«...𝐌𝐞𝐫𝐫𝐲 𝐂𝐡𝐫𝐢𝐬𝐭𝐦𝐚𝐬...»
Los especiales nunca son canon y nunca lo serán, por eso me doy la libertad de tener la libertad de hacer a los personajes un poco como aligerarlos solo un poco.
Pero yo nunca me desplazaré en entregarles a los que conocen como si actuarán de manera que ustedes no crean que son ellos de verdad, por lo que y entregarles algo que no les haga sentir conformes.
¿Se entendió? Bien.
Disfruten.
Las vísperas navideñas hacían que todo el mundo se contagiará de un buen ánimo, debido a la celebración, muchos buscan reunirse con familiares, pasarla bien con amigos, parejas, entre otros.
Para Makima era simplemente un día normal, pero para los niños a quienes ella cuidaba les era muy emocionante, ¿Por qué no satisfacer la mente inocente de unos niños?
Este año no iba a ser diferente, desde que ella los había puesto bajo su cuidado, Makima y los niños Fushiguro ya habían pasaron la navidad unas tres veces, uno cada año.
Ahora esta iba a ser la cuarta navidad que la iban a pasar juntos. Aunque la pequeña Tsumiki Fushiguro tuvo una idea.
─ ¡Makima-san! ¿Y si este año celebramos navidad con nuestros amigos?─Propone ella con una sonrisa, mientras que atrás de ella estaba Megumi que se sorprendió ante la proposición de su media hermana.
─ ¿Y a qué viene esa idea, Tsumiki-chan?─La expresión impasible de Makima se vuelve una curiosa.
─ Bueno… Siento que sería salir de la rutina de hace tres años de la misma navidad, además, puede ser divertido.
Makima puso una pose pensativa, vio detrás de Tsumiki a Megumi, quien negaba con la cabeza y con su boca pronunciaba un silencioso “No”, indicando que no le gustaba esa idea.
─ *Que introvertido…*─Ella sonríe y asiente con la cabeza hacia Tsumiki.─ Sería bueno salir de la rutina, esa es una idea muy buena, Tsumiki.
La sonrisa de Tsumiki se amplió, irradiando felicidad por la aceptación de Makima.─ ¡Gracias, Makima-san! Estoy segura de que será una navidad muy especial, ya tengo algunas ideas de a quiénes invitar.
Makima inclinó ligeramente la cabeza, observando con atención.─ ¿Ya tienes una lista en mente?
─ Sí, también pensé que podríamos invitar también a algunos de tus conocidos, ¿verdad, Megumi?─Tsumiki giró su rostro hacia su hermano, que ahora tenía los brazos cruzados y una expresión aún más cerrada.
─ No sé de qué hablas.─Megumi intentó desviar la atención, mirando hacia la ventana.
Tsumiki soltó una pequeña risa y volvió a mirar a Makima.─ Bueno, creo que podemos ayudar con la decoración, pero tal vez necesitemos ayuda con el espacio.
Makima asiente.─ Por supuesto, llamaré a Ueshiba-chan, ella les ayudará un poco como también me ayudará con la comida. Una celebración con más personas requiere un poco más de trabajo y más detalles.
Megumi soltó un suspiro profundo, resignándose al curso que ya parecía inevitable.─ Esto será un desastre…─Murmuró en voz baja, pero Makima, con su oído atento, captó sus palabras.
─ ¿Un desastre?─Pregunta Makima con una sonrisa apenas visible.─ Creo que podría ser una escena interesante, Megumi.
El niño evitó responder, mirando con desinterés hacia el suelo. Tsumiki, por su parte, comenzó a enumerar en voz alta ideas para la fiesta.─ ¡Podríamos hacer un intercambio de regalos, poner villancicos, y tal vez incluso preparar dulces navideños!
─ También podríamos decorar juntos un árbol más grande que el del año pasado.─Makima sugirió, observando la reacción de los niños.
Tsumiki asintió con entusiasmo. ─ ¡Sí! Eso sería genial, Megumi podría ayudarnos a elegir las decoraciones.
─ ¿Yo? ¿Por qué yo?─Protestó el chico.
─ Porque tienes buen gusto. Además, sería divertido hacerlo juntos.─Tsumiki le dedicó una sonrisa cálida, lo suficientemente persuasiva como para que Megumi no tuviera más remedio que aceptar.
