#2 ❤︎𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐀𝐠𝐮𝐚 𝐬𝐞 𝐥𝐥𝐞𝐯o 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝟐❤︎
︎—Aquí Nadja Chamack con las noticias ¡Ladybug ha desaparecido de la batalla! Chat Noir y algunos valientes civiles han estado intentando retener a esta fuerza de la naturaleza que Le Papillon ha creado. Pero ahora, lo único que nos preguntamos es ¡¿Dónde está nuestro ícono favorito de París?! ¡¿Es que acaso nos ha abandonado?!
Solitario, en una de las esquinas de la pequeña mesita de centro. El celular color negro, seguía emitiendo las noticias de esta tarde.
Kagami, por otro lado, se encontraba sentada en uno de los sillones más cómodos de una de las Mansiones más grandes que existían en parís, la de Tsurugi. La estancia era silenciosa e inquietante mente vacía a excepción de su presencia. Con cuidado, le dio un sorbo a su té de manzanilla, a la cual, le agregó unas cuantas gotitas de miel.
La joven, se encontraba un poco preocupada por aquella situación tan escandalosa. Y pensativa, intentando considerar de alguna manera como salir de ello, ilesas. Pues, ante la noticia de la huida de la heroína de manchas, no le había dejado buena sensación. Especialmente, para la seguridad propia y la de su madre.
Verán, en realidad, ella no había planeado mudarse a París en ningún momento. Bueno, a no ser por su madre, Tomoe, quien había firmado sin su conocimiento, unos papeles el mes pasado. Haciendo que fueran obligadas a venir a esta ciudad para vivir por un tiempo indefinido.
Maldecía mucho el impulso que su madre tenía por firmar contratos que muchas veces les perjudicaba a ambas muchas oportunidades. Muchas veces información que gente de afuera no tenía y hacían ver a su progenitora como una persona muy estricta, cuidadosa en ese tipo de aspectos en su trabajo, aunque también, muy difícil de tratar.
Y era cierto, la mujer era complicada de tratar y muy estricta ¿Pero cuidadosa en su trabajo? por supuesto que no. Si no fuera por ella, la empresa de Tomoe no hubiera prosperado hace años.
En fin, actualmente, no le quedaba de otra más que aguantar cualquier cosa que se le arrojara. Después de todo, ella era miembro de unas de las familias más influyentes del mundo, por lo tanto, tenía que mantener el prestigio y honor de su familia sin importar que.
¡Un chasquido atravesó el aire!
Un nuevo temblor, hizo que toda la propiedad vibrara. La japonesa apenas e impidió que la taza que sostenía entre sus manos se derramara.
—¡Okaa-san! ¡creo que deberías sentarte!—colocando la bebida en la mesa de noche, la cual estaba hermosamente arreglada con un mantel blanco de bordado rosa pálido y acompañado, con un bonito florero donde sostenía una rosa bermellón. La joven se levantó para intentar ayudar a su madre a llegar al sillón, donde antes había estado sentada. Sin embargo, notó que ésta estaba de pie frunciendo el ceño en dirección al techo, muy concentrada—, ¡Okaa-sa-
—Guarda silencio, Kagami—el tono duro, detuvo cualquier otra palabra que pudiera presentar su hija, llena de preocupación.
—...¡oh por todos los santos! ¡esta tromba de agua nos está dando vibras de un diluvio aproximándose! ¡Miren eso, Mesdames et Messieurs! ¡ahora hay rayos! ¡muchos rayos y viento! ¡E incluso los edificios y los cables se han roto! ¡fuego! ¡Mucho fuego! ¡dios mío!
—París se ha vuelto un caos—expresó Madame Tsurugi con un ceño fruncido bien marcado—. ¿Dónde se supone que están los héroes?
La joven negó con la cabeza—No lo sé, hace un rato, la mujer que da las noticas dijo que Ladybug había desaparecido de la batalla—tragó saliva, una vez que la Mansión volvió a vibrar. Lo cual, por cierto, casi la hace irse de boca de no ser porque sus reflejos la ayudaron a agarrarse de uno de los muebles.
Sinceramente, todo este asunto de los Akuma, solo eran malas noticias para ella.
—Nunca se puede confiar en los héroes—escupió agresivamente su progenitora, apretando fuertemente el respaldar de una de las sillas de madera del comedor entre sus manos—, ¿entendiste hija?
—Hai—expresó con una mirada baja. A pesar de querer refutar la opinión de la adulta, prefirió guardar silencio en ese momento.
[...]
En un cuarto medianamente acomodado dentro de un bote. Se encontraban dos adolescentes, cada uno acostados en sus camas de litera. Uno del lado derecho y la otra en el lado izquierdo.
El mayor del lado derecho, se llamaba Luka Couffaine. Era un joven de cabellera azabache de puntas azules y ojos del mismo color. Que vestía una camisa blanca con el grabado de Jagged Stone, unos vaqueros de mezclilla, zapatillas rojas y chaqueta azul. Muñequeras negras y las uñas pintadas del mismo color. Su color de piel era blanco, altura era alta y era delgado.
Por otra parte, la del lado izquierdo, Juleka Couffaine, la cual menor. Tenía una cabellera negra con puntas magenta. Y sus ojos eran rojos sangre. Era delgada y alta. Su vestimenta consistía en una blusa oscura larga, y unos pantalones rasgados de color morado. Más unos tenis oscuros con algunos diseños lilas en ellos. Sus manos estaban cubiertas por unas telas bordadas de color negro.
Ambos, cada uno por su lado, observaban las noticias en sus propios dispositivos.
La pantalla del celular, reflejaba a una mujer de cabellera color vino, ojos color ámbar oscuro, alta y de piel clara. La cual era la encargada de notificaba cualquier información que ocurriera en su localidad.
—No, otra vez—murmuró la oji sangre asustada, tapándose con la cobija hasta la cabeza, mientras se encontraba acostada de pansa sobre su colchón—, por favor, otra vez no—su tono se volvió un hilo, que apenas y se escuchó debajo de las sábanas—. Odio los ataques de akuma.
El lugar donde habitaban, tenía las paredes pintadas con un lindo color azul turquesa. Los muebles eran escasos ya que solo contaban con un tocador pequeño, las dos camas litera de los chicos y debajo de ellas tenían cajones adheridos. E incluso, algunos estantes en las paredes sobre las camas, pero nada más. Bueno, aparte del pequeño baño.
Un trueno se escuchó cercano e hizo que la casa flotante sufriera un severo movimiento—Esto es horrible...—la voz de Luka se vio afectada por el sonido de afuera y el tambaleo—. Ladybug se ha ido y ahora esta ciudad solo cuenta con uno de sus dos superhéroes...—una expresión atónita floreció del rostro juvenil del chico guitarrista—. Ahora ¿qué se supone que vamos a hacer?
—N-No lo sé—negó su hermana comenzando a llorar, así que bajó su cabeza cubriéndola entre sus brazos, en lo que continuaba acostada con la sábana sobre ella—, ¡no lo sé!
El mayor se sintió mal—Perdóname Juls—bajó de su colchón, apenas manteniendo el equilibrio, como pudo, se acercó hasta donde estaba acostada la chica y se sentó junto a ella—, no fue mi intención alterarme y contagiarte con mi miedo.
—E-Esta bien—sorbió el moco y alzando la cabeza, le regaló una dulce sonrisa a su gemelo más viejo—, no es tu culpa. Todos nos rompemos en algún momento. Y-Ya sabes, tal y como me dijiste cuando éramos pequeños —recordó—, está bien tener miedo-
—...solo no te paralices con él—terminó diciéndolo junto a ella. Le regaló una sonrisa al final—. Vamos, veamos como esta maman y salgamos de aquí.
La más joven asintió y justo cuando iban a ir a ver a su progenitora. Se fue la luz.
[...]
Una vez que su madre fue a comprobar el estado en el que se encontraba su padre al segundo piso. Corrió como loca hacía la puerta de cristal, por lo que apareciendo como un espectro. Bridgette Slogan se asomó y como la vista daba justamente a su balcón frontal, pues le dio acceso para ver afuera.
El cielo estaba oscuro y rayos furiosos, no paraban de iluminarlo todo entre las nubes. Rugiendo, igualmente como si fueran al compás, los truenos continuaron retumbando a toda potencia, una sinfonía del fin del mundo.
Temerosa, al ver todo esté espectáculo, retrocedió hasta el centro de su habitación y dándose la vuelta a toda velocidad como una bala, fue y se refundió en el nido de peluches que tenía en el fondo de su cuarto.
Acurrucada allí, deseó con todas sus fuerzas, que alguien fuera a salvarlos de aquel que ser, solo estaba causando estragos en su ciudad.
Así que, sacando su Smartphone del bolsillo de ser chaleco, lo encendió. Y después de esperar algunos minutos, la chica ya estaba calumniando a su dispositivo. Pero al final, suspiró aliviada cuando vio que ya estaba listo para usar.
—¡Si! ¡Yo siempre creí en ti!—asintió celebrando, como si lo que acababa de decir fuera completamente verdad. Una vez que eso terminó, se dispuso a buscar un número en la agenda. Cuando lo encontró, marcó...una...dos...tres tonadas...cuatr-...—. ¿Anthony? ¿Están bien? ¡¿Están todos bien?! ¡¿Hola?!
[—Estamos bien, Mademoiselle—se escuchó la voz de un hombre del otro lado de la línea—, no hace falta que se preocupe tanto]
—Pero-
[—Esta bien. Utilizamos el Procedimiento 90, así que estamos todos a salvo—explicó tranquilamente]
Suspiró de alivió una vez más—Me alegro mucho, de verdad—su voz se fue apagando poco a poco.
[—¿Sucede algo?—Anthony sonó preocupado]
—No, no. Es solo...
[—¿Solo?]
—Uh...
[—Mademoiselle, por favor, ambos sabemos que sucedió algo como para que no pueda hablarme de lo que la está molestando]
Apretó los labios juntos. Sin saber que decir realmente.
[Un suspiró salió de la bocina de su teléfono—Me gustaría poder hacer algo por usted, pero si se mantiene en silencio. Nunca podré ayudarla como corresponde—hubo silencio después de eso]
—No quiero hablar de eso—tamboreó sus dedos sobre la cabeza de uno de sus muñecos—. Cambiando de tema. Ya que estamos hablando y hace mucho que no lo hacemos porque-...bueno..uh...—guardó silencio después de eso otra vez.
[—Por supuesto—concedió sabiendo a lo que se refería]
Se levantó de donde estaba y se fue a cerrar las cortinas para después, irse a acomodar a la cama—. En fin, mmm ¿y como estuvieron tus vacaciones junto a Edith? me refiero a antes de todo- uh, esto—tartamudeo un poco, pero luego sonrió con nostalgia.
[Se escuchó el soplido de una sonrisa a través del auricular—Ella está bien. Aunque está bastante agotada últimamente, pues Peter la despierta constantemente—otro silencio navegó entre las enredaderas del espacio mismo]
—¿Uh? ¿Peter? —la peli azul parecía bastante perdida—, ¿es alguna clase de IA personalizada o algo así?—sonrió, obteniendo en sus iris, un brillo leve de diversión.
[—No. Es mi hijo]
La mandíbula de la chica cayó al suelo por la incredibilidad—¡¿QUÉ?!—se puso de pie. Pero entonces, los cimientos de la casa se movieron violentamente, haciéndola jadear. Levantó la vista con el ceño fruncido, sorprendida.
[...]
La televisión emitió estática una vez que la señal empezó a fallar.
Cada uno de los objetos vibraron en los estantes y ninguno de ellos se detuvo, incluso si alguno se caía rompiéndose en el proceso. O derramando su contenido.
Wayzz observó a su alrededor, sintiéndose completamente asustado—Maestro, hay que hacer algo con ese Akuma ¡pronto!—opinó con voz aguda.
—Si, si ¡tienes razón!—la Miracle Box dejó de emitir luces, antes de que el anciano le prestara atención nuevamente. Los destellos rojizos del grabado chino, le trajeron cierta intriga a Marinette. La cual, se reveló en sus ojos cuando está, se reflejó en ellos. El anciano por su parte, se puso de rodillas—, será mejor que nos pongamos manos a la obra—abrió la tapa y con esa simple acción, se activó el sistema de detección de movimiento. Haciendo, que los otros cajones añadidos a la caja, se abrieran en sucesión de derecha a izquierda—. Marinette Dupain-Cheng, elige un aliado en quien confíes, para pelear junto a ti en esta misión—le cedió el enorme objeto para que lo observara con cuidado—. Elígelo sabiamente, estos poderes deben servir para el bien común. Cuando la misión haya terminado, deben regresarte el Miraculous.
La joven se acercó y se sentó frente a él, en la misma posición. Alzó la mano y manteniendo una severa concentración, pensó en voz alta—Necesito algo que me ayude a controlar esa tromba marina—continúo repasando las diversas joyas que se encontraban, cada una dentro de su propio cajón personalizado.
—Si deseas una recomendación, yo te sugiero que escojas el del Dragón—señaló el hombre con una sonrisa—, ese Miraculous en especial, te da el poder de controlar los Elementos. Entre ellos, el agua.
—¡Es perfecto, Maestro!—chilló extasiada. Y bajo la sugerencia del viejo canoso, tomó la gargantilla oscura del cajoncito bermellón. Una vez que pasaron por todo este proceso, ella se puso de pie—. Bien, debo irme ¿Estás lista, Tikki? —le echó un pequeño vistazo a su kwami. Quién levitaba ya a su lado, después de tragarse uno de sus macarrones.
—¡Estoy lista, Marinette!
—Muy bien ¡entonces vamos!—guardando en una cajita que el hombre le había dado para preservar el Dragón Milagroso, se puso de pie—. ¡Gracias por todo, nos veremos en un rato!
—Buena suerte—le regaló una sonrisa antes de verla desaparecer por la puerta.
—Bueno, espero que ahora que Ladybug regresa al campo de batalla—el pequeño kwami verde habló—, ya no tengamos nada de qué preocuparnos ¿verdad?
—Eso espe-...—no terminó decir nada, porque se sobresaltó por el sonido y las luces de varios colores, que volaron sin restricciones desde la compresión que le estaba haciendo la tapa cerrada de la Miracle Box—. ¡Ah!—chillaron juntos, tanto el portador como su kwami ante todo el espectáculo que estaban presenciando.
En eso, repentinamente la parte superior de la caja, se levantó, dejando ver una visión.
—Santos Miraculous...—jadeó el único humano en el lugar.
[...]
El Mundo, o al menos París, se había convertido en caos, no era algo al nivel del final de la humanidad, pero si que era un desastre completo. Los escombros se encontraban tirados por todos lados, había árboles derribados, humo por todos los rincones y fuego consumiendo cuanto edifico. Rachas de viento violentas y mucha desolación en las calles.
O al menos, donde se encontraban ellos dos.
—¡Rápido Nino!—corrió a través del agua, entre medio de autos detenidos y saltando sobre escombros para no mojarse o ser arrastrada por la corriente—, ¡necesito llegar ahora!
—¡Alya! ¡nena!—intentaba alcanzarla, pero la chica solo seguía alejándose, mientras grababa al gigante de agua a lo lejos—. ¡No!
—Ya casi estoy allí...—murmuró en voz alta la morena con una sonrisa enloquecida en su rostro—, ¡esta será la mayor exclusiva hasta ahora del Ladyblog!
—¡Oye! ¡oye!—llamó su atención desde atrás, a unos metros, mientras intentaba llegar a ella—, ¡llevamos corriendo ya un rato!—señaló con ambos brazos un poco desesperado y nervioso—. ¡¿No deberíamos detenernos a descansar ahora?!
—¡No!—frunció el ceño en su dirección, en lo que se seguía movilizándose ágilmente sobre las piedras enormes—, ¡quiero ver a Ladybug!—desvió su mirada y señaló con una enorme sonrisa—. ¡Mira! ¡allá esta Chat Noir! ¡vamos!
Nino, quien apenas había llegado hasta donde estaba parada y se había detenido por un momento a respirar correctamente, se sorprendió—¿Eh?—cuando levantó la cabeza nuevamente, ella ya se había escapado—. ¡Alya!—la llamó inútilmente con una mano al aire.
[...]
El Yo-yo fue lanzado, intentando que se sujetara de una de las varillas sobresalientes del techo de uno de los tantos edificios, aún estables.
Ladybug se balanceó, confiando en que su arma le proporcionaría la suficiente seguridad. Al parecer (Como si en su cabeza imaginara que eso no podría salir mal en cualquier momento. Mmm...)
De todas formas, la de coletas atravesó de un techo a otro, a toda velocidad. Intentando no estancarse y poder llegar a su destino. En lo que corría, se preguntó qué clase de persona sería la más adecuada para entregarle el Miraculous del Dragón. Más, nadie se le vino en mente, en ese instante.
Al menos, hasta que notó a Alya Cesaire, su mejor amiga cuando no estaba transformada, a unos metros de su ubicación.
Sonrió, recordando las sabias palabras del Maestro Fu. Así que, pensó que tal vez ella era la mejor opción para entregar el Milagroso. Por lo que, se preparó para interceptar a su amiga.
Justo cuando lo iba a hacer. La villana de turno, se dio cuenta de su presencia.
La superheroína de manchas intentó enmascarar el horror en su rostro. Sin embargo, inhalando hondo, se recuperó, así como se desestabilizó antes.
—¡Alya! ¡Rápido!—lanzó su arma hasta donde estaba la niña, una vez que pudo engancharla de la cintura, la jaló hacía su lugar—. ¡¿Estás bien?!
—¡Si, estoy bien!—mencionó entre sus brazos, pero luego recordó y asustada alzó una mano hacía al frente con desesperación—, ¡pero mi novio, Nino-
El suelo se sacudió una vez más.
—¡Ahhhh!—el gritó del moreno silbó en el aire congelado. Mientras se tropezaba con una piedra mediana, cayendo cómicamente. El agua, ya había inundado a toda la ciudad y esta misma, comenzó a arrastrarlo. Los truenos zumbaron entre las borrascosas nubes, que yacían en el cielo oscuro. Mientras que, los rayos iluminaban parcialmente los alrededores. Apenas, penetrando la negrura que se estaba más espesa allá arriba.
Ladybug jadeó al darse cuenta de que aun faltaba un civil más. Así que, soltando a la morena, repitió el proceso, lanzó su Yo-yo y sacó al chico del líquido transparente.
—¡Nino! ¡¿te encuentras bien?!—Alya le cacheteó para intentar reanimarlo, esperando a que no haya tragado agua.
Moviendo su cabeza de un lado a otro, abrió los ojos lentamente, un tanto aturdido—Estoy-Estoy-Estoy- ¡cuidado!—avisó, al ver a la villana redirigir su fortaleza de agua hacía su dirección.
Las chicas voltearon hacía atrás y observaron con ojos abiertos al coloso. De inmediato, la de traje escarlata se movilizó—¡Vengan conmigo!—los tomó a los dos y los hizo saltar con ella por el borde.
Ambos adolescentes gritaron, totalmente aterrados ante el pequeño viaje por las alturas. Muy seguramente, ninguno querría repetirlo nunca más. Mientras que, aterrizaron seguros y secos, gracias a la heroína que los había salvado de morir probablemente dos veces.
—¡Ladybug!—el gritó desde la distancia la distrajo. Y la mirada de la moteada se dirigió hasta donde provenía el sonido—, ¡auxilio!
Los ojos azules de la joven se clavaron en el origen de los pedidos de ayuda. Era nada más, ni nada menos, que la compañera de clases misteriosa que siempre se la pasaba sola, todos los días en el Collège. Seguramente, amando su privacidad.
—¡Auxilio!—nadó entre medio del desastre, que el Akuma había hecho, para romper las paredes de esa habitación, en el segundo piso—, ¡Lady-ahjkl!—comenzó a ahogarse.
—¡Ah!—dejando de estar atónita, la de traje bermellón corrió lo más rápido de pudo. Dejando atrás a esos dos y saltando, giró su arma, lista para la batalla. Más cuando llegó, su Yo-yo traspasó el agua y la hizo caer de espaldas, en cuanto tiró del hilo. La niña atrapada allí, continúo quedándose sin aire "¿Qué hago? ¿Qué hago?" pensó con desesperación la peli azul agarrándose con las dos manos la cabeza—. ¡Eso es! ¡Lucky Charm!—su poder especial solo le dio un pequeño aparato—. ¿Qué? ¿Qué se supone que haré con esto- ¡Ah!—se quitó del camino antes de que la atacaran de llenó con otro de esos brazos tentáculos, hechos puramente de agua. En lo que hacía eso, observó con detenimiento el arma taiser, en lo que el supervillano en turno intentaba atacarla—. Oh ¡cierto!—preparándose para atacar, Ladybug dejó que el brazo acuático se acercara a ella, escondiendo bien el taiser detrás de su espalda. Así que espero al coloso y con cautela se fue acercando—. ¡Ha!
Electrocutó débilmente al monstruo, en el brazo que sostenía a la chica. Tal vez no era suficiente para derrotar al titán de agua. Pero, era suficiente para que su víctima no muriera ahogada.
Agarrando a la persona entre sus brazos, corrió y se lanzó, desde el segundo piso, hasta el suelo de la otra cuadra, con tan solo un salto.
[...]
La azabache de cabellera larga, tosió como loca, intentado recuperar el aliento. Estaba verdaderamente agradecida de poder respirar de nuevo. Sus fosas nasales le dolían y aún, su corazón estaba desbocado.
—¿Cómo te sientes?—escuchó la pregunta venir de su izquierda. Una voz dulce, la saludó. Un poco inquieta por que se supone que ella había estado sola en su habitación todo el tiempo, volteó. Encontrándose cara a cara con uno de los íconos más grandes de París.
Ladybug
Un sonido estrangulado salió de su garganta, ante la incredibilidad.
—Entiendo, estas muy aturdida, está bien. No hace falta que me respondas—mencionó con calma con un tono aterciopelado, en lo que estaba acuclillada junto a ella con una sonrisa en su rostro. Esa fue la primera imagen que se le dio, apenas abrió los ojos—, solo me preguntaba si no tragaste agua, es todo.
—Yo-...—se tocó su garganta—, creo- que estoy bien.
Asintió—Me alegro—se puso de pie y le dio la espalda—, bueno, ya debo irme...—Bridgette la vio dar dos pasos antes de detenerse—. ¡¿Qué demonios?!
Más allá de ellas, Alya y Nino estaban atrapados en la corriente de agua.
Mientras que, por otro lado, el coloso seguía buscándola—¡¿Dónde está ese Chatón ahora?!—gruñó un poco molesta, dando un pisotón en el suelo, en lo que apretaba los puños frente a ella.
"Supongo que en el mismo lugar donde lo abandonaste" escupió su mente antes de que reflexionara sobre el tema y al darse cuenta, se aclaró la garganta—T-Todo...¿está bien?—su expresión no se decidía entre preocuparse o curiosidad.
Un latigazo de viento congelante, las golpeó como una bala. La Slogan reprimió un escalofrió, a diferencia de la heroína, la cual, casi ni lo sintió, gracias a su traje mágico.
—¿Eh? —parpadeó saliendo de sus pensamientos y se giró hacía ella—. Si ¡por supuesto!—se río nerviosamente—, uh...—le dio la espalda rápidamente y agarrando el arma de su cadera, lo abrió y le envió un mensaje a la contestadora de su compañero—. Chat Noir ¡¿dónde estás- no importa—se detuvo e inhaló—, solo necesito que sepas que estoy en la avenida #152 en la parte Oeste de la ciudad. Ven aquí, creo que tengo un plan para derrotar al Akuma—una vez que colgó y colocó el Yo-yo en su lugar, se rascó la cabeza. Al ver la situación de lo que había sucedido con su última opción, decidió que ya no podía esperar más. Se aclaró la garganta y se dio media vuelta, mirándola de frente, otra vez—. Muy bien—suspiró intentando ignorar los estragos que estaban aconteciendo detrás de ella—, necesito tu ayuda—la llamó, haciendo que la peli azul de cabellera larga frente a ella, la observara extrañada—. Mis opciones son muy limitadas en este momento, pero creo que aun así nos las arreglaremos juntas—le sonrió con una mano en la cadera.
Frunció el ceño—Eh- Ladybug—se removió incomoda—. P-Perdóname, pero—negó con la cabeza—, no entiendo nada de lo que dices—soltó una risita nerviosa al final.
Tragó saliva y bajó la cabeza, girando sus pulgares con nerviosismo. Esperaba no haber ofendido a la superheroína con sus palabras. Pero es que verdaderamente no había podido entender nada de lo que estaba hablando.
Pues, parecía emitir su discurso demasiado rápido y sin contexto alguno. Haciendo que le pareciera demasiado complicado como para entenderlo todo a la primera.
Apretó los puños, ya pateándose a sí misma por ser tan irrespetuosa.
—Oh, lo siento—la de coletas se tapó la boca con las manos—. Me refiero a que- uh...—exhaló una vez más—. Antes que nada ¿puedo saber tu nombre?—sacó de su Yo-yo una cajita.
—Bridgette Slogan, eh...—sus dedos jugaron en círculos nuevamente—. ¿Qué sucede?
Fue entonces, cuando estirando su mano, se lo plantó enfrente—Bridgette Slogan. Este es el Miraculous del Dragón. El cual, te da el poder de los Elementos. Tendrás que usarlo para el bien común—la ojiazul se quedó atónita al entender lo que eso significaba—. Y cuando esto terminé, deberás regresarme el milagroso ¿entendiste?
—Yo-...—nerviosa, miró hacía todos lados menos a la chica de traje bermellón que se encontraba delante de ella—, yo-... ah-
—¿Te sucede algo?—extrañada por su actuar y falta de respuesta, preguntó—, estas sudando demasiado.
—YO-
Como un choque de trenes, la compresión afloró en la mente de Ladybug, Así que, bajándolas manos hacía sus costados, se acercó a la chica y con una expresión de entendimiento. Le colocó una de sus manos en el hombro—Oye, está bien. Lo harás genial—le sonrió, aunque muy consciente de que todo esto estaba tomando más tiempo de lo esperado.
—Pero-...—la expresión de la chica no era más que pesimista.
—Todo va a estar-
—¡Ayuda!—gritó con voz de Alya se escuchó a lo desde lejos.
Volteó hacía la salida de aquel callejón abandonado, lleno de paredes de ladrillo rojo, basura embolsada y colocada descuidadamente en una esquina y muchos, muchos, grafitis, también la zona, estaba cubierta totalmente por un mal olor constante—...bien—atónita, se quedó muda al ver lo que estaba pasando. La morena estaba siendo sometida por otro tentáculo acuático junto a Nino—. ¡Maldición!
Salió corriendo olvidándose de la chica detrás de ella. La cual captó como la superheroína dejó caer la caja del Miraculous ante su frenetismo. Con el corazón en la mano, lo levantó y sin estar muy segura de que estaba haciendo exactamente, abrió la tapa de la cajita.
Ante su acción, un kwami de color rojo se despertó, dejando un destello a su paso.
Bostezando, el pequeño ser se desperezó—Saludos elegida—alzó una pata—, mi nombre es Longg y soy tu kwami—le regaló una sonrisa amable.
—¡AHHHH! ¡¿QUÉ?!—soltó temblando muerta de miedo. Inhaló bruscamente y retrocedió hasta la pared detrás de ella, pegándose totalmente a la superficie de ladrillo rojizo, viejo—. ¡ALÉJATE DE MI! ¡ALÉJATE DE MI!
—¡No! ¡no! ¡Joven! ¡cálmese!
Sin responder a eso, respiró agitadamente. Jamás había visto una cosa como esa. Al menos no en la realidad, solo en caricaturas claro está. Por lo que era normal que reaccionara de esta forma a esta... cosa.
El pequeño ser se aclaró la garganta, un poco nervioso por la reacción que estaba presentando la Mademoiselle:
—Como explique antes, soy el kwami del Dragón Milagroso y mi tarea consiste en proporcionarle los poderes de Agua, Viento y Rayo.
Ante la repetición. Se quedó en silencio, ahí tratando de procesarlo todo. Algunas veces, sus ojos vagaban de un lado a otro. Sin embargo, siempre volvían a posarse en el mismo punto, la criatura pequeña frente a ella.
Su respiración era agitada, por suerte poco a poco se iba tranquilizando conforme asimilaba la situación.
Llevó la mano a su rostro y lo talló de un solo movimiento. Gracias a eso, fue capaz de saber, que había estado llorando en el proceso del susto. Pues su mano, está llena de agua salada. Su aliento salía por su cavidad bucal a bocanadas y el sudor se aperlada en su rostro.
Las manos le temblaban ligeramente y le costaba tragar saliva por la sequedad de su garganta—E-En-Entonces—por fin pronunció palabra—, básicamente, me-me estás diciendo que ¿t-te necesito para usar el Miraculous?
Parpadeó—Así es. Sin mí o los otros kwami. Un titular de cualquier joya de estas, no puede transformarse en superhéroe sin nosotros—mantuvo su distancia de la niña. Pues había deducido que, si se acercaba más, la asustaría de nuevo.
—Ya-Ya veo—tartamudeó. Y se giró hacía un costado, llevándose una de sus manos a su cabello, pasando sus dedos delgados a través de el "Debo estar pálida ahora. ¡Maldición!" se gruñó a sí misma. Pues, había perdido el control—. Entonces ¿qué s-se supone que debo hacer ahora? Quiero decir, Ladybug quería que la ayudara con algo...c-creo.
—Ella quería encontrar a un titular que la ayudara a combatir a este villano en particular—explicó el pequeño—, usando mi milagroso como base de refuerzo.
—Entonces...si empuño tu Miraculous—agregó despacio—, ¿eso significa que voy a tener que ayudar a Ladybug a derrotar al enorme monstruo que casi me asfixia?—señaló con su pulgar el sitio detrás de ella como si allá estuviera la maldad pura—. ¡No gracias! ¡prefiero vivir!—negó, tanto con las manos, como con la cabeza y se cruzó de brazos, intentando no ver la figurita de Longg.
—¡Oh, vamos elegida! ¡No es tan malo como suena!—alentó. Sin embargo, secretamente hizo una mueca ante su propia declaración.
La peli azul también hizo una mueca, aun viéndose reacia a aceptar ducho papel. Pero no es como que el mundo le diera muchas opciones.
El sonido de un choque, atrajo la atención tanto del kwami como de la humana. Era la de coletas, enterrada en el ladrillo de la pared del fondo. Todo se desmoronó.
—¡Ladybug! ¡¿te encuentras bien?!—el ser diminuto se exaltó, preocupado por la chica detrás de la máscara de manchas.
—C-Creo—poco a poco se intentó reincorporar en su lugar. Para en pocos minutos ser rodeada por la otra peli azul y el pequeño dragón—. Estoy bien—quiso asegurar nuevamente. Luego, llevó su mirada oceánica hasta donde estaba la otra mujer—. De-De todos modos ¿y bien? ¿ya sabes que elegir?
—Si...—sus ojos volaron desde la de máscara roja hasta el titán de agua, bajó su mirada para encontrarse con la cajita de nuevo en el suelo asqueroso, la tomó y abriéndola de nuevo, sacó la gargantilla mágica—. Ya me decidí.
La de motas le sonrió al kwami, dándole a entender que era su turno.
Al entender, este levitó dando una maromera en el aire, hasta llegar a estar frente a ella—De acuerdo, tan solo tienes que decir "Longg ¡Opens the Skies!"—alzó ambas patas al aire.
Respirando hondo, dio dos pasos atrás delante de la otra chica, dando espacio para lo que iba a hacer. Aunque, sin saber exactamente qué es lo que iba a pasar. Se colocó la joya en el cuello
—Longg...—ante los ojos de Ladybug, nació una nueva heroína—, ¡Opens the Skies!
[El collar brilló intensamente, al mismo tiempo en el que el Kwami era absorbido. Cinco puntos rojos aparecieron en la superficie oscura de la joya.
De pie, sus muñecas alzadas a la altura de los costados de su pecho, se llenaron de un círculo mágico de color naranja. El cual, giró en una forma de rotación.
Ambos tenían las runas de una estrella.
Sintió como sus venas se llenaron de energía brillante y extranjera, que hacía sentir a su cuerpo, muy pero muy diferente. Y sobre todo, demasiado fuerte. Por otra parte, su cuerpo se llenó de miles de agujas de luz, las cuales se adhirieron al cuerpo de la portadora. El cabello largo de la joven fue despojado de sus amadas cintas y obligado a caer en cascada sobre su espalda. Luego, llevó sus manos de regreso, consiguiendo que una cola de caballo se formara, con dos cintas enormes. Manteniendo los ojos cerrados, movió sus manos, las cuales se cargaron con energía y fueron directo a su pecho, haciendo que se formaran tres símbolos característicos del traje, agua, viento y rayo. Ahora, su ropa se empapó de un brillo intenso, el cual, terminó cubriéndola toda y arropándola con su nuevo traje de superhéroe.
Los colores rojo y negro predominaron, mientras que el dorado simplemente los acompaño.
Una espada escarlata apareció en su mano, siendo blandida sin ningún problema. Y cuando la guardó, llevó uno de sus dedos a la nariz. Logrando que así se creara la máscara tricolor característica del Dragón milagroso. Al abrir los ojos, posó para la finalización de la transformación]
Boquiabierta, recibió la ayuda de su nueva compañera—Cielos...uh—una vez que se pudo medio estabilizarse sola, se detuvo junto a ella—, ¿Cómo te llamas?
La muchacha avergonzada y aun muy nerviosa, lo pensó por un instante—Ahhh...—pero no se le ocurría nada.
—¡Auxilio!—nuevamente, la voz de Alya irrumpió en el silbido del aire.
Le colocó de pie correctamente y le entregó una sonrisa leve—Esta bien, lo puedes pensar en el camino—con esas palabras finales, salió disparada corriendo para ayudar a los adolescentes en problemas.
[...]
La de coletas tuvo que escapar como una bala para poder alcanzar a su mejor amiga y a su novio. Así que, lanzando su Yo-yo, se desplazó para poder llegar hasta donde estaban ambos.
—¡Ladybug, por favor ayuda!—llamó la pelirroja, balanceando sus brazos de un lado a otro. En lo que, el moreno intentaba frenar cualquier ataque que les dirigiera la tromba, con solo una varilla pequeña. Al menos hasta que en una de esas, el monstruo le doblo la mano, haciéndolo aullar de dolor. Por su parte, la oji avellana se horrorizó—. ¡Nino!
Intentó acercarse a él pero el tentáculo de agua se lo impidió—¡Nino!—llamó queriendo llegar, pero el coloso la golpeó, haciendo que cayera ahí mismo en el suelo desmayada.
—¡Maldito!—rugió el joven intentando levantarse de donde estaba íncado.
—¡Sus Miraculous Ladybug y Chat Noir!—bramó la Akumatizada dentro de la enorme tromba marina.
—¡Oye! ¿por qué no te metes con alguien de tu tamaño?—Chat Noir llegó al lugar, por fin. Aunque, un poco cansado de estar ayudando a medio París. Pero, de todas formas, estaba listo para batalla y totalmente comprometido a terminar con todo este asunto.
Con su bastón en la mano, observó al monstruo desafiante.
—¡No hay nadie de mi tamaño! Idiota...—el Akuma puso los ojos en blanco mientras se proponía a lanzar otro ataque.
Aterrizó con gracia—¡Chat Noir!—Ladybug, por fin se dignó a llegar al campo nuevamente. Sin embargo, venía un poco enojada—. ¡¿Dónde estabas?!—exigió, ignorando un poco el peligro que representaba el enemigo frente a ella—, ¡se supone que debiste estar aquí desde hace un tiempo!
La orejas del gato cayeron—¡No fue mi intención, Ma Lady!—chilló sintiéndose regañado nuevamente—. Además, tú-
—¡Ugh!—fue el único sonido que se escuchó entre medio del sonido de sus voces.
Ambos voltearon al mismo tiempo y jadearon—¡Nino!—pero simplemente su reacción no fue suficiente. Así que, mientras que uno se enfrentaba al Akuma y protegía a la víctima inconsciente, el otro se encargaba de ir a ver la condición del chico de gorra roja.
[...]
Recordando a lo que se tendría que enfrentarse, la joven debajo de la máscara del Dragón obtuvo un breve lapso de nauseas. Pues, no se sentía lista para enfrentarse a esto a pesar de haber sonado hace minutos atrás muy convencida...¡¿es que acaso había enloquecido?! ¡ella no podía hacer esto!
Lo que no sabía, es que esto, era el menor de sus problemas ese día.
Y mientras se encontraba autocompadeciéndose, llenando de inseguridades su cabeza. El sonido de algo tronando en el aire, le llamó la atención. Nuevamente.
Más allá de ella, Nino se había estrellado en uno de los edificios que existían en el frente de la propiedad de su familia. Al ver caer de esa manera a su compañero de clases, fue horrible. Así que, con el corazón en la mano, corrió hasta donde se encontraba el moreno.
Cuando llegó a la escena del crimen. Ahora sí, casi se vomita ahí mismo. El lugar estaba completamente demolido, gracias al mismo impacto que el Lahiffe había hecho al caer a una velocidad monstruosa y a tal velocidad.
El cuerpo del muchacho estaba allí a unos metros, cubierto por todos lados de líquido carmesí. Su cráneo, se encontraba abierto e incluso dejando ver un poco de cerebro a través de la enorme rasgadura. El brazo izquierdo lo tenía ligeramente torcido al revés y su estómago estaba perforado por una barra de metal enorme.
En su rostro, aún mantenía una mirada atónita.
Ante esa imagen, recuerdos del pasado se despejaron por un momento volviendo a flote; una figura sumergida un charco de sangre la saludó en el vestíbulo de un salón, el cual, solo tenía un destello carmesí para iluminarlo todo.
La peli azul no aguantó. Devolvió todo, colocándose de rodillas, con las manos en el suelo sucio. Sus ojos llorosos y sus espasmos no la dejaron. Pero, sí que la regresaron al mundo real.
Esto era una pesadilla.
¡Debía serlo!
Su cerebro, sin permiso, reprodujo la escena y analizó cada detalle de todo lo que le había sucedido a Nino Lahiffe.
"1.- La cabeza se llevó la peor parte, naturalmente este debió haber sido, gracias a una caída de largo alcance a alta velocidad. Lo que explicaría los daños del impacto al caer. Y los restos de destrozos en la zona.
2.- El brazo torcido, seguramente se lo debió de haber lastimado, antes de caer. Ya que, en el área, no se encuentra absolutamente nada que pudiera hacer que se le torciera de esa manera, el miembro superior izquierdo del sujeto en cuestión.
3.- La barra de metal clavada en el torso, debió provenir de mi propiedad familiar. Mi suposición se basa, en que puedo reconocer esa barra y compararla perfectamente con la que estaba colocada en la parte superior de mi cama.
Nota adjunta; Por otra parte, no es de extrañar una muerte instantánea, ya que la rajada profunda de la cabeza y la barra de metal apuñalando sus intestinos, lo indica claramente, por lo que no es necesario ser un médico para saber que él el estado vital de occiso. En conclusión; se elimina cualquier posibilidad de que siga con vida"
—¡Ya basta! ¡por favor!—lloró agarrándose la cabeza—. ¡Deja de hacer eso, por lo que más quieras!—sin querer, volvió a ver el cuerpo y bajó su mirada para observar sus manos.
Con solo esas dos acciones, la joven terminó asustándose con lo que encontró, pues, su mente había deformando su visión; Las manos desnudas llenas de sangre y delante de ella, una persona que conocía, incluso sí solo era de vista o su nombre, estaba muerta a sus pies.
Ante eso, ella derramó el contenido de su estómago por una segunda vez, mientras seguía sollozando para sí misma.
"Arréglalo"
Fue la única palabra que apareció en su mente entre medio de tanta oscuridad. La cual, le dio un poco de claridad y permitió que el aire regresara a sus pulmones.
Jadeó, inhalando y exhalando, totalmente bañada en sudor, tanto por la fuerza que hizo al devolver, como por su situación.
La cabeza le giró, pero terminó obligándose a mantenerse despierta Después de todo, necesitaba mantenerse en control y con la cabeza despejada. Ahora mismo, ella era una superheroína, por lo tanto, tenía el deber de proteger a todos.
Además, le debía a Nino, su compañero de mesa en química y primera persona que se percató de su presencia en clases. Proteger a su novia Alya. Tal y como seguramente le gustaría hacer él mismo.
Respiró hondo, necesitaba encontrar a Ladybug y hacer un plan para terminar con esto de una vez por todas.
Así que, disculpándose con el moreno mentalmente, se desvaneció a través de la entrada de la cual había aparecido.
En lo que caminaba afuera, sus manos seguían temblando, aun recordando sus repentinos destellos de memoria.
¡Joder! ¡como odiaba eso!
Ojalá pudiera desaparecer todo lo que englobaba esos destellos. Pero no podía. Debía pagar por lo que hizo, aunque sea de esta forma.
Por lo que, la muerte de Nino solo había sido un disparo para devolverle estos terribles recuerdos.
Suspiró temblorosamente. Quería volver con sus padres, al menos allí podía fingir que nada había sucedido. Y que ella solo era una colegiala enamorada de 14 años.
Continuando su camino, escuchó un grito. Volteando de inmediato, se dio la vuelta y regresó al lugar de donde había venido.
Al parecer alguien había encontrado el cuerpo.
[...]
Chat Noir combatía con todo lo que tenía contra el enorme monstruo de líquido. Más, no había forma de que hiciera algo al respecto, si todo lo que podía lograr, era atravesar el agua.
No importando cuanto atacara con su bastón u otros objetos.
Jadeante, el rubio se mantuvo apenas de pie frente al enorme colosal. Intentando resistir hasta que la dama de traje escarlata se dignara a utilizar su poder especial, para poder resolver este problema.
Ahora, también estaba preocupado por el joven de piel morena, quien era nada más y nada menos, que el mejor amigo de su forma civil. Por lo tanto, estaba dividido entre seguir a Ladybug o quedarse a cuidar a la Cesaire. Quien también era la novia de su mejor amigo y amiga cercana suya.
—Ni siquiera te molestes en seguir combatiendo Chat Noir—mencionó la Akumatizada con voz dulce, en lo que sonreía dulcemente—. Si lo único que necesitas para que todo esto termine es...—su expresión se tornó malvada, así como su tono fue venenoso—, ¡entregarme tu Miraculous y el de ese asqueroso bicho!
—¡Nunca!—expresó con valentía—. ¡Cataclismo!
La mujer en el remolino tan solo se rió de su ingenuidad, para después arrugar el ceño cuando el muchacho vestido de gato, golpeó la superficie del agua—¡¿QUÉ?!—chilló al ver como esta se comenzaba a evaporar. El ojiverde sonrió. Pero ella lo hizo aún más, haciendo que el joven la viera con horror—. Si bueno, que esperabas...es agua—se encogió de hombros—, incluso si esta se consume de alguna forma, solo es reemplazada por más.
Su explicación terminó, dejando al gato viendo su temporizador correr hacia atrás, lentamente. Haciendo una mueca, decidió escapar con Alya acuestas. Pero lo único que recibió a cambio fue que lo dejaran inconsciente de un solo latigazo de agua. Expulsándolos lejos y dejándolos caer de golpe sobre unas bolsas de basura, entre medio de una isla de escombros y ramas de árboles derrumbados.
[...]
En el terreno de enfrente a la casa Slogan, existía una pequeña capilla, rodeada de una barda de ladrillo. Allí fue donde Ladybug aterrizó después de atravesar el enorme agujero que había dejado el incidente.
Una vez que se estabilizó después de la caída, lo vio. Y su gritó hizo eco por todo el lugar.
Temblando, casi se tropieza al dar un paso atrás. Sin embargo, en último momento, logró estabilizarse.
Sus ojos abiertos y su agitación se vieron comprometidos cuando sintió venir a alguien desde la puerta izquierda de la capilla.
Por un segundo se quedó sin aliento, al ver a una figura de pie en la puerta enorme, bajo el enorme velo de la oscuridad. Pero volvió a respirar, cuando vio que tan solo era su compañera de clases Bridgette, quien había entrado.
La expresión de la joven era de entre compresión y tristeza—Me hubiera gustado que nadie lo viera—expresó con voz suave, dando pasos lentos en su dirección.
Entre desconcentrada y perturbada, Ladybug negó—¿Nino...?—apretó los puños, pero uno de ellos aún mantenía su Yo-yo mágico. Su labio incluso comenzó a sangrar, cuando lo mordió muy fuerte.
Suspiró ruidosamente, desviando la mirada hacía el otro lado donde no había cuerpo que notar—El impacto lo mató. Yo- no estaba muy lejos...pero cuando yo llegue, él ya...—su voz pareció haber renunciado, porque se fue y no le quedó de otra más que abrazarse a sí misma. Cerrando los ojos, soltando un par de lágrimas.
La de manchas también empezó a sollozar. Aún sin cambiar mucho su posición.
Ambas se quedaron allí, cada una intentando no desmoronarse por lo que acababan de presenciar. Cada una en sus pensamientos y dolor.
Puede que una de las dos lo conociera más que la otra, pero no le quitaba que el era un ser humano que no merecía morir de aquella manera tan horrible.
—De-Debí haber hecho a-algo—se lamentó la de coletas, colocando sus manos carmesíes en su rostro—, ¡esto es mi culpa! ¡se supone que soy Ladybug! ¡la persona que los protege a todos! y-y-y- yo- lo único que hice fue- ¡no hacer absolutamente nada!
Eso solo hizo que la otra se encogiera más en si misma, llorando.
—Esto- todo esto- ¡es mi culpa!—se inclinó aún más hacía delante. Su rostro se había vuelto mucho más carmesí por el esfuerzo y las gotas de agua salada se filtraban sin compasión por las rendijas de entre sus dedos.
—¡LADYBUG!—la voz del Akuma vibró a través de las paredes y el techo—, ¡deja de esconderte como una cucaracha de una vez!
[...]
Los ojos de la peli azul de cabellera larga, se abrieron. Levantando la cabeza, frunció el ceño. Mientras que su compañera hizo caso omiso de los gritos de la víctima.
—Debemos-Debemos irnos...—fueron las primeras palabras que salieron de su boca, calmándose un poco de su ataque de llanto.
Conteniéndose un poco, en medio del llanto, la de manchas la miró extrañada, bajando un poco sus manos del rostro—¿Ir-Irnos?—los espasmos continuaron recorriendo todo su cuerpo—. ¿De que estas hablando?
Tragó saliva—No podemos quedarnos aquí...de-debemos irnos ahora—explicó tomándola del brazo y empezando a llevarla consigo, mientras corrían.
La de traje escarlata frunció el ceño no entendiendo mucho de lo que estaba intentando decirle—¡No podemos!—gritó un poco alterada—, N-Nino-Nino- ¡debemos salvar a Nino!
La portadora del Miraculous del Dragón acercó levemente su rostro contra el de la de coletas y la observó con seriedad—¡Ya lo sé!—afirmó bruscamente—. ¡Pero quedarnos aquí, no va a salvar a Nino!—soltándola, le dio la espalda y comenzó a caminar hacía la salida, haciendo que reacia, la moteada la siguiera. Deteniéndose, se dio la vuelta y encaró a la heroína una vez más. La otra, se sobresaltó—. Rápido, necesitaremos tu Lucky Charm para luchar contra el Akuma ¿n-no es así?—inhaló retrayendo un poco del moco que se le había soltado por el llanto.
En silencio, asintió, lanzando su Yo-yo al aire—Lucky Charm...—de este salió un pararrayos. El cual, tomó antes de que cayera al suelo—. Ahh...
—¿Y bien?—la observó atentamente—, ¿qué hacemos?
—Yo-...—se llevó una de sus manos a su copete y se lo arregló—, yo-
Suspiró, inhalando un poco de aire de más, para luego expúlsalo lentamente de entre sus labios color cereza—De acuerdo...—se quedó pensando por un momento, en lo que Ladybug había cerrados los ojos. Intentando formar un plan, suponía. Aunque, empezaba a dudar de su propia teoría, especialmente cuando vio las lágrimas caer nuevamente por sus mejillas. Tomando una decisión, abrió otra vez la boca—. Ladybug—la de coletas la miró aún empapada y sumida en llanto—, tienes que tranquilizarte—pausó—. Escucha—respiró bruscamente—, sé que esto es muy difícil para ti y-y-y- y la verdad es que suena horrible que te lo diga. Pero...París te necesita, aún—la tomó de los antebrazos y la observó con sus ojos inyectados en sangre, a través de la máscara del Dragón Miraculous—, ¡yo te necesito, Chat Noir, Alya y sobre todo, Nino! Si mal no me equivoco, tú poder especial puede revivir gente ¿no es así? ¡¿no es así?!—negó—. ¡Entonces- Entonces! ¡No hay nada de qué preocuparnos aquí!—pausó otra vez—. ¡Lo que tenemos que hacer ahora, es irnos a detener al Akuma y listo! ¡todo el mundo estaría a salvo!—la soltó y abrió los brazos ante su exclamación—, Nino lo estaría entonces...—finalizó con voz suave.
—¡LADYBUG!—un brazo tentáculo destrozó lo poco que quedaba del techo de la capilla, sobresaltando a ambas chicas que se encontraban dentro. Haciéndolas moverse por instinto del lugar donde estaban de pie.
Otra esfera de energía que levitaba entre medio de la luz, obtuvo un aumento en su brillo.
—¡¿Como supo que estábamos aquí?!—la voz de la titular del Dragón sonó ahogada por el sonido de la caída del agua que emitía el brazo creado por la tromba marina.
La dama de traje escarlata con manchas negras aterrizó justo al lado del cuerpo de su amigo, más no se percató al estar de espaldas a este—¡No lo sé! ¡probablemente me siguió cuando me dirigía aquí!—observó con el ceño fruncido al coloso justo en el área central donde se encontraba la joven Akumatizada.
—¡¿Tienes un plan para detenerla?! —sus ojos azules escanearon cada parte del enemigo.
Negó con la cabeza, intentado tragarse el nudo que estaba emitiendo su garganta—¡Lo siento!—se mordió nuevamente el labio inferior de por sí ya dañado.
—¡Está bien!—su respiración estaba agitada por el miedo, la opresión de su pecho se profundizó—. ¡C-Creo que tengo uno!
—¡¿Y ese cuál es?!
Pero en vez de responderle la pregunta, la portadora sin nombre, salió corriendo y le tomó del brazo—¡Salgamos de aquí!—corrieron juntas una detrás de la otra intentando escapar del monstruo.
—¡¿Creí que tenías un plan?!—Ladybug estaba atónita.
—¡Lo tengo! ¡pero acabo de recordar que no pregunté como usar mi poder especial!—chilló asustada.
—¡¿QUÉ?!—desplazándose por la superficie de tierra mojada, las chicas salieron de la capilla topándose con las calles inundadas. Se detuvieron justo afuera de lo que era la entrada lateral—. ¡¿Ahora que hacemos?! ¡No tengo idea de cómo usar mi poder especial! ¡tú no sabes usar tus poderes! ¡perdimos a Nino!—se alteró de nuevo—, ¡y Chat Noir o Alya no se ven por ningún lado! ¡¿Qué se supone que vamos a hacer ahora?!—de su interior, le comenzó a brotar una ansiedad que solo le daba cuando estaba demasiado estresada.
La otra chica hizo una mueca. Nerviosa, tragó saliva un poco perdida también y al borde del colapso con tan solo escucharla.
Sin embargo, respiró hondo. Y luego abrió los ojos de nuevo:
—Longg ¡Closes the Skies!
—¡¿Que estás haciendo?!—gritó angustiada. Pero la de cabellera larga no le prestó mucha atención. A contrario se concentró en su des transformación y en prestarle toda su atención al pequeño kwami que se encontraba ahora aturdido entre sus manos.
—¿Estas bien?—observó con preocupación a la pequeña criatura.
Pero en vez de ponerle atención a su salud, la poderosa criatura prefirió disculparse con ella—L-Lo siento, d-debí haberte informado de ante mano—parecía avergonzado, pero sobre todo cansado.
—Ya no importa—no le gustaba el aspecto que estaba mostrando el kwami. Ella no había usado sus poderes ¿será que hizo algo mal? Sin embargo, analizando lo que dijo, le dejó pensando—. Por cierto ¿Como sabes la razón por la que me des transformé?—confundida, interrogó al pequeño ser.
—M-Muy sencillo, los kwami t-tenemos conciencia aun estando el portador en el traje.
—Ya veo—le acarició la cabecita. Pero antes de proseguir, un enorme estruendo se escuchó detrás de ellos—. ¡Vamos!—con la otra mano, jaló a la superheroína, mientras veía boquiabierta al coloso acercarse—. ¡Busquemos a Chat Noir y a Alya! en lo que me explicas mis poderes—expresó ahora hacía el kwami.
Con eso dicho, los tres salieron huyendo de la zona en donde encontraba la tromba marina.
Volteando hacía todos lados, los ojos de la de coletas nadaron, intentado detectar donde se encontraba su compañero y su mejor amiga. Por otro lado, junto a ella, Longg, aún en la mano de la chica, se encontraba explicando la función de su Miraculous a su portadora.
—D-De acuerdo, tus poderes son fáciles de extraer, no te preocupes, todo se trabaja con la mente—señaló cansado—. Ahora, tan solo tienes que pensar en que elemento usar en el momento adecuado. No lo olvides, el plateado es Viento, el azul es Agua y el amarillo, Rayo. Para el de Aire solo tienes que decir "Wind Dragon" y te convertirás en el dragón que elijas. Lo mismo para los demás, claro está, alternando el elemento. Es todo—le sonrió débilmente al final.
Agitada continúo avanzando, para luego girarse a verlo, sintiendo el corazón en la garganta, gracias a lo rápido que este bombeaba ante la velocidad a la que iba—¡¿Eso es todo?!—chilló incrédula. Su mirada regresó al frente manteniendo ahora un silencio. En ese momento, un enorme viento, sin avisar, les golpeó a todos. Gritando ambas chicas intentaron tanto mantenerse unidas como a salvo. Más, el viento era demasiado fuerte que las separó.
Sola, Bridgette junto con su kwami, a quien había cubierto entre sus brazos apenas y sobrevivieron a la caída. Todo gracias a que una de sus piernas se había atorado a uno de los mecates en el patio de sus vecinos—Uh...—con cuidado se aseguró de bajar bien de lugar en donde se encontraba colgada. Desamarrándose lentamente, pudo volver a la tierra mojada. Ahora sucia de su ropa, entre empapada y seca, la chica intentó ponerse de pie. Pero, su pierna se encontraba entumida del dolor—. ¡Argh!
—¡¿Se encuentra bien?!—el pobre kwami abandonado entre el pasto recortado de la propiedad a unos metros de ella le preguntó con preocupación.
—Estoy bien...—le sonrió suavemente en lo que se agarraba la pierna con fuerza, podía sentir como la simulación de un fuego intenso le recorría desde la pantorrilla hasta el muslo y de regreso. Apretó los dientes, pero mantuvo una actitud serena para no asustar más al pequeño ser.
En eso, se escucharon varias pisadas, curiosos giraron sus cabezas hacía la botita casa del fondo y el sonido resultó ser nada más y nada menos que un perro, pitbull, muy, muy enojado.
—Oh mierda...—murmuró la chica.
Atónito, kwami se sobresaltó, al notar como el perro enorme se le quedaba mirando, soltó una risa nerviosa—...L-Lindo perrito...—en eso, vio como el perro se echó a correr en su dirección—. ¡Auxilio! —gruñó asustado.
Al ver el destino del pobre pequeño, no se lo pensó. Tan solo esperaba que se encontrara bien—Longg ¡Open the Skies!—el pequeño dragón se convirtió en luz antes de que el perro aterrizara en el pastó con la mandíbula abierta y al él desaparecer, este solo chilló ante la caída. La luz voló de vuelta a su gargantilla y se fundió en ella haciendo aparecer cinco puntos rojos. Iniciando la transformación de nuevo. Una vez transformada, suspiró de alivio al ver que su diminuto amigo ahora estaba bien.
Pero, eso, el perrito ahora con hocico adolorido, no se lo tomó tan bien que digamos. Acercándose lentamente en este momento hacia su sitio, no parecía verdaderamente de humor como para detenerse por nada del mundo. Incluso cuando ella sacó su espada escarlata del estuche de su espalda. O cuando le apuntó peligrosamente con ella.
—Por favor detente—rogó la muchacha—, no quiero hacerte daño.
Pero igual, el perro se acercó, gruñendo.
[...]
La de manchas fue arrastrada hasta la corriente de agua de la calle principal. Al caer, se lastimó el brazo izquierdo con un pedazo de escombro. Hizo una mueca ante el agudo dolor que sintió. Y llegó a la conclusión de que fue lo mejor. Ya que, de ser de otra manera, sin la protección del traje pudo habérselo roto.
Se sentó y se sorprendió, porque ella creía que el nivel del agua sería más profunda. En fin, se puso de pie y cuando lo hizo, la supervillana se volvió fuego y la rodeó.
—Ladybug, Ladybug—se rió—, por fin te tengo.
Tosió, el aire estaba pesado ahora—¡Ya basta!—nuevamente, tosió. Repitiéndose, una y otra vez. El oxígeno se iba, su mente le alertó que no podría aguantar por mucho tiempo el estar despierta. Girando su cabeza de un lado a otro intento buscar una salida, que no existía. Así que, boquiabierta, jadeante y sudada. Se quedó allí de pie, esperando encontrar una manera de escapar.
Un furioso viento llenó el espacio en donde estaba la chica de rojo. Esta, se cubrió la cara con sus brazos intentando protegerse. Pero, le pareció escuchar un enorme rugido de dragón llenar todo el amplio cielo.
En ese momento, logró respirar de nuevo. Alzando la mirada se encontró sentada en lo que parecía ser el espaldar de un Dragón gigante de Viento, que parecía estarse quemando, pero que el mismo aire, asumía el poder protegerla de morir calcinada.
Y entonces, aunque le costó un poco por el breve shock, lo reconoció. Ese poder solo lo podía tener una persona.
"Bridgette"
Sintiendo como el Dragón se movía mientras ella lo montaba como si fuera un caballo, sonrió. No pensaba que volvería a revivir esta experiencia en particular, pero ahora de buena forma. Sin embargo, tan rápido como inició, se terminó. Ya que habían llegado a su destino, el enorme Sena.
—¿No es contraproducente traerla aquí?—confundida, tuvo que preguntar. Una vez que el Dragón la dejó en Passerelle des Arts que cruzaba el río Sena.
Materializándose en la pose del hombre araña, ella le contestó—No. La necesitamos más fuerte que nunca—se puso de pie. En lo que la otra frunció el ceño, peor que antes—. Tranquila, es parte del plan.
—¿Y cuál se supone que es?—vio de reojo como la otra chica se acercó a ella para quedar a la par, mientras veía el agua correr a unos metros debajo de donde se encontraban.
—Simple, haremos que se trague el pararrayos—señaló el amuleto encantado que estaba colgando de la cadera de la heroína de manchas—, para después, hacer que varios de esos—señaló los hilos azules peligrosos, que sobresalían de entre las nubes oscuras arriba de la tromba marina—, le caigan encima y así aturdirla.
—¡Por supuesto!—sorprendida, estuvo de acuerdo de inmediato. Aunque, estando un poco molesta consigo misma por no haberlo pensado—, después de todo, la magia del Akuma los protege.
—Exacto—asintió seriamente—. Entonces, esto es lo que pasara—y así comenzó a explicar su estrategia.
[...]
De acuerdo, este día era el más loco de su vida.
No es que no tuviera otros, pero oficialmente esto es algo que se salía completamente de lo común. Dirían algunos.
—Muy bien—el pararrayos estaba amarrado con las cuerdas del Yo-yo de Ladybug—, terminé. Estoy lista.
—...Bien—entrecerró los ojos viendo cómo se acercaba nuevamente hacía ellos pero de vuelta en su forma de tromba marina—. Repetir elementos no es muy inteligente—murmuró para sí misma—. ¡Okey, de acuerdo! ¡comencemos!
La de coletas asintió, completamente enfocada en la misión.
—Recuerda, como si fuera al ojo del huracán—explicó nuevamente.
Asintió—Lo tengo—sonrió.
La Akumatizada por fin llegó hasta el Sena y entrando al agua, inmediatamente la absorbió toda. Haciendo que discretamente, la joven de coleta larga sonriera satisfecha:
—¡LADYBUG, ES HORA QUE-
—¡Ahora!—dio la orden, haciendo que la chica de traje moteado girara el hilo de Yo-yo con todo y objeto mágico.
Una, dos...
Su cerebro lo presintió antes de que incluso lo indicara, listo para trabajar sobre ello—¡Water Dragon!—empezó seguidamente sintiendo calambres por todo su cuerpo, la mano que había estirado por delante al dar la orden fue lo que prosiguió, su mente encargada de procesar, registró cada diminuto detalle. Pues, todo su cuerpo, molécula por molécula fue cambiando hasta que se hizo de elemento agua. Luego, lo único que la unía a su parte humana, era solo la telepatía con la que dirigía el elemento.
...tres, cuatro veces, lo giró hasta que por fin lo lanzó hasta su objetivo.
El dragón de agua fue y se fundió en la tromba de agua y deteniéndola por unos segundos. Eso, hizo que tuvieran una mínima posibilidad.
Cuando entró justo donde querían, la superheroína del Miraculous de la Creación, sonrió emocionada.
Aunque, al terminar el efecto del poder del otro Miraculous causó que su compañera regresara a la normalidad.
—¡Lo logramos!—chilló extasiada. Luego, su expresión se volvió mucho menos jubilosa—. ¡¿Pero ahora qué?! ¡no podemos quedarnos a esperar a que le caigan encima!
—¡No!—ambas esquivaron un ataque de tentáculo. Y corrieron en círculos o simplemente saltando en el mismo lugar. Ladybug y ella, sacaron sus respectivas armas y las hicieron funcionar para protegerse—. ¡Lo que tenemos que hacer es provocar que los rayos caigan hasta donde esta tu Amuleto! ¡Aunque, no sé cómo hacemos eso!
—¡¿Por qué no usas tu poder del rayo?! —señaló el pecho de la muchacha donde estaba el único símbolo iluminado.
La portadora del Dragón casi se va a una superficie de metal para golpearse la cabeza "¡¿Por qué demonios no se me ocurrió eso?!" casi se arrodilla a llorar ahí mismo. Asintió—. ¡Lightning Dragon!—nuevamente se convirtió en un majestuoso Dragón pero esta vez de color amarillo.
Ascendiendo hasta el cielo a una enorme velocidad, antes de que la persona dentro de la tromba marina pudiera reaccionar, conectó con las nubes cargadas de tempestad. Para de inmediato, bajar de picada hasta donde estaba 'el ojo del huracán' haciendo conexión con el Amuleto y electrificando bastante a la mujer corrompida.
El gritó que soltó la joven fue desgarrador. Tanto que hasta supero el sonido de su propio poder de agua. Y hablando de este, se desvaneció como si nunca hubiera existido, dejando caer a la chica y al objeto rojo de motas negras.
Ladybug de inmediato se apresuró a rescatarla, cargándola a estilo nupcial, antes deque llegara a tierra. En lo que, más allá de ella, se materializaba de nuevo la otra azabache. Revisando a la muchacha con temática parecida a tormentosa, tomó un pintalabios y lo botó al piso para romperlo con su planta del pie:
—¡Es hora de terminar con la maldad!
La mariposa se apresuró a escaparse. Pero dejando a la fémina en el suelo, le dio tiempo atraparla en su Yo-yo—Adiós pequeñita—le despidió con dulzura cuando esta se marchó. Bridgette bajo la máscara observó a la pequeña irse volando con el ceño fruncido, pensativa. Pero fue interrumpida por el grito de la superheroína—. ¡Miraculous Ladybug!
Una vez en el aire, un enorme enjambre de mariquitas salió, dispersándose por distintos puntos de la cuidad, curando cualquier desperfecto a la vista o interno. Tres que no siguieron a la mayoría, danzaron en el cielo, diendo y viniendo, creando un pequeño circulo confidencial. Ladybug no se dio cuenta por tratar a la desakumatizadas, Chloe y Sabrina. Más, su compañera, la portadora del Dragón Milagroso, quien había estado sonriendo feliz de que por primera vez veía este suceso en vivo, frunció el ceño, confusa, ante esta acción de las mariquitas.
De repente, bajaron hacía ella. Y observando su comportamiento, se dio cuenta de que esperaban que hiciera algo, sin entender, dio un paso al frente. Lo único que necesitaban.
Como si las hubiera invitado, las tres criaturas mágicas a centímetros de ella, danzaron a su alrededor, haciéndole cosquillas en varias partes—Esperen, esperen ¿Qué están haciendo? —se rió bastante con la acción de estos menudos seres.
Sin embargo, se distrajo en otro asunto. Olvidándose completamente de ellas, mientras levitaban a su lado. Ya que, varios pasos se escucharon tronar en la dirección donde se encontraban ambas.
Blip. Blip. Blip.
—¡Debo irme!—avisó de la nada con nerviosismo.
Ante su anuncio repentino, la de manchas la observo extrañada:
—¿Qué? Pero-...
—Lo siento—le murmuró.
—¡Espera!—Chloe la observó con indiferencia, en lo que seguía sentada en lo que era la superficie de la banqueta, cerca del Sena—. ¿Quién se supone que eres?
Sabrina a su lado, se emocionó en saber el nombre de una de las heroínas que la habían salvado a ella y a su amiga.
—Ahh...—titubeó incomoda.
Blip. Blip. Blip.
Al mirar a Ladybug, esta asintió serenamente. Así que cuando sus ojos volvieron a mirar a la pelirroja—Y-Yannagi—pero, no pudo evitar echarle un pequeño vistazo a Madeimoselle Bourgeois mientras decía su nombre de heroína por segunda vez, solo que esta vez, un poco más segura que antes—. Mi nombre es Yannagi.
Blip. Blip. Blip.
Una vez dicho esto, salió corriendo a esconderse. Sinsaber que, en secreto, las tres mariquitas se habían refugiado detrás de ella ycuando se fue, estas se introdujeron en su cuerpo como una luz roja
Todo se quedó en silencio después de esa breve presentación. Sin embargo, giraron sus cabezas a lado opuesto, pues las chicas se dieron cuenta de que un mar de gente que se les estaba viniendo encima.
[...]
Adrien Agreste poco a poco recuperó la conciencia. Desorientado, se mantuvo quieto en su lugar, intentado mantener el mareo. Su cabeza le punzaba y su visión lo hacía ver como todo se desplazaba en círculos, acompañando aquella acción con puntos blancos.
Así que, pasó una de sus manos por su cabello color oro y masajeó suavemente la zona afectada—¿Q-Qué fue lo que sucedió?—su voz expresaba confusión y un poco del dolor, al seguir sintiendo el palpitar en su cien.
—No lo sé, esperábamos que nos informaras—una voz con toque profesional, rozó su tímpano con poca antelación.
—¿Ma Lady?—soltó un murmulló aún medio adormilado. Intentando enfocar su mirada en un punto en concreto. Más, se dio cuenta de que encima de él, una sábana estaba tendida, cubriéndolo—. ¿Por qué esto está aquí?—agarró la tela sin color entre sus dedos delgados. Observó sombras espesas a través de la textura blanca.
Una en particular le respondió—Por qué a tu Miraculous se le acabó el tiempo—con esas palabras solo logro que el chico entrara en pánico.
—Todos- ¿Todos vieron?—tragando saliva, sintió que le succionaban el alma. Sin aliento, el joven intento recuperar aire, sin éxito, sintiendo que un verdadero ataque de ansiedad se acercaba a él. Pues, aunque siempre quiso revelar su identidad, nunca quiso que fuera en público, ya que esto significaba tres cosas; la prensa, fanáticos enloquecidos y su padre. Así que, por eso siempre soñó que la ocasión solo se haría bajo sus términos. O sea, solo su Lady y él.
—Tranquilízate niño, que para eso es la tela—solo una voz en el mundo podía calmarlo actualmente y ese era su buen amigo Plagg, su kwami.
—¿Tela?—tragó grueso de nuevo intentando procesar dicha información en su cabeza, casi exprimida ante sus pensamientos pesimistas. Sus ojos, incluso erraron—, te refieres a la sábana que tengo sobre mi ¿verdad?
—¿Qué pregunta tan estúpida es esa?—el pequeño soltó un gruñido desagradable—. Obviamente ¿es que acaso te quedaste sordo sin mis poderes? Vaya...
Suspirando, intentado dejar pasar aquel comentario venenoso. Adrien se acurrucó en sí mismo—Plagg...—un suspiró ruidoso se escuchó del otro lado. Hubo un tarareo positivo del otro lado.
—No niño, no se reveló tu identidad a nadie en realidad—un verdadero soplo de alivio se instaló en su pecho una vez que recibió esas palabras, realmente, realmente estaba muy agradecido con que nada haya cambiado en su vida—. Antes de que tu transformación se apagara, Ladybug te cubrió con una de las sábanas que había traído consigo la ambulancia.
—¿Ambulancia?—el joven rubio se quedó consternado, a que se refería su kwami con que había una ambulancia aquí—, ¿Por qué? ¿aun no has derrotado al Akuma? ¡eso quiere decir que-
—No, no, Chat—la voz de la joven detrás de la manta lo detuvo de su frenetismo—. París ya está a salvo—la escuchó tragar saliva—. Es solo que- que- bueno...
—¿Qué cosa?—sus ojos se cerraron ante su titubeo. Entonces, algo en su interior le dijo que, próximamente era muy seguro que escuchara algo que no le iba a gustar.
—Mi poder especial, no...—inhaló hondo—, no lo reparó todo.
Abrió los ojos de golpe—¿Qué?—quiso reincorporarse, más Ladybug no lo dejó. Sintiendo sus dedos al otro lado, Adrien se calmó un poco, pero solo por el momento.
—Mi poder no lo curó todo, es cierto. Y por ello tuve que llamar a los paramédicos para que atendieran a Alya y a ti. Aunque, primero, estamos metidos en este problema.
—Sin embargo, ya no hay nada de qué preocuparse—explicó con voz jovial el pequeño ser de color oscuro—, estoy siendo bien alimentado con este delicioso Camembert—la sombra del kwami, mostró otra de el queso antes mencionado—. Gracias por traerlo de antemano contigo, Chat Noir.
El rubio tan solo pudo escuchar ruidos de engullimiento, haciendo que su estómago se revolviera—No seas asqueroso, Plagg—suplicó el portador.
—De todas formas—entre el tono de voz de la dama de traje escarlata, había picos de diversión—, creo que ya puedes proceder a transformarte sin ningún problema.
Respirando hondo, el joven cerró los ojos una vez más intentando serenarse. En un suave susurro, dijo la frase—Plagg ¡Claws On!—y su transformación se completó.
Poniéndose de pie, se tambaleó por un segundo, llevándose una de sus manos enguantadas a la cabeza, cerrando los ojos e inhalando bruscamente.
—¡Chat Noir!—de inmediato ella ya estaba a su lado sosteniéndolo.
—¡Disculpen!—se acercó uno de los paramédicos hasta donde se encontraban—, ¿será posible que necesiten asistencia?
—Mi compañero necesita—de inmediato, la de machas informó. Haciendo que el hombre uniformado se acercara al joven para revisarlo.
—Ma Lady- uh—sintió como el aliento del sujeto bailaba cerca de donde se encontraba su rostro, más específicamente sus labios, haciéndolo sentir muy incómodo—, ah uh-...—pero el hombre siguió examinándolo con mucha concentración.
—¿Qué?—se cruzó de brazos, enviándole una mirada helada, en lo que su figura se cuadraba.
—N-No nada—respiró más tranquilo, una vez que el señor se alejó de su espacio personal.
—Bueno—se giró hacía la superheroína y regaló su diagnóstico—, no hay contusión, ni tampoco hay rastros de moretones en las pocas partes que se pueden visualizar. En eso está limpio—mostró una sonrisa—. Supongo que lo que sea que lo estaba afectando, simplemente es el efecto fantasmal que deja tu poder de curación, a pesar de sanar todas las heridas.
Hizo una pequeña mueca, pero antes de que siquiera pudiera ser señalada, sonrió de forma cortes:
—Muchas gracias.
—De nada—devolvió amablemente—. Por cierto, si desean que le demos al Sr. Noir una revisión aún más profunda, déjenoslo saber—le entregó su tarjeta a la de machas, quien la tomó gustosa, en lo que el joven de traje de gato se estremeció al entender el doble sentido en aquella proposición—. Por cierto, en otras noticas—continúo el hombre—, Mademoiselle Cesaire está limpia también, así que ya no tiene que preocuparse por nada.
—De nuevo—la única dama contestó, la voz que usó en esta ocasión fue aterciopelada y serena—, muchísimas gracias por su ayuda.
—Estamos para servir a esta ciudad Ladybug—le echó un pequeño vistazo al héroe de cuero. Quien, al darse cuenta de nuevo, sorprendido, se asustó—, no hace falta que nos agradezca demasiado—con eso dicho, el hombre le dio la mano. Cuando fue el momento de irse, dio dos pasos para atrás, hizo media vuelta y se marchó.
—...no necesitaba a un médico—murmuró al aire el rubio de una forma nerviosa, encogiéndose en si mismo. Miró la dirección por la cual, aquel sujeto se había marchado. Fue en ese momento, que un puño se estrelló medio agresivamente en su brazo—. ¡Auch!
—¡Coopera Chatón!—bramó irritada, mirándolo con esos azules glaciar—. ¡Recuerda que esta ciudad necesita creer que puede confiar en nosotros! ¡si no! ¡entonces será un gran problema!
—Pero-...—intentó explicarse mejor, pues no quería que Ladybug creyera que no quiere dar confianza a la gente. Pero, es que tampoco quería seguir teniendo momentos incomodos como hace un segundo.
—¡Pero nada!—lo señaló con autoridad—. ¡Somos superhéroes, lo que significa que debemos hacer todo lo que este en nuestro alcance para que los parisinos estén seguros! ¡Eso significa también que hay que ganarnos su confianza!—se cruzó de brazos—. ¡¿Entendiste?!
—C-Confianza y protección—tragó saliva el ojiverde—. Entiendo—bajó la mirada triste porque entonces eso significaba seguir pasando momentos como el anterior. Aunque, no siempre podía ser tan malo ¿verdad? Al menos, no siempre se topaba con personas como aquel hombre. Esperaba.
[...]
—Tum? (¿Entonces?)
Una voz a través de la radió tronó en el aire. El hombre uniformado que hace un momento había estado atendiendo a Chat Noir, sonrió—Videtur quod non est difficile ad inter se, domine mi (Al parecer, no es demasiado difícil infiltrarse entre ellos, mi señor)—prosiguió con su camino como si nada el hombre, mientras conversaba por la radio, entre medio de suficiente gente herida.
La persona del otro lado, suspiró—Quid est tibi condicionem? (¿Cuál es su condición?)—su voz suave sonó un poco seria.
El hombre se detuvo frente a la parte trasera de su camioneta, donde todo estaba vació de gente, afortunadamente—This firmum. Non videtur anxietas deesset superpower laboraverunt. Sed, propter timensness bene de ea, ut non animadverto ut non tam certus (Esta estable. No se preocupe al parecer el superpoder de la señorita funcionó. Pero, por el nerviosismo bien encubierto de ella, pude notar que no estaba tan segura)—una mirada satisfecha cruzó por su rostro cuando se recargó de espaldas en el bordo de la parte de la baja perteneciente a la batea.
—Of cursum. Marinette Dupain-Cheng semper fuit ita, vult ad load omnia pro se. Sed non est qui utilitates me (Claro, claro. Marinette Dupain-Cheng siempre a sido así, quiere cargar todo por sí misma. Pero ella no es quien me interesa)—los decibeles poco profundos de la voz precoz sonaron a través de la bocina de la radio pequeña de color negro—Sic enim est denique, quod est relevium (Entonces él está bien, eso es un alivio)
—Do quod sequitur post eum? (¿Desea que prosiga siguiéndole el paso?)—esperó mientras observaba a los héroes de París aun discutiendo entre sí.
—Cave, quod potest esse iustus a teenager nunc. Sed, quod est smarter quam dabo tibi credit (Cuidado, puede ser solo un adolescente ahora. Pero, es más inteligente de lo que mucho le dan crédito)—entre medio de la oscuridad, solo unos ojos azules resaltaron, acentuando esta última oración—... scio (...lo sé)
[...]
(Al día siguiente)
—¡Sí, por fin se terminó el horario escolar!
Nino Lahiffe traía una hermosa sonrisa de oreja a oreja o al menos esto fue lo que le pareció a Marinette. La joven de cabellera azabache se encontraba arrecostada en el marco de la puerta del salón de clases.
—Lo sé ¡es perfecto!—Alya, desde su costado, sonrió emocionada, sacando de su bolsillo su celular—. ¡Así tengo tiempo para editar el video sobre la nueva compañera de Ladybug y Chat Noir! ¡Yannagi!
El moreno sonrió ante la efusividad de su novia, por lo que fue y le saludó con un beso en los labios, para después asentir en dirección a la franco-china acompañado de una sonrisa y al volverse hacia Adrien, hicieron un juego de manos de mejores amigos—, ¡Bro! ¿Qué dices? ¡¿una reta en Ultimate Mecha Strike III?!
Su estómago se revolvió y sombras se instalaron en su rostro, haciéndola ver pálida, no muy diferente a su condición real. Abrazándose a sí misma, tragó saliva, sintiendo cómo un nudo se quedó atascado en su garganta. Pescando un escalofrío, se removió incomoda. Necesitaba salir de allí, necesitaba aire. Inhalando bruscamente, se separó de donde estaba arrecostada y decidió mentir—¡Necesito el baño!—una vez con esa excusa, salió huyendo, dejando con la palabra en la boca a sus amigos.
A través de los pasillos, la joven de coletas, se perdió. Corriendo en dirección a los sanitarios, de inmediato la chica entró. Por suerte, estaba vacío, así que cerró la puerta tras de sí y comenzó a llorar.
Abriendo la pequeña bolsita, musitó—¡No puedo con esto, Tikki!—sollozó en el proceso—, es- es demasiado para mí.
—Creo- Creo que se dé un lugar donde las personas pueden ir a reconciliarse consigo mismos—aconsejó la pequeña bermellón.
—¿Qué-Qué lugar?
La mirada de la kwami se perdió por un segundo, entre sus pensamientos.
[...]
El sol golpeaba la cubierta de cristal, la cual, se encontraba posicionada en lo alto. Textos de idiomas antiguos, inundaban las cuadrillas como capas. Al menos eso, en el domo superior. En la parte inferior, el salón. Las paredes se mantenían erguidas de forma imponente, desglosando escritos, plegarias, símbolos o cantos. Y distribuidas, se encontraban algunas estatuas en la parte superior del primer piso. Ya en la parte baja, había un puñado de asientos, todos con el fin de ver hacía el presbiterio.
En uno de los tantos bancos, hasta el final de la fila derecha, una chica estaba sentada en e inclinada sobre sus rodillas. La joven mantenía toda su atención en una de sus manos, que giraba un pequeño estuche con símbolos rojos, tanto en la tapa, como en todo el demás volumen.
Fue entonces, que, entre medio del silencio, un chirrido se escuchó. Cuando alguien abrió la enorme puerta principal.
Cerrando la puerta tras de sí, con otro chirrido desagradable, en silencio, fue y se sentó a lado. No hubo palabra, ni siquiera se estaban mirando, tan solo por unos segundos se quedaron allí. Casi como si ni siquiera existieran.
—C-Como-...—se detuvo, tragó saliva, casi atragantándose con ella. Respirando un poco hondo, volvió una vez más—, ¿Cómo se supera esto?—un silencio escalofriante le siguió a aquello—. Él esta- esta solo allí, vive, respira, como todos nosotros y simplemente- se-se siente mal. Se siente sub real, tan fantasioso, tan falso—negó con la cabeza cuando sintió que las lágrimas la superaban. El sonido de su corazón al comenzar a latir, en el oído, fue frustrante. Pero intentó ignorarlo en el camino—. ¡Y-Y no sé qué hacer! ¡no sé qué decir o cómo actuar! ¡Ni siquiera a veces recuerdo como respirar! Porque sé que no- él no pertenece más a-aquí. Y entonces-...—se agarró la cabeza y deslizando sus manos entre su cabello, tironeó de sus coletas sin piedad alguna—, me siento peor, porque Nino esta allí y yo estoy pensando que no debería-debería- e-exist- exi-...—sus sollozos la ahogaron y ya no pudo hablar más, se abrazó a sí misma y continuó llorando.
La adolescente a su lado mantuvo su mirada baja, en lo que seguía sentada en la misma posición. Como si la ruptura emocional de Ladybug fuera algo de todos los días. Por qué aun presenciando esto, no se movió en lo absoluto, a excepción de jugar con la cajita entre sus manos.
—¿Superarlo?—murmuró entre dientes, mirando ida mente al objeto de gamuza entre sus manos, este inesperadamente se convirtió en un Sai ensangrentado, para después regresar a ser una cajita. Fue entonces, que soltó una diminuta sonrisa amarga—, no lo haces—zanjó—. Esto es algo con lo que vives el resto de tu vida—sus ojos parpadearon intentando no derramar ninguna lagrima, se giró hacía ella para mirarla—. Ladybug, a veces, hay cosas que no se pueden evitar.
—P-Pero-Pero ¡pude haber hecho algo!—se llevó las manos al rostro y se lamentó entre ellas—, ¡pude haberlo salvado!
—Lo hiciste—con delicadeza, le bajó las manos de la cara y con cuidado le entregó el estuche donde se encontraba el Miraculous del Dragón—, lo salvaste—cerró la mano escarlata sobre el objeto—. Y es por eso, que, al día de hoy, respira.
—Pero- ¡pude haber hecho más! ¡Pude haberlo salvado desde el principio! Pero no lo hice ¡y ahora mírame!—sollozó y gritó de forma renuente ante la chica de cabellera larga—. ¡Además, mi poder especial! ¡se suponía que mi poder funcionaría! ¡que era perfecto! ¡literalmente es un milagro! ¡pero falló! ¡eso me convierte en un fraude! ¡soy un fraude! ¡y ahora, porque mi poder especial es un fraude también, por mi culpa, Chat y Alya, fueron lastimados por mi debilidad!—todo su cuerpo temblaba su rostro estaba rojo y no paraba de llorar.
—No falló, hizo la mayoría de lo que tenía que hacer. No eres un fraude.Ellos están bien—respiró hondo—, Nino también está bien, ya te lo dije, fue revivido exitosamente. Además, creo que- creo que ni siquiera recuerda lo sucedido.
Comenzó a calmarse poco a poco hasta que su color volvió a la normalidad, su respiración también y sus lágrimas fueron cesando. Un silencio las volvió a inundar de nuevo, esta vez no tenso, pero aún había una sensación de desesperanza cargada, la de manchas se levantó de su asiento, yéndose:
—Ojalá, mi Poder Especial también pudiera borrar la memoria—el tinte de su voz fue amarga—. Así el sufrimiento se iría. Lamentablemente, es imposible. Por qué al parecer, en estos casos, en la parte de la resurrección, la única que tiene la maldición de recordarlo todo, es Ladybug.
El portazo chirrió al cerrarse tras de la super heroína Mariquita. Dejando una vez más a Bridgette Slogan sola en el Notre Dame en medio del silencio y sombras.
—El Lucky Charm debía ser perfecto...—analizó, murmurando al aire, una vez que se quedó sola—, pues su efecto es parecido a un milagro en sí mismo—continúo, intentando entender, mientras sus ojos paseaban entre las figuras de un angelito a otro—. Pero falló, por lo que nos hace llegar a la conclusión, de que a pesar de que dicen que es efectivo en su totalidad, no lo es. Es decir que, la perfección que representa es solo una ilusión. Y qué, el equivocarse, al parecer, no es solo algo de los seres humanos—finalizó, llegando a su propia conclusión a base de lo que vivió. Fue en ese momento, que sus ojos se detuvieron, reflejando muy bien su color océano. En eso, se puso de pie y en silencio salió de la iglesia.
Et Lux Videmus Hodie
Eso era lo que estaba escrito en una de las inscripciones que se ubicaban encima del presbiterio.
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Por fin :D ¡terminé!
Debo decir tengo un dolor de espalda terrible :v9 pero aquí está el capítulo XD
Bueno, según yo esta cosa plasmó todo lo que yo quería poner. Sin embargo, no estaría sorprendida de saber que me faltó o me equivoqué en poner alguna cosa XDDD emm, típica yo. Pero bueno, estoy demasiado feliz de finalmente concluir este episodio y llevarlo a ustedes como pan calientito :3/ en fin, es todo.
#sueño :"v
Próximo capitulo: #3 ❤︎"𝐄𝐥 𝐢𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥 𝐲 𝐞𝐥 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨"❤︎
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