Bellos ojos
Atada a una cama, la mujer no paraba de llorar, había intentado escapar infinidad de veces de esa casa, pero luego de un año entero allí ya no había forma de salir, su cuello era agarrado por una correa que la mantenía sujeta a la cama de hospital perfectamente limpia, el cuarto en el que estaba era completamente blanco, con nada más que su cama, una mesa llena de instrumentos de trabajo y frente a ella había una hoja de papel simulando una pantalla de proyección, detrás de ella un proyector
"Por última vez, cuál es esa letra…"
La voz del hombre volvió a resonar en la habitación. No podía creer lo estúpida que había sido al caer en los viles juegos de ese hombre, tenía que haber dudado de su palabra cuando vio la marca de su anillo de casado en su dedo, pero el amor nos vuelve ciegos y en el caso de ella, manca y coja
"A…a… La letra A…" Susurro ella bajo
"Incluso con los ojos llorosos ves bien, sin duda tienes una vista privilegiada, eres perfecta… Como siempre” la voz hablo con un tono siniestro que izo que su cuerpo se estremeciera por completo.
"N…no… Por favor… Te loinstrumentos
La mujer de curiosos ojos violeta lo miraba en pánico, sus las pupilas de sus ojos se volvieron pequeñas, cuando vio al hombre sacar frente a ella sus instrumentnada
"¡No! ¡No! ¡No lo permitiré! ¡Vas a tener que matarme si quieres mis ojos!". Gritaba y se retorcía en la cama, las lágrimas caían a chorros, ya no le quedaba nada más que sus ojos y él se los querría arrancar así como si nada
Ella se removía como un gusano sobre la cama del hospital, su cuello estaba sujetado con una fuerte correa la espalda de la cama médica, ella quería huir de allí, salir corriendo de allí, pero incluso si no estuviese amarrada ese trabajo le sería imposible.
"Por favor, esta será la última vez, te lo juro, después de esto serás completamente libre…"
Él agarro su cuello y clavo una jeringa en su hombro, la anestesia comenzó a hacer efecto y la chica dio una última mirada a su captor, le dolía saber que lo último que vería sería a ese hombre, igual que le había dolido cuando lo último que pisaron sus pies descalzos fue el piso de esa cárcel, lo último que sus manos sintieron fue la suave sabana de esa cama manchada de sangre, su sangre, antes de que despertara y se encontrara a sí misma incapacitada sin sus extremidades.
No sabía si lo hacía con un objetivo o por mero placer, pero era un hecho que de allí no saldría con vida luego de que sus ojos se cerraron. Grande fue su sorpresa, cuando despertó, pero no veía nada, estaba acostada en una cama de hospital, pero algo se sentía diferente, escuchaba el sonido de un hospital de verdad, el aroma de un hospital, estaba demasiado cansada para intentar moverse hasta que lo escuchó.
"Hija…" la voz de su madre, después de casi un año, volvía a escucharla "La paciente necesita descanso, señora, paso por una situación demasiado traumática, sus piernas, brazos fueron amputados y sus dientes, lengua y ojos fueron arrancados también…" Eso explicaba el porqué no podía moverse, hablar tampoco.
El hombre cumplió con su palabra de dejarla ir a pesar de todo. Pero lo que no entendí era porque le dolían tanto las piernas y los brazos, si hacía mucho sus heridas había sido curadas
. "Pero puede oírnos… Puede hablar con ella…"
¡Oh! ¡Gracias! Ese desquiciado se apiadó de ella, dejándola al menos escuchar.
"Coral… Cariño… Mi bebe, no te preocupes, ahora estás conmigo amor, tu hermano está en la policía, encontraron al desquiciado que te izo esto, ahora mismo está en prisión y se va a pudrir ahí…"
¡Sí! ¡Ella sabía qué dios existía! ¡Ella lo sabía! Sabía que ese maldito tendría su merecido desde el momento en el que sintió como la dormía para amputar sus brazos mientras él reía cínicamente.
"Ese loco… Te iso esto y te dejo tirada en medio de un descampado desangrándote mi amor, fue un alivio que un amable señor y su esposa que pasaban lo allí llamaron a la policía y dejaron al criminal inconsciente con un golpe en la cabeza, aún no sabemos donde te tenía secuestrada peor ya lo descubriremos, ese desgraciado dice que es inocente, pero está manchado con tu sangre y tenemos el testimonio de esa pareja…"
¿Qué..?¿Un descampado…? Algo no cuadra, y porque se abrieron sus heridas otra vez.
"La esposa del hombre insistió en hablar contigo, dejaré que pase" escucho como su madre salía de la habitación y minutos después unos tacones se escuchaba cerca de ella
"Hola Coral, mi nombre es Eliza.. Yo solo quería decirte que lo siento mucho… Por todo… Mi-mi esposo es un gran doctor, él a hecho lo que ha podido para cerrar tus heridas y salvar tu vida, sabes… Estar ciega no es tan horrible… Yo estuve ciega por muchos años, fue por culpa de mi padre, él era un alcohólico y un día reventó una botella cerca de micra y los vidrios dañaron permanentemente mis ojos…" La mujer se notaba incómoda, también sentía culpa en su voz, ella tenía una voz dulce, pero, había lago raro en ella. "En fin… Yo… En serio… Lo lamento… "Seguía disculpándose, como si eso fuese su culpa
"¡Amor, tenemos que irnos, oh! Veo que ustedes dos están muy cómodas juntas…"
No…
"Oh Víctor, señora Cristal, a mí.. Si no le molesta me gustaría seguir viniendo a ver a Coral, soy psicóloga y… Me gustaría ayudarla”
No, no, no
"Eso sería aprovecharse demasiado de ustedes, ya con solo salvar la vida de mi hija estaré eternamente agradecido señor Vincent"
"No se preocupe, señora, mi esposa tiene un increíble don para ayudar y su hija es alguien que necesita de su ayuda, créame luego de una semana con mi esposa, su hija se sentirá mejor, por cierto ya quede con su hijo para ayudarlos a que pidan una manutención adecuada para el cuidado de coral al estado, mi hospital les brindara loa reportes médicos y toda la ayuda posible a su familia”
"Muchísimas gracias..." la mujer lloraba, no podía creer la suerte que había tenido con esos desconocidos
"¡No se preocupe, señora! Es… Lo menos que podemos hacer…" la voz de la mujer seguía siendo dulce y con un toque de culpa
"Bueno, nosotros debemos irnos…" él, por otro lado, tenía un tono frío, se acercó ala joven en cama y puso su mano sobre ella, esa mano enguantada en su piel ya la conocía, el cuerpo de la pobre comenzó a temblar
"Te prometí que esto sería la última y que después te dejaría vivir en paz y soy un hombre de palabra" Ella no aguantó más y echo en llanto
"¡Amor!” Llamo desde afuera la mujer, quien hablaba animada mente con la anciana sobre las secciones de terapia que tendría la joven en cama. Una vez que el matrimonio se fue, su madre volvió a su lado.
"Oh Coral, qué suerte tuviste de que esa joven pareja te encontrara, él te curó y salvo tu vida y nos ayudara a pedir una manutención decente al gobierno, es un hombre con mucho dinero, este hospital es suyo, se volvió famanoso hace un tiempo porque pudo hacer el milagro de hacer volver a caminar a una chica de tu edad, las piernas de la joven quedaron destrozadas por un accidente y él las cambió por unas piernas nuevas de una donante anónima, también ayudo a otra chica que nació sin brazos, incluso izo el trasplante de ojos de su esposa… Oh Coral, si pudieras verlos, yo casi llore cuando ella se quitó sus gafas de sol, tiene unos bellos ojos de color violeta”
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