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04 ❝ MIEDO ❞

¿Por qué la lluvia es tan linda?

Intento concentrarme en mis estudios, pero las gotas cayendo y el cielo totalmente nublado, roban por completo mí atención.
Pude terminar antes mi trabajo, como siempre, pero aún sigo en la mansión. Gracias a la fuerte lluvia, no he podido irme, a diferencia de Sunhee.
Los autobuses ya no pasan a éstas horas y los taxis han parado sus servicios, por un posible diluvio.

Entonces esto es lo que me queda, tratar de estudiar con el resoplido del viento y las gotas golpear el techo... y el asqueroso sonido de unos gemidos del piso de arriba. Oh, y lo que me sorprende aún más, es un chico conocido de la universidad.
Supongo que no sabe que estoy aquí, sino no sería capaz de ello... ¿o si?

Claro que sí, es su casa, no dejaría sus... lo que sea por el chico que limpia.

Genial ahora la cama también suena a la par que los gemidos aumentan el volúmen.

—¿Qué hago concentrándome en eso? —vuelvo a tomar el marcador amarillo, para pintar las palabras más importante del texto.

¿Qué pensaste, Félix? ¿Que le ibas a gustar a un simple desconocido? eso es absurdo.

—Sí solo yo fuera... —susurro, pero unas voces que provienen de la sala, interrumpen la charla conmigo mismo.

—Entonces, ¿nos vemos mañana? —dice aquella voz que no es de Changbin.

—No, claro que no —responde en un tono ronco y seco.

—Pero...

—¿Te abro la puerta o sabes el camino? —y lo último que escucho es un portazo.

Aparto la vista de la entrada de la cocina y la devuelvo al libro, el cual ya tendría que haber acabado. Retomo la lectura desde el inicio, con el marcador en mano para no descuidar algo del texto.

—Mierda... —la voz de Changbin me sobresalta un poco—. Yo... yo no sabia que estabas aquí, Félix —lo miro. Su cabello rubio cae sobre sus ojos y sus mejillas están un poco sonrojadas—. En verdad, lo siento... no pretendía que escucharas e-eso.

Comienza a acercarse y yo agacho la mirada sonriendo, porque es la primera vez que veo a Changbin nervioso.

—No se preocupe hyung... hmm... ¿po-podría quedarme... esta noche? —aunque esté mirando hacia el libro, puedo sentir su mirada penetrante sobre mí, mientras se escucha como el agua, o lo que sea, pasa por su garganta—. Verá, los autobuses no pasan y los taxis cortarán sus servicios y...

—No tienes por qué darme explicaciones, luego de aquello... —suelta una pequeña risita—. Del momento incómodo que seguro te hice pasar, a demás, creo que no te he dejado estudiar.

—Tranquilo, yo también me he distraído con la lluvia.

Vuelvo a iniciar la lectura, pensando en que se había ido, pero no. Se sienta justo enfrente, del otro lado de la isla, mientras se lleva una manzana a la boca.
Quisiera decir que no estoy nervioso, pero no es así. Llevo mis manos hacia mi regazo, pellizcando las yemas de los dedos. Es algo que suelo hacer siempre, hasta a veces me lastimo, Jisung se dió cuenta y me gritó durante horas y hasta lloró, pero solo porque quería que le haga caso, desde ahí, he tratado de hacerlo con menos fuerza.

—Ayer, cuando te pregunté sobre tus padres y no respondiste, supuse que fue una pregunta incomoda para tí, así que, lo siento.

—No suelo hablar mucho de mis padres —susurro.

—Vaya, ya somos dos —agarro la lapicera que estaba dentro del estuche y escribo en la libreta vacía, pero su mano toma la mía. Alzo mis ojos, sorprendido por su acción, pero los suyos ven como nuestros dedos se entrelazan—. ¿Dejarías tu estudio, si te dijera que quiero ver una película contigo?

Por qué... ¿por qué hace esto?

