Era domingo por la noche y ellos pasaron todo el fin de semana encerrados en el Penthouse. Era como su fortaleza donde nadie podía molestarlos.
Aunque Yoongi tenía trabajo que hacer el sábado, canceló todo para estar con Jimin.
Solo hubo una cosa que no pudo cancelar por más que deseara y la espina molesta que sentía de dejar a Jimin solo un domingo por la noche no dejaba de hacerlo sentir mal.
La reunión con el líder de los Kkangpae. Kang Daniel.
—Minnie —Se animó a hablar finalmente después de darle vueltas y vueltas en la cabeza al asunto. No podía llevarlo con él a ese tipo de cosas.
La verdad era que Yoongi no quería seguirlo exponiendo como carnada fácil a los enemigos.
—Descuida Daddy, sé que tienes cosas importantes que hacer, vete.
—Jiminie —Dijo Yoongi sintiéndose agradecido por la comprensión que Jimin demostraba—. Nada es más importante que tú.
—Daddy eres un tierno, pero descuida estaré bien. Descansaré más ya que mañana es mi día importante.
Yoongi entendió. Si dejaba los asuntos importantes para mañana no podría ir a ver la presentación en La Academia de Jimin.
—Está bien amor, no hagas cosas que exigen mucho, descansa y yo volveré lo más pronto posible.
Jimin asintió con una sonrisa pero por dentro moría de los nervios. Él no estaba del todo empapado de información sobre las mafias debido a que Yoongi por su propio bien prefería no contarle. Aún así sabía de que se trataba más o menos esa "reunión de última hora"
Un beso delicado pero ansioso al final fue la despedida, Yoongi sujetando a Jimin de su cadera y subiendo lento por su espalda para pegarlo lo más que podía a su cuerpo. Sus lenguas peleando por el control y sus respiraciones agitadas hasta que la misma falta de oxígeno les obligó a parar. Jadeantes sin dejar se verse de manera intensa Yoongi le sonrió finalmente.
—Regresaré y cenaremos juntos amor.
Jimin asintió observando como Yoongi se iba y salía del penthouse quedándose con aquel vacío insistente en su pecho.
En el camino Yoongi no habló. Ésta vez Hyung Sik manejaba el auto. Todo parecía negro, el clima pesado y asfixiante. Más él trataba la manera de no prestar demasiada atención a ello.
Cuando llegaron, Yoongi descendió de su auto después de estacionarse en aquel lugar donde los otros lo esperaban. No tenía miedo en absoluto. De hecho, se sentía tranquilo y confiado, sabiendo que tenía el respaldo de su familia y su propia habilidad para defenderse por cualquier cosa.
No era cualquier Mafia, era Kkangpae.
Mientras se bajaba del auto, pudo ver a más personas ahí entre ellos su padre a Hoseok, tambien al lider de los Wang acompañado de Jackson, su hijo.
Jackson le sonrió y guiñó un ojo al verlo y su padre se acercó a él para darle un saludo fraternal.
—¿Hijo a que se debe todo esto? —Preguntó.
Sin embargo, él no respondió pero vio que su hermano le veía con incógnita.
Varios hombres de Kkangpae se acercaron a ellos con sus rostros serios y amenazantes. Pero Yoongi no se inmutó. Los miró directamente a los ojos, su expresión siempre era firme y desafiante.
—Buenas noches —Habló Yoongi, su voz clara y segura.
El líder de Kkangpae, un hombre grande y musculoso, se adelantó y se detuvo frente a Yoongi observando a todos uno por uno.
Todos los hombres atrás del líder traían sus armas al igual que los hombres de Wang y los de su padre.
Él sin embargo solo tenía a Hyung Sik y su propia arma pero él confiaba en su propio poder.
Kang era conocido como el mafioso más infame de la época. Fue hijo de un famoso luchador por la independencia de Corea y líder insurgente Kang Du-han, un luchador por la libertad contra el dominio colonial. Después de que mataron a su madre y su padre, Kang creció como un mendigo y se involucró con una pandilla local llamada Jumok.
Ascendió de rango debifo a su crueldad y se hizo famoso por luchar contra los grupos y las turbas causadas por yakuza, era de temer por eso nadie se metía con él.
—Hemos estado esperando tu llegada, muchacho —Informó el hombre manteniendo la mirada fija en él.
Yoongi asintio y aunque su expresión era indiferente, no podía dejar de sentir que debía respeto.
—Bien, ya estoy aquí.
El líder de la Mafia Kkangpae sonrió, su sonrisa cruel y desagradable.
—Bien, síganme. No querrán hablar frente a todos estos entrometidos ¿o si? —Bromeó el hombre y todos los demás rieron por lo bajo.
Yoongi solo se encogió de hombros, a su lado Hyung Sik se movió un poco pero jamás se separó de él y su padre ordenó a sus hombres que se quedaran atrás lo mismo hizo Wang.
Todos caminaron detrás de Kang por un pasillo largo y bastante iluminado hasta entrar en una habitación. Era la oficina del hombre.
Su gusto por lo rústico se veía por todos lados. La habitación estaba decorada con muebles de madera oscura y tapices de seda, que daban un toque de elegancia y sofisticación al espacio.
En el centro de la habitación, había un gran escritorio de madera, detrás del cual se sentaba Kang Daniel. Detrás de él, una gran ventana de cristal permitía que la luz natural iluminara la habitación.
Yoongi se sentó en una de las sillas que estaban frente al escritorio, mientras que Kang Daniel se sentó en su silla, detrás del escritorio y Hyung Sik se quedaba de pie detrás de Yoongi, su padre y hermano de un lado y los otros dos Wang del otro lado.
La habitación estaba en silencio, solo interrumpido por el sonido de un reloj que tick-tackeaba en la pared.
Kang Daniel se inclinó hacia adelante, apoyando sus codos en el escritorio.
—Yoongi explícame por qué has entregado a uno de los tuyos conmigo —dijo, su voz seria y determinada.
Los Wang voltearon a verlo con curiosidad, Jackson parecía divertirse con situación.
—Es simple, no puedo permitir que siga poniendo en peligro nuestra organización ni a mi familia. Ese traidor a los Min estuvo Traficando Híbridos.
—Aunque sé que es sobrino mío, creo que merece un castigo ejemplar —Interrumpió el señor Min.
Kang Daniel frunció el ceño, su expresión seria y preocupada. Jackson sin embargo solo lo miró a Yoongi como diciendo "Te lo dije"
—¿Traficando con Híbridos? — repitió en voz baja—. Eso es un delito grave entre nuestras organizaciones Yoongi. Tu padre tiene razón en querer castigar a Hoshi de manera ejemplar. Pero ¿Eso que tiene que ver conmigo? Pueden hacer eso sin nuestra ayuda.
Yoongi se inclinó más hacia adelante para poder hablar claramente y que el hombre lo escuchara a la perfección.
—Quiero abandonar la mafia Señor Kang. Y quiero que todos me dejen en paz a mi y a mi esposo. Hoshi servirá como mi boleto de salida, les estoy entregando a un miembro de nuestra organización y a una traidora por mi libertad.
El aire se llenó de un silencio profundo y pesado. La mirada de su padre no pudo descifrarla en ese momento. Jackson parecía impresionado, Hoseok asustado y el señor Wang contrariado y molesto. Sin embargo Kang parecía tranquilo y admirado.
—Que agallas tienes muchacho, para venir y decir eso enfrente de las tres organizaciones que dominan el país. Admiro tu valentía o estupidez como quieras llamarlo.
Yoongi asintió, la mirada penetrante de su padre podía sentirla taladrando en su rostro pero Yoongi se negaba a mirarlo. Quizá lo estaba decepcionando por completo.
—Tenemos un lema entre nosotros y eso es no meternos en los asuntos de los demás. Pero tu primo, Hoshi no hizo cualquier cosa, rompió una de las reglas más importantes aquí y será castigado como tal, pero... hay otra regla importante muchacho: abandonar las mafias trae consecuencias. El miembro que abandona será perseguido y exterminado. ¿Lo sabes, no?
—Lo sé, y si la entrega de dos traidores no es suficiente me ofrezco como tercera opción. Pero dejáran que Min Jimin continúe con su vida normal sin tocarle un solo cabello.
