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𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 06 ⚜

Yoongi, conocido ahora como el concubino MinGa, preparo las delicias prometidas a su alteza, quien le solicito degustarlas juntos.

―Nunca había comido algo con tanto sazón, ¿Dónde aprendiste a cocinar así?―preguntó maravillado con las preparaciones.

―De niño solía pasármela en la cocina de palacio, incluso durante mi cautiverio podía pasar mucho tiempo en la cocina ―comentó, y era cierto que aquella actividad fue su escape de la perversa realidad que siempre lo rodeó. 

Jimin asintió y suspiro, sus manos temblaban al pensar en todas las cosas que el omega debió pasar, incluso en lo mal que debió sentirse al ser forzosamente comprometido con otra persona, no quería entrar en detalles de aquella etapa, su mente le llevó a formular otra pregunta con cierta picardia. 

―¿Como te haz sentido con la compañía del futuro general Jeon? ―pronunció dejando su plato vacío aun lado. 

―Bien mi señor, el futuro general es muy respetuoso alteza ―dijo manteniendo la calma, auto delatar su cercanía con el menor era un crimen que no se permitiría cometer. 

―Me alegro, cuando regrese de la campaña el te observaba de una forma extraña, ¿En ningún momento te incomodo? ― el alfa volvió a insistir. 

―No alteza, para nada ―afirmo el omega cuidando sus gestos y tonos. 

Jimin creyó en las palabras de su concubino, dejando pasar el tema, aunque tal vez no sería capaz de depositar la misma confianza en su general, pues aquel alfa daba la impresión de flaquear su declaración en comparación al omega castaño. 

Instantes después llego la hora de dormir, a Yoongi no se le hizo difícil, pues llevaba a cuestas mucho cansancio acumulado y sueño que recuperar. Jimin decidió quedarse unos minutos más, admirándolo dormir. 

Unos días mas tarde la campaña militar llegó a su fin, los soldados y sirvientes alzaron las tiendas, armamentos y todo lo que hubiese utilizado, dejando el asentamiento vació, como si nunca nadie hubiese estado allí. El reinado de Jimin se distinguía por esa misma eficacia al no dejar rastros de su accionar en ninguna parte. 

Jimin, Yoongi y la pequeña princesa viajaban juntos en un carruaje especialmente equipado para ello. El omega observaba por la ventana de vez en cuando, maravillado con los paisajes que hace años no tenía la dicha de ver. 

Acercándose al reino MiYeon, después de un día eterno de viaje, Jimin cerro la cortina de terciopelo, ganándose una mirada curiosa de Yoongi por su accionar. 

―Estamos acercándonos al reino, MinGa, mis súbditos no son dignos aun de presenciar la belleza del concubino que dormirá en mis aposentos y caminará por mi palacio, ya me encuentro envidiando a los sirvientes, soldados y miembros del harem que podrán verte ―dijo haciendo sonreír al omega por tales halagos. 

―Pensé que los súbditos no tenían permitido ver a miembros de la familia real, pero que eso no aplicaba para concubinos de bajo rango como yo  ―dijo un Yoongi confundido. 

―Eres un miembro de la monarquía de todas formas, y además tenemos que proteger tu identidad, no queremos una confrontación entre reinos porque te fugaste ilegalmente de otro palacio ―dijo ya un poco más serio. 

Sus palabras lograron molestar al omega, quien sintió que en lugar de obtener cierta libertad obtenía lo contrario otra vez. Yoongi era miembro de una realeza extinta, ¿Por qué no podía solo reclamar el respeto que por tantos años le habían quitado? No lo entendía, en su mente el respeto era algo que todos tenían derecho a recibir. Incluso un sirviente lo merecía. 

―MinGa mírame ―ordenó el rey sin recibir una respuesta. 

Yoongi se negó, volteando el rostro hacia la cortina cerrada, Jimin carraspeó, no sabiendo como recuperar la atención del omega, quien volteo lento, casi haciéndole creer que lo miraría, sin embargo bajo la mirada hacia la bebe. 

―Yoongi, soy tu soberano no puedes hacer eso ―reprochó. 

―Tu papá dijo que sigo siendo importante, así que puedo ¿No crees bebé? ―dijo burlón observando a la princesa en sus brazos. 

Jimin gruñó como un cachorro regañado, nunca antes lo habían enfrentado de esa manera. 

El carruaje se abrió paso por las imponentes puertas amaderadas del reino, pronto se oyeron voces y murmullos de la población, todos estaban intrigados por el nuevo concubino de su rey. Gracias a la carta que Jimin hizo llegar a la Gran emperatriz, su abuela, ya circulaba en cada rincón del reino la noticia de su nueva compañía, se decía que era poseedor de una gran belleza, que su piel era blanca como la nieve, algunos se preguntaban si era un bendecido por la Diosa Luna para semejantes atributos. Comentaban que era el salvador de la princesa y que había caído del cielo, apareciendo como un ángel en el campamento, pues Jimin prohibió revelar su cautiverio. 

Por supuesto, había quienes se hacían malas habladurías, ya estaba mentalizado para eso, pues recordaba el harem de su padre, que fue un campo de batalla riguroso, donde su madre triunfo como la emperatriz regente al dar un hijo varón. 

Lo siguiente fue cruzar los portones de palacio, antes de bajar del carruaje se le acomodo la capucha larga a su tunica azul, de modo que su rostro quedara cubierto casi en su totalidad.

Los soldados de palacio lo observaron curiosos, agachando la mirada al percibir la presencia dominante de Jimin.

La princesa tampoco era visible para los demás, cuidadosamente envuelta en mantas de seda.

Rey y concubino caminaron al interior del palacio, recorriendo pasillos que al cuerpo cansado de Yoongi le parecían infinitos. Sus piernas temblaban más por haber estado sentado tantas horas que por otra cosa. Sentía las miradas de las mujeres del harem y así como de todo el palacio en su persona.

―MinGa, te llevare a conocer a una persona que es muy importante para mí ―Sonrió.

Yoongi aceptó con una pequeña reverencia camino a su lado, el camino constaba de varios pasillos dominados casi en su totalidad por tres colores. Dorado, violeta y rojo. Dignos colores de la realeza de MiYeon.

Unos minutos después, los dos se encontraron parados frente a la entrada que custodiaba los aposentos de la Gran emperatriz.

Yoongi respiro profundo, un nudo se apoderó de su garganta, y la respiración se le entrecorto por los nervios que hicieron nido en su estómago.

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Holi! Les traje por fin una actualización, estoy actualizando las obras como lo prometí, espero que disfruten cada una de las historias

¿Qué les pareció este capítulo?

Espero les haya gustado.

Lxs amo ♡♡♡

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