Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

22 ❝ SANAR ❞

Mi cuerpo se convirtió en un manojo de nervios de tan solo ver a Changbin acomodarse entre mis piernas.

Tampoco sé como surgió el valor de dejar mis dedos en su suave cabello rubio y tomar su mano para que se calmara.

Todo el día lo he notado tenso y dubitativo ante alguna situación que solo él y su cabeza saben. Supongo que aún no soy lo suficientemente valiente como para preguntarle a mi novio que es lo que sucede.

Y lo menos que quiero es que dé por entendido que no me importan sus problemas o siquiera sus dudas.

Aquí está. Las yemas de los dedos rozan con su cuero cabelludo para luego pasar por el fino y largo de sus hebras. La mano que rodea la suya probablemente esté sudando.

No quiero que se sienta obligado a contarme algo que le afecta más de lo que demuestra. Sin embargo, si quiere sentirse libre, no soy nadie para impedírselo.

Y quizá... solo quizá, podría tomarme el tiempo de pensar en mí y dejar salir lo que adentro casi me mata. Y que aún lo sigue haciendo.

-Quería que me prometieras una cosa, pero sería egoísta de mí parte decir que no cumpliste tu palabra...

-¿A qué te refieres? -interrumpo, un tanto confundido.

-No quiero que te enojes, no quiero que te alejes de mí. E incluso si por alguna razón no vuelves a hablarme, lo entenderé, pero con la certeza que no me dejarás -toma un poco de aire y prosige-. Quería que me prometieras eso, pero es injusto ante los escenarios que mi cabeza idealizó en el dia de hoy. Todos terminaban en lo mismo, yo extrañándote mientras que tú, ni siquiera podías acercarte, solo porque tenías miedo.

-Tengo muchos miedos Binnie, ni tú, ni tu pasado forman parte de ello.

-¿Cómo lo sabes? ¿cómo estás tan seguro de ello?

-Porque sé con claridad y exactitud, que tú no eres como piensas. Ya no eres ese chico del pasado, por más que yo no sepa lo que pasó...

-Aposté -mis dedos se detienen ante la repentina confesión.

Toda esa inseguridad que se había generado en mí cabeza, aparece de repente. Esa inseguridad de que yo sea una apuesta... pero estamos hablando del pasado y yo no soy parte de eso, ¿verdad?

-Esa misma noche, en la que murió mi hermano. Solo eramos yo, Mía, Hanse, Subin y Seungmin.

-¿Seungmin también? -asiente-. Y-Yo no tenía idea de que se conocieran entre todos...

-Eso no es lo importante, pequeño. En esa fiesta, Chenle y Wonwoo eran nuevos, perfectos para una broma de inicio escolar.

Su voz podría quebrarse en cualquiera momento.

No me gusta verlo así. Necesitado por liberar algo que le ha causado mucho dolor. Lo ha mantenido guardado por mucho tiempo y lo entiendo.

Entiendo perfectamente como se siente querer decir algo, pero por el miedo no lo hace.

Nunca me hubiera imaginado que éste día llegaría tan rápido y estoy muy nervioso por ello, no sé que podría salir de su boca...

Binnie está muy tenso, aún así, no creo que sea tan malo, ¿verdad?

¿Qué pudo haber hecho para que esté casi temblando?

-En ese tiempo, Hanse vendía drogas... a mí hermano también. Sus padres son accionistas importantes en una empresa de distribuidora para toda Corea y algunas otras partes del mundo, tenían negocios con mi madre y como verás, Hanse y Subin tenían los suyos.

Se aparta de mis piernas para sentarse en el sofá, apretando sus puños a cada lado de su cuerpo.

-Una semana antes, hubo otra fiesta. Yo me emborraché al punto de ni siquiera saber quien era. Me desperté en otra habitación, no recordaba nada, solo un par de momentos en los que ella se aproximaba a mí. Desperté desnudo y... -aparto la mirada, sintiendo un ligero vacío en mi pecho ante la imaginación de aquella escena-. Con la novia de mi hermano al lado.

-¿C-Con... Mia? -pregunto en un susurro, aún sabiendo la respuesta.

-Sí -sus palabras se desvanecen ante el silencio.

Sé que ya lo habia confesado, aquel día en el baño. Sin embargo, escucharlo con su voz rota y por su rostro cayendo lágrimas, lo hacen el doble de doloroso que cuando lo supe.

-Al día siguiente, apareció en casa, lloraba y entre gritos dijo lo que habia pasado, en frente de Subin, culpándome de seducirla... -me acerco a él, dejando ambas manos en ambos hombros para acariciarlos, tratando de darle cariño y consuelo-. Mi hermano la echó, como si de un perro se tratase. Cerró la puerta de un portazo que resonó en esta misma sala. Quise explicarlo, pero él caminó directo a mí y me abrazó -frunzo el ceño-. Lo hizo a pesar que le mentí. Los días después, su sonrisa iluminaba la casa y no dejaba de repetir cuanto me quería. No quería preguntar, no me animaba a hacerlo.

Llevo los dedos a sus mejillas, tratando de limpiar su rostro. Sus ojos parecen más oscuros de lo normal y están mirando a un punto fijo, casi sin pestañear.

-Se acercaba su cumpleaños y solo me preguntaba una cosa, ¿qué clase de persona traiciona a su hermano?. Pero antes de la celebración, un viernes, los escuché discutir; hablaban de un secreto, algo nos ocultaban, a mí, a mi madre, a nuestros amigos. Un secreto que no podía ser descubierto por nadie. Y aún no he hecho nada por descubrirlo.

-¿Le has preguntado a Mía?

-Lo iba a hacer, pero preferí alejarme. No quiero nada que tenga que ver con ella.

-Será por tu bien, Binnie...

-El sábado era la celebración de su cumpleaños -ignora por completo mis palabras-. Tenía una sensación tan rara en mi pecho, pero no le dí importancia. Todos estabamos allí, incluidos Chenle y Wonwoo. Hanse aprovecharía a vender al igual que Mia, ella fue quien tuvo la idea del juego... de la apuesta.

-¿Qué juego? -pregunto con algo de miedo.

-Drogarlos sin su consentimiento... -alejo por inercia mis manos de su torso, sin poder creer lo que acaba de decir.

¿Eso fue idea de Mía? ¿cómo alguien puede ser tan malo con alguien que no hizo nada?

Dejo las manos encima de mis piernas e inconscientemente, comienzo a pellizcarme la piel.

-Y grabarlos para luego... no lo sé, ¿humillarlos?, ¿extorsionarlos?. Supongo que la apuesta se trataba de drogarlos y ver quien le saca más dinero con la extorsión. Recuerdo que sus padres eran accionistas o dueños de una empresa -el silencio se hizo dueño de la sala pero solo fue por unos instantes-. Chenle tuvo una sobredosis y murió en la habitación de Hanse, ese fue el período de tiempo en el que perdí de vista a Subin. Wonwoo... no sé exactamente, fue cuando fui en busca de mi hermano. Sin embargo, creo que le pasó lo mismo.

-¿Qué fue lo que tú hiciste? ¿y Seungmin?

-Tranquilo, él no participó, solo sabia lo que estaba sucediendo. Yo fui quien grabó todo el rato mientras él... bueno...

-¿Ni Mía ni Hanse fueron a la carcel?

-Luego de encontrar a Subin muerto y saber quien fue, mi madre lo demandó, a pesar que tenía buenos negocios con sus padres. Llegaron a un acuerdo, pero nunca comprendí cual fue. Me mudé a Japón luego de su entierro. No me despedí de nadie, a excepción de Seungmin y de Sunhee.

-Y dos años después regresaste -termino por él, teniendo su mirada encima de mí.

-Pensé que si no te lo decia lo antes posible, alguien lo haría por mí, lastimandote. Lixie, eres lo más importante que tengo ahora, yo... -se coloca de rodillas delante de mi-. Tienes que entender que ya no soy el de antes, yo... yo jamás podría hacerle daño a una persona de nuevo -muerdo mi labio inferior y vuelvo a despejar sus mejillas de las lágrimas para luego dejarle un beso en sus labios.

-Sé como eres, Binnie. Sé como eres conmigo y con el resto, no te juzgaré por algo que ocurrió hace dos años. Nadie vive en el pasado, nadie sigue siendo la misma persona. Los que están dañados, sanan tarde o temprano y sé que tú lo estás haciendo.

Así como yo lo haré también.

Un día nublado se hizo presente. Ya estoy acostumbrado a que los lunes el cielo permanezca prácticamente oscuro.

Pero no estoy acostumbrado a que Changbin amanezca dormido en mi pecho, ya que eso suele ser al revés.

No quería dejarlo solo, pero debo cumplir con el horario de trabajo, al menos dos horas antes que comience las clases. Al menos lo dejé bien cubierto con las mantas y con las cortinas cerradas para que la luz no lo despierte tan temprano. Quizá él tiene que quedarse dormido.

Está cansado, tanto física como mentalmente.

Lo noté en sus ojos, en su voz profundamente rota. Ha guardado aquel secreto por mucho tiempo.

Lo que hicieron no está para nada bien y no estudio algo relacionado con la ley como para decir que Binnie es culpable, pero sí cómplice de los actos de los demás...

Pero tampoco soy alguien para juzgarlo, ni quiero hacerlo.

Sé perfectamente como es conmigo. Sé perfectamente en la persona que se convirtió luego de aquella noche. También sé el peso de esos recuerdos en todo su cuerpo y como le afectó todos estos años.

Buscó ser libre y estoy feliz por él.

Aún así no dejo de pensar en Mía...
Se nota de lejos que tiene una cierta dependencia hacia Binnie. Por más que le diga que se aleje, ella vuelve y de una manera más intensa.

Y eso me preocupa. Mucho más porque sé de su pasado y tengo miedo de que ella pueda... de alguna manera... conquistarlo.

Mierda, esa preocupación vive constantemente en mi cabeza. Pero siempre me elige, ¿es eso bueno?, ¿o cuál es la diferencia entre preferir y elegir? ¿elegimos con el corazón?

¿Binnie me elige con el corazón?

Sonrío inconscientemente por aquello, comenzando a creer esa verdad.

Binnie buscó sanar... ¿tengo que hacer lo mismo?

-Claro que tengo que hacer lo mismo -susurro, dejando que el plato repose sobre la mesada para así secarse.

¿Qué pregunta tonta fue esa?, tengo que sanar. Tengo que ser libre; tengo que aprender a dejar ir mi pasado por más vergüenza que me dé.

Pero yo no soy lo suficientemente valiente para hacer lo que Binnie hizo anoche; llegar de la nada y soltar lo que alguna vez te dañó.

Y el por qué intente hacerme daño...

Odio ser tan débil. Odio sentirme inferior ante la mínima cosa. Odio ser así.

El vaso que tenía entre manos cae al suelo.

-Mierda, mierda, mierda.

Me pongo en cuclillas y comienzo a recojer los vidrios.

Ésto me pasa por estar distraído, por pensar en mí y en lo que casi hago hace un año atrás.

-Tranquilo, pequeño -Changbin se detiene delante de mí en la misma posición, tratando de tomar mis manos-. Deja de hacer eso, te vas a lastimar.

Hago caso omiso a sus palabras y trato de esquivar sus manos. Tomo uno de los cristales más grandes con fuerza, logrando que éste corte mi piel.

-¡Ah! -suelto un quejido de dolor.

Toma rápidamente mi mano, la cual empieza a derramar un poco de sangre. Tira de mí y me conduce hacia el lavabo y limpia suavemente el líquido rojo, quitando lentamente el cristal.

Cierra el grifo y toma un paño para ponerlo al rededor del dorso y de la palma. Tira de mí de nuevo, encaminándonos hacia el pasillo. Entramos en el cuarto del baño y cierra la puerta detrás de mí, sin siquiera decir una palabra.

Me coloca enfrente del lavabo y me alza desde la cintura para sentarme en la mesada.

Busca algo en los estantes de abajo. Deja el botiquín y saca de ahí un pedacito de algodón para llenarlo de un líquido marrón. Toma con delicadeza mi mano, apartando el paño.

Duele y no puedo evitar morderme el labio por aquello. Pasa el algodón alrededor de la herida, limpiándola.

-Agradece que no fue profunda -miro por primera vez la cortada, observando atento como el algodón para por allí, tratando de ignorar el comentario tosco de Changbin.

Rodea nuevamente mi mano con una gasa, dándole unas tres vuelta para sellarlo con cinta.

Vuelve a guardarlo en su lugar, largando un extenso suspiro.

-G-Gracias, Binnie.

-Tienes que aprender a escuchar -espeta aún sin mirarme.

-Lo siento, yo... estaba pensando en otra cosa cuando el vaso resbaló...

-¡Pero no tienes por qué juntar así los cristales! -su voz sube de tono y lo único que consigo es agachar la cabeza.

-Lo siento -susurro un poco apenado, él tiene razón.

-No quiero que te sigas haciendo daño -toma mi muñeca derecha y alza la manga de la sudadera, exponiendo las cicatrices y las acaricia.

Quiero apartar el brazo, pero sus dedos cálidos sobre mi piel es mucho más que reconfortante.

Ésta vez no lo hice a propósito, ¿por qué hyung está enojado conmigo?
¿Por qué lastimo a los demás sin quererlo?

¿tan egoísta fui al querer que la paz durara para siempre?

-Lo siento, no quiero que se enoje conmigo -una lágrima cae sobre la tela del jean, dándome a entender lo débil que soy ante éste tema.

Ante la vida.

Me apresuro en bajar la manga y tapar el pasado que una vez prometí sanar. Trato de salir, pero sus manos toman posesivamente de mi cintura.

-Por favor...

-No Félix, no huirás ésta vez -sus dedos suben a mi rostro para limpiarlo-. Quiero que hables conmigo, no que te ocultes -rodeo con fuerza su cuello, atrayéndolo con desespero a mí.

Me siento protegido. Ningún recuerdo puede lastimarme.

-Lo siento -sus brazos tambien rodean mi torso.

-No pequeño, yo tengo que pedir perdón. No quise gritar así, ni mucho menos que llores -sus manos van de arriba hacia abajo, sobando mi espalda-. Cuando te ví ahí nervioso, supe que ibas a cortarte o al menos a pincharte con algún cristal... entonces yo no pude evitar pensar en cuando te hacias esas cor...

-No sigas -interrumpo-. No digas nada, por favor, Binnie.

-Lo siento, bebé. Estoy empeñado en que digas el por qué de aquello, que no he podido ver cuanto te afecta. Quiero ayudarte, ¿sabes?, por eso hice lo de ayer, para ayudarte.

-¿Qué?

-Quiero que te sientas tan bien como me estoy sintiendo yo ahora. Tenías razón pequeño, las personas van a terapia para sentirse libres. Quiero que seas libre -mis ojos en ningún momento se apartaron de los suyos.

Ese brillo, combinado con el café de sus ojos mañaneros y un poco cristalizados, me han cautivado de una forma inesperada.

Amo sus ojitos.

-Quiero que tengas seguridad en tí mismo y se me cruzó por la cabeza dar un paso en mi vida y dejar ir lo que alguna vez me atormentó por dentro. Quiero que sientas esa libertad, Félix, esa confianza que yo siento en tí.

-Yo confío en usted, hyung.

-¿Me quieres, pequeño?

Mi corazón comienza a latir en demasía. Paso la lengua por mis labios, al igual que ellos, mi garganta también está seca ante la repentina pregunta.

-No, yo no... -apoyo mi cabeza en su hombro y cierro fuertemente mis párpados-. Yo lo amo, hyung.

Con el miedo invadiendo todo mi sistema, espero la respuesta que se está tardando en llegar y eso me asusta más de lo normal.

-Si no siente lo mismo, puedo entenderlo a la perfección.

¿Quién podría amarme?

-No... quiero decir, sí. También te amo -levanta mi rostro con ambas manos y planta un beso en mis labios-. Te amo.

Sonrío.

Por primera vez estoy siendo correspondido.
Y por primera vez estoy dispuesto a sanar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro