—¡Hueningkai! ¡Hace tanto no te veía! — sonrió su amigo. —¿Qué pasó? Dejaste de ir a la universidad así de la nada y no me respondes mis llamadas.

Huening no sabía que responder, no iba a decir con normalidad que su novio le cambió el número de teléfono y que dejó la universidad solo porque su pareja era muy celoso, aunque eso fuera la verdad y le costara mentir.

—Lo siento, he estado muy enfermo estos días. —susurró apenas. 

Ambos estaban parados, viéndose el uno al otro. El teléfono del mayor entre ellos fue lo que rompió el hielo.

—Si Hyunjin. —ah, iré en un momento.
—Estoy buscando un taxi. sonrió.

Kai escuchaba la conversación entre Jeongin y su novio, Hyunjin, que lindo nombre. Envidia esa relación donde su novio lo llame preguntando si está bien y no le da un límite de tiempo, o le restringe su celular, o que tenga confianza que si está con otro chico hablando no lo engañaría. Deseaba que Soobin le dejara un poco de libertad, él jamás lo engañaría y no estaría con cientos de personas a la vez. Debía dejar de ser tan celoso, pero si lo pedía, sería para una pelea más grande.

—Lo siento, era mi novio. —le regaló otra hermosa sonrisa. —Oye ¿Qué te parece si nos ponemos al día? Podemos hacer una cita doble o podemos salir nosotros así nos ponemos al día con nuestras vidas. —rio, pero se puso serio al ver la reacción del menor.

Hueningkai solo negó y salió corriendo del lugar.

Jeongin quedó muy confundido, hace un año y medio perdió contacto con su mejor amigo. Una vez que sabe que al menos está vivo, lo ignora. Por eso, sus pensamientos lo hacían dudar si había sido un problema para él.

Kai caminó hasta el mercado, se sintió mal de no contarle su situación con Soobin. Miró su reloj, tenía veintisiete minutos para comprar algo de comer y volver a la casa.

Recorrió los pasillos del mercado y compró los ingredientes para preparar tteokbokki. No tenía mucho tiempo de hacer algo más elaborado, pero Soobin lo amaba y lo comería gustosamente. Recuerda cuando por tres semanas seguidas su comida se basó en tteokbokki y por un año no lo volvió a comer.

Sería lindo ver a su novio feliz, mientras puede comer lo que le gusta.

Pagó las cosas y se paró en la entrada del mercado. Marcó al número de Soobin para que lo fuera a recoger, porque si tardaba un minuto de más, se volvería loco. Solo tenía dos minutos para llegar a la casa y lo mejor que podía hacer era que su pareja confirmara por si mismo que estaba repleto de personas en aquel lugar y por eso tardó siglos.

No pasaron ni cinco minutos que Soobin se estacionó en el recinto. Kai se sorprendió por la rapidez del mayor, caminó hasta el auto y se sentó.

Mientras se colocaba el cinturón de seguridad, las manos de Choi tomaron su cara y dio un profundo beso, aunque algo brusco, en sus labios. Kai no entendía porque tan repentino fue eso, hasta que vio a una pareja entrar en el supermercado, no eran una pareja cualquiera. Era Jeongin, ese parecía ser su novio pero ¿Dónde habían sacado una niña? Jeongin solo se quedó viendo al menor siendo besado bruscamente por Choi, y poco a poco, las teorías daban paso en su mente, con solo ver esa escena brusca, su corazón se agitó su estómago se revolvió y las lágrimas estaban formándose. No quería pensar en lo que pensaba.

Cuando llegaron a la casa, Soobin solo entró y se encerró en su oficina de nuevo. Kai estaba temblando de los nervios, Soobin vio a Jeongin. Temía que pensara que tardó tanto por andar con él, aunque si fue cierto, pero no habían ido juntos al mercado.

Soobin salió de su oficina, traía puesta una camiseta blanca, con unos pantalones azules y su cabello desordenado con los lentes. Kai se recordó él porque lo amaba tanto, si era tan perfecto.

—Así que... —dijo, cortando su propia oración.

Hueningkai no supo que responder, es más, no sabía de lo que hablaba.

—Así que... ¿Mmm? —dijo un ademán de no saber de qué hablaba.

—No te hagas el idiota, sabemos de qué hablamos.

Hueningkai se encogió de hombros.

—Jeongin. —la verdadera tensión acababa de sentirla.

—Ah, lo vi. ¡Pero juro que no estuvimos juntos! No en el mercado, amor. —no quiso jurar algo que no era cierto, porque para Kai, era serle infiel.

—Claro. —chasqueó la lengua. —Veo que tiene un novio y una linda niña.

—También me sorprendió, hace un año que no puedo hablar con él y ya tiene familia. —se cruzó de brazos, tirando una indirecta hacia su novio.

Soobin solo lo quiso abrazar, pero Kai lo alejó.

—Tengo que ir al baño, perdón. —se excusó.

Subió las escaleras y se encerró en ese lugar. Todos los recuerdos pasaban por su mente, una hermosa salida con Jeongin y luego se despidieron, esa fue la última vez que se vieron. La última vez que intercambiaron una palabra, el novio del menor solo le cambió su teléfono.

¿Dónde estaba Choi Soobin ? El chico que solo era lindamente celoso, no era tan posesivo y tóxico. No lo era.

Soobin miró al costado de la sala, el teléfono de Kai estaba reposando en la cómoda. Por inercia, lo tomó y revisó su contenido. No había nada nuevo, las mismas aplicaciones, los mismos números que solo consistían en el número de Choi y el de sus padres, el cual jamás llegaba a llamar.

Al cabo de cuatro minutos, Huening bajaba, caminando lentamente hacia él. Se paró en frente del más alto y se miraron fijamente.

—Me iré de viaje. —afirmó el mayor.

Hueningkai solo se sorprendió.

—¿Te vas? —asintió. —¿A dónde? —no sabía si preguntar, temía una mala reacción.

—Debo ir a Australia, tengo una conferencia. Quisiera llevarte, pero te aburrirías mucho allí. —dijo, mientras buscaba su teléfono para mandar un mensaje a uno de sus compañeros de la sede en Australia.

Hueningkai solo asintió lentamente.

—¿Cuándo te irás? —dijo con un puchero en sus labios.

Soobin solo suspiró.

—En dos días.

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