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🍁Capítulo ocho🍁

Los seis alfas estaban reunidos en el lobby del hotel, un lugar lujoso y elegante que contrastaba con la tensión en el aire. Hoseok parecía ser quien reinaba en ese momento, con sus hombres rodeando el lugar y una mirada de autoridad en sus ojos. Aún así, Seokjin no se sintió intimidado, había hecho lo que había hecho al igual que Taehyung y Jungkook, y no había roto ninguna regla.

—Si piensas que voy a disculparme te equivocas —soltó Seokjin, su voz petulante, el resto de los alfas contuvieron la risa, excepto Hoseok.

—¿Cómo está Jimin? —preguntó Hoseok, cambiando su expresión dura a una más suave, incluso sus ojos estaban llorosos y su rostro invadido de alivio. Su actuar sorprendió a los alfas, que no esperaban esa reacción.

—Ah... Está dormido —contestó Seokjin.

Hoseok asintió.

—Si vuelves a hacer algo como eso voy a acribillarte. ¿Comprendes? Tengo muchos enemigos y por un momento pensé que tal vez ellos lo tenían. Hijo de puta.

Se acercó a Seokjin, tomándolo de la camisa, y luego, al sentir el aroma de Jimin en su cuerpo, hizo una mueca de asco.

—Hueles a él, báñate.

Jungkook se rió, pero se notaba molesta en su voz.

—Y no querrás entrar en la habitación. Ese lugar apesta a sexo.

—Esto se está saliendo de control. ¿No creen que es mejor estabilizar el orden antes de ver quién va a follar con Jimin? Digo, yo muero de ganas, pero tres alfas lo han hecho y va a terminar paralítico o algo por el estilo.

La habitación se llenó de risas y comentarios, pero Hoseok no se rió. Su mirada seguía estando invadida de preocupación.

—Déjenmelo a mí. —Suspiró—. Quiero estar con Jimin a solas, yo... No lo voy a lastimar.

—Es lunes, es mi turno de estar con él —replicó Jungkook y Taehyung lo tomó del hombro.

—Vamos Jungkook, sé versátil. Hoseok ha estado alterado, alguien aquí debe ser maduro. —Jungkook empujó a Taehyung y salió del hotel echando chispas.

No quería compartir a su omega y mucho menos en su día, pero aceptaba que Taehyung tenía razón, los otros alfas, los que no habían tomado a Jimin seguramente se sentían como la mierda. La idea de compartir a Jimin con otros le revolvía el estómago, pero sabía que no podía evitarlo. Los alfas eran criaturas posesivas, pero también eran complacientes con sus omegas y Jimin era el omega de los seis, debían llevarse bien, tenían que compartir.

Por eso prefirió marcharse y dejar que arreglaran las cosas, después de todo él ya había disfrutado del omega. El resto de alfas, al ver que Jungkook cedió comprendieron también que no podrían mantener a Jimin solo para uno solo.

—Ve Hobi, disfruta de Jimin, pero el siguiente seré yo —dijo Yoongi mirando a Namjoon a los ojos, en su voz había resignación.

Namjoon encorvó los hombros, una sonrisa en su rostro.

—Por mí no hay problema. El que ríe al último, ríe mejor.

Seokjin se rió, sabiendo que la competencia por Jimin apenas comenzaba.

—Excelente, me quedaré en el hotel. Mañana regresamos a tu casa —dijo Hoseok señalando a Seokjin.

Después avanzó hacia el ascensor del hotel, subiendo en soledad para dirigirse a la habitación de Jimin. No sabía en cuál estaba, pero seguiría su aroma, encontrarlo sería fácil. La conexión entre un alfa y su omega era fuerte, y Hoseok podía sentir a Jimin incluso desde la distancia.

Mientras subía en el ascensor, Hoseok no podía evitar pensar en Jimin, en su rostro suave y su cuerpo delicado. Sabía que Jimin era suyo, que era su omega, y que pronto estaría en sus brazos de nuevo.

La puerta del ascensor se abrió, y Hoseok salió al pasillo, siguiendo el aroma de Jimin. La habitación estaba en el final del pasillo, y Hoseok podía sentir la energía de Jimin emanando de ella.

Sonrió para sí mismo, sabiendo que pronto estaría con su omega. La puerta se abrió, y Hoseok entró, cerrándola detrás de sí. La habitación estaba en silencio, y Jimin estaba dormido en la cama, el lugar apestaba bastante a sexo, pero eso no le impidió acercarse a la cama para mirar a Jimin con adoración.

—Mi omega —susurró, su voz baja, acariciando su rostro—. ¿Por qué nos tienes a todos tan enamorados?

Abrió las ventanas de par en par para que el aire circulara, permitiendo que la brisa fresca entrara en la habitación y se llevara consigo el olor a sexo y pasión que aún persistía. También le pidió a los empleados del hotel que le dieran distintos aromatizantes y pronto la habitación se inundó de un delicioso y delicado aroma a lavanda que parecía envolver a Jimin en un abrazo suave y tranquilizador.

Pero Hoseok no se detuvo ahí. Quería asegurarse de que la habitación estuviera completamente libre del aroma de Seokjin y por eso esparció sus propias feromonas y aroma a tabaco, creando una atmósfera que era única y exclusivamente suya. El olor a tabaco era escaso entre los alfas, por eso Hoseok se convirtió en jefe de la mafia, porque con su aroma imponente le causaba miedo a muchos de los que se levantaban en su contra, amaba utilizarlo para marcar su territorio.

Se sentó en una silla frente a Jimin, mirándolo con intensidad y esperando a que despertara por su cuenta. No quería despertarlo, no quería interrumpir su sueño, pero sí quería estar allí cuando abriera los ojos. Quería ser el primer rostro que viera, el primer olor que percibiera.

Mientras esperaba, Hoseok no podía evitar pensar en lo que había pasado. Seokjin había tomado a Jimin y aunque no podía culparlo, no podía evitar sentir una punzada de celos. Pero ahora era su turno, y no iba a dejar que nadie se interpusiera en su camino.

Jimin comenzó a moverse, su cuerpo estirándose lentamente. Hoseok se inclinó hacia adelante, su mirada fija en el rostro de Jimin.

—Despierta, mi omega —susurró muy bajito—. Estoy aquí.

Jimin abrió los ojos finalmente, sintiendo su cuerpo molido y con dolor debido al sexo descontrolado con tres de sus alfas, pero principalmente por Seokjin, ya que había tenido su rut con él. Las feromonas de Jimin comenzaron a esparcirse por todas partes, danzando en la habitación hasta llegar al sistema de Hoseok quien sonrió porque aunque el omega estaba agotado, todavía seguía en celos

—Me... Duele todo —dijo al sentarse—. ¿Cuando llegaste? —le preguntó a Hoseok.

—Hace rato.

—¿Y Jin?

—Ya se fue.

—Hobi... —Jimin susurró—. Si quieres... —Tragó saliva nervioso—. Si quieres que tengamos sexo deberás darme algún fármaco fuerte porque me duele todo, aunque sigo en celo y tengo ganas de...

—No te preocupes, estoy viendo tu cuerpo débil y los moretones en tus brazos y las marcas en tu pecho. De verdad que te has divertido estos días. —Suspiró.

—Lo siento... —Se mordió los labios sintiendo pena por su alfa.

—No deberías, lamentarte, a eso me refiero. Ponte pie. ¿Puedes?

—Ah, sí.

Jimin se puso de pie, sentía que las piernas le temblaban, su cuerpo delgado estaba desnudo y siendo cubierto por la manta blanca de la cama. La habitación giraba a su alrededor y por un momento, pensó que se iba a desmayar. Pero entonces sintió los brazos de Hoseok rodeándolo, abrazándolo con fuerza.

Hoseok retiró la manta y la dejó caer al suelo, sin importarle que Jimin estuviera desnudo. Su mirada se posó en el cuerpo de Jimin, en ese instante, pareció que se había olvidado de todo menos de él. Pero luego hizo una mueca, su nariz arrugada por el aroma a Seokjin que seguía impregnado en la piel de Jimin.

—Te daré un baño caliente, vamos —dijo Hoseok, mientras llevaba a Jimin hacia el baño.

Jimin se dejó llevar, sintiendo que su cuerpo se relajaba en los brazos de Hoseok. Pero entonces recordó que había estado íntimamente con otros alfas y que Hobi lo sabía.

—¿Estás molesto conmigo? —preguntó con un poco de miedo..

—No. Yo soy de mente abierta, comprendí el acuerdo que tenemos con el resto de los alfas —dijo, mientras comenzaba a llenar la bañera de agua caliente—. Pero estaba preocupado porque creí que algún enemigo mío podría tenerte. —Jimin se sintió aliviado, pero entonces Hoseok continuó hablando—. Así que por eso lancé bombas por toda la ciudad y...

—¡¿Lanzaste qué?! —cuestionó Jimin asustado, su voz era casi un gritó—. ¿Qué hiciste? ¿Qué pasó?

Hoseok se encogió de hombros con una expresión bastante tranquila.

—Solo estaba asegurándome de que estuvieras a salvo. No quería que nadie te lastimara.

Jimin se sintió mareado. ¿Lanzar bombas por toda la ciudad? ¿Eso era lo que significaba estar con un alfa poderoso? Se sintió asustado, pero también sintió una parte de él que se sentía protegido, que se sentía seguro con Hoseok.

—¿Qué pasó con los otros alfas, dónde están?

—No te preocupes por ellos. Están bien. Pero ahora, vamos a olvidarnos de todo eso y centrarnos en nosotros. ¿De acuerdo?

Al agua de la bañera estaba muy agradable, Jimin sentía la espuma resbalar por su piel mientras Hoseok le tallaba la espalda con suavidad, el alfa estaba sentado atrás de él. Ambos desnudos, una escena que podría haber sido lujuriosa, pero en realidad era una momento de intimidad y cuidado. Hoseok estaba ayudándolo a limpiarse y relajarse, después de todo lo que había pasado.

La temperatura del agua era perfecta, y Jimin se sentía relajarse poco a poco. La tensión en sus músculos se disipaba con cada movimiento de las manos de Hoseok.

Jimin tenía los ojos cerrados, sintiéndose tan en paz entre los brazos y dedos suaves de su alfa.

—He pedido que venga un médico, te va a recetar alguna inyección para el dolor. ¿Estás de acuerdo?

Jimin abrió los ojos y se giró hacia Hoseok.

—Puedo tomar ibuprofeno... —sugirió y Hoseok frunció el ceño.

—¿Recetado por quién? Supe que Taehyung lo compró en una farmacia genérica.

—En eso tienes razón... —admitió Jimin.

—Entonces, verás al médico —dijo Hoseok, su tono era demasiado firme, pero abundaba la gentileza—. No quiero que te arriesgues con medicamentos no recetados.

—Gracias —susurró el omega y Hoseok continuó tallando su espalda.

—No hay de qué, mi omega. Solo quiero que estés bien.

—¿Cuánto tiempo tardará el médico en llegar? —preguntó Jimin.

—No mucho —respondió Hoseok—. Estará aquí dentro de una hora.

Jimin asintió y se recostó en los brazos de Hoseok, sintiendo que su cuerpo se relajaba aún más.

—Estoy cansado —dijo Jimin en un hilo de voz

—Descansa —dijo Hoseok—. Estoy aquí para cuidarte.

«Quién diría que el mafioso resultaría ser más gentil que los demás en medio de mi celo...», pensaba Jimin.

El médico llegó, le aplicó distintos relajantes musculares así como una inyección para el dolor. Jimin y Hoseok comieron juntos en el balcón de la habitación y al atardecer el omega se sentía muchísimo mejor, tanto que le pidió a su alfa ir a caminar a la playa.

—¿Estás seguro? —preguntó Hobi.

—Muy seguro. ¿Vamos? —Se puso de pie.

—¿Y si te desmayas en la orilla del mar?

—Ahí estarás tú para cuidarme. —Sonrió y Hoseok le devolvió la sonrisa.

Momentos más tarde estaban caminando en la orilla de la playa tomados de las manos, en silencio, escuchando las olas del mar y oliendo sus feromonas. Jimin se detuvo para tomar un caracol que le llamó la atención, después se sentó en la arena y Hobi no tuvo otra opción más que sentarse a su lado.

—Es la primera vez —dijo Jimin.

—¿Primera vez de qué?

—La primera vez que vengo al mar.

Hoseok se quedó en silencio, mirando al omega bastante sorprendido.

—¿Nunca viniste en las excursiones escolares?

—Nop. —Miró hacia el océano—. Mis compañeros me molestaban en clases por mi aroma, ir con ellos a un viaje era la muerte.

Hoseok tomó la barbilla de Jimin con dulzura.

—Nunca, ni en tus peores pesadillas volverás a ser insultado o molestado porque ahora me tienes a mí.

Jimin no dijo nada, simplemente se inclinó hacia Hoseok chocando los labios con los suyos y subiéndose con suavidad encima del alfa. Hobi lo tomó por la cintura con suavidad, sintiendo que subiéndose erección crecía a medida que aumentaba la intensidad del beso.

—El medicamento hizo efecto y sigo en celo... —murmuró Jimin.

—¿Y quieres que te...

—Penétrame —dijo Jimin sin tapujos—. Aquí, en la orilla del mar, en la arena.

Hoseok sonrió.

No hizo falta lubricar a Jimin porque a causa del celo ya estaba bastante lubricado. El miembro de Hoseok entró con suavidad hasta lo más profundo, ambos sintiendo su calor, ambos sintiendo una conexión linda de protección y cuidado.

La vida nunca es lo que parece y el mafioso más temido de Corea terminó siendo el más dulce de los seis alfas con su omega. Al menos eso fue en la playa, porque al regresar al hotel ambos se convirtieron en bestias del sexo disfrutando de la noche y de sus cuerpos.

HASTA AQUÍ EL CAPÍTULO DE HOOOOYYYYY

No estuvo tan rudo con mi Hobi😭

Capítulo tan más pinche hermoso ajshsklsk

Gracias por leer, el que sigue es Yoongi, después va Namjoon y por último. ¿Los seis?

Sígueme en mi canal de difusión en whatsaap porque haré un par de encuestas importantes referente a esta historia.

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