𝑇𝒉𝑟𝑒𝑒
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YoonGi POV:
2:49.AM.
El sonido de la leña chistar y el ausente ruido de las gotas golpear contra las afueras del suelo hacen una mezcla insonora a mis oídos que logran hacer a mi cuerpo despertar. Sostengo mi peso con mis codos mirando somnoliento a los lados, bostezo y paso el dorso de mi mano por mi ojo derecho aún con sueño. Mi estómago ruge en un llamado por ser alimentado pero me niego por dos claras razones; no tengo hambre aunque parezca y cocinar no se me hace atractivo a altas horas de la madrugada. Observo rápido la hora en el reloj viejo de madera que cuelga en la pared, arriba de una pintura digna de Picasso junto con más pinturas y cuadros variados que arrebatan una nostalgia palpable a pesar de ser pinturas llamativas para nada tristes.
Ha sido así desde hace mucho. A pesar de sonreír no hago más que sentirme vacío, plástico. No ese vacío necesitado de un amor de príncipes, no. Un hoyo negro que poco a poco consume mi mente, alma y espíritu sin explicación concisa. Me confunde y a mitad de camino me pierdo y caigo sin remedio a un vacío carente de vida. Me siento inútil, abatido y sin rumbo fijo.
¿Que propósito tiene la vida sin un camino marcado?
Nacemos para morir y supuestamente vivir pero yo no he hecho más que morir viviendo y lo odio. Odio el sentimiento repugnante que me otorga el vivir sin poder acabar yo mismo con mi sufrimiento. No tiene sentido. Nada lo tiene y me repito una y otra vez la misma frase.
¿Vivir para morir o morir para vivir?
¿Vivir para morir o morir para vivir?
¿Vivir para morir o morir para vivir?
¿Vivir para morir o morir para vivir?
¿Vivir para morir o morir para vivir?
Es lo mismo. Pero sigo sin entenderlo. Si esto fuera una historieta mi ilustrador se quedó sin imaginación y optó por dibujarme sin pasión. Me descuidó y terminó matándome.
Vacío. Estúpido. Inútil. Inservible.
Como un perro abandonado y botado a su merced me encuentro. Solo puedo decir honestamente que estoy feliz cuando mis dedos bailan al compás de los acordes. Es maravilloso ser feliz por al menos pocos minutos. Como algo simple que soy también me fascino con las nubes. Cosa que amo admirar y sollozo de felicidad al crearme un mundo allá arriba solo con ellas siendo mis compañeras de por vida en un mundo carente de realidad.
Sería fantástico pero caigo en mi realidad nuevamente donde la chimenea ya ha dejado morir su fuego. Me siento sobre el suelo fijando mi vista hacia la lámpara de papel posteriormente al suelo y parpadeo suavemente.
-He de admitir que ser descubierto por sus ojos me ha dejado perplejo pero no tanto como mi atrevimiento hacia usted.
Una voz dulce y suave resonó en el lugar y erizó mi piel. Mis ojos que fijaron de inmediato la silueta esbelta de pie ante mí se abrieron más de lo normal y como acto de reflejo me arrastré con las manos hacia atrás.
-E-eras el de antes. -titubeé fuera de lugar.
-¿En el techo? Sip. -camina los pasos que yo me alejé.
-Quien me observaba en el camino hacia acá, después mientras tocaba. -afirmo, él asiente. -¿M-mi ángel guardián?
Suelta una carcajada y yo frunzo el ceño.
-¿Qué disparates dice? ¿Tengo cara de ser uno?
-Pero eres un ángel, ¿No? O ya estoy soñando de nuevo... -susurré lo último.
-Lo soy. Por supuesto.
-¿Entonces...?
-Soy un ángel caído. -sonríe de lado con los brazos cruzados como si fuera lo más común del mundo, siendo de madrugada a mitad de la nada en un castillo abandonado del siglo XIV. Me sorprende que aún le queden plumas blancas.
