🍁Capítulo nueve🍁
Yoongi esperaba impaciente en el vestíbulo del hotel, mirando constantemente y ajustándose el reloj de pulsera por enésima vez. Quería ver a Jimin, necesitaba verlo. Había pasado demasiado tiempo desde que se habían visto por última vez, Yoongi se estaba muriendo de ganas de abrazarlo y besarlo.
Mientras esperaba, se distrajo leyendo los mensajes del grupo en común con todos los alfas. Ellos estaban discutiendo acerca de quitar los horarios y tomar tiempo con Jimin cada vez que quisieran. Algunos de los alfas estaban en desacuerdo, argumentando que los horarios eran necesarios para mantener el orden y la disciplina. Pero otros, como Yoongi, estaban a favor de eliminar los horarios y permitir que los alfas y Jimin pasaran más tiempo juntos. Se imaginó a sí mismo y a Jimin pasando horas juntos, sin la presión de los horarios de los demás.
Yoongi: Hablamos eso después de que pase tiempo con Jimin, ustedes ya disfrutaron por eso se les hace fácil comentarlo.
Jungkook: A mí me quitaron mi día.
Taehyung: Estuviste con Jimin el domingo en la noche, por ti comenzó todo esto.
Namjoon: Mentira, el lío comenzó porque te lo cogiste en tu oficina, Taehyung.
Seokjin: ¿Puede alguien resaltar el hecho de que Hoseok lanzó bombas por la ciudad para buscarlo?
Hoseok: ¡Porque tú te lo llevaste, imbécil!
Yoongi: Hobi, mejor sal. Estoy esperando en el lobby.
Hoseok: Ya voy.
De repente, Yoongi escuchó el sonido de la puerta del ascensor abriéndose. Se levantó de su asiento y se dirigió hacia la puerta, su corazón bastante acelerado. ¿Sería Jimin? ¿Habría llegado finalmente? Yoongi se sintió nervioso y emocionado al mismo tiempo.
Pero en el interior del ascensor también estaba Hoseok, tomando la mano de Jimin. No pudo evitar sentir celos al verlos tan acaramelados, Jimin al notarlo soltó la mano de Hoseok.
—Bueno, todo tuyo —dijo Hoseok guiñándole el ojo a Yoongi, pero antes de marcharse le dio un besito en la mejilla al omega.
Jimin salió del elevador, acercándose a Yoongi con pequeños pasos y mejillas ruborizadas. Olía a medicamento. ¿Por qué olía a medicamento?
—¿Por qué hueles a medi... —Yoongi se interrumpió a sí mismo al ver la mano de Jimin, tenía una vía intravenosa—. ¿Qué te hizo ese imbécil? —preguntó refiriéndose a Hoseok.
—Un médico me atendió porque mi cuerpo no está acostumbrado a tantos alfas. —Suspiró—. Hobi me estuvo cuidando.
—Esto no puede seguir así. —Yoongi acarició la mejilla de Jimin—. Tienes que elegir a un alfa, ahora.
—Es que con todos me siento feliz...
—Pues haré que después de probarme no quieras estar con otro.
Yoongi ingresó al elevador y jaló a Jimin con suavidad a su interior. Al cerrar las puertas les puso seguro, bloqueándolas para que nadie pudiera utilizarlo, giró el cuerpo del omega, empujándolo con algo de rudeza en contra de la pared y susurrando en sus labios.
—Ya disfrutaste bastante a cuatro alfas, ahora es mi turno.
Hizo a un lado los cabellos de Jimin, para poder besarle la frente, después se dirigió hacia su cuello, el omega suspiraba de manera descontrolada, trataba de tomar sus mejillas con las manos para besarle los labios, pero Yoongi no se lo permitía.
—Yoongi...
—Llámame alfa. —Gruñó en medio de lengüetazos húmedos a lo largo del cuello del omega—. Soy tu alfa.
Jimin asintió y se quedó quieto, permitiendo que Yoongi siguiera dejando caminos de saliva a lo largo de su cuello.
El alfa estaba desesperado, así que prácticamente le arrancó la camisa a Jimin, dejándola caer al suelo para acariciar el abdomen moreteado del omega. Hizo mueca de disgusto, pero después depositó un besito en su pecho, justo en el centro.
Se dirigió hacia sus pezones rosados, lamiendo desde ahí hasta el cuello, robándole suspiros y emociones eróticas. Con autoridad, pero sin violencia tomó el cabello oscuro de Jimin entre sus dedos, inclinándole el rostro hacia el suelo.
—Ponte de rodillas.
Jimin no dijo nada, simplemente obedeció, sintiendo el suelo frío del elevador porque traía puestos unos shorts cortos de mezclilla. Yoongi, aprovechó para sacarse el miembro de sus pantalones, tan grande, tan majestuoso, tan duro.
La mirada de Jimin estaba fija en el exquisito manjar que iba a probar, así que sin dudarlo lo tomó entre sus manos sabiendo exactamente lo que Yoongi quería que hiciera.
—Chúpalo —dijo Yoongi.
La lengua del omega se deslizó alrededor del pedazo de carne antes de introducírselo en la cavidad bucal, después lo hizo, provocando que Yoongi jadeara levemente.
El miembro de Yoongi estaba repleto de saliva del omega y el elevador ya estaba invadido de feromonas, era casi asfixiante para ambos, tanto que el omega estaba poniendo todo su esfuerzo por terminar de satisfacer a Yoongi rápido, no podía soportar la pesadez de las feromonas.
Jimin sentía en su lengua el líquido preseminal de Yoongi, entonces decidió detenerse y hablar.
—Vamos a la cama, el hotel es todo para nosotros.
—No. Quiero hacerlo aquí. —Yoongi tomó a Jimin de las costillas ayudándolo a ponerse de pie y le arrancó los shorts, dejándolo completamente desnudo—. Voltéate.
Jimin se giró.
Y de una sola embestida ingresó al trasero del omega, provocando que soltara un gemido fuerte de puro placer.
Tomó las caderas de Jimin moviéndolas para adelante y para atrás, era mucho más fuerte por eso podía moverlo a su antojo y sin esforzarse mucho.
Después tomó los antebrazos del omega, doblándolos hacia atrás para que dejara de sostenerse de la pared del elevador, ahora Jimin dependía únicamente de la fuerza de Min.
Los gemidos del omega aumentaban cada vez más, sus pieles resonando como charcos porque estaban sudados y los enormes testículos de Yoongi golpeando la piel de Jimin.
—¡Aghh! —gritó Jimin.
Yoongi pudo ver un pequeño hilo de sangre salir del trasero del omega.
Esos malditos alfas.
Embistió un par de veces más, claramente furioso, después salió de su trasero, corriéndose y manchando las paredes del elevador. Jimin también se había corrido, él lo había hecho desde mucho tiempo antes, pero Yoongi no se dio cuenta hasta que ambos terminaron.
Cuando Yoongi se apartó de Jimin, este se dejó caer, haciendo que sus nalgas chocarán en el piso helado. Llorando porque estaba lastimado por dentro, llorando porque no podía elegir a un solo alfa. Llorando porque se sentía un puto, un omega que jugaba con distintos alfas que le amaban.
—¿Por qué lloras? ¿Fui muy brusco? —preguntó Yoongi al ponerse los pantalones.
Jimin estaba moqueando y temblando, cuando Yoongi se dio cuenta de que en verdad estaba afectado se puso de cuclillas para tomarlo del rostro.
—Soy... Un sucio omega.
—¿Qué?
Jimin perdió la noción del tiempo después de su encuentro con Yoongi en el elevador, estaba mareado a debido al abrumador efecto de las feromonas y su cuerpo ya estaba resintiendo las consecuencias de haber sido tomado por cinco alfas fuertes y dominantes. Le ardía el trasero, le dolían los intestinos, sus rodillas, brazos y muslos tenían moretones, y aunque su sistema nervioso se sentía en completa paz. Físicamente estaba hecho un desastre.
—Tener seis alfas puede llevarlo a la muerte —dijo el médico mientras Jimin dormía—. Si él no elige, ustedes deberán hacerlo.
—Yo ni siquiera he estado íntimamente con él —murmuró Namjoon acariciando la mano de Jimin—. ¿Por qué no fueron delicados? ¿Son conscientes de que era su primera vez?
—¡Yo fui delicado! —replicó Hoseok.
—Ay, no te creo. —Bufó Jungkook.
—Pues lo fui. —Hoseok alzó la barbilla.
—¿Quiénes quieren apartarse y dejarle el camino libre a otro alfa? —preguntó Taehyung.
—Dime que estás bromeando —dijo Yoongi—. Yo a este omega no lo dejo, tendrán que matarme.
—Será un placer —aseguró Seokjin.
—Bueno, sea lo que hagan. Procuren no sobre estimularlo en estos días, con eso me refiero a que no tengan sexo. —añadió el médico—. Sus hormonas están bastante alteradas porque ha estado en contacto con distintas feromonas de alfas. Por lo que veo todos aquí son dominantes, por eso es preferible que lleguen a un acuerdo antes de que terminen discutiendo, hiriéndose o...
—¿Asesinandonos entre nosotros? —preguntó Hoseok—. Tal vez eso suceda.
—Nadie va a matar a nadie —afirmó Taehyung.
—Pero Jimin tampoco quiere elegir a uno —se quejó Jungkook—. ¿Por qué le es tan difícil elegirme?
—Porque nos tiene a nosotros cinco —contestó Namjoon—. Tan solo piénsalo, Jimin vivió solo toda su vida y de repente tiene a seis alfas que lo aman. ¿Crees que nos dejaría ir así de fácil?
—No debería ser tan ambicioso —murmuró Hoseok.
—Seamos comprensivos con él, nada de sexo hasta que se recupere y tratemos de convencerlo de elegir a uno de nosotros sin presionarlo —dijo Taehyung—. Médico, gracias por venir.
—No es nada, espero que su situación se solucione.
El médico se marchó dejando a los seis alfas en la habitación con Jimin. Todos ellos estaban tomando supresores para evitar alterar a Jimin con sus feromonas.
—¿De verdad todos ustedes son dominantes? —preguntó Seokjin y todos asintieron—. Es que me parece extraño que no nos estemos matando entre nosotros.
—Es por Jimin —dijo Hoseok—. Para mí sería fácil eliminarlos, pero no me lo perdonaría.
—Salgamos —dijo Jungkook—. Necesita dormir y si nos escucha hablar va a despertarse.
—Yo me quedo con él, si no puedo estar a solas íntimamente quiero al menos cuidarlo —dijo Namjoon sentándose en un sofá al lado de la cama de Jimin.
Los cinco alfas salieron, yéndose a la sala de estar, la habitación estaba llena de tensión, pero de una manera extraña, parecía que todos se habían resignado a su situación. Los cinco alfas, cada uno con su propia personalidad y motivaciones, se sentaron en el sofá, rodeados de bocadillos y comida express que Jin había ordenado.
En la pantalla de la televisión, un juego de videojuegos mostraba una escena épica de batalla entre dragones y guerreros. Los alfas, a pesar de su animosidad hacia los demás, se sumergieron en el juego, gritando y riendo mientras sus personajes luchaban por la victoria.
Yoongi, el alfa más tranquilo del grupo, se sentó en un extremo del sofá, con su personaje favorito, un mago poderoso, en la pantalla. A su lado, Jungkook, el alfa más impulsivo, gritaba de emoción mientras su personaje, un guerrero valiente, luchaba contra un dragón gigante.
En el otro extremo del sofá, Taehyung, el alfa más reservado, se sentó con su personaje, un arquero sigiloso, en la pantalla. A su lado, Hoseok, el alfa más charlatán, hablaba sin parar sobre su estrategia de juego, mientras su personaje, un luchador habilidoso, se movía con agilidad por la pantalla.
En el medio del sofá, Seokjin, el alfa más sarcástico, se sentó con su personaje, un hechicero astuto, en la pantalla. Miraba a los demás con desdén y diversión, mientras comía una bolsa de patatas con una mano y controlaba su personaje con la otra.
A pesar de su animosidad, los cinco alfas se rieron y gritaron juntos, sumergidos en el mundo del juego. Por un momento, olvidaron sus diferencias y se convirtieron en un equipo, trabajando juntos para derrotar a sus enemigos y salvar el reino.
Se sentía familiarmente extraño, pero todos tenían a alguien en común y ese alguien era Jimin, su omega.
Mientras ellos jugaban y reían, Jimin abrió los ojos en su habitación, encontrándose con Namjoon. Sonrió levemente al verlo y se volvió a dormir, Namjoon le tarareaba canciones de cuna al mismo tiempo que le acariciaba el cabello, al mismo tiempo que pensaba cómo poder convivir todos juntos y disfrutar de Jimin sin lastimarlo. No se iba a apartar del omega, también sabía que ningún alfa lo haría, y por supuesto que Jimin no elegiría a ninguno por encima del otro. Así que tenía que convencer a los otros cinco de formar una verdadera familia, un harem de alfas.
Un harem de los alfas de un omega.
Hasta aquí el capítulo...
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