Yoongi sabía, los pactos de la Mafia son pactos sagrados y si la mafia pactaba con él para no hacerle daño a Jimin, ellos debían obedecer pase lo que pasé. Si ellos aceptaban Jimin seria intocable.
Su padre y su hermano voltearon a verlo con expresión aterrada en sus rostros.
—¿Te entregas a cambio de otro? —Preguntó Kang.
—Yoongi, no puedes hacer esto, es absurdo —Intervino su padre.
—Yo votaré por lo que la mayoría acepte, pero digo que se haga rápido—Dijo el señor Wang. No tenía tanta familiaridad con los Min después de que Yoongi asesino a su hijo Mingsu.
Aunque después de eso se habían calmado las aguas entre los Wang y los Min.
Yoongi miró con determinación a todos y asintió, como miembro también de una organización como esa, sabía a quién mostrarle respeto y Kang Daniel, el Líder, lo merecía. Se inclinó ligeramente, en un gesto de respeto, y esperó a que Kang Daniel continuara hablando.
Kang Daniel lo miró con una expresión seria, pero también con un toque de aprobación.
—Me alegra ver que sabes cómo mostrar respeto, Yoongi —dijo complacido—. Eso es importante en nuestro mundo.
Yoongi asintió de nuevo, sabiendo que Kang Daniel tenía razón. En el mundo de las organizaciones criminales, el respeto y la lealtad eran fundamentales para sobrevivir.
Kang Daniel continuó hablando, su voz baja y seria.
—¿Qué pasa si no aceptamos el trato?
—Pelearé con todos aunque muera en el intento, aún así no dejare de luchar por lo que creo y quiero y mis convicciones valen más que cualquier cosa.
Todo quedó en completo silencio por un momento, eso hasta que Kang volvió a preguntar.
—¿Y si te retiras quien se hará cargo de tu puesto ahora que el siguiente en la línea de jerarquía fue atrapado como traidor?
Yoongi miró fijamente al otro líder y después señaló hacia su izquierda, exactamente donde estába a Hoseok.
—Ya no hay otro miembro apto para esto aparte de mi hermano Hoseok —Habló firme—. La jerarquía dentro de los Min no se perderá como todos creían. Los Min seguirán siendo poderosos como Los Wang y como los Kkangpae.
—¡Yoongi! —Intervino nuevamente el señor Min ésta vez evidentemente molesto.
Hoseok por el contrario estaba sorprendido y agradecido que su hermano si le diera su lugar importante y demostrarle que confiaba en él.
—Basta padre, tú bien sabes que Hoseok es también importante y es bueno en su trabajo. Yo confío en él ¿Tú no confías en él? Hoshi no era directamente un Min, no se pierde nada al contrario se gana todo.
El líder de la otra mafia solo observaba en silencio con sus dedos apoyados en su barbilla la interacción de los otros dos frente a él como si fuera una película muy interesante de ver dibujando media sonrisa en sus labios, A Kang Daniel le gustaba la manera en que Yoongi estaba desafiando a su padre.
Yoongi no obstante no apartaba la mirada desafiante del hombre que le dio la vida esperando una respuesta rotunda de parte de él así que que hombre no tuvo más remedio que ceder.
—Claro confío en Hoseok, sé que es apto para sustituirte, claro que confío plenamente en todos mis hijos —finalizó inflando el pecho.
Hoseok se sintió dichoso al escuchar aquellas palabras que casi no salían de la boca de su padre pero él sabía lo mucho que el señor Min los quería y protegía a todos. Ahora podía respirar feliz después de haber obtenido la aprobación del hombre más importante en su vida.
—Bien... abandonarás tu organización Yoongi, sabes que la regla será perseguirte y darte muerte a ti y a todos los que se unan a ti.
Yoongi tragó saliva pero a pesar de ello no bajó la mirada.
—Sin embargo, he admirado la valentía con la que has venido hasta acá y te has enfrentado a las tres organizaciones más importantes y has hablado de tus convicciones con una hombría impresionante que merece respeto Genuino de mi parte y creo que de parte de lo demás también —Observó mirandona los otros quienes también asintieron—. Así que de mi parte puedes retirarte confiando en que tú y Jimin están absueltos de toda relación con los Kkangpae.
Esto lo dijo colocando su mano derecha sobre el hombro de Yoongi.
El patriarca Wang también se puso de pie e hizo el mismo acto protocolario y solemne que los demás recitando respectivamente su absolución.
—Min Yoongi, puedes irte confiando en que tú y Min Jimin están absueltos de todas las relaciones de parte de los Wang.
Acto seguido su padre también se puso de pie y después de mirarlo con orgullo por un momento también le colocó la mano sobre el hombro y dijo:
—Min Yoongi, puedes irte seguro y confiado en que tú y Jimin están absueltos de toda relación con El Clan Min.
Yoongi sintió alivio y muchas cosas. Se sentía libre, finalmente, de la carga que había llevado durante tanto tiempo. La organización había sido una parte importante de su vida, pero ahora podía dejarla atrás y empezar de nuevo.
Miró a su padre, que lo estaba observando con una mezcla de orgullo y alegría.
—Gracias, señor Min —dijo Yoongi, utilizando el título que siempre usaba para referirse a él en público.
El señor Min sonrió y le dio una palmada.
—Eres un hombre valiente, Yoongi. Siempre lo has sido. Ahora ve y vive la vida que siempre has querido.
Yoongi asintió, sintiendo una sensación de paz y libertad que nunca había experimentado antes. Sabía que todavía había desafíos por delante, pero estaba listo para enfrentarlos con Jimin a su lado.
Se despidió del líder y de los demás miembros de las otras organizaciones. Lo que hicieran con Hoshi y Daehyun ya no era de su interés.
Salió de esa oficina con una sensación de renovación y esperanza. Ahora podía empezar a construir la vida que siempre había querido, con Jimin como su compañero sin que estuviera siempre huyendo del peligro.
Sonrió a Hyung Sik cuando este le miró con una gran sonrisa.
—Tienes agallas jefe —Repuso el guardaespaldas.
—Por Jimin haría cualquier cosa —Respondió Yoongi.
Estaba listo para ir a casa y ser feliz y libre.
Al pasar el pasillo por el que entraron pudo ver que la puerta de una habitación estaba abierta y sin querer pudo ver a Daehyun atada de manos y pies sentada en una silla. Su rostro estaba pálido y sus ojos estaban llenos de miedo cuando lo miraron.
Yoongi se detuvo un momento para mirarla, recordando la forma en que había intentado salirse con la suya y vender a Jimin. Su expresión se endureció sintió una oleada de ira hacia la mujer que había puesto en peligro a su pareja.
Pero no dijo nada, simplemente siguió caminando por el pasillo, sabiendo que Daehyun recibiría su castigo pronto. Llegó a la puerta de salida y la abrió, saliendo al aire fresco de la noche.
—¡Yoongi espera!
El pelinegro se detuvo cuando fue llamado por su hermano. Hoseok venía detrás de él apresurado.
—¿Qué pasa Hobi? No querrán que regrese.
—No nada de eso, ellos están conformes. Yo solo quiero darte las gracias por confiar en mi, eres mi hermano mayor y te respeto, y ahora que has dejado el cargo para mí te juro que haré bien mi trabajo.
Yoongi le dio un par de palmadas en la espalda a su hermano.
—No dudo de ello Hobi, sé que eres capaz. Solo cuida bien de papá.
Hoseok asintió, en sus ojos el brillo peculiar de la felicidad destellaba intensa.
—No necesito que me cuiden este viejo aún puede defenderse muy bien y sin ayuda.
Ambos se sorprendieron cuando la voz de su padre llegó hasta ellos y luego se sonrieron.
—Papá ¿Hice bien verdad?
El hombre se enderezó todo lo que pudo, su semblante siempre era frío y serio similar a Yoongi solo que en mayor.
—Tú abuelo me pateará el trasero por dejarte hacer lo que quieres pero, yo confío en tí no dudes de tu decisión jamas Yoongi. Yo desafié a mis padres al casarme con Young Ae. Pero algo te digo, ella lo valía completamente así como estoy seguro que Jimin lo vale para tí. Anda hijo, sé libre.
Yoongi reverenció a su padre, sintiendo menos peso sobre sus hombros. La aprobación de su padre significaba mucho para él, y saber que confiaba en su decisión lo hacía sentir más seguro y confiado.
Se acercóa su padre, quien lo abrazó fuerte.
—Estoy orgulloso de ti, hijo —Admitió el hombre con la voz llena de emoción—. Recuerda que siempre estaré aquí para ti, para los dos, no importa lo que pase.
Yoongi y Hoseok asintieron, ambos sintiendo una sensación de gratitud y amor hacia su padre. Sabía que siempre podrían contar con él, y que su apoyo significaba todo para los dos.
Se despidió de su padre y su hermano y subió a su auto sintiendo una sensación de libertad y felicidad que nunca había experimentado antes. Sabía que tenía un futuro brillante por delante, y que Jimin estaría a su lado para compartirlo con él. Huyng Sik arrancó el motor, ambos sintiendo una sensación de alivio al alejarse del lugar.
Llegó al Penthouse y se bajó rápidamente. Al entrar vio que la luz de la sala de estar estaba encendida, y Yoongi sonrió al pensar que Jimin probablemente estaba esperándolo.
Eran exactamente las doce y treinta de la noche.
Entró a la habitación abriendo la puerta suavemente. Jimin estaba sentado con su expresión preocupada en su rostro pero pronto miró hacia arriba cuando Yoongi entró y le sonrió saliendo a su encuentro. Enredó sus piernas al rededor de él cuando se lanzó de un salto a abrazarlo.
—¿Cómo estuvo la reunión? — preguntó Jimin, su voz rebotó suave y preocupada.
Yoongi se sentó en la cama aun con el pelirrojo sobre su regazo y le dejó un beso suave en los labios.
—Estuvo bien —dijo conteniendo la emoción de su voz—Diría que de ahora en adelante solo seré Min Yoongi el empresario.
Jimin abrió sus ojos enormemente en una expresión de sorpresa. Una gran sonrisa se dibujó en sus labios.
—Oh my God, I don't believe it! —Chilló feliz—. ¿No más secuestros ni esas cosas entonces? Porque eso de ser secuestrado a cada rato It's not cool Daddy.
Yoongi sonrió y le dio otro beso a Jimin, uno más lento y sin prisas.
—Pues que yo recuerde tú me secuestraste a mi un día antes de mi boda —Sonrió de lado con una Ceja alzada mirándolo con coquetería. No eres tan honesto que digamos.
Jimin sonrió haciéndose el desentendido pero sus mejillas delataban que recordó lo que hizo. Las travesuras que se atrevió a hacer para conseguir a su hombre.
—Bueno si, tienes razón Daddy pero... como sea, tu babeabas por mí así que no fue un castigo para ti exactamente.
Yoongi soltó una carcajada, su nuez de adán bajaba y subía mientras reía con ganas. Después cuando se detuvo miró a Jimin con intensidad.
Cuanto amaba a ese zorro astuto.
Un beso lleno de pasión se hizo presente, ambos abrazados sin querer despegarse ni un centímetro.
Esa noche Yoongi le hizo el amor a Jimin, siendo tan suave y delicado como lo era el mismo zorro. Prometiendo en cada beso y caricia lo mucho que significaba para él. Apoderándose de todo su cuerpo y su ser con una devoción incalculable.
Jimin durmió tan feliz esa madrugada, más bien lo poco que durmieron fue placentero.
A la mañana, se levantó con todos los ánimos muy encendidos.
Se levantó de la cama y se estiró, sintiendo una energía y una emoción que no había sentido en mucho tiempo. Se dirigió al baño para darse una ducha y prepararse para el gran día.
Mientras se duchaba, no podía evitar pensar en la presentación y en cómo iba a sentirse al estar en el escenario, bailando frente a toda la academia. Se sentía nervioso, pero también emocionado y listo para darlo todo. Quería ser uno de los mejores bailarines de Corea.