-Ya veo. -asiento sin más, él me mira extrañado.
-N-no está... ¿Sorprendido? -boquea descruzando los brazos.
-¿Porqué debería de estarlo? -ladea un poco su cabeza haciendo que sus hebras azules se muevan a los lados sedosas y brillantes.
Atractivo, magnético.
-Eeh... No sé humano. ¿Tal vez porque acabo de decirle que soy un ángel y no cualquiera sino un caído? Digo, a menos que esto le ocurra todos los días...
-No es así. Solo... Por supuesto que eres fascinante. Es algo fuera de lo común a la par que increíble pero no es algo imposible.
Ante mí respuesta calla y camina con delicadeza unos pasos por la sala observando el lugar. Lleva puesto un traje completamente negro: una camisa manga larga de botones ajustada a sus muñecas. En su pecho un cierre oculto que es apresado por un corsé negro de reluciente cuero cierne su cintura haciéndola ver aún más pequeña. La pluma negra que adorna su camisa en la parte izquierda de su bolsillo, no pasó desapercibida ante mis ojos. Da media vuelta dándome la espalda algo pensativo con una mano en su mentón. Observo fascinado sus dos imponentes alas que me muestran tres colores muertos a la vez. Caen más abajo de sus talones y se arrastran por el suelo bellamente haciendo notar lo grandes y esponjosas que son. Encantado sonrío sin poder evitarlo. Su pantalón de vestir también negro, se ajusta a sus muslos y caen anchos a sus tobillos. Camina de regreso y sus zapatos pulidos resuenan dejando el eco en todo el lugar al ser de charol.
-Es hipnótico. -dice él viéndome.
-¿El qué?
-Su persona. Todo de usted es hipnótico e impensable.
-Aguarda allí ángel. Eso debería decir yo.
-¿Ah? -sus ojos grises me observan con curiosidad y la sombra al rededor de ellos los hace resaltar aún más. -No entiendo.
-Mejor así. -digo casi en tono burlón.
No me sorprende pero lo que sí me intimida es el hecho de que ésta tal vez no sea la primera vez que me observa.
-Han sido muchas. -toma asiento frente a mí, en el suelo. -Las veces en que le he observado maravillado y sin cansancio.
Lee pensamientos, sin duda.
-¿Maravillado? ¿No querrás decir asqueado? -me mofo a lo que él ni se inmuta.
-No sé a qué se deba su dolor pero deje de decir esas cosas tan crueles hacia su persona. -su voz suena más gruesa, casi molesto.
-Era una broma, que falta de humor, angelito. -ruedo los ojos y él se cruza de brazos. -¿Cuál es tu propósito al hacer eso?
-Observarle.
-¿Con qué fin? -cuestiono aburrido.
-No hay uno en específico. -dice encogiéndose de hombros.
-Debe haber uno.
-No tiene porqué haberlo. -completa sonriendo. -Me gusta deleitarme con su belleza y endulzarme con su manera de expresar su dolor en notas y acordes.
-Vaya...
Que manera de disfrutar mi dolor.
-¿Qué sucede? ¿Dije algo inapropiado? -suena preocupado y eso me extraña.
-¿Disfrutas de verme llorar? -digo en lugar de responder su pregunta.
-Nada de eso. Aprecio el cómo transmite sus sentimientos por medio de teclas y cuerdas. Verle llorar oprime mi corazón y me siento afligido. Siendo sincero solo disfruto de lo mucho que puede llegar a transmitir estando tan vulnerable. En el buen sentido, quiero decir.
Desvío la mirada avergonzado. ¿Pues cómo es que habla disparates sin una pizca de pudor?
-¿Cómo es que eres un caído? -cambio rápidamente de tema. No quiero hablar de mis sentires, mucho menos ahora.
-Hmn, podría decirse que al de arriba no le agradó mi pasatiempo de encariñarme con los humanos.
-¿Pecaste? -me levanto siendo seguido por su mirada, él lo hace después siguiéndome los pasos -Puedo suponer que fue hace poco ya que aún te quedan plumas blancas. -apunté la base de sus alas.
-Acertó. Y si, he pecado pero no lo veo así. Amar de diversas y distintas maneras no debería ser algo "malo" -hace comillas con sus dedos. -Da igual si es un amor fraternal o mucho más allá de eso. Solo importa el alma. No un físico o género. Está bien si se ama a una planta por el resto de su vida o a ti mismo, está bien siempre cuando el ser sea feliz, ¿No cree? Quiero decir, pecar es subjetivo. Dios así lo cree pero no es pecado amar. Al menos no a mi parecer.
Un ángel que cayó al fondo del mar sin oportunidad de llegar a la superficie. Con pensamientos más humanos que los mismos. Es caóticamente hermoso. Sonrío y aprovecho de que me sigue el paso para morder mis labios y hablar después.
-Los humanos somos pecadores por naturaleza, somos "imperfectos" -hago comillas también a la vez que subimos por las escaleras, él a mis espaldas. -Al nacer del pecado y que según la biblia si Eva no hubiera mordido la manzana seríamos la creación perfecta pero, somos pecadores por defecto así que no hay vuelta atrás si amamos o no de distintas maneras o nos regimos por una ley implantada en un libro que es incierto. De igual manera estaríamos pecando hagamos o no lo que nos dice la religión. Dios nos perdonaría, ¿No? Pero seguiríamos en el mismo bucle por milenios; él nos perdona, nosotros pecamos. Y así por siempre.
Hago una pausa tomando aire y doblando en la esquina que da a la alcoba mientras agrego:
-Pero... ¿Qué pasa con ustedes? Los ángeles son la representación de pureza, ¿No? ¿Porqué es una odisea que ustedes amen? Creí que Dios esparcía amor de diversas maneras sin ser un pecado.
-Un ángel es perfecto. -habla firme -No tiene permitido amar porque eso es de humanos. Nuestro deber es observar, velar, y acabar con lo que se nos envíe. En su mayoría el mundo o humanos. Claro que amamos, pero solamente es permitido un amor hacia nuestro Padre y el mundo. Nada de enamoramientos o fascinaciones. Estaríamos pecando inmediatamente y nos desterrarían aquí, a la tierra. -para su andar en el último paso antes de entrar. -Ser creado por Dios no quiere decir que seamos seres sin corazón. No es nuestra culpa. Él al igual que a ustedes nos creó también a su semejanza. Sino quería que pecáramos, debió hacernos sin sentimientos.
-Pero ese es precisamente el punto. Acatar sus órdenes es parte de ello. Tener sentimientos es una prueba para ustedes y su lealtad hacia él, ¿No lo ves así?
Retoma sus pasos al llegar y entramos al tercer piso de la torre. Suspira después haciendo un lindo mohín con sus labios.
-Mi pecado fue bajar a la tierra. -en cambio dice -. Salvé un humano. Ella estaba a punto de morir frente a mis ojos y él, que todo lo ve simplemente dejaría que pasara. Sé que eran sus planes y que ya su tiempo en la tierra había acabado pero, morir de aquella manera tan deplorable e injusta no me parecía. No me lo permití y emprendí vuelo tomándola en mis brazos. Una preciosa niña me veía fijamente con una pureza que los ángeles jamás tendremos. Me desterró después de eso por desobedecer pero me permitió conservar mis alas. -las abre a sus costados sin volar. Como estirándolas. -Si mi pecado es amar y ser fascinado por los humanos, está bien para mí.
-Pecar es subjetivo, eh. -repito lo que antes dijo y cabeceo sonriendo de lado. Alzó vuelo despegando los pies del suelo. -Me parece perfecto.
-Y... ¿Qué hay de usted? -me dice volando sobre mí.
-¿De mí? Nada que pueda fascinarte, claro está.
-Que me hable y no salga despavorido ya es una fascinación. Además, ya me tiene hipnotizado desde un comienzo. Mucho antes de cruzar palabras. -menuda divinidad.
-¿Tus alas se volverán completamente negras? -cuestiono en cambio. Bufa tal vez exasperado por no conseguir una reacción en mí.
-Deje de responderme con preguntas. -hace un puchero cruzando los brazos. -No. Probablemente queden grises, dependiendo de mis pecados y si cometo más gordos. Por ahora representa tres colores: el blanco por la supuesta pureza que aún conservo. El gris por mi éxtasis hacia mi pecado y el negro por...
-Lascivia. -completo sonriendo con grandeza y él abre la boca sorprendido.
-Se volverían completamente negras. -acota con una mirada frívola. -No falta mucho.
-Eso es más que interesante.
-¿Lo cree? Que más da. Mi libido salió a la luz apenas mis ojos se posaron sobre usted.
Jadeo por su atrevimiento y fijo mis orbes sobre él, sosteniendo su fría mirada.
No respondo. En cambio detallo fijamente sus grisáceos ojos por largos segundos. Segundos que pasaron a minutos. Y minutos que parecieron infinitos. Observo con detenimiento sus finas cejas; tupidas y negras combinando con sus espesas pestañas que cubren las ventanas de su decorosa e impúdica alma. Pureza que aún conserva, puesto que para mí, aún siendo contradictorio sigue sin haber pecado. Su linda nariz y redonda boca me dejaron encantado. Tiene unos pomposos labios que relame cada nada. Puro, puro y angelical con un toque de malicia. El bate una vez más sus plumosas alas haciendo que el viento emanado por ellas me de al cuerpo haciéndome sonreír, él lo hace también y terminamos riéndonos del momento.
-¿Tocará para mí? -indaga viendo como tomo asiento frente al órgano.
-¿Quieres que lo haga? -asiente con un bonita sonrisa. -Bien.
-Bien. -repite. Y estoy a punto de empezar mi melodía cuando la luz de un rayo ilumina completamente la sala. Suelto un respingo a lo que él maldice lo suficientemente alto como para ser escuchado pero no querer serlo. Veo como mira a través de la ventana pensando tal vez en que ha hecho algo malo y pasa sus manos por sus brazos algo inquieto.
-¿Sucede algo? -digo bajito, como arrullando con mis palabras. Suelta un sonoro suspiro aún viendo por la ventana.
-C-creo que... Debería irme yo... Lo siento. Lo buscaré luego. Pero antes -extiende sus alas dispuesto a volar e irse y dejarme aquí con las palabras en la boca. Menudo ángel. -¿Puede decirme su nombre? Yo soy JiMin.
-YoonGi... -musito mordiendo mi lengua después.
-No esperaba menos de usted. Impensable como su alma. Nos vemos, YoonGi.
Y voló saliendo como una bala hacia la ventana sin explicación alguna y me he sentido lastimado pero no entiendo el porqué. Me he sentido usado de alguna forma y probado por alguien sin éxito alguno. Como un científico que adora a su experimento hasta que falla. Se han ido mis ganas de tocar y en cambio me pongo de pie dispuesto a salir del castillo y dejar el lugar lo más pronto posible.
Afligido y emocionando cuando se trata de un ángel caído que apenas y reconozco.
Una semana después, mismo lugar...
1:11.AM.
Suspiro por enésima vez y echo mi cabeza hacia atrás dejándola colgar en el posa manos del sillón donde ahora me encuentro, también con los pies colgando en el otro extremo y la espalda pegada a su acolchado asiento.
Nuevamente me encuentro el viejo castillo. Ha pasado dos semanas desde que vi por última vez a JiMin antes de que saliera por esa gran ventana y no ha vuelto... No sé exactamente qué sucedió pero su silueta no ha aparecido por ningún lugar y no ha desaparecido de mi mente. He tocado el piano, el violín y el órgano todo lo que mis dedos y muñecas dan pero ni ese acto ha sido suficiente para que vuelva. Temo haber hecho algo malo pero lo descarto al pensar que tal vez aún tiene asuntos pendientes con su Padre. Veo el techo de piedra caliza y retengo la respiración hasta que me decido en subir y tocar una pieza que ha estado bailando en mi cabeza, seduciendo a mi mente y atrayendo a mi corazón. Me siento en el sillón del órgano tronando mi cuello y a la vez mis falanges. Rebusco una partitura en el bolso que antes he traído y la dejo reposar en su lugar del órgano.
Empiezo con algo suave pero preciso. Un canto de mis dedos hacia la alcoba vacía que rodea mi presencia. Con una mano toco el primer manual y con otra el segundo al mismo tiempo. Cierro los ojos disfrutando de la melodía de aire que me ofrece el órgano y prosigo con la misma suavidad pero esta vez cambiando de acordes. No necesito ver para saberme la obra pues, es una de mis favoritas debido a que tiene un oscuro tono que me recuerda a JiMin y al color de sus alas. Cuando he llegado a la mitad de la melodía muevo mis dedos afinando el sonido y muerdo mis labios pensando en que tal vez si toco con más fiereza y pasión el ángel podría llegar y observarme.
Me siento lastimado de cierta forma pero sin sentido alguno. No ha venido, si. Pero quiero que me vea mientras yo me deleito con la imagen de sus alas casi negras y su mirada fría de ojos grises.
El sonido de la melodía retumba en la alcoba a la vez que un tintineo de cristales se escucha y me obligo a parar mi recital.
Fijo mi vista hacia el techo y la lámpara de papel. Se está moviendo, sola. Un par de velas son apagadas quitando la iluminación en una parte del lugar pero dándole total acceso a la otra mitad. Parpadeo suave y de la nada una sombra a lo largo de la pared se plasma. La silueta brinca de la nada y extiende a sus lados dos inmensas alas con sus brazos a sus costados. Me giro inmediatamente al lugar de donde proviene y abro mucho los ojos, casi sorprendido pero no intimidado.
Es él.
Él y al parecer ha escuchado mi llamado.
Le veo allí a mitad de la pared, volando, expulsando aire de sus alas y emitiendo ese glorioso sonido de sus plumas al golpear con el aire. No sé en qué momento ha llegado pero significativamente me siento mareado por su belleza.
Su cabello era ahora de una azul metálico brillante que traía peinado hacia atrás, tan liso, con la frente descubierta. Sus ojos destellaban el índigo vivo que rodeaba su retina y exponía sus iris. Y sus alas... Oh, sus majestuosas alas ahora eran completamente negras. Tan obscuras y absorbentes como la noche más negra y fría. Es como ver al peligro acechar su víctima. Maravilloso. Increíble. Perfecto.
Sus zapatos de charol resuenan en el suelo liso deleitándose con sus pisadas cuando ha decidido descender y he tragado saliva porque mis pensamientos se desvían a algo más oscuro que la noche cuando veo su cintura ser cernida por ese corsé negro con piedras azules incrustados en él. Alza su mentón de una manera despreocupada pero a la vez imponente cruzando sus brazos en el camino, abre sus alas de par en par con mucha gracia esta vez y de un salto vuela quedando justo frente a mí.
-Son negras. Completamente negras. -es lo primero que digo al ver sus alas aún expuestas a sus costados.
-Aun quedan tres blancas. -responde inclinándose hacia mí y mostrándome la base de su ala en su omóplato derecho. -Supongo que aún hay pureza que ensuciar. -se encoge de hombros.
Estrecho mi mirada y estiro una sonrisa ladina meneando después mi cabeza.
-Interesante viniendo de un ángel cuyo pecado fue amar.