Makima, en silencio, los observaba con una mirada analítica, pero también ligeramente afectuosa.─ Muy bien. Entonces, empecemos con los preparativos.─Ella pone una pose pensativa.─ Yo me encargaré de invitar a las personas. Megumi, te encargarás de revisar las decoraciones y asegurarte de que sean apropiadas. Tsumiki llama a Ueshiba-chan y cuéntale el plan.
Tsumiki asintió rápidamente, mientras que Megumi lo hizo con un leve gruñido.
Mientras tanto, Makima observó cómo Megumi se quedaba quieto, mirando hacia el suelo con las manos en los bolsillos.
─ No será tan terrible como piensas.─Makima comenta con suavidad.─ Sé que prefieres que sea entre nosotros, pero también salir de la rutina está bien, ¿no crees? Además, mientras más invitados, más regalos.
Megumi levantó la mirada y, por un momento, pareció considerar sus palabras antes de encogerse de hombros.
─ Supongo que ya no tengo opción…
Makima sonrió ligeramente antes de regresar a sus pensamientos, esta navidad podría ser interesante, o eso espera…
𖣘ᨏᨐ sʜᴏʀᴛʟʏ ᴀғᴛᴇʀ ᨐᨏ𖣘
Los invitados llegaron y se acomodaron en la sala donde todos se sentaron en la gran mesa.
La comida se sirvió, algunos charlaban entre ellos sobre sus estudiantes o misiones en general.
La mayoría eran personas adultas de la escuela de hechicería de Tokio. Y por supuesto que entre ellos estaba el hechicero más fuerte…
─ ¡Makima! La comida está deliciosa y este encuentro que hiciste es fenomenal.
─ Tsumiki-chan fue de la idea… Ella quería invitarlos…
─ Le debo una a esa niña.
Makima simplemente responde con una sonrisa, ya luego ambos charlaban de cosas triviales.
Pasaron unas pocas horas.─ Vuelvo en un momento, es la hora de dormir de Megumi y Tsumiki.─Ella se limpia los labios con una servilleta luego de terminar su plato de comida.
─ ¿En serio? Es navidad, deja que estén despiertos un rato más.─El albino tiene una expresión despreocupada.
─ Que sea un evento especial, no significa que tengan que saltarse sus horas de dormir, y menos si hay adultos como también la presencia de alcohol.─Ella se levanta y toma de las manos a Megumi como también a Tsumiki para llevarlos a sus respectivas habitaciones.
─ *No sé si es una mujer responsable o simplemente es sobreprotectora…*─Él tiene una mueca y voltea al frente, viendo como recogen los platos ya terminados, tanto como los de él, y los demás invitados.
La mesa ya estando libre, comenzaron a repartir copas y otro abría la botella de vino tinto.
El albino hace una mueca al ver la bebida alcohólica, sabiendo que no era tan resistente a los efectos de aquél líquido, una de las pocas cosas que el “GRAN Satoru Gojo” no podía vencer.
Y eso lo avergonzaba.
├┬┴┬┴ ωιтн мαкιмα ┬┴┬┴┤
─ Bien… ¿Ya te lavaste los dientes?─Megumi asiente en respuesta.─ Okey, ahora, aún falta para que esta fiesta acabe y así todos se vayan, por lo que, seguro que habrá mucho ruido por los adultos, así que…─Makima muestra tapones para los oídos y se los entrega a Megumi.─ Esto ayudará a que duermas mejor y sin la interrupción del molesto ruido de los adultos.─Ella le sonríe a Megumi y este corresponde.
─ Buenas noches, Makima-san.
Makima se levanta de la cama de Megumi, le da palmaditas en la cabeza.─ Buenas noches, Megumi.─Se despide mientras sale de la habitación y ahora se dirige a la de Tsumiki.
Prácticamente le dijo a Tsumiki lo mismo lo que dijo a Megumi, pero claramente la respuesta y reacción era diferente.
─ Esta navidad fue un poco más divertida, la comida estuvo muy deliciosa.─Tsumiki se adentra en la cama mientras recibe los tapones para oídos.
─ ¿Eso crees? ¿Qué diferencia hay?─Makima se sienta en el borde de la cama.
─ Es que entre más seamos, es mejor.
─ Que interesante forma de pensarlo.─La de ojos dorados le da palmaditas en la cabeza de Tsumiki.─ Buenas noches.─Dice mientras se levanta de la cama y se retira de la habitación.
─ Buenas noches, Makima-san… Que tenga una buena velada.─Se despide Tsumiki antes de que Makima cerrará la puerta.
├┬┴┬┴ яєтυяη ┬┴┬┴┤
La de ojos dorados vuelve a la sala, nota que ya habían servido las copas de vino tinto y la estaban esperando.
Ella sonríe y vuelve a sentarse.─ Gracias por su paciencia y espera.─Toma la copa que le ofrecieron, antes de que ella pudiera tomar un sorbo vio como Satoru Gojo a su lado también tenía una copa de vino.─ ¿Mm? ¿No te dieron una gaseosa? Iré a por ella.─Ella se está por levantar, pero fue detenida.
─ No es necesario, puedo soportarlo.─El albino tiene una sonrisa segura y pretenciosa.
─ No lo creo, la última vez, casi me matas y destruyes mi departamento lanzando tu técnica maldita.─Ella inclina la cabeza a un lado.
─ ¡Eso no cuenta!
─ Entonces adelante.─Ella hace un ademán para que Satoru beba de la copa.
El albino frunce el ceño y toma el primer sorbo, se estremece un poco debido al sabor amargo y picante que percibía, teniendo una mueca de disgusto.
Sorprendentemente no cae ante el primer sorbo del vino.
─ ¿Lo ves?─Se recompone luego del sabor desagradable que sintió.
─ Parece que progresaste.─Makima se encoge de hombros.
El pecho de Satoru Gojo se infla de orgullo y se ríe ligeramente, para luego tomar otro sorbo del vino. Y otra vez, la misma expresión de disgusto, pero las mejillas del albino comenzaron a sonrojarse.
Makima suelta un suspiro.─ *Ya lo suponía.*
Satoru Gojo se emborrachó al segundo sorbo.
𖣘ᨏᨐ sʜᴏʀᴛʟʏ ᴀғᴛᴇʀ ᨐᨏ𖣘
Pasaron unas horas, y los invitados comenzaron a irse. Todos agradecieron por la comida y la invitación.
─ ¿No tendrás problemas con él?─Pregunta Ieiri Shoko viendo a Satoru Gojo durmiendo en el sofá.
─ No lo creo, además tengo una habitación para invitados, por lo que no habrá ningún inconveniente.
─ Está bien, buenas noches.
Makima cierra la puerta, se da media vuelta y comienza a llevar las copas que se usaron a la cocina.
Tardó media hora en lavar los platos usados, después de todo eran muchos. Luego limpió la cocina, la mesa en dónde todos comieron y por último barrió y trapeó el suelo. Ya todo limpio se lavó las manos.
Abrió ligeramente las puertas de las habitaciones de Tsumiki y Megumi, para verificar que estaban durmiendo, luego las cerró y se dirigió hacia el sofá en dónde Satoru dormía.
─ Gojo-san…─Con su mano lo sacude ligeramente por el hombro, él no despierta y solo responde con un ronquido.─ Gojo-san…
─ Ah… ¿Ah?─Satoru parpadea tratando de orientarse, sus mejillas siguen rojas.─ ¿Quién… eres?─Su forma de hablar era algo arrastrada y dificultosa.
Makima alza ligeramente la ceja.─ Simplemente debiste tomar una gaseosa.
─ Mm… No quería parecer un aburrido… Frente a Makima.─Él se sienta en el sofá.─ Oye… Te pareces a Makima.
Makima inclina la cabeza a un lado.─ Vamos, será mejor que descanses en la habitación de invitados.
Ella lo ayuda a pararse y lo apoya contra ella para ayudarlo a caminar bien.
─ Sabes… Makima es la persona más rara que he conocido
─ ¿Ah, si?
─ Sí… Es muy monótona, esa sonrisa calmada que siempre lleva la hace muy misteriosa… Es muy rara.
─ Oh…
Satoru se detuvo en caminar, y en consecuencia, también Makima. Ahora él veía el techo como si viera algo interesante.─ Y eso me gusta…
─ …
─ Es la mujer más rara que me he encontrado y eso me gusta… Su cabello se ve tan suave, me gustaría olerlo.
─ *¿No tiene en cuenta que habla de mi?*
─ No le digas a Makima, pero ella… tiene algo que me desarma.─Murmura, tambaleándose un poco mientras intentaba mantener el equilibrio con la ayuda de Makima. Sus ojos entrecerrados parecían perdidos en sus pensamientos, pero su voz, aunque arrastrada.
Makima se mantuvo en silencio, observándolo con una mezcla de curiosidad.─ ¿Qué exactamente, Gojo-san?─Pregunta finalmente, manteniendo su tono neutral.
Gojo ladeó la cabeza, tratando de enfocarla, sus mejillas seguían sonrojadas por el efecto del vino.─ No sé… Es como si siempre tuviera el control… incluso ahora…─Él soltó una risa torpe.─ ¿Cómo lo hace, eh? ¿Será ella un robot o algo así?
─ Quizás solo es buena en mantener la compostura.─Makima soltó un suspiro, tratando de mantener la paciencia mientras lo guiaba hacia la habitación de invitados.─ Ahora, será mejor que descanses.─Prefería ya dejar de seguirle el juego.
Pero Gojo no parecía dispuesto a dejar la conversación. Se detuvo otra vez y la miró directamente, su expresión demostró sorpresa por un momento luego su mirada se relajó, aunque seguía mirando algo desenfocado.─ No, en serio… Quiero decir, siempre estás tan… tan perfecta. Es intimidante. Es como si fueras de otro mundo. Pero… eso también es… hermoso.
─ *¿Ya se dió cuenta que habla de mí...?*─Makima parpadeó un par de veces, un destello de sorpresa cruzó su rostro antes de que recuperara su expresión calmada.─ Creo que el vino está hablando por ti, Gojo-san.
─ ¡No, no!─Protestó, alzando una mano con torpeza.─ Hablo en serio. Tú… tú eres… increíblemente…─Su voz se fue apagando mientras comenzaba a tambalearse de nuevo.
Makima suspiró, colocándole mejor el brazo sobre sus hombros para sostenerlo.─ Vamos, no querrás desmayarte aquí en el pasillo.
Finalmente, lo llevó hasta la habitación de invitados. Con un esfuerzo medido, lo ayudó a sentarse en la cama antes de acomodarlo con cuidado. Gojo seguía murmurando cosas, pero ahora eran incomprensibles.
Makima lo observó por un momento mientras se aseguraba de que estuviera cómodo. Antes de salir, lanzó una última mirada al albino, que ya estaba profundamente dormido.
Al cerrar la puerta, Makima dejó escapar un suspiro, regresando a la sala para terminar con los últimos detalles antes de finalmente irse a descansar, fue apagando todas las luces.
Cuando se dió la vuelta para apagar la última luz, alza ligeramente la ceja cuando ve al albino parado en medio del pasillo con la cabeza baja.─ ¿Por qué te levantaste? Ya es tarde.
El albino no responde. Y al siguiente segundo, él agarró su muñeca con una fuerza irresistible, Makima no se resistió, queriendo ver qué iba a hacer él estando borracho, luego su espalda fue presionada contra la pared.
Tenía las mejillas y las orejas un poco rojas, además no se veía muy despierto, ni parecía tener mucha conciencia de lo que estaba haciendo, los ojos del peliblanco parecían un poco brumosos, no se sabía lo que estaba pensando.
El cabello blanco rozaba el hombro de Makima, primero respiraba el aire en su cuello, luego rápidamente levantó la cabeza, pegando sus labios y dientes con los de ella.
Makima no se movió ni un milímetro cuando los labios y dientes de Satoru rozaron los suyos. Sus ojos dorados lo observaban con una calma casi antinatural, mientras el albino se mantenía peligrosamente cerca, respirando de manera irregular. Su aliento tenía el leve rastro del vino, pero sus acciones eran completamente impulsadas por su estado.
Satoru parecía perdido en su propio mundo, sus labios apenas se separaron de los de Makima, pero mantuvo la cercanía. Sus ojos, algo desenfocados, intentaban encontrar los de ella.
─ Makima…─Murmura el albino, su voz era baja, cargada de algo entre frustración y necesidad.─ Tú…
Makima ladeó ligeramente la cabeza a un lado, su rostro permaneció impasible, aunque sus labios se movieron en una leve sonrisa.─ ¿Yo qué, Gojo-san?─Su tono era suave, casi burlón pero también uno curioso, como si lo estuviera incitando a continuar.
Gojo parecía luchar por encontrar las palabras. Sus dedos aún envolvían con fuerza la muñeca de Makima, mientras que su otra mano, temblorosa, se apoyaba contra la pared junto a su rostro.
─ Tú… siempre tan tranquila… Nunca reaccionas...─Balbucea, su frente ahora descansando contra la de ella.─ Es… tan molesto.
Makima no respondió, pero no apartó la mirada de él. Su respiración seguía estable, como si no hubiera sentido el peso de la situación.
─ ¿Por qué no haces nada?─Satoru continuó, sus labios apenas rozaban los de Makima cuando hablaba.─ ¿No te molesta?
─ ¿Por qué debería molestarme?─Responde ella, sus palabras calculadas.─ Eres tú quien actúa sin pensar, ni siquiera estarás consciente de esto mañana...
Gojo apretó la mandíbula, su mirada se oscureció por un momento, aunque seguía perdida en su estado embriagado. La tensión entre ambos aumentó con cada segundo que pasaba en silencio. Finalmente, sin previo aviso, acercó su rostro una vez más, besándola de manera más firme, como si intentara romper esa inexpresividad que tanto lo frustraba.
Makima no correspondió ni lo apartó, en cambio, permitió el contacto.
Cuando Satoru se separó, jadeando levemente, ella inclinó la cabeza, mirándolo con curiosidad.─ ¿Eso era lo que querías?
Gojo la miró, con sus mejillas aún más sonrojadas, su respiración pesada y su cuerpo tambaleante. Era evidente que estaba frustrado.─ No… Ni siquiera reaccionaste.
Makima soltó un pequeño suspiro.─ Ya es tarde, necesitas descansar.
Ahora Makima estaba con la intención de apartarlo, ella lo empuja ligeramente, Satoru Gojo se dejó empujar, aunque caminaba tropezando un poco.
Al siguiente segundo, Satoru cambió la posición y empujó a Makima en el sofá, ahora estando sobre ella, aprisionando sus muñecas con una sola mano a la vez que su labios se pegan al cuello de la de cabello color salmón.
Los labios de Satoru rozaron el cuello de Makima, apenas tocando su piel, mientras su aliento cálido y errático la alcanzaba.
Él parecía actuar instintivamente, moviéndose con una mezcla de torpeza y determinación, dejando pequeños rastros de humedad en su recorrido.
─ ¿Es esto otro intento de provocarme, Gojo-san?─Pregunta Makima con un tono neutro, su voz apenas un susurro, frunce el ceño cuando comenzó a sentirse algo rara.
Satoru no respondió de inmediato. En cambio, dejó escapar un leve gruñido mientras movía sus labios hacia el lóbulo de su oreja, su voz ronca por el alcohol.─ No lo entiendes…
Makima no apartó la mirada de él, sus ojos lo observaban con atención, analizando cada movimiento suyo.─ ¿Es eso lo que te frustra?─Pregunta con suavidad.─ ¿El hecho de que no puedas afectarme?
Satoru levantó la cabeza, sus ojos aún algo desenfocados y brumosos, pero cargados de una intensidad inusual. Su agarre en sus muñecas se tensa levemente, aunque su expresión parecía debatirse entre frustración y algo más profundo.
─ Tal vez…─Murmura.─ Pero eso no significa que no quiera intentarlo.
Se inclinó nuevamente, esta vez dejando un beso más firme en el cuello de Makima, mientras su otra mano se apoyaba en el sofá para estabilizarse. La tensión en el ambiente crecía con cada segundo, mientras los movimientos de Satoru se volvían de alguna manera más intensos.
Makima supo que había que detenerlo cuando sintió que él le empezó a succionar y morder ligeramente en diferentes partes de su cuello, se empezó a sentir rara y esa sensación no le gustaba.
─ Gojo-san es suficiente...─Makima frunce el ceño cuando el albino no obedece.
La tensión en el ambiente crecía con cada segundo, mientras los movimientos de Satoru se volvían más lentos, como si estuviera luchando contra el agotamiento que comenzaba a invadirlo.
Makima finalmente soltó un suave suspiro.
─ *Él caerá del cansancio.*
Justo cuando Satoru parecía dispuesto a intensificar sus acciones, sus movimientos se detuvieron de golpe. Su agarre en las muñecas de Makima se aflojó, y su cuerpo comenzó a inclinarse hacia adelante.
─ ¿Gojo-san?─Pregunta Makima, aunque su tono era más una mera formalidad.
El albino no respondió. En cambio, su cabeza cayó suavemente sobre el hombro de Makima mientras un ronquido bajo escapaba de sus labios. Había caído dormido, completamente derrotado por el alcohol.
─ *Qué pesado…*
Ella lo aparta, o más bien cambia la posición para poder salir debajo de Satoru.
─ *En el sofá te quedarás.*
Ella se da media vuelta y se dirige al baño a lavarse la cara, cuando se seca con la toalla nota por el espejo que en su cuello hay unas cuantas marcas rojas dispersas por su cuello.
─ …
◦•●◉⦇ TOᗰOᖇᖇOᗯ ⦈◉●•◦
La luz del sol se filtraba a través de las cortinas de la habitación de invitados, iluminando el rostro de Satoru Gojo.
Emitió un leve gruñido, cerrando los ojos con fuerza mientras un dolor punzante atravesaba su cabeza.
─ Ugh…─Murmura, llevándose una mano a las sienes.─ ¿Qué demonios…?
Abrió los ojos lentamente, su visión algo borrosa al principio. La habitación le resultaba familiar, aunque no recordaba exactamente cómo había llegado ahí. Se sentó con dificultad en la cama, sintiendo que el mundo daba vueltas a su alrededor.
Recordaba la cena, el vino… luego algo sobre Makima. Su rostro se enrojeció levemente al recordar destellos confusos: ella lo lleva a una habitación, su voz murmurando cosas que no alcanzaba a descifrar, y… ¿él presionándola contra el sofá?
─ No…─Susurró incrédulo, llevándose ambas manos al rostro, negando con su propia cabeza al pensar esas cosas.
Respiró hondo y se levantó lentamente, tambaleándose un poco mientras caminaba hacia la puerta. El aroma del café recién hecho lo guió hacia la cocina. Allí estaba Makima, con su habitual expresión calmada, sirviendo una taza de café.
─ Buenos días, Gojo-san.─Su voz era una serena, sin siquiera voltear a mirarlo.
Satoru la observó con cuidado, buscando cualquier señal en su rostro que pudiera confirmar o negar lo que temía. Pero ella se mostraba completamente indiferente, como siempre lo era.
─ ¿Buenos días…?─Responde con voz algo rasposa y confusa, se sentó en la mesa.
Makima se acercó con una taza de café y la colocó frente a él, para luego volver hacia la encimera y preparar otras tazas.─ ¿Cómo dormiste?
─ Eh…─Satoru rascó la parte trasera de su cabeza, con una mueca.─ Supongo que bien… aunque mi cabeza está a punto de explotar.
Makima sirve leche en dos tazas aparte, luego saca el pan molde junto con la mantequilla y la mermelada.─ No entiendo por qué decidiste tomar el vino si sabías que te iba a afectar, debiste de tomar una gaseosa.
Gojo ríe nerviosamente, desviando la mirada.─ Sí… No quería parecer un aburrido.
─ No tomar alcohol no te hace aburrido, si lo tomas eres un problema.
─ …
Un incómodo silencio cayó entre ambos mientras Satoru trataba de juntar el valor para preguntar lo que realmente le preocupaba. Finalmente, respiró hondo y habló.─ Oye, Makima… anoche… no hice nada… raro, ¿verdad?
Makima inclinó ligeramente la cabeza, como si realmente estuviera considerando su pregunta.─ ¿Raro? No, no realmente.─Responde con calma, su tono completamente neutral, mientras unta mantequilla y mermelada a los lados del pan.─ Solo estabas algo… animado.
La palabra "animado" hizo que Satoru se pusiera más nervioso.─ ¿Animado cómo?─Insiste, tratando de sonar casual.
─ Bueno, balbuