—¡Feliz Cumpleaños! —Le dijeron todos a la rubia quien sonrojada agradeció todos los regalos y buenos deseos.

Sus pequeños sobrinos le regalaron unos hermosos peluches, Su preciada mejor amiga unos caros pendientes de oro rosa, los hermanos más sexys anillos con los diamantes más lindos y brillantes, y el gran majestuoso alfa Choi Soobin le regaló un collar fino de oro, junto con un reloj plateado.

Estaba más que agradecida con todos y más con los tres hermanos que le habían regalado de más un beso en la mejilla que la hizo enrojecer hasta el cuello.

—¿Quieres que esta noche te de tu regalo de cumpleaños? —le susurró el castaño en el oído. —El que te dimos hace rato puede que te haya gustado, pero este te gustará más. —le susurró el otro gemelo a su otro oído, haciendo que se ruborize más de la cuenta.

—¿Quieren dejar a la cumplañera en paz? —Propuso el mayor de los tres. —Tenemos cosas que hablar entre nosotros. —dijo coqueto hacia la omega que se encontraba chillando de la emoción, le guiñó un ojo a esta y esperó hasta que su orden fue seguida.

Los alfas rodaron los ojos y se fueron a continuar su coquetería con la mejor amiga de la rubia.

・・・

Hueningkai miró con desagrado a todas las personas en esa fiesta, quería irse ahora mismo, no entendía para qué sus alfas lo llevaban a esos lugares si luego no iban a darle atención.

Cuando había vuelto del baño de la planta alta de ese club, se había caído desde las altas escaleras y nadie se había preocupado para ver si estaba bien.

Ahora le dolía el trasero, y no de la forma buena...

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