-Interesante las respuestas provenientes de un humano cuyo pecado fue hacerme extasiar y no saciar.
-¿Te parece interesante un organista desahuciado? -expongo enarcando mis cejas.
-Me parece impensable su manera de amonarme sin siquiera mirarme. -musita él caminando al rededor del órgano, desliza sus índices por toda su extensión.
Gira su cabeza hacia la ventana observando el gran ventanal vitrificado y observo maravillado los tres largos y plateados pendientes que cuelgan de su lóbulo izquierdo. Da la vuelta hacia mí y con una sonrisa agrega:
-Passacaglia es sin duda una de mis obras favoritas y que usted, apreciado humano lo seduzca con sus dedos es más que un éxtasis para terminar con las pobres tres plumas blancas que estorban a mis pomposas alas. Es usted el pecado al que caigo sin su consentimiento. ¿No es impoluto?
-Es sensual de una manera imperfecta. Tal vez una epifanía de mi parte pero una serendipia para la suya. -es distinto.... JiMin ha llegado diferente y lo puedo ver en el zafiro de sus ojos y en su sonrisa cargada de malicia, es ahora un ser... Completamente caído. -Cabe destacar, JiMin, que he quedado sin palabras ante tal declaración. ¿No crees que... Ha cambiado algo?
-Ah, no tiene porque responder algo. Solo soy merecedor de mi sinceridad y condenado a mi veracidad.
-Y que lo digas. -acoto poniéndome de pie.
-Y respecto a que algo ha cambiado supongo que se refiere a mi apariencia pues, mis pensamientos siempre han desvariado por el mismo camino. Por la misma razón para concluir con una persona. Algo superficial es meramente lo que ha cambiado.
Alza vuelo pero he visto mal pues, cuando siento a mis pies dejar el suelo veo hacia arriba y él me toma de la parte trasera de mi capa negra elevándome con él. Suelta una carcajada limpia que resuena en todo el castillo y me suelta. Cierro los ojos por inercia pero caigo de pie sin daño alguno.
No estaba tan alto.
-¿Te he asustado? -inquiere juguetón.
-Ni de coña. -espeto alisando las mangas de mi camisa. Él expulsa de su garganta otra carcajada que me hace cabecear.
Para ser un ángel caído parece un crío.
-¿Porqué? -formulo únicamente. No es necesario que diga más, creo que él sabe a lo que me refiero.
-Ah, ya sabes, mi "padre" -hizo comillas -, quiso imponerme unas reglas aquí en mi paraíso, la tierra. Para ser perdonado en un futuro de una manera correcta. Soy misericordioso, dijo él, por eso si te entregas al olvido yo perdonaré tus pecados y renacerás como alguien nuevamente puro, un querubín, tal vez. Creo que fui claro en mi respuesta cuando escupí a sus pies y besé en sus narices a uno de sus arcángeles.
-Vaya... Un ángel rudo y además rebelde. JiMin, me dejas encantado más que impactado cada vez más.
-Si es algo que le guste con agrado puedo hacer cosas mejores.
-¿Ah sí? -asintió cesando su vuelo y acercándose a mí. -Muéstrame.
-Sería un verdadero placer. Ya ha tocado para mí, lo menos que puedo hacer es devolverle el favor.
Me senté tranquilamente en el mueble grande en la esquina de la alcoba. Él se acercó a pasos lentos quedando de pie frente a mí y se inclinó.
-¿Le gustan las manzanas? -indaga muy cerca de mi rostro, combinando nuestras respiraciones.
-Son jugosas, si. Pero en estos momentos prefiero los duraznos. -digo mojando mis labios.
-¿Podría saber el porqué?
Asiento despacio acercando mi boca a la altura de su oído y susurrando después:
-Prefiero lo que está a mi alcance justo ahora. Y eso significa el color durazno que pinta sus pecadores labios.
Y sin más se sube a mi regazo pasando sus manos por mi nuca y atrayendo mi boca hacia la suya sin juntarlas. Entreabro mi boca ahogando un gruñido con la mandíbula tensa. Él relame sus labios con tanta suavidad haciéndome tragar saliva. Sus ojos se han anclado a los míos sin retorno a separarse. Solo viéndonos y pecando con la mente de mil maneras. Aprieto los puños a mis costados con la tentación de posarlos en su pequeña cintura pero lo descarto al pensar que podría disgustarle.
-Será la nueva fruta prohibida entonces. -expresa halando de mi cabellera negra hacia atrás. Suelto una maldición al sentirlo placentero. -Después de esto me debe más que una sinfonía.
-Tenlo por seguro, ángel. -sonrío y él deja caer su peso completamente en mis piernas acercando nuestras pelvis. -Un atrevimiento digno de un caído desterrado por la idolatría.
No responde. En cambio suelta mi cabellera y la acaricia lento descendiendo sus dedos por mi cuello haciendo un recorrido hasta el cuello de mi camisa donde desprende los botones de a uno. Se muerde los labios y me atrevo, ahora sí, a posar mis manos en su cintura, apretándola entre las mismas. Suelta un casi inaudible jadeo y luego da una lamida desde mi clavícula hasta mi cuello. Se queda allí, chupando y succionado haciendo marcas que supongo serán notables más tarde. Tiro mi cabeza hacías atrás, acaricio su trasero por sobre la tela mientras él toma mi rostro entre sus manos y es aquí donde veo a sus ojos tomar un negro intenso y brillante que amenaza con absorber hasta la última gota de mi alma.
No siento miedo, al contrario estoy más que excitado.
Sin ningún tipo de aviso junta nuestras bocas en un fogoso beso que advierte un final ya concluido. Jadea sonoro cuando le hago abrir más su boca introduciendo mi lengua en ella y toco cada rincón que sus paredes bucales me permiten. Es precioso más que eso inexplicable y a la vez predecible. El beso dura hasta que me obligo a tomar aire pero antes de acabarlo muevo sus caderas unas dos veces frotando su trasero con mi erección. Gime agudo y lo obligo a verme cuando lo hace fascinándome aún más con su belleza.
Hace el intento de hablar pero cierra los ojos precipitadamente y luego en un jadeo echa su cabeza hacia atrás llevando sus manos a la base de sus alas.
-T-tranquilo -me dice antes de que siquiera me levante -. Solo se están cayendo. Las últimas que quedaban. -aclara y señala el lugar, sus plumas blancas. -No duele pero si que me toma por sorpresa.
-Y tú a mí. -le digo aún con mis manos en su trasero. Inhalo profundo antes de plantarle otro beso en esos labios pomposos color coral. Succiono su inferior y le dejo ir. -Fascinante criatura.
-Organista dueño de mi éxtasis sin fin. Que pecado tan jugoso me ha ofrecido y que regalo de Dios me ha entregado a la hora de desterrarme. -mueve sus caderas haciéndome gruñir.
Pobre ángel caído que solo busca placer en el pecado más puro de un músico sin camino; la tristeza.
Y pobre de mí que solo desea fascinarse con una realidad que conlleve a la muerte; realidad.
-JiMin... -jadeo.
-YoonGi... -gime. -Siempre será un verdadero placer observarle tocar cualquiera de sus instrumentos y con eso a mí.
Eeeeh aquí Katsu con una nueva pequeña historia que tenía guardada hace tanto xd no lo había terminado por falta de inspiración pero más que todo por flojera ahsjkakad perdón. Aquí está, espero les guste y lo disfruten tanto como yo al escribirlo.
No olviden comentar, votar y si quieren seguirme para que estén al tanto de mis otras obras ^^
Cualquier duda pueden dejarla aquí abajito, respondo todos los comentarios. Recibo críticas constructivas ^^
Lxs amo, gracias 🖤
✓Katsu❄️
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