Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

"𝑽𝑰𝑰"

Siete, ellos eran siete.

El lo recuerda demasiado bien, tanto que es doloroso de todas las formas posibles en que un recuerdo puede serlo, recordaba sus rostros, sus sonrisas, sus pasitos de raton sobre los pasillos de la casa, volviendose retumbantes en las salas vacias cuando estaban apresurados, sus ojos oscuros y suaves, con esa dulce y simple familiaridad que tienen los niños para entenderse con su mundo circundante.

Tambien eran pequeños.

Es decir, su madre era pequeña, habia cierta razon para que ellos fueran tambien de esa forma, aun asi, el nunca fue pequeño, tampoco Genya, tal vez no fuera el mas alto, pero era fuerte de espiritu y con un temple formidable, nada conseguia sorprenderlo, pero un pequeño presentimiento le turbo el corazon desde que vio a cada uno de sus hermanos recien nacidos, confundiendolo en su corazon todavia impoluto de aquel entonces con una simple preocupacion infantil que extrañamente no cedia ante el tiempo, volviendose discretamente mas grande cada vez que el los veia.

Como las aves que cruzaban el cielo, ellos durarian poco en el transito grosero de este mundo.

Mas al crecer,  desecho el vago presagio en lo mas profundo de su cabeza, diciendose asi mismo que tener pensamientos asi eran una perdida de tiempo y energias, que ellos no se irian asi de facil, eran 6 niños sanos y risueños ¿Por que se irian con tanta facilidad? nisiquiera esa piedrecilla en su corazon a la cual llamaba "Padre" conseguiria arrebatarselos, sentia que siquiera imaginarlo eran momentos robados a ellos, tiempo no dedicado a la construccion de su vida.

Y ahora, a los 12 años de edad, habia alcanzado esa inesperada y remota felicidad que habia ansiado entre sus pequeñas manos, por fin, no habria mas preocupaciones.

Su padre, aspero rencor en su corazon hasta ahora conservado por el amor de su madre y hermanos, habia sido asesinado brutalmente en una estupida riña sin sentido, tan poco sintio su muerte, que la noticia le sobrevino como una oleada de alivio, haciendolo casi sentir culpable por despreciar al hombre que le habia dado la vida, pero aun asi, podrian reconstruir todo ahora: sus hermanos y madre no vivirian con miedo, podrian ser felices, juntos.

Solo un sonido basta para romper algo preciado, solo un sonido en un mundo irreemplazable.

Y el sonido para el, en ese momento fue el abrumador silencio.

¿Por que su madre no habia llegado todavia a casa?

。☆✼★━━━━━━━━━━━━★✼☆。

Y ahora, Sanemi Shinazugawa, de tan solo 12 años, ve su mundo destrozado ante sus pies, sus hermanos estan muertos en la casa, y su madre, la mujer que mas amo en este mundo, esta en el suelo frente a el, muerta tambien.

¿Por que los dioses tienen que ser tan crueles?

Por fin, el pequeño muchachito habia logrado esa pequña cumbre de paz en la que no deseas nada en la vida, solo lo que tienes ahora, para el, la vida comenzaba a partir de ese amanecer, en el cual no tendria que asustarse cada vez que escuchaba pasos entrando a la casa, y en si, su vida si empezo, de la mas dolorosa manera.

No podia respirar, no podia llorar, no sentia nada, era como si cada pedazo de su carne, cada nervio y miembro de su cuerpo, se hubieran conjuntado para morir con ese amanecer, para morir con su mama, para morir con todo lo que alguna vez soño, mezcla de sueños rotos y incomparable derrota, el sintio en su interior todo el silencio del mundo, mudo y desgarrador, muestra de un dolor inconsolable.

Tal vez, morir no se sentia tan mal.

Por un instante, Sanemi creyo que su mundo se habia detenido, no oia ni un solo ruido, como si los sonidos hubieran muerto con el tambien, solo, frente a el cadaver de la mujer que le trajo al mundo, se sintio mas solo que en toda su existencia conjunta, y sabia que nadie podria salvarlo.

Llevaba en la frente la marca roja de el destino: Asesino, asesino, asesino.....

No hizo nada para romper el silencio, solo escucho el correr desesperado de Genya hacia donde estaba el, rompiendolo por si solo con su presencia, podia haberse movido, haber huido, pero en vez de eso, se quedo alli, parado he inmovil como una estatua, esperando a que su hermano pequeño viniera a recordarle su innegable destino.

Entonces lo vio arrodillarse frente al cadaver de su madre como en camara lenta, tomarlo en brazos, y pronunciar las palabras que lo condenarian para siempre, y lo perseguirian hasta el fin de sus dias.

-¡ASESINO!-El lo escucho lejano, como si no le hablaran-¡MATASTE A MAMA!-

Entonces, despues de tanto silencio, sintio algo sonando en su interior, desde que su madre cayo a su pies, he incluso mucho antes mientras luchaba por su vida, solo habia sentido el primario sentido de supervivencia, mezcla de miedo y adrenalina, que lo impulso en lanzarse por una ventana para salvar a sus hermanos, en pelear con lo que alguna vez fue su madre, y en seguir hasta el final, sin detenerse.

Pero ahora, contemplando como el cadaver de lo que era su madre se desvanecia con el fulgurante amanecer, sintio como el llanto de un dolor insoportable y genuino le subia por la garganta, cortandole la respiracion.

Su madre, esa mujer pequeña y trabajadora, la que soportaba los golpes de su esposo, compasiva y sufriente, la que los cuidaba con esmero, sin escatimar esfuerzos para que se convirtieran en personas de bien, su madre, dulce y suave, estaba ahi, a tan solo centimetros de sus propias manos, podia tocarla, podia asirla, pero aun asi, se escaparia de su control, ella se habia escapado para siempre.

Sangre de su sangre, carne de su carne, asesinada por su propia mano.

¿Que castigo en el infierno se le espera a un parricida?


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro