05
17 años
El asesinato.
Felix estaba sentado en el sofá con un cuaderno y dos libros a su lado. En el otro sillón se encontraba Yeonjun, recitando los deberes que tenían para esa tarde. La mesa de centro estaba cubierta de comida chatarra que seguro a mí no me dejarían comer nunca, o al menos no frente a mi madre, que hace unos meses se le pegó la idea de llevar una vida saludable y natural.
Felix sonrió y golpeó con su lápiz a Yeonjun.
De acuerdo, lo estaba espiando.
Pero no era mi culpa que después de besarnos hace más de un año él no haya hablado del tema.
Volvíamos a la relación de antes, esa de los buenos días y aquí no ha sucedido nada. Ya ni siquiera sabía si tenía celos, había fingido estar interesado en otros chicos, pero Felix me ignoraba y seguía con su vida.
Incluso, tuvo un novio.
Me costó mucho admitirlo, pero al final tuve que hacerlo. La verdad estaba frente a mis ojos y yo me vendaba para quedar ciego, me gustaba Felix y no podía verlo.
Aún lo odiaba, al final de cuentas era un intruso en mi casa aunque lo conozca de niño, pero por otro lado era inevitable no sentir ese hormigueo en la piel cada vez que él sonreía o cuando su mirada se iluminaba y demostraba lo feliz que era.
No era bueno para mi salud mental, me desvelaba pensando en por qué ya no me hablaba. Tampoco lo era para mi sistema nervioso y respiratorio, mi corazón se acelera de una manera increíble cuando estaba cerca de él y me faltaba el aire cuando él me decía todas las mañanas "Buenos días".
Algo andaba mal conmigo. Hace unos años me habría tirado del segundo piso hasta que mi cabeza sangrara y recobrara la razón, sin embargo, ahora no me importaba demasiado.
Estúpido amor que controlaba a las personas, ¿Hacer que me enamorara de Felix?
Estúpido, estúpido, estúpido.
Y Felix volvió a sonreír y dejé de pensar por unos cuántos minutos.
—¿Espiando a tu amor? — salté del susto al oír la voz de Wooyoung en mi oído. Como estaba en las escaleras, rodé hasta llegar abajo y chocar con un ruido seco contra el suelo.
—¿Qué fue eso? — escuché que preguntó Felix.
No alcancé a levantarme antes de que Yeonjun y Felix llegarán hasta donde yo había caído.
Tirado en el suelo, con el cabello sobre el rostro y con Wooyoung diez escalones más arriba riéndose, no era un buen momento para que Felix me viera.
Sin mencionar que él ya sabía cómo lucía cada mañana, esto era peor.
Yeonjun ayudó a pararme, Felix se quedó mirándonos y no movió ni un dedo. A veces su actitud me molesta, no tenía ninguna enfermedad contagiosa ni tampoco lo iba a morder si me tocaba.
—Gracias, Junnie — le dije cuando me quitó el cabello del rostro.
—De nada. Aunque me gustaría saber cómo fue que te caíste.
—Porque Seo es torpe, se tropieza con sus propios pies — dijo Felix.
Eso dolió.
Fue un comentario frío y tosco. Ni una mirada, ni una emoción.
Agarró a Yeonjun del brazo y se lo llevó de regreso al sofá para continuar haciendo los deberes.
—Amargado — dije en voz alta para que él lo alcanzara a escuchar.
—Reprobado — golpe bajo por parte del platinado.
—Rizos platinados tontos — contrataqué.
Aparte de los saludos matutinos, teníamos una pequeña rutina que se daba en casos especiales como estos: pelearnos como niños de seis años por una tontería.
—Rubio oxigenado idiota — me contestó él. Era el momento de la artillería pesada.
Le hice una seña a Woonie para que bajara y me acompañará hasta los chicos. Wooyoung estaba encantado, amaba molestar a Felix acosta mía. Al igual que a mí a costa de Felix.
—Junnie, nunca me canso de felicitarte por tu excelente interpretación como Romeo en la obra escolar. Fue estupendo, de verdad tienes futuro como actor — le dije, acercándome a ellos con Wooyoung a mis espaldas.
Nos sentamos en el mismo sofá y botamos los libros al suelo para hacernos espacio. Felix nos dedicó una mirada amenazadora.
—Fue todo un éxito, lástima que Fefi no haya podido conseguir el papel. Seguro la caída del balcón de los Capuleto fue dolorosa — agregó Wooyoung.
Yo dejaba que mis amigos me molestaran con Felix en situaciones que requieren de sus comentarios. Como ni BangChan, Minho y Lia estaban aquí, me quedaba Wooyoung. No era la mejor opción porque a veces se le iba de las manos el asunto, pero era eso o pelear solo contra el chico rizos.
—No funcionará, Wooyoung. Además, no quería el papel — dijo Felix.
Miré a Yeonjun, quien escondía la risa detrás de un cojín. Todo el mundo sabía que a el platinado no le gustaba perder.
—Qué lástima. Gracias a Dios te tocó audicionar conmigo, soy muy mal actor — pude notar como Felix se tensaba, nunca antes habíamos abordado el tema de la audición y supongo que hacerlo con Yeonjun y Wooyoung como público no era algo cómodo.
—No es tu culpa, Binnie. Lo que pasa es que Felix exageró mucho el beso término — dijo Yeonjun.
Los tres reímos, mientras a Felix se le teñían las mejillas de rojo.
—¡Bueno, perdón por querer hacer un buen trabajo, no soy un mediocre como tú! — exclamó de pronto. Se formó un extraño silencio.
—Pero tú dijiste que no querías el papel, vamos, no te alteres — atiné a decir para aliviar el ambiente. Yeonjun y Wooyoung asintieron, dándome la razón.
—No me hables. Vámonos, Yeonjun — este último se encogió de hombros y se disculpó por el comportamiento de Felix y ambos se fueron a su habitación para seguir haciendo sus deberes.
—Bueno, no fue tan divertido esta vez. Algo le pasa a Felix y es tu misión averiguar qué — me dijo Wooyoung. Yo lo miré incrédulo, ¿Acaso no había escuchado a Felix? Estaba enojado, y yo no era la persona más paciente a la hora de ayudar a los demás con sus problemas.
—Paso, no quiero que me grite.
Él enarcó una ceja y comió una de las cuantas cosas que había en la mesa. Yo hice lo mismo, mamá estaba en clases de yoga o algo así, así que nadie me podía regañar.
—Bueno, entonces deberíamos comenzar a hacer nuestro trabajo de ciencias.
—Si, creo que mejor iré a ver que le pasa a Felix — le dije inmediatamente. Wooyoung sonrió y se levantó.
—Vamos, antes de que le ponga llave a la puerta — Subimos la escalera y nos quedamos frente a la puerta de Felix a oír lo que hablaban.
Era una pena no tener a mis amigos en la misma clase. Ellos iban en el mismo curso que Felix, mientras que con Wooyoung era divertido y pasábamos la mayor parte del día molestando a los demás y durmiendo, aunque Wooyoung le iba mejor. No quería contar su secreto para no prestar atención en clases y sacar buenas calificaciones, pero estaba seguro de que no copiaba, él jamás haría eso. Además se sentaba conmigo para los exámenes ¿Qué caso tenía copiarme a mi?
—Aún no se porqué seguimos escuchando a hurtadillas las conversaciones de Felix — le susurré a Woo. Él me hizo callar, tapándome la boca con su mano.
—No hagas ruido — dijo.
Supongo que esto jamás cambiaría, siempre espiaríamos a Felix. O al menos, yo. Era un impulso, algo más poderoso que yo. Era como una atracción mágica hacia su puerta que hacía pegar mi oreja a la madera.
—... Comenzaré a practicar para sacar mi licencia de conducir y eso me tiene muy alterado... — dijo Felix, con la voz apagada a causa de la distancia y la obstrucción de las paredes.
—Ya comprendo, por eso estás tan pesado — concluyó Yeonjun.
—Si, espero que Binnie no me odie más de lo normal, pero si estuviera en mi lugar...
Y dejé de escuchar.
Me separé de la puerta, enojado, emocionado, alterado, y ¿confundido?
Tenía un punto a mi favor: había hablado de mi. En contra: sabía que lo odiaba y eso no era bueno.
Pero estaba confundido porque por un momento creí que se preocupaba por mi. Luego se me pasó la posibilidad de que no lo estuviera por mi, sino por el trabajo de Tzuyu. Porque si decía que Felix me trataba mal, ellos se irían a la calle y tendrían que volver a la casa de su abuela.
Cuando llegaron me asombró no ver sus maletas, tardé años en descubrir que Tzuyu se había escapado con sus hijos porque su marido era un completo imbécil.
Había huido para darles un futuro mejor a sus hijos.
Por eso yo jamás la perjudicaría, la quería demasiado para hacerle eso. Además, estaba el pequeño hecho de que Felix también se iría y eso significa el fin de mi carrera en espionaje.
Y no podía permitir eso.
—Es un idiota — murmuré. Woo no me oyó, pero no era necesario que lo hiciera para saber que lo pensaba.
Dejamos a Felix en paz lo que quedó del día.
Nunca hicimos nuestro proyecto de ciencias y al final Yeonjun y Lia ayudaron a hacer algo para no reprobar.
Pasaron los días y Felix se ponía más paranoico a medida que pasaba el tiempo. Por las tardes mi padre le enseñaba a conducir por el jardín con su auto, arrolló la bicicleta de Yeji y chocó con uno de los álamos que había en la entrada de la casa. Era pésimo.
Y eso debía estar desesperado.
Un fin de semana vinieron BangChan, Minho y Lia a almorzar. Comimos ensaladas con condimentos orientales, que según mi madre, eran buenos para la circulación de los intestinos.
Había venido el tío Baekhyun, el padre de Lia, y como siempre, no perdió la oportunidad para molestarme.
—Changbin, ¿Dónde está tu novio, Felix? — me preguntó mientras tomaba un poco de jugo. Yo maldije por lo bajo y conté hasta diez para no responder de manera sarcástica, no podía perder los estribos con mi propio tío.
—Él no es mi novio, y está en su habitación estudiando.
—Pero si no es tu novio, ¿Por qué sabes dónde está y qué está haciendo? — me regañé mentalmente por haberle dado tanta información.
—Papá, viven juntos desde hace años, son como hermanos — dijo Lia. La miré agradeciendo y ella sonrió para que supiera que estaba de mi lado.
Felix no había querido bajar a comer, excusándose con que tenía trabajos atrasados.
Hyunjin cursaba último año y estaba en las mismas condiciones, aunque yo sabía que Felix podía terminar sus trabajos en unas cuantas horas y que en realidad no se quería encontrar con el tío Baekhyun. Lo comprendía a la perfección.
Sin embargo, a eso de las seis de la tarde bajó. Era verano y el sol todavía no se ponía, corría una cálida brisa y era el ambiente perfecto para tomarse unos refrescos. Nos encontrábamos en la terraza, sentados alrededor de la mesa conversando de cosas sin sentido, como nuestra niñez y lo rápido que pasaban los años.
Ver a Felix saliendo por la puerta de cristal, tan desarreglado e informal, me hizo sonreír en acto reflejo, cosa que tío Baekhyun notó.
—Hey, chico. Es cosa de que apareces y a este tortolito se le alegra el día — todos rieron, incluido Felix.
Sentí como la sangre me subía a las mejillas y unas ganas psicópatas de matar a mi tío se aparecieron por mi mente. Pero me controlé y bebí de mi refresco para pasar inadvertido el color de mis mejillas.
—Es que vine para mis clases de manejo que me da el señor Seo — dijo Felix.
Se veía más calmado que las veces anteriores, estaba aparentando, cualquier signo de debilidad ante el tío Baekhyun era tu sentencia de muerte, donde se mordía las uñas antes de subirse al auto y echarlo a andar.
—¿En serio? Eso es estupendo, yo te puedo dar las clases esta tarde, seguro aprenderás en cinco minutos — señaló mi tío Baekhyun.
Felix negó con la cabeza, pero antes de que pudiera decir algo, el tío Baekhyun se levantó y le pasó un brazo por los hombros para llevárselos al garage, donde estaba el auto viejo de papá con el que practicaban.
Tuve un mal presentimiento, pero no dije nada. De todas formas no serviría mi opinión.
Papá fue con ellos y nos quedamos solos conversando. Tzuyu había salido esta tarde con sus amigas, era su día libre y Yeji jugaba unos metros más allá con Hobak, su gato anaranjado y rechoncho.
Con Lia, Minho y BangChan conversábamos de la escuela, me decían que ese año les había tocado como profesora jefe a la más estricta de la escuela y yo me quejé diciendo que tenía a la profesora de Literatura.
Todo iba normal.
Hasta que escuché el aullido más lastimero y doloroso de mi vida.
Fue como una tortuga en cámara rápida. Me levanté de un salto y corrí al lugar de donde venía el aullido, detrás de mí corría mamá y la tía Nayeon. Lía estaba de mi lado y ni siquiera me había percatado cuando llegó.
Frente a mis ojos estaba el auto de práctica, de allí salía el tío Baekhyun, papá y del supuesto conductor, Felix.
Sin embargo, lo peor estaba debajo del auto. Allí, en medio de una de las ruedas delanteras, yacía Cherry, chiquito, peludo, tieso y muerto.
Felix había atropellado a Cherry. Felix lo había matado.
Después de ver a mi mascota arrollada, no supe que pasó. Solo recuerdo haber gritado e intentar quitarlo debajo del auto. Lo demás fue borroso, y no porque me haya desmayado, sino porque lo borré de mi memoria. No quería recordarlo.
Estuve una semana sin hablar con nadie, fui a la escuela pero seguía igual. Las bromas de Wooyoung ya no me hacían gracia, prestaba menos atención a clases y lo único que lograba concentrarme era en preguntarme el por qué Felix atropelló a Cherry.
Razones sobraban. Felix siempre lo odio, decía que era un perro muy indisciplinado y que siempre ensuciaba y que le daba el doble de trabajo a su madre, también prefería a los gatos antes que a los perros. Así que definitivamente fue a propósito.
Me encontraba tan enfadado y conmocionado que me he prohibido sentir otra cosa que no fuera odio por Lee Felix.
¿Enamorado? En el pasado, jamás le perdonaría el haber asesinado a mi perro.
Lo ignoré por meses, parece que los roles se habían invertido.
A veces lo descubrí espiándome y lo alejé con una mirada asesina para que me dejara en paz. Tuve muchas discusiones con mis padres, les grité y reclamé que querían más a Felix que a su propio hijo, descargué todos estos celos paternales que guardé por años sin motivo alguno y me encerré en mi propio mundo.
Es que Cherry era todo para mí, después de que arrojaron mis cosas más sagradas de Peter Pan cuando era niño, sólo me quedó mi amado perro para recordar esos años de juegos. Pero ya no estaba y volvería jamás.
(...)
Veía televisión en mi habitación, hacía calor pero yo estaba tapado hasta las orejas con una manta. Trataba de ocultarme del mundo.
Daban una de esas series cómicas, aunque a mi no me causaban gracia. La veía sólo para matar el tiempo.
En eso estaba, hasta que tocaron la puerta. No quise levantarme porque las cobijas de mi cama era mejor, pero volvieron a tocar incansables veces hasta que aparté la manta de un manotazo y me levanté a abrir la condenada puerta.
No había nadie, debían ser las diez de la noche y molestaban. Seguro era Yeji.
Iba a dar un portazo hasta que me fijé que en el suelo había una caja y una canasta. Me agaché a recoger y me di cuenta que detrás del mismo florero que estuvo todos estos años en el pasillo, se escondía Felix. Definitivamente ya no le servía como escondite, su altura se lo impedía.
Me miraba suplicante, señalando con la mano la caja y la canasta.
Se los iba a arrojar por la cabeza, no quería nada de su parte. Y eso habría hecho si la caja no se hubiera movido.
Tenía agujeros por todos lados y en cuanto la abrí supe por qué. Adentro había un pequeño cachorro Shih Tzu con unas manchas marrones en los dos ojos. Llevaba un collar rojo con una placa dorada en la cual rezaba "Bo ri".
Miré extrañado a Felix, quien había salido de su "escondite" y se acercaba a paso lento hasta a mi lado.
Bo ri. Como la mascota de Mina.
Coloqué al cachorro entre mis brazos y destapé la canasta, adentro habían muchas galletas con chispas de chocolate y una nota.
"Changbinnie"
No fue mi intención atropellar a Cherry, de verdad tú lo querías y yo jamás haría algo que te dañe. Te juro que fue un accidente. Tú sabes que no soy bueno conduciendo un auto, aunque me cueste reconocerlo.
Por favor, perdóname, es horrible despertarse cada mañana y saber que tú me ignoras.
Felix.
PD: "Las galletas siempre te han gustado, así que robé algunas de la cocina, como cuando éramos niños."
Leía una y otra vez la nota hasta convencerme de que Felix siempre fue mi hada de las galletas.
Bo ri se removió entre mis brazos y se escapó para sacar una galleta de la canasta y comérsela.
—Entonces... ¿Me perdonas? — me preguntó Felix, que estaba sentado en el suelo. Me apoyé en el marco de la puerta mientras acariciaba el lomo de Bo ri, movía la cola alegremente mientras devoraba una de las galletas.
—Te disculpo. Pero no te perdono. Para eso tendrás que conseguir más que una canasta de galletas — él sonrió e hizo algo que nunca había hecho en todos estos años juntos.
Me abrazó.
Espero les haya gustado ♥
Bye.
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