09
40%
—Enamorarte será más fácil de lo que pensé —me dijo Felix mientras nos sentábamos en una banca vacía que encontramos. Hice esfuerzos sobrehumanos para no retractarme de la decisión que había tomado. Felix había velado por mí desde los diez años, diez años cuidándome sin que yo me diera completamente cuenta.
Podía dejar que el intentara conquistarme hasta la boda, además ya tenía cierta parte ganada, como un 30% de mi amor.
—Nunca te subestimes —le respondí. Hacía un frío horroroso que me obligaba a mantenerme cerca de él.
—No es eso. Es que el simple gesto de quedarte a mi lado me hace feliz y comienzo a creer que de verdad me quieres.
—Yo si te quiero... el problema es que no te amo —a pesar de mis palabras, no dejó de sonreír. Entrelazó nuestras manos y acarició mis dedos, se sentía culpable.
—Ya lo sé —se limitó a decir.
No solté su mano, ahora que estábamos solos había menos presión, además siempre contaba con Felix como guantes sustitutos
—Me aburro... —murmuré.
—¿Quieres algodón de azúcar? — Asentí y nos levantamos para ir a comprar. En todos los lugares del parque había fila, nada se salvaba. Nos colocamos detrás de un chico castaño y esperamos.
—¿Qué harás si no logro enamorarte? —me preguntó Felix de pronto. Lo miré a los ojos y algo me decía que temía de mi respuesta. Podía ver el dolor anticipado y era insoportable.
No, jamás podría hacerle daño.
—Presiento que lo lograrás —sonreí para darle ánimos, podía odiarlo pero era incapaz de negar a aquella parte de mi ser que lo anhelaba.
Apretó más mi mano y tiró de mi hasta hacerme chocar contra su pecho. Besó mi cuello y me abrazo. ¿Acaso quería matarme o ya había comenzado con el plan "Enamora a Changbin"?
—Te amo, no lo olvides —y ahí vamos de nuevo.
—¡La pareja feliz, ya es su turno! —me zafe de Felix cuando el chico rubio que estaba delante de nosotros nos gritó. Mientras comprábamos el chico no dejó de mirarnos.
—¿Se te perdió algo? —me sorprendió escuchar el tono ácido de Felix en su voz, parecía enojado.
—¿Él es tu novio? —le preguntó el chico sin inmutarse por la clara amenaza de Felix.
—¿No te lo parece? —le dijo Felix en el mismo tono. Me estaba asustando.
—No, porque él no dijo que te amaba, incluso parece incómodo a tu lado.
—No es tu asunto.
—Si lo es, porque si ustedes no son novios eso significa que él está soltero... Y resulta que yo también lo estoy. —Después todo, pasó como un relámpago. El chico comenzó a reír mientras comía algodón de azúcar, Felix se fue contra él pero lo esquivó, el chico en lo que huía de Felix se tropezó conmigo y yo caí al suelo. Me golpeé la cabeza y lo único que pude ver durante cinco minutos fueron puntos negros sobre el cielo gris.
—¡Binnie! —gritó Felix. Me ayudó a ponerme de pie y afirmó mi rostro con sus manos— ¿Estás bien? ¿Te duele algo? Espera a que atrape a ese idiota...
—Estoy bien, estoy bien —lo repetí unas cuantas veces más para convencerme de que en realidad lo estaba. Felix trató de perseguir al chico, pero lo detuve para que no cometiera una locura. Le dije que estaba mareado y volvimos a la banca.
—Sólo bromeaba, no seas tan dramático —le dije mientras nos sentábamos. Saqué un pedazo de mi algodón y me lo comí. Felix se refregó la cara con la mano y se quedó así por un buen rato.
Los chicos estaban demorando, una vuelta en la montaña rusa no podía durar más de cinco minutos, pero llevábamos esperando alrededor de diez. Y en todo ese tiempo, Felix no cambió de postura. Aproveché que él no estaba mirando y observe su cabello.
Seguían gustándome sus rizos, y aunque no fueran negros se le veían natural: sin peinar y extremadamente ondulado. Tomé un mechón de su cabello y lo acaricié hasta que él se dio cuenta y me miró.
—¿Qué haces?
—Me gusta tu cabello —le dije.
Acomodar las ondulaciones que tenía sobre sus ojos y, lo peiné hacia el lado, de modo que quedaran como flequillo.
Volvió a sonreír y acercó su rostro al mío. Sabía lo que venía y estaba dividido entre aceptarlo o no. Entonces me dije a mí mismo que si quería hacerlo feliz a costa de mis sentimientos, no quedaba más alternativa que hacerlo.
Cerré los ojos cuando me besó, no estaba en mis planes pero por un momento sentí que me desmayaba cuando su aliento se fundió con el mío. Su boca estaba tibia y me hizo adictiva, ni siquiera me alejé cuando me sujetó de la cabeza e hizo que nuestros labios se juntaran más de lo que estaban.
Cuando nos separamos pude sentir mis mejillas encendidas. Aparté la mirada de Felix y esperé a que una brisa helada me calmara. ¿Si nos casamos sucedería lo mismo en la iglesia?
—Lo siento, Bin. Pero de ahora en adelante te trataré como a mi prometido, no voy a soportar que otros chicos te miren —con su mano volteo mi rostro y me beso otra vez—. Y si los demás te molestan, sólo dimelo y hablaré con ellos.
Y con eso tenía un 40%. Esperaba que el resto no le fuera tan fácil de conseguir como ese diez por ciento.
—Una simple charla con ellos no hará que dejen de bromear por el resto de sus vidas —le bufé.
—Entonces tendrás que acostumbrarte —me dijo y me volvió a besar. Me sorprendí cuando me dí cuenta de que sus besos no me eran indiferentes, como deseaba que lo fueran. No rechisté ni me quejé.
—¡Oh por Dios! —nos separamos rápidamente cuando escuchamos que alguien gritó.
—¡Lo sabía, ustedes se aman! —Wooyoung no dejó de dar saltos y de apuntarnos exclamando que él ya sabía que nosotros terminaríamos juntos. Sus gritos atrajeron la atención de la gente que nos miraba de manera como cualquier otra pareja, aquí era normal ver parejas homosexuales.
—Grita un poco más, en China no te escucharon —refunfuñe cuando se calmó y se sentó junto a nosotros. Felix pasó su brazo sobre mis hombros y me acercó a él, Wooyoung estaba que reventaba de la emoción.
—Es que... ¡¿cuándo tenían planeado decirme que eran novios?!.
—Y prometidos —agregó Felix. Quise matarlo cuando dijo esas palabras, Wooyoung abrió la boca de la sorpresa y comenzó a gritar otra vez.
—¿Por qué tanto escándalo? —Jisung venía hacia nosotros con un globo en forma de jirafa, junto con Seungmin, Yeonjun, BangChan, Lia y Minho.
—Nos vamos a casar —le dijo Felix. Tenía una sonrisa de suficiencia en el rostro y parecía que la sorpresa de Jisung le era satisfactoria.
¿De verdad cree que entre Jisung y yo había pasado algo? Al parecer, la broma en la escuela de verano le había afectado demasiado.
—¡¿Que?! —exclamó Yeonjun.
Después de explicarle diez veces a Yeonjun que yo "siempre estuve enamorado de Felix y que ya no podía soportar viviendo sin tenerlo a mi lado", las cosas se calmaron. Al menos podía mentirles a Yeonjun, a Seungmin y a Wooyoung, los demás ya sabían la verdad.
—¿Y cuándo es la boda? —inquirió Yeonjun.
—Lo más pronto posible —le respondió Felix.
—Yo no me caso hasta cumplir los 20, así que la boda va a tener que esperar —eso era cierto. Pensaba disfrutar mis últimos meses de inmadurez con mis amigos antes que iniciar mi vida como esposo.
Y pensando en mi cumpleaños, recordé el día de ayer y los regalos. Lisa le había regalado condones a Felix, él me había dicho que los guardaba para un chico especial... eso quería decir que ¿él planeaba acostarse conmigo? Un escalofrío recorrió mi espalda cuando me di cuenta de lo que tenía frente a mis narices. La luna de miel...
Podía dejar que Felix me besara, pero de ahí a hacerlo con él era otra cosa. Mientras los demás conversaban sobre lo inesperada que era nuestra relación, le susurré en el oído a Felix:
—En la luna de miel... —pero él se limitó a sonreír y besar mi mejilla. No quise interpretar ese gesto y dejé que mi mente creyera que todo saldrá bien. Pero es que sólo pensar en lo que sucedería esa noche me erizaba la piel, yo no quería acostarme con Felix, tendría que hablarlo con él cuando estuviéramos a solas. Si de verdad me amaba, respetaría mi decisión.
Jisung propuso ir a la casa de los espejos, así que todos fuimos para formarnos en la fila. Wooyoung se puso hablar con Felix, que parecía mucho más animado de lo que lo había visto antes de mi vida, Seungmin iba con ellos y parecía estar emocionado con la idea de la boda al igual que Wooyoung. Yeonjun les hablaba de la despedida de soltero que le organizaría a Felix.
Pero los que sabían la verdad no tardaron en acorralarme y hacerme un interrogatorio completo.
—Se supone que no te querías casar —me dijo Minho. Se notaba la incertidumbre en su rostro, hace menos de una hora estaba dispuesto a todo para cancelar este compromiso y ahora iba por la vida anunciando mi boda.
—Pero es que... —intenté defenderme, pero BangChan me interrumpió.
—¡Necesitamos organizar de qué color irán vestidos los padrinos para que todo combine! —exclamó.
—Changbin... ¿por qué lo haces? —me preguntó Lia. Me quedé en silencio ignorando el parloteo de BangChan con Minho y me pregunté realmente por qué lo hacía.
Para hacer feliz a Felix. Porque él me amaba y yo no. Para sentirme mejor conmigo mismo y creer que no era un monstruo.
Por eso, por Felix.
Jisung me tomó de la mano y me dió un apretón junto con una mirada tranquilizadora, él me entendía. Él sabía por qué lo hacía y también sabía que contaba con su apoyo.
