew se disponía a llevarlo a su boca, Gulf lo detuvo. El alfa lo observó confundido.
—Esta vez quiero ser yo quién tenga el control, —dijo Gulf. Mew lo miró sin decir una sola palabra —por favor
—Soy todo tuyo —respondió el alfa.
~Mi alfa, mi alfa, mi alfa ~ Adler chillaba de felicidad y saltaba eufóricamente en el interior de Gulf.
El omega bajó del escritorio y comenzó a deslizar lentamente el pantalón del alfa sobre toda la longitud de sus piernas, besó y chupó ciertas partes, al dejarlo solo en bóxers, procedió a deshacerse de estos y sonrió en el momento en que pudo tomar el grande miembro en sus manos. Mew lo observaba atentamente, sus ojos azules marinos lo devoraban, y en la vida, Gulf jamás se había sentido tan deseado como Mew lo hacía sentir.
Llevó el miembro a su boca y sin lentitud comenzó a dar rápidas y profundas succiones mientras jugaba con los testículos de su alfa, escuchar los gemidos de Mew, lo hacía sentir espasmo tras espasmo.
Los sentidos del alfa estaban nublados de placer, lo único que podía hacer era sujetar su peso en el escritorio. Llevó su mano al cabello de su omega y comenzó a enredar sus dedos en este, bajo su tacto, el cabello del omega se volvió de un rojizo combinado con café y sintió como la punta de su miembro fué lamida por aquella larga y caliente lengua.
Sin duda alguna, Adler y Gulf hacían su magia para volverlo loco, una, dos, tres succionadas más, por parte del omega y sintió llegar al climax, pero bufo en el momento en que solo pudo sentir el palpitar de su polla como si hubiese liberado su escencia.
Gulf se puso de pie y pasando su lengua por sus labios, lo tomó en un apasionado y feroz beso, Mew lo cargó y lo dirigío al sofá que parecía un simple banco puesto, que no tenía respaldar. Gulf bajó y con una sonrisa adornando su rostro, lo tomó de la mano y le indicó sentarse, Mew obedeció, seguidamente, Gulf se colocó sobre él.
—Hoy deseo montarte — Ivenn rugió al escuchar a su omega , lo volvía loco sentir la excitación de Gulf.
—Tus deseos son órdenes —respondió.
Gulf se inclinó y comenzó a besarlo, pasó su lengua a su boca y Mew lo imitó, aquello solo provocaba que el calor en ambos cuerpos aumentara y que la lucha de sus lobos por querer salir, creciera gradualmente.
Gulf con una mano ubicó el miembro de Mew en su entrada, a este punto ya no necesitaba preparación alguna, su entrada estaba completamente acostumbrada al tamaño de Mew, encajaban perfectamente bien. Mientras el beso se volvió lento y lleno de pasión, Gulf comenzó a bajar lentamente sobre la longitud de Mew, el alfa rodeó con ambas manos la cadera del omega y lo ayudó a bajar, ambos gimieron en el momento en que sus cuerpos tocaron la piel del contrario.
—A-Alfa — Ivenn rugió.
—No importa cuántas veces entre en tí, siempre estás tan apretado que me vuelve loco —dijo Mew.
Gulf sonrió con orgullo y satisfacción al escuchar aquello, levantó el trasero y lo dejó caer con rapidez, provocando que Mew gimiera con voz ronca. Repitió la acción y aumentó el ritmo al escuchar como incrementaba la fuerza en los gemidos de su alfa, sus colmillos lo deleitaban y el crecer de su cabello lo enloquecía, amaba ver a Ivenn y a Mew siendo uno solo, el aroma de su alfa llenaba toda la habitación. Gulf podía sentir sus propias feromonas, las cuales efectivamente estaban más dulces.
—Aaahhh. Alfa —Arqueó su espalda en el momento en que sintió que había llegado a su climax, pero no se sorprendió al darse cuenta de que no había sido así.
El alfa miró fijamente los verdes ojos de su maravilloso omega y quedó deleitado al presenciar el primer cambio de color de cabello, del mismo, no era rojo, no era blanco, ni negro, era un café naranjoso, con mechones blancos, le llegó hasta los hombros y un placentero escalofrío recorrió el cuerpo del alfa. Con una milagrosa rapidez, hizo un movimiento para quedar por encima de su omega, tomó sus muñecas y las pasó por encima de su cabeza.
—Mi omega, — ¡Oh Dios!. Gulf se estremeció, Mew e Ivenn en una sola voz —me vuelves loco. — Gulf se retorcía de placer cada que los escuchaba —Me vuelves loco, mi dulce omega.
—A-Alfa aahah, — Mew se inclinó para besarlo, dio la primera embestida, fuerte y profunda. Gulf gimió —Aaah así, alfa, m-más fuerte.
Obedeciendo a las peticiones de su amado lobito, Mew comenzó a embestir con fuerza, deleitándose al escuchar los gemidos y las inentendibles palabras que salían de la boca de su omega. Ambos sintieron llegar al climax y de nuevo sufrieron solamente un espasmo. El mediano cabello de Gulf estaba sudado al igual que el gris y maravilloso cabello de Mew.
—Llegaremos juntos, cariño — Gulf sonrió. Lo mejor estaba por venir.
Mew tomó sus piernas y las elevó, los pies de Gulf estaban a la altura del rostro de Mew, ubicando uno a cada lado, sonrió y embistió.
—¡OH SANTA MIERDA! — Aquella embestida había sido una de las mejores de toda su vida. Había golpeado su punto dulce de una sola vez —continúa así aaaaahh, por favor.
Ni lento y mucho menos perezozo, Mew siguió embistiendo de la misma forma, sentía llegar al cielo y regresar, cada que Gulf contraía sus paredes anales aprenzando así su miembro. Embistió nuevamente y se inclinó hacia Gulf para besarlo, mordió su labio inferior y embistió nuevamente.
—Aaahhh Gulf, e-res t-tan AAAHH
—A-Alfa y-o aaaahhh
Bastaron pocas profundas embestidas y tanto alfa como omega, llegaron al clímax. Gulf cubrió de su esencia el tonificado abdomen de su alfa y parte del suyo, y gimió cuando sintió el líquido caliente vaciarse en su interior. Soltó un pequeño quejido en el momento en que sintió el nudo formarse, Ivenn y Adler aún seguían en la fusión, con cuidado y sin salir de él, Mew le bajó las piernas y se las arregló para poder acostarse al lado de Gulf.
—Mi dulce omega — Mew limpió las pequeñas gotas de sudor de la frente de su omega y lo besó con delicadeza.
Gulf sonrió y con ingenio se subió sobre Mew, reposó su cabeza en el cuello de este y sonrió con tranquilidad y paz.
El alfa comenzó a dar leves caricias en el cabello ahora naranja, de su omega y a acariciar toda su espalda. Gulf sonreía y ronroneaba, a la vez que pensaba:
¿Cuál sería la mejor forma de hacerle saber a su alfa, que tendrían una cría?
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¡Hi! ¿Qué tal la segunda parte de nuestro omegaverse?
Si sienten que hay mucha miel pues recuerden que esta historia desde un principio está dedicada a ustedes, y yo les prometí que todo sería bonito y divino y así.🤭
¿Será que esto puede tener tercera parte? ¿Ustedes qué opinan?👀
No se olviden de dejar sus votos y comentarios si quieren una tercera parte, espero sea de su agrado y que cumpla sus expectativas, les agradezco muchísimo el inmenso apoyo que le dieron a la primera parte, gracias de verdad.
Sin más que decir. Nos vemos, bye.😚😚
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