—¿Conmigo? —suelto su mano suavemente y la llevo a mi cabello, despeinandolo un poco.

—Quiero pasar tiempo contigo, claro, si es que tú quieres.

Nuestros ojos se encuentran por un breve momento antes de apartarlos hacia el libro y cerrarlo. Junto mis lapiceras de colores, al igual que todos los marcadores y los guardo en el estuche de tela negra.
Lo miro a los ojos, con mis labios apretados, pero al ver su sonrisa, éstos le corresponden de la misma manera.

Aún no entiendo por qué lo haces, solo porque me da vergüenza preguntarte.

¿Por qué quieres pasar tiempo conmigo?, si yo tan solo soy una pérdida de ello.

—Guardaré ésto —aviso y él asiente.

Me levanto del banco, el cual saqué de lugar solo para ver la lluvia.
Me adentro en el pasillo hacia la habitación de huéspedes. Guardo mis cosas con cuidado en la mochila y luego me coloco la sudadera, que por el calor que tomé limpiando los pisos, me la tuve que quitar.

Vuelvo hacia la cocina viendo como tira lo que quedó de la manzana en el cesto de basura.
Una vez más, llevo mis manos hacia el cabello, pero peinar lo que desarreglé.
Agarro el banco y lo devuelvo a dónde pertenece, bajo su atenta mirada y mi nerviosismo.

—¿Has comido algo, pequeño?

¿Por qué me llama así? no soy pequeño.

—S-sí... ya he comido un poco, ¿quiere que prepare algo?

—No, esa manzana me llenó bastante.

—No creo que eso sea suficiente... —me acerco rápidamente a la heladera para ver lo que puedo cocinar, pero sus manos atrapan mi cuerpo, tomando mis brazo, con la suficiente fuerza para que no pueda pasar—. Puedo hacer ramen...

—Lix, lo único que quiero es ver una película contigo y despues ir a dormir, ¿sí?

Hyung tiene... tiene una voz suave y dulce.

—Es-está bien, yo solo... —sonríe.

—Lo sé, pero recuerda, no siempre tienes que hacerme de comer —lleva sus dedos hacia mi cabello y lo acaricia—. ¿Vamos? —aprieto de nuevo mis labios y asiento, bajando un poco la mirada.

Me suelta y ambos caminamos hacia la sala.
Aquí hace más frío, asi que, oculto mis manos en forma de puños debajo de cada manga de la sudadera.
Changbin se sienta en el sofá que da directo a la televisión. Palmea el lugar vacío a su izquierda al notar que no me acerco.

—Siéntate, deberías saber que no muerdo —sonrío cabizbajo.

Me siento a su lado, dejando mis zapatillas en el suelo para subir mis pies al sillón.

—¿Qué género?

—Todas menos las de terror —junto mis manos y las llevo hacia el hueco que forman mis piernas cruzadas.

—Siempre he querido ver Harry Potter, ¿quieres o tienes en mente otra película?

Te tengo a tí en mente y no sé por qué.

—No, e-esa está bien —cruzo mis brazos sobre el pecho, mientras que él le pone play y apaga la última lámpara que poco iluminaba la sala.

La pelicula comienza, al igual que un escalofrío recorre todo mi cuerpo, logrando que abrace un poco más mi torso.
Changbin se levanta sin decir nada y sube la escalera a paso rápido.

¿Pero...?

Era obvio. O su intención era burlarse de mí cuando me dejase solo o simplemente se aburrió.

Todos se aburren de mí... es solo cuestión de tiempo.

—No quise irme así, solo fuí a buscar una manta —sus dedos se pegan a mi mentón para alzar mi mirada—. Lo siento.

Vuelve a sentarse, más cerca que antes.
Su brazo pasa por arriba de mis hombros, mientras que con el otro trata de cubrirme con la manta.

—A veces, la calefacción aquí, no es tan buena como en la cocina —deja su mano arriba de mejilla izquierda, haciendo que gire el rostro—. Tienes que decir cuando tienes frío, si no te hubiera visto abrazándote con tus propios brazos, te habrías congelado.

—L-lo siento.

—Tranquilo pequeño, solo no pienses cosas que no son —lo miro con el entrecejo fruncido, pero él solo sonríe.

A la vez empuja de mí hacia su cuerpo, dejando mi cabeza en su hombro. Me acomodo un poco más, mirando atento a la escena en la televisión.

Él no me dejó solo... tal vez no sea como los demás.

Supongo que esto es el comienzo y me asusta lo que luego vendrá.
No entiendo, ¿por qué le gusta pasar tiempo conmigo? ¿qué tengo de interesante?
Simplemente no lo puedo entender, ¿por qué no está con Seungmin? que yo sepa son cercanos desde pequeños. O con Hyunjin, ambos también se hicieron buenos amigos... o con esa chica rubia del bar. También con el chico de hoy...

Tiene tantas opciones que terminó elegiendo la última.

No puedo más. En ambos sentidos, pero el sueño me está ganando. Mis párpados pesan cada vez más y no los puedo controlar, asi que solo dejo qué se cierren completamente, dejando que el calor de la manta y el mismo cuerpo de Changbin, me refugien del frío.

El ruido de unos pajaritos cantando y los leves rayos del sol me despiertan de un profundo sueño.

Pero sin pesadillas...

Refriego mis ojos, para asi poder ver con más claridad. Pero lo que veo hace latir mi corazón, ¿cuándo y cómo llegué aquí?

Mi cabeza estaba apoyada en un pecho fornido, mientras que aún, unos grandes brazos rodean mi cuerpo. Alzo la mirada para observar los párpados cerrados y en como su pecho sube y baja, al ritmo de una respiración tranquila.

He dormido bien... pero es hora de hacer el desayuno.

Veo sus manos unidas sobre mis costillas y las separo lentamente, pero las vuelve a unir, ejerciendo más fuerza. Levanto uno por uno sus deditos, logrando separarlas, luego de varios intentos.
Me siento en el borde de la cama con cuidado de no despertarlo, pero una de sus manos atrapa mi brazo y me atrae hacia él, acostandome de nuevo sobre el colchón. Mi rostro, una vez más se encuentra a centímetros de su pecho y uno de sus brazos rodea mi cintura.

—Hy-Hyung, no q-quise...

—Ya estaba despierto, solo quería saber qué harías y esa manera de separar mis manos, me dió más ternura de lo que quisiera admitir —suelta una pequeña risa ronca.

—Hay que hacer el desayuno...

—No, quédate.

—¿Por qué me pide esto, hyung? —cierro fuertemente los párpados, como si le tuviera miedo a la respuesta.

—Se siente bien tenerte cerca —su voz suena en un susurro, como si estuviera quedándose dormido.

¿Qué fue lo que dijo? ¿se siente bien conmigo?
¿Está mintiendo? ¿pero, por qué miente?

No quiero llenarme de dudas o confusiones por unas simples palabras que para él son insignificantes.

Tal vez hoy se sienta bien pero mañana...
Entonces permíteme creerte, pero solo por hoy que mañana lloraré.

Acomodo un poco más mi cabeza y me atrevo a pasar el brazo por encima de su cintura y él se acerca a mí, haciéndome sonreír.

No sé que es lo que está pasando, ni lo que estoy haciendo... pero como dijo Changbin hyung, se siente bien.

—¿A qué hora tienes tu clase, pequeño?

—¿Cómo llegué aquí? —contesto, ignorando a su pregunta.

—Te dormiste a penas comenzó la película y no quise dejarte solo en la habitación de huéspedes. Soy fiel creyente que el calor de dos cuerpos es el mejor que el de dos mantas —suelto una pequeña risa—. Ahora tienes que responder lo mío.

—A las once, por eso llegaré un poco tarde a mi horario de trabajo...

—Lix —llama, interrumpiéndome.

—¿Sí? —sus dedos comienzan a acariciar lentamente mi espalda.

—Es la primera vez que te escucho reir.

Sabía que en algún momento a hyung, algo no le iba a gustar.

—Me esforzaré en volverla a escuchar, lo prometo.

—¿Por qué?

—¿Tienes paciencia, pequeño?

—Su-supongo que si.

—Entonces tendrás que esperar hasta que yo sepa la respuesta... pero si la quieres saber, tendrás que pasar más tiempo conmigo, ¿de acuerdo?

—Se aburrirá...

Ahora, sus manos están en mi mentón, levantándolo para encontrarme con sus ojitos adormilados y su cabello rubio despeinado.

—No digas esas cosas Lix, no hemos pasado el tiempo suficientemente juntos para que sepas las cosas que me aburren —su dedo índice pasa delicadamente por todo mi pomulo—. Hoy dormiremos hasta que esas ojeras se vayan, ¿está bien? son las siete de la mañana, podemos dormir al menos, hasta las diez —deja un beso sobre mi frente.

Mi corazón comienza a latir, con miedo de que él lo pueda sentir, pero lo ignoro y cierro mis ojos, haciendo lo que Changbin me pidió.

Sinceramente, no he podido dormir más de cuatro horas en un largo tiempo. O es el insomnio o son las pesadillas que me atacan cada vez que quiero dormir.
Otra cosa que no puedo entender, ¿por qué no se van? ya comprendí cuan poderosa puede ser la mente de una persona si de palabras o imágenes se trata.

Tanto que te da miedo volver a dormir.
Pero lo hago, porque es la única forma de verte y escuchar tu voz.

—Jisung, deja de preguntar.

—¿Cómo quieres que deje de preguntar? ¡le gustas a Changbin hyung! ¡no lo puedo creer! —abre sus ojos como platos, alzando sus cejas y formando una gran sonrisa.

—No digas eso, ¿cómo podría...?

—¡No! ¡no me vengas con eso de que no eres bonito!

—¿Quieres dejar de gritar? —deja sus saltitos de lado y se vuelve a sentar en el sofá.

—Bien, lo siento.

Acomodo el almohadón detrás de mí para estar mejor mientras busco algo para ver en la televisión.

A veces, las pijamadas con Jisung no son lo mismo que cuando éramos niños.
Sí, nos vemos todos los días, pero los viernes en la noche, luego de la universidad, era nuestro momento de juegos y risas infinitas. Pero crecimos y lo que pasó hace un año... lo volvió todo un poco más triste. También pienso que es culpa de Jisung, el me abraza sin pensarlo y yo solo me rompo en llanto entre sus brazos.

—¿Cuál fue el último drama que viste? —largo un suspiro al no encontrar nada.

—"Escalera al Cielo", muy triste por cierto.

—Genial, veamosla.

—Pero no quiero llorar...

—Pues yo sí —coloco el buscador de Google, ya que en Netflix no se encuentra.

Doy con una página con todos los capítulos y pongo a cargar el primero.

"¿Eres paciente, pequeño?"
"Entonces tendrás que esperar hasta que yo sepa la respuesta... pero si la quieres saber, tendrás que pasar más tiempo conmigo..."

Mierda Changbin, ahora tengo tus palabras en mi mente, resonando cada vez más al punto de...

—No puedo caer Jisunggie —confieso, viendo en la televisión como los protagonistas juegan en la playa, ambos empujándose.

—¿A qué te refieres? —me llevo unas palomitas a la boca, pensando en lo que diré.

—No quiero enamorarme de nuevo.

—¿Piensas en lo que paso con...

—No lo nombres.

—No lo haré, pero tienes que ser más claro.

Tengo miedo.
Tengo miedo de creer cada una de sus palabras, enamorarme y que luego me deje. Pero aún más, si él se enamora de mí, entonces se daría cuenta el desastre que soy.

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