—Y dime, ¿qué tienes pensando hacer antes de casarte? —me preguntó en voz baja para no distraer la apasionada conversación de los chicos sobre qué lugar era más apropiado para una boda.
—Muchas cosas —le contesté.
—¿Y una de esas es asustar a tu futuro esposo en la casa de los espejos?
—Probablemente.
Cuando nos pusimos en la fila, pude distinguir una cabellera rubia entre la multitud. Era el chico del algodón de azúcar. Y se me ocurrió una idea.
—Sung, ¿ves a ese chico? —apunté disimuladamente con el dedo al castaño y Jisung asintió—. Hace un rato hizo enojar mucho a Lix, ¿éstas pensando lo mismo que yo?
Sus ojos se encendieron con maldad pura.
—iHey, tú, ven aquí! —le gritó Jisung al castaño. El chico nos miró y se río al verme, caminar hasta nosotros y nos hizo una reverencia graciosa.
—¿En qué puedo servirlos?
—¿Quién es él? —Minho había visto la escena y miró con desconfianza al rubio.
—Me llamo Soobin, pero pueden decirme Soo —respondió él con extrema cortesía. No podía aguantar las ganas de reírme, ya imaginaba la cara de Felix cuando lo viera.
—Qué pasa... —la voz de Yeonjun se apagó cuando vio a Soobin. Por un segundo creí que no respiraba.
—Yeon, despierta, Ye. ¡CHOI YEONJUN! —le gritamos Jisung y yo, y cuando él reaccionó le sonrió y le estrechó la mano a Soobin. No nos habíamos fijado, pero él parecía estar en las mismas condiciones que Yeonjun.
—Bueno, nos preguntábamos si querías entrar con nosotros a la casa de los espejos —le dije.
—Por supuesto —dijo casi en un suspiro sin apartar la mirada de Yeonjun.
Felix, Seungmin y Wooyoung ya habían entrado cuando Soobin se nos unió, pero ahora que veía la manera en que se veían con Yeonjun, preferí abortar la misión.
—Más te vale lanzar el ramo, Changbin—me susurró Jisung cuando entramos. Apenas pusimos un pie dentro y nos perdimos, como seguía de la mano de Jisung él era mi única compañía.
—Parece que Yeonjun ya encontró pareja para la boda —le comenté mientras veíamos nuestros reflejos alargados en un espejo distorsionado.
—Si, y Lia seguro irá con Wooyoung y BangChan con Seungmin, ¿y yo?
—Con Minho —le dije y el frunció el ceño. Me reí de él e hicimos caras raras frente a un espejo que nos deformaba.
—¿Me dejarás bailarle a Felix para la despedida de soltero? —inquirió de repente. Al parecer los papeles de amantes, con Seungmin, estaban siendo invertidos, este se fijaba en BangChan ahora.
—Jamás me negaría a eso —ambos reímos y continuamos jugando.
Quizás las cosas no estaban tan mal, los chicos se divertían planeando cosas para la boda, de una u otra forma ellos estaban conmigo.
—¿Por qué está ese chico con Yeonjun? —escuchamos de pronto. Felix caminaba hacia nosotros con los ojos desorbitados.
—Primera pelea de pareja, mejor me voy —Jisung se fué y me dejó solo junto a varios, miles de distintos tamaños y formas de Felix. No sabía de donde venía entre los espejos, pero los supe cuando me agarró del brazo y me volteo para que lo mirara a los ojos.
—¡Jisung lo invitó! —le dije desesperado, estaba enojado y esa no era la reacción que imaginé.
—¡Fue idea suya! —Gritó Jisung desde algún lugar que no pudimos ver.
—Quiero que se vaya —me dijo Felix.
—No va a poder ser, a Yeonjun le gusta, es cosa de mirarlos —le dije intentando de sonar divertido. Pero no resultó.
—¡Bésalo y se le pasará! —volvió a gritar Jisung.
—¡No te metas, Sung! —le respondí.
—¡No quiero que se acerque a ti! —reiteró Felix. Lo miré, decía la verdad y yo sabía por experiencia propia que lo decía en serio. Sonaba demasiado celopata, pero en cierta parte no era molestia, podría decir que me gustaba.
—Quedó flechado por tu amigo, no creo que debas preocuparte por eso —sin embargo, no cambiaba la expresión, estaba decidido a correr a patadas si era necesario a Soobin.—Ok, hagamos algo: Él se queda, pero no le hablo.
Eso pareció convencerlo de alguna manera, aunque yo jamás cumplía mis promesas y eso él lo sabía. Me abrazó con fuerza y me besó en la frente, de verdad debía querer mucho a Felix para hacer todo esto por él.
—¡Su primera pelea y reconciliación! —Seungmin salió de la nada junto con el resto de los chicos, incluido Soobin.
—Bueno, será mejor que tengas la charla con los chicos lo antes posible, si vuelvo a escuchar algo así de cursi te juro que pido el divorcio antes de haberme casado —le dije a Felix y él me estrechó aún más fuerte contra sus brazos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro