15
Despedida de soltero.
Nunca me había pasado esto. Bueno, en realidad sí, pero no a este nivel. Sin embargo, fue sólo ese gesto, levantar la mirada de su libro de historia para dejarme hipnotizado.
-Changbin... ¿estás escuchando? -la voz de Felix me sacó del limbo en que me hundieron sus rizos. Asentí repetidas veces para que me dejara en paz y yo pudiera seguir mirándolo. Hasta el día de hoy no me daba cuenta de lo hermoso que se veía con el ceño fruncido escarbando página tras página para hacer su tarea.
-Deberías estar haciendo tu tarea en vez de distraerte con mi cabello -dijo sin apartar la vista del libro.
-Y tú leyendo en vez de estar pendiente de lo que haga y lo que no -le respondí, volviendo al tono arrogante y terco que utilizaba cuando estaba junto a él para que no se diera cuenta de lo estúpido que me dejaba con solo estar a mi lado.
-Si... nos casaremos este fin de semana, podrías dejar de pelear al menos, ¿no lo crees? -replicó. Bufé sonoramente, por supuesto que sabía que nuestra boda sería este fin de semana por eso estaba así: tan cambiante. Podía ser dulce y de repente enojon. Los nervios me comían vivo.
-De acuerdo -no tenía caso resistirme, además, con la mirada de cachorro que tenía Felix sería muy imposible negarme. Estos últimos días él también lucía nervioso: cometía errores, tropezaba con sus propios pies e incluso reprobó en una prueba. Pero eso no pareció importarle, algo lo tenía muy preocupado y estaba muy seguro de que no era por la boda. Iba a averiguarlo.
Llamé a Lia para que fuera a la casa, ella llamó a BangChan y a Minho. Después de media hora, estábamos los tres en mi habitación pensando qué podría tener tan afligido a Felix.
-¿Y si ya no se quiere casar? -postuló Lia. Una parte de mí se alarmó muchísimo, era la parte que ansiaba estar con Felix.
-¿En serio lo crees? -le preguntó BangChan. Lia lo pensó unos segundos y refunfuñó.
-Claro que no, pero era sólo una idea.
-Pues se aleja mucho de la realidad -agregó Minho.
Estuvimos mucho tiempo pensando y cuando oscureció, los chicos terminaron por ver Titanic en la televisión. Yo los observé mientras ellos le gritaban al capitán para que no chocara contra el iceberg, extrañaría formar parte de este grupo. No quería decir que dejaría de ser amigo de ellos, jamás me separaría de los mejores amigos que alguien podría desear, pero desde la próxima semana las cosas no serían lo mismo: ellos podrán tener novios y salir sin preocupaciones, mientras que yo estaré casado. Sin mencionar que cuando acabe el año solo quedaremos Wooyoung y yo en la escuela.
Crecer apestaba.
Eso me recordó el libro de Peter Pan que Felix me regaló. Me levanté para buscarlo en mi estantería, pero no estaba. Pasé por al lado de los chicos, que ni siquiera notaron mi presencia ya que estaban ocupados viendo como Jack besaba a Rose, y salí de la habitación. Seguro se había quedado en el cuarto de Felix y había olvidado traerlo cuando me cambié. Toqué la puerta un par de veces, pero nadie respondió. Entre de todas formas, las luces estaban apagadas, pero el baño se traslucía un debil resplandor. Y también se oía el sonido de la ducha. Encendí la luz y comencé a buscar mi libro, tenía que estar por alguna parte. Revisé debajo de la cama, en los muebles, en el closet, en el velador e incluso en la mochila de Felix. Y esta última fue la que llamó mi atención.
Estaba llena de papeles arrugados y garabateados. Los estiré y una rabia enorme me invadió.
"Él no te ama"
"Estarías mejor con otro"
"Es un idiota"
Los volví a arrugar y los tiré al suelo.
Reconocía esa caligrafia: Lisa. De pronto, el agua se cortó y escuché como Felix cantaba una canción dentro del baño. Recogí los papeles y los guardé otra vez dentro de la mochila, el pomo de la puerta giró... corrí a toda prisa y me escondí dentro del closet, apretujado entre la ropa desordenada de Felix. Realmente no se cómo alcancé en ese reducido lugar.
Así que eso era lo que tenía tan nervioso a Felix, que Lisa lo molestara. Pero sabía que había algo más, Lisa no causaba mucho daño, seguro había dicho o hecho algo peor.
Felix salió envuelvo en una toalla de la cintura para abajo y se sentó en la cama. Estuvo así por unos minutos, sin mover ningún músculo hasta que se levantó de golpe y comenzó a acercarse. Lo veía a través de la puerta del closet que había quedado entreabierta, pero dejé de espiarlo cuando se quitó la toalla.
Ya lo había visto desnudo, pero bajo los efectos de las hormonas. Ahora estaba completamente consciente.
-Sal de ahí, arrugarás mi ropa -dijo de repente.
Salí de mi escondite y para mi suerte al menos ya se había puesto sus boxers. Me tendió la mano para que me acercara a él y cuando se la dí, tiró de mí y me abrazó con fuerza.
-Felix, ¿estás bien?
-Changbin, te amo -lo soltó así, sin verlo venir. Esas palabras siempre me confundían, complicaban mis ideas y hacían que mi estómago burbujeara en mariposas. Todas esas cosas enredadas, más las cartas que leía hicieron que las temibles palabras que nunca creí pronunciar de mi boca sin pensarlo.
-Yo también te amo, Hyung.
Lo dije, inconscientemente, pero lo dije. Me separé un poco de él para ver su expresión, tenía su mirada fija en mí, sin parpadear. Pero tenía una sonrisa, una ancha y hermosa sonrisa.
-¡¿Lo dices en serio?! -no me quedó de otra que asentir y aceptar su beso, tampoco podía negarlo, eso sería horrible. Aunque no me alejaba de la verdad. De verdad las cosas que sentía por Felix habían cambiado bastante, ¿por qué de otro motivo sentiría celos cuando él se acercaba a otros chicos? ¿O por qué me preocupaba cuando él estaba mal y lucía decaído?
Si eso no era amor, no sabía lo que era.
-Hyung, mejor vístete o te vas a enfermar otra vez.
-Te pongo nervioso, a que es eso.
-Ya quisieras - le contesté.
-Entonces, ¿por qué estás sonrojado? -me tomó la mano y comenzó a acariciar mis dedos, como siempre lo hacía cuando se sentía culpable.
-Porque te dije que te fe gamba -oculté las últimas palabras detrás de un juego de letras. Felix besó mi cuello y me volvió a abrazar.
-Yo también fe gamo, creo que eso ya la sabes.
-Genial, entonces dime qué son esos papeles que tienes en la mochila.
Al otro idea intenté calmarme, pero no pude. En el recreo salí rápido de la sala antes de que Wooyoung me detuviera y fui a encarar a Lisa.
Ella estaba sentada en el jardín de la escuela con sus amigas. Caminé con seguridad hasta Lisa la golpeé en el ojo. Sus amigas comenzaron a gritar y alguien me agarró del brazo para alejarme.
—¿Qué estás haciendo, Seo?
Era Yeonjun. Me apartó de Lisa que lloriqueaba en el suelo.
—Golpearla, ¿acaso no ves? ¡Es una maldita! —Yeonjun cerró los ojos, confundido.
Claro, él no sabía nada de lo que me había contado Felix. Lisa le envió esos papeles a Felix, pero no se quedó tranquila con eso, como yo supuse. Conversó con él y le dijo que la única razón por la que se quería casar conmigo era por el dinero de mis padres. Felix repitió innumerables veces que él me amaba y que no lo hacía por conveniencia. Eso no era necesario decirlo, ya lo sabía desde hace mucho tiempo. Pero tampoco dejaría las cosas así, Lisa tenía que pagar por ser tan estúpida.
—Cálmate o crearás un alboroto —me dijo Yeonjun. Le hice caso y me tranquilicé, Lisa no dejaba de llorar y podía notar como su ojo iba poniéndose morado. Sonreí ante mi victoria. Que nunca más se le ocurriera volver a molestar a Felix o para la otra le quebraría los dientes.
Entonces sentí eso de nuevo. Aquel sentimiento de posesión y calidez en mi pecho que tuve cuando miré a Felix ayer leyendo su libro.
Definitivamente era amor. Y llegaba justo a tiempo para la boda de mañana.
(...)
Por la tarde Yeonjun me llamó, estaba con Seungmin, Jisung y Soobin al teléfono. Avisaron que irían a ver a Felix esa noche y que se lo llevarán por unas cuantas horas, pero que lo regresarían listo y presentable para la boda. No supe lo que se tramaban, así que llamé a los chicos, mis amigos para idear un plan.
—Es una despedida de soltero, ¿Qué más podría ser? —señaló BangChan. Fue como una iluminación, los chicos se lo llevaron de fiesta seguro a un club donde mujeres como hombres en poca ropa les bailarían por dinero. No podía permitirlo.
—Entonces nosotros también tendremos una —les dije.
—¿En serio? Deja que llame a los bailarines y consiga algo de cerveza —Minho se puso de pie y comenzó a marcar número en su celular.
—¡No, Min! Iremos a espiarlos.
— Ah, que aburrido.
Reí ante su entusiasmo y los animé a que me acompañaran, pero ninguno quiso. Al final terminé conduciendo solo por la autopista, de noche y perdido. Se habían llevado a Felix hace una hora, pero no me rendiría, lo encontraría y me lo llevaría de vuelta a casa aunque sea tirando de su oreja. Ahora que por fin me daba cuenta de que su plan para enamorarme había funcionado, no lo dejaría vagar por la ciudad con bailarines desnudistas, mucho menos con Jisung y Seungmin de su lado.
La música sonaba hasta destriparme los oídos, había varios escenarios individuales con caños y bailarines por todos lados, eran exuberantes y estaban tan tapados en maquillaje que eran irreconocibles.
No fue difícil encontrar a Felix, ebrio hasta más no poder, saltaba al lado de Jisung quien bailaba en un caño para su espectáculo personal. Era mejor que Jisung le bailará a que lo hiciera otro. Pero estaban demasiado cerca y eso me ponía nervioso. Seungmin estaba tirando billetes a un chico que servía las cervezas, que se notaba a leguas que no era parte del show, pero eso no parece importarle a Seungmin, ya que seguía desparramando dinero. Soobin bebía y bebía un vaso tras otro y Yeonjun lo miraba todo con la cara adolorida. Él no podía beber, así que era obvio que estaba sobrio y se daba cuenta de las obscenidades que sucedían a su alrededor. Me acerque a ellos con paso seguro y apresurado, tenía que mostrarme serio para que Felix me hiciera caso.
Sin embargo, en el preciso momento en que estuve lo suficientemente cerca para agarrar del brazo y tirarlo para que dejara de hacer el ridículo, ocurrió lo más inexplicable y raro que haya visto o imaginado en mi vida. Jisung besó a Felix. Y Felix besó a Jisung. Ambos se besaron.
Fue algo simple, casi un desliz por error, pero no pude evitar abrir los ojos y quedarme estático o mirando la escena. Debían estar muy, pero muy ebrios para besarse. Y se me ocurrió una brillante idea: las fotografías duraban para siempre. Saqué mi celular y les tomé una adorable foto de su romance de una noche, se volvería loco mañana cuando se la mostrara. Yeonjun también lo miró y tenía la misma expresión que yo, diría que incluso más asustado. Se percató en mi presencia y se levantó hasta quedar a mi lado.
—Por favor, dime que vienes para llevarme lejos de este lugar —me gritó encima de la música.
Le guiñé el ojo como un gesto para que se tranquilizara y confiara en mí.
Si quería sacar a Felix de allí, tendría que ponerme a trabajar de inmediato. Me subí a la plataforma donde Jisung y Felix bailaban (ya habían dejado de besarse, pero seguían muy juntos) y me puse el medio de los dos.
Felix perdió el equilibrio al verme y cayó de espaldas al suelo, pero se puso de pie enseguida como si nunca se hubiese golpeado y se refregó los ojos repetidas veces mirándome.
—Hola cariño, ¿no te alegras de verme? —le dije cargado de sarcasmo.
—Binnie, ¿qué haces aquí? —gritó aún sin poderlo creer.
—¡Te vine a buscar, nos vamos ahora antes de que termines acostándote con Jisung!
—¿Irme? La fiesta recién empieza, ven, baila conmigo —intentó sujetarme de la cintura, pero le di un empujón y cayó otra vez al suelo, sin embargo, esta vez no se puso de pie y quedó allí. Se durmió tan rápido como cayó. Con la ayuda de Yeonjun sacamos a los chicos y los acomodamos en el auto. Procuré dejar bien separado a Jisung de Felix, Rizos seguía dormido, pero Jisung no y parecía que tenía energía para toda la noche.
Yeonjun se fue de copiloto y me dijo que fue idea de Seungmin hacer una despedida de solteros. Mataría a Seung cuando estuviera sobrio.
Le dije a Yeonjun que podía quedarse en mi casa, pero insistió en volver a la suya, así que le presté el auto en cuanto llegué a casa. Me despedí de él y le dije que le recordará a Wooyoung que él sería el padrino de bodas junto con Lia, dijo que no había problemas, que ya lo sabía y que no podría olvidarlo.
Wooyoung como padrino de bodas era una historia un poco confusa. Hace dos meses, Lia me había pedido ser la madrina, y como era mi prima le dije que sí. El problema era el padrino, ya que Lia no quería estar con Jisung porque la haría reír sin parar en medio de la ceremonia, BangChan se pondría celoso si lo era Seungmin y Minho estaba descartado simplemente por ser él (a pesar de pasar tiempo juntos no se llevaban muy bien, porque se ponían a discutir por cualquier cosa). Soobin recién se estaba adaptando a nosotros, además iría con Yeonjun a la boda, así que el único que quedaba era Wooyoung, y cuando se lo dije a Lia se negó rotundamente. No le vi nada de malo a Wooyoung, no pelearía ni la haría reír y nadie se pondría celoso, pero Lia seguía negándose, hasta que Felix me dijo que tal vez a Lia le gustaba Wooyoung y la ponía nerviosa ir con él.
Aún no se lo preguntaba, pero era una posibilidad. Y si yo había terminado enamorado de Felix después de ocho años, ¿por qué ella no de Wooyoung?
Yeonjun me ayudó a bajar a los chicos y después se marchó. Mis amigos seguirían en mi habitación viendo películas o desordenando todo lo que encontraran. Dejé a Jisung y a Seungmin en el cuarto de huéspedes y ni siquiera me animé en limpiarlos o quitarles la ropa para que estuvieran más cómodos. Quería ver la cara con la que despertarían mañana. Y por supuesto, la resaca.
Felix fue otra cosa. A él lo arropé y le puse su pijama, estaba medio inconsciente cuando lo llevé a su cuarto, pero me pidió que por favor durmiera con él. Apestaba a alcohol y seguro intentaría algo en medio de la noche, sin mencionar que seguía algo conmocionado por verlo besar a Jisung, pero accedí a su petición por cariño. Era nuestra última noche como solteros y tal vez debí haberla pasado solo en mi habitación para añorar la soledad y la independencia pero preferí pasarlo con un Felix ebrio por una simple razón.
—Lix... —le susurré al oído cuando me acosté a su lado. Él se removió un poco y roncó. Creí que se había dormido, pero carraspeó y murmuro algo.
—Dime, Bin —dijo arrastrando las palabras.
—Yo no fe gamo —le dije. Eso lo hizo despertar de inmediato y mirarme con los ojos desorbitados, pero seguros.
—Pero tu dijiste que... que... —balbuceo. Le sonreí y lo besé con cuidado, no me causó asco su estado, besar a Felix siempre era mágico.
—Ya sé lo que dije, pero te quiero aclarar que ya no fe gamo, sino que te amo —y eso pareció calmarlo, porque susurro algo como un "yo también" y por fin se durmió profundamente. Yo no lo pude hacer hasta bien entrada la madrugada, en unas cuentas horas más estaba casándome con el chico que tenía a mi lado y me ponía a pensar en todo lo que pasé durante ocho años, desde que lo vi llegar hasta el día que me dijo por primera vez que me amaba.
Me dormí con un solo pensamiento, que era afortunado de tener a Felix y que lo sería mucho más cuando sea mi esposo.
Perdón si hay algún error ❤️
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