Capítulo 1
Sus manos temblaban, sus ojos no podían despegarse de las dos rayitas rojas en aquella prueba casera, sus pequeños ojos comenzaron a picar, dejando en evidencia las lágrimas que se acumular en estos, recargo su espalda sobre el mármol del baño y con su mano derecha cubrió su boca, el corazón le latía tan rápido, que podía jurar que le podría darle un paro cardíaco hay mismo, debía ser una broma.
—E-Estoy en cinta... —Fue lo único que pudo pronunciar después de un rato.
—Voy a tener un cachorro... Del príncipe. —Su lobo empezó a mover la cola feliz y también a dar varios brincos, iban a tener un cachorro de su querido y tierno alfa, poco a poco la felicidad de su omega empezó a embriagarle todo su ser, causando que sonriera en grande.
—¡AHHHHH!
Aquel grito para nada femenino, asustó a más de uno dentro de la pequeña casa, la pareja que se encontraban en la sala, descansando, se sobresaltó al ver a su pequeño retoño, correr desde la segunda planta hasta su posición.
—¡P-Papá! ¡Ma-Mami! —Trato de decir, sin poder contener la emoción ni el temblar de su voz
—¿Qué sucede cachorro? —Hablaron sus padres al mismo tiempo, viendo preocupados a su hijo menor.
—Y-Yo... Y-Yo estoy. —El Omega decidió que lo mejor era extenderles la prueba de embarazo, ya que estaba seguro que no podría articular palabra, sin tartamudear antes. —Miren...
La prueba fue arrebatada de sus manos, pero no precisamente por sus padres, sino por la fastidiosa de su hermana mayor, Huening Lea, Kai empezó a dar saltitos, tratando de quitárselo, pero, al ser esta más alta, no lo logró.
—¡Dame eso, idiota! —Seguía brincando cuál conejo, para tratar de arrebatar, el pequeño trozo de plástico, a la fastidiosa alfa.
—Kai ese vocabulario, no es de un omega de familia. —Regaño su madre omega a su cachorro.
—Perdón. —Se disculpó y siguió tratando de quitarle la prueba casera a su hermana.
—¿Por qué te molesta que lo vea...? —La alfa se detuvo al ver las dos franjas rojizas en el artefacto, frunció el ceño, eso solo significaba una cosa. —Mamá, ¿vamos a tener un hermanito y no nos dijeron?
Kai suspiro rendido ante eso, hizo un puchero y le quitó la prueba. —Yo quería decirles, imbécil.
Y antes de que siguiera insultando a su hermano, sus padres se levantaron del sillón para poder verlo con sus propios ojos, le quitaron la prueba de embarazo y ambos vieron con horror las dos rayitas rojas, los dos se dieron una mirada desconcertados y después se giraron para ver a su hijo menor.
—¡¿Kai, estas embarazado?! —Grito Nabil usando su voz de mando.
—Si, no es genial. —Al escuchar esto, Hana se empezó a sentir mareada al escuchar el descaro de su hijo.
—¡Mami! —Gritaron ambos hijos al ver como la rubia se iba de espaldas y su alfa la tomaba de los hombros.
•🍼•
—A ver cariño, quiero que nos expliques. —Dijo Hana una vez ya más tranquila, su alfa le acariciaba con ternura sus brazos, tratando de reconfortarlo y transmitirle tranquilidad. —¿Quién es el padre de ese cachorro?
—Choi... —Sonrió mientras sentía como sus mejillas empezaban a sonrojarse.
—¡¿Te la metió?! —Grito su hermana mayor, levantándose del sillón. —¡¡Ahora si lo mató!!
—Lea, cálmate. —Habló su padre, él también quería romperle la cara a ese alfa, por seducir a su pequeño, era una gran humillación a su familia, pero tenían que mantener la calma.
—¡Pero papá! ¡Ese alfa está casado y se atreve a embarazar a mi hermanito! – Defendió. —¡Yo no voy a permitir este atropello a nuestra familia! -
—¡No fue Beomgyu! –Se levantó Hueningkai gritando, dejando a su hermano y padre con la palabra en la boca. —¡Fue Yeonjun! ¡Choi Yeonjun!
La sala quedó en total silencio, mientras trataban de razonar lo dicho por el pálido.
—¿El hijo de la reina? –Hablaron los tres al unísono y Kai asintió.
—Hijo, ¿Cómo se llama eso que tanto defiendes? –Dijo Hana viendo a la mayor de sus hijos.
—¿Abortó? –Él asintió.
Hueningkai sintió sus labios secarse, no hablaran enserio... ¿Verdad? No podían obligarlo a abortar. –Ustedes no estarán pensando en que yo...
—¡Claro que sí!, nosotros no permitiremos que las personas te señalen por tener un cachorro fuera del matrimonio, tal vez te perdonemos el haber tenido relaciones ante de, ¡Pero esto! ¡Nunca! Esto es demasiado, Kai Kamal Huening, nosotros no te educamos así. –El terror lo invadió al escuchar aquello.
—¡No! Ni lo piensen ¡Yo no abortaré!
—Hijo, es lo mejor, ese alfa va a casarse y te aseguro que no será contigo. –Hana sabía que esta siendo duro con su hijo, pero era la verdad.
—¿C-Casarse? –Pero si Yeonjun le había dicho que era soltero. –No... Ustedes me están mintiendo, él me dijo que...
—Hueningkai, hijo, ese alfa está comprometido desde hace 7 meses con la hija menor de los Jeon. Tú crees que dejara a esa omega por ti, ¡Por la diosa, hijo! Abre los ojos, ese alfa solo te uso. – Hueningkai, apretó los puños con impotencia, su padre tenía razón, pero ellos no podían hacer nada, ante todo, era hijo de la reina y líder de la manada.
Kai sintió como su omega bajaba las orejas y enrollaba la cola entre sus patas traseras, para después esconder su cabeza entre las delanteras y chillar dolido, le había entregado su primera vez a su alfa que solo jugó con él, por instinto llevó su mano hasta su vientre plano, acarició levemente y de limpiar las lágrimas que empezaban a bajar por sus pálidas mejillas, era lo único que tenía y no se lo arrebatarían.
—¡Ustedes no me quitaran a mi cachorro! ¡No lo harán! –Y corrió escalera arriba para encerrarse en su cuarto.
—¡Kai Kamal Huening, regresa aquí! – Grito el alfa, pero al no recibir respuesta, volteo a ver a su hija mayor. –Hija, pide una cita en alguna clínica de esas.
—No papá, lo siento, pero yo no los apoyare en esto, mi hermanito va a sufrir si ustedes hacen eso. Lo siento muchísimo, pero no pienso participar. – Dicho esto tomó su chamarra y salió de casa, azotando la puerta.
Nabil observo preocupado a su pareja, y este solo decidió abrazarlo, liberando su aroma para tranquilizarlo. – No te preocupes, cariño, ya vemos qué hacer. –Dejó un casto beso sobre la cabellera rubia de su esposa para seguir pasando su mano de forma tranquila por la espalda de esta.
Mientras en la habitación de su hijo menor, Kai abrazaba con fuerza a su peluche de Molang tamaño real, el delgado cuerpo del omega estaba sobre el grande conejo de felpa blanco mientras lloraba al igual que su lobo, él no quería deshacerse de su bebé, era lo único que tenía del alfa al cual amaba con todo su corazón.
—No los entiendo. –Habló al peluche. – Siempre andan regañando a Lea, por apoyar eso del aborto, diciendo que es lo peor... – Tomó una gran bocanada de aire para pasarse, aunque sea un poco del nudo en su garganta. –Pero ahora... Parece ser su única solución. –Volvió a ocultar su rostro para volver a llorar sin dejar de acariciar su vientre.
Limpio las lágrimas de sus ojos y mejillas, cuando una loca idea surco por su mente, se levantó de la cama, como si hubiera presionado un interruptor, para después empezar a rebuscar debajo de su cama, en cuanto su pálida mano sintió la superficie rígida del mando, Tiro de esta hasta sacarlo de ahí abajo. Tal vez era una decisión demasiado precipitada, pero por ahora, era le mejor que se le ocurría, así que, sin pensarlo un poco más, puso manos a la obra.
•🍼•
—Kai, estuve conversando con tu padre y llegamos a la conclusión de que lo mejor será... —Detuvo sus palabras al ver el cuarto de su hijo patas arriba, aterrorizada, empezó a llamar a su alfa. —¡¡Nabil!! ¡¡Ven rápido, Kai no está!!
A los pocos segundos, el alfa de cabello negro hizo acto de presencia viendo con horror el cuarto de su hijo menor, sus cajones estaban volteados, la mayoría de su ropa ya no estaba, el clóset se hallaba abierto de par en par y semi-vacío, la pareja se observó unos momentos, empezaban a arrepentirse por sus acciones pasadas, en eso ambos pares de ojos cayeron en una nota doblada a la mitad, que se encontraba sobre la cama del omega, con un mal presentimiento ambos se acercaron y abrieron esta para leerla, el omega rubio cubrió su boca al leer lo que tanto temía, escondió su rostro sobre el pecho de su alfa llorando desconsolado.
"Me voy de la casa... No me busquen, estaré bien... Lo prometo".
Es lo único que tenía escrito en aquel papel, ambos se sintieron los peores padres del mundo, el miedo los había cegado y habían actuado de forma impulsiva, perdieron a su hijo en el proceso. Pero buscarían la forma de arreglarlo.
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