Después de la ducha, se vistió con su traje que usaría para el baile y se miró en el espejo. Se sintió orgulloso de sí mismo y de todo el trabajo que había hecho para llegar a este momento. Hizo aparecer sus orejitas y su cola y se colocó algo de labial.
No necesitaba mucho para verse hermoso.
—El maquillaje me necesita a mí para lucirse —Dijo a su reflejo con una sonrisa.
Justo entonces, escuchó un golpe en la puerta. Era Yoongi, que había venido con el desayuno para él.
—Uh lalá, ¿Y este bello ser?
Jimin sonrió divertido tomando la bandeja que Yoongi llevaba en las manos.
—¿Estás listo? —preguntó Yoongi, sonriendo.
Jimin asintió, sonriendo también.
—Sí, estoy más que listo Daddy.
Ambos tomaron el desayuno en la mesa que estaba en el balcón de la habitación. El sol comenzaba a resplandecer a lo lejos, pintaba de un bello color el azul del cielo.
Después del desayuno y de un beso para aliviar el nerviosismo del pelirrojo, Yoongi lo condujo hasta el estacionamiento donde su auto esperaba. Huyng Sik, como siempre, viajaba detrás de ellos, vigilando y protegiendo a Jimin y Yoongi de cualquier peligro que pudiera surgir.
Aunque a estas alturas Yoongi estaba considerando despedir a Hyung Sik y re contratarlo como chofer únicamente.
Mientras se subían al auto, Jimin no podía evitar sentirse un poco nervioso. La presentación en el Teatro era un gran evento, y sabía que habría muchas personas importantes allí. Pero también sabía que Yoongi estaría allí para apoyarlo, y eso lo hacía sentirse más seguro.
Yoongi se dio cuenta del nerviosismo de Jimin y le dio un apretón en la mano.
—Estás listo para esto —Declaró Yoongi sonriendo—. Vas a hacer un gran trabajo. Brillarás como siempre.
Jimin sonrió también, sintiendo un poco más de confianza.
—Gracias Daddy —le dijo a Yoongi—. Significa mucho para mí que estés aquí para apoyarme.
Yoongi se inclinó hacia él y le dio un beso suave en los labios.
—Siempre estaré aquí para ti.
Mientras avanzaban entre el tráfico mañanero, poco a poco a Jimin se le iba pasando aquella sensación en su estómago. Al llegar a la Academia, observaron el estacionamiento repleto de autos y a la directora de la academia, Seonmi, bajar de su auto también.
Seonmi siempre tan elegante y sofisticada, con un estilo que reflejaba belleza.
Jimin se bajó del auto y se estiró, sintiendo una sensación de alivio al estar finalmente en el lugar donde iba a realizar su presentación.
Seonmi se acercó a ellos, sonriendo.
—Buenos días, Jimin —Saludó al verlos acercándose a ellos con una gran sonrisa—. Estoy emocionada de verte hoy. ¿Estás listo para tu gran día?
Jimin asintió.
—Sí, estoy listo —Respondió—. Gracias por la oportunidad.
Seonmi sonrió de nuevo.
—Es un placer, Jimin. Ahora, vamos al auditorio. Los demás estudiantes ya están allí, esperando para comenzar. Hola Yoongi, qué gusto verte — dijo sonriendo.
Yoongi la miró y sonrió también luego se inclinó ligeramente para saludar a Seonmi.
— Lo mismo digo, Seonmi. Te dije que no te decepcionarías al dejar a Jimin entrar en tu academia —Recordó con una sonrisa confiada.
Seonmi se rió, y puso una mano en el hombro de Yoongi.
—Sí, me acuerdo. Me dijiste que Jimin tenía un gran talento, y que merecía una oportunidad. Y ahora, aquí estamos, a punto de verlo presentarse en el Teatro.
Yoongi asintió, sonriendo sintiéndose orgulloso de Jimin. Ciertamente nunca lo había visto bailar antes de pedirle aquel favor a Seonmi. Pero algo le decía que debía hacerlo.
Seonmi se volvió hacia Jimin.
—Bueno, Jimin, es hora de que te presentes. Vamos al auditorio, y que comience el espectáculo.
Jimin y Yoongi se despidieron de Seonmi y entraron juntos a la Academia, pasando por aquella sala con las bellas réplicas de arte famosas. Yoongi llevaba a Jimin rodeado de la cintura, orgulloso de él.
Podía sentir un poco los nervios de Jimin pero sabía que lo haría bien. Él
por su parte, estaba radiante de orgullo. Había visto a Jimin trabajar duro para llegar a este momento, y estaba emocionado de verlo presentarse.
Al llegar al auditorio, Jimin y Yoongi se encontraron con los demás estudiantes de la academia, todos ellos vestidos con sus mejores galas. La atmósfera estaba llena de emoción y expectativa, y Jimin se sintió un poco más tranquilo.
Yoongi se inclinó hacia él y le susurró al oído:
—Te amo bebé, ve y demuestra quien es Min Jimin.
Jimin le dejó un beso antes de retirarse para que Yoongi pudiera ir a buscar su lugar junto a su padre y los demás.
Antes de su presentación, habían más de otros compañeros, así que se dirigió hasta los vestidores para reunirse con sus compañeros Lisa, Ten, N y Mina. Pero al pasar cerca de un cubículo vacío, escuchó un sollozo.
Curioso por ver de quién se trataba y por si necesitaba ayuda, se acercó más y se sorprendió al ver a Seulgi ahí dentro, limpiando sus lágrimas.
Ella le miró y de inmediato se limpió.
—¿Qué quieres? —Espetó molesta.
Jimin bien podía ignorarla como lo venia haciendo desde hacía meses porque igual no se llevaban bien, pero sentía pena por ella.
La había visto, era una de las chicas híbridas que estaban encerradas en aquella celda igual que él.
Seulgi siempre había sido una persona hiriente y molesta, pero ahora Jimin sabía que detrás de esa fachada había una persona vulnerable y herida. Se acercó un poco más, intentando ser amable y comprensivo.
—Seulgi, ¿estás bien? —Preguntó, intentando mantener su voz suave y calmada.
Seulgi se limpió las lágrimas de nuevo y se levantó, intentando recuperar su compostura.
—Sí, estoy bien —Mintió, intentando sonreír.
Jimin sabía que no estaba bien, pero no quería presionarla. Se limitó a asentir y a ofrecerle una sonrisa amable.
—Si necesitas algo, estoy aquí —Dijo, antes de darse la vuelta y dirigirse hacia los vestidores para reunirse con sus compañeros.
Dió media vuelta para seguir con su camino, pero entonces la voz de Seulgi le hizo detenerse en seco.
—¿Le dirás a todos mi condición de híbrida? —Preguntó con sus mejillas rojas.
Jimin se volvió hacia ella, sorprendido por la pregunta. No había pensado en revelar su secreto, y no entendía por qué Seulgi pensaría que lo haría.
—¿Por qué crees que lo haría? —Preguntó Jimin, intentando entender la preocupación de Seulgi—. En todo caso, es un asunto personal. No me corresponde.
—Yo... bueno es que...
—No diré nada —Prometió Jimin, intentando tranquilizarla—. Tu secreto está a salvo conmigo.
Seulgi dejó de estar a la defensiva y sonrió un poco. Jimin volvió a acercarse a ella y con un poco más de suavidad le dijo:
—Yo no diré nada que no me corresponda decir, pero... no te avergüences de ser lo que eres. Sé que todos te amarán al saber la verdad.
Seulgi se sintió conmovida por las palabras de Jimin. Nadie había hablado con ella de esa manera antes. Todos la habían tratado con desconfianza, pero Jimin parecía entenderla de una manera que nadie más lo había hecho.
—Gracias, Jimin —dijo Seulgi con la voz apenas audible por la pena que sentía al estar teniendo esa conversación con el chico con la que más molesta se había portado.
Jimin sonrió y le puso una mano en el hombro.
—No hay de qué, Seulgi. Recuerda que siempre hay alguien que te entiende y te acepta tal como eres.
Seulgi asintió, sintiendo una sensación de alivio y gratitud hacia Jimin. Por primera vez en mucho tiempo, se sintió como si no estuviera sola en su secreto. Así que sonrió limpiando sus últimas lágrimas.
—Buena suerte en la presentación —Dijo. Su voz sonó triste y lejana.
Esto era porque no pudo estar en ninguno de los ensayos al estar cautiva por Hoshi en el sótano de híbridos.
Jimin se dio cuenta de la tristeza en la voz de Seulgi y se sintió conmovido. Sabía que Seulgi había sido una de las víctimas de Hoshi, y que había sufrido mucho en sus manos.
—Lo siento, Seulgi —dijo Jimin, su voz suave y compasiva. —Lo que nos hizo ese tipo fue terrible. Pero ahora estás a salvo, y puedes empezar de cero una vez más.
Seulgi apretó sus labios, su mirada era baja y triste.
—Gracias, Jimin. Significa mucho para mí que te importe.
—No problem . Por supuesto que me importa, Seulgi.
Seulgi sonrió débilmente, sintiendo una sensación de alivio. Por primera vez en mucho tiempo, se sintió como si alguien se preocupara por ella de verdad.
Jimin sentía pena por ella, también se había esforzado tanto. Cuando se reunió con los demás, su turno casi había llegado. Bailarían una mezcla de ritmos y canciones. Lisa y Mina ya lo estaban esperando. Desde detrás del telón, pudo ver a Yoongi sentado al lado de su padre, el señor Park, y también estaba Jin, su pequeña, por alguna extraña razón también Namjoon, Tae con Jungkook. Sonrió al verlos.
—¿Ya vieron que Seulgi apareció? —Susurró Mina.
Todos asintieron, pero Jimin se hizo el desentendido. Cuando la música comenzó, todos fueron a tomar posición sobre el escenario y, para sorpresa de todos, Seulgi también se posicionó detrás de Jimin.
Éste, al verla, le dio una mirada aprensiva. Él la guiaría en la coreografía mientras todos bailaban. Lo habían planeado cuando estaban hablando en el vestidor.
Cuando canción "In The Name of Love" comenzó, todo se transformó, la melodía y las vibraciones comenzaron a inundar todo el lugar y ellos comenzaron a bailar al ritmo de la música. Seulgi seguía paso a paso a Jimin y todo se veía perfecto. La coreografía era compleja, pero Jimin y la ejecutaban con precisión y gracia. Después la canción, comenzó otra.
Jimin se movía con una gracia y elegancia que era difícil de encontrar en otros bailarines. Sus movimientos salían fluidos y precisos, como si estuviera bailando sobre una cuerda invisible. Cada paso, cada giro y cada movimiento de su cuerpo parecía tener un propósito y una intención detrás de él.
Su expresión facial era intensa y emocionada, como si estuviera viviendo cada momento de la música. Sus ojos brillaban con una pasión y una energía que es contagiosa, y su sonrisa era capaz iluminar todo el escenario.
La multitud estaba en silencio, observando con asombro la presentación. Yoongi sonreía, orgulloso de Jimin y de la forma en que se movía con gracia y estilo único. El señor Park también parecía impresionado, y Jin estaba bailando en su asiento con la bebé emocionada por la música.
La presentación terminó con una ovación, y Jimin y los demás se inclinaron para recibir los aplausos.
Habían hecho un gran trabajo, y todos lo sabían. Todos ovacionaban a los jóvenes que acababan de dar una muy buena presentación. Después de las palabras y elogios de Seonmi y recibir un premio cada uno, Jimin bajó corriendo del escenario y se arrojó a los brazos de Yoongi.
Yoongi lo abrazó fuerte, sonriendo de oreja a oreja.
—Estoy tan orgulloso de ti, Jimin — Sonrió besándolo en la mejilla.
Jimin se rió, sintiendo una sensación de felicidad y alivio.
—Gracias Daddy —Volvió a abrazarlo.
La multitud comenzó a dispersarse, y Jimin y Yoongi se dirigieron hacia donde su padre lo esperaba.
Corriendo se abrazó a él y saludó a los demás.
Jimin verdaderamente estaba feliz ahora. Sentía que nada podía contra él y su felicidad.
Realmente lo era. Estaba con los seres que más amaba en la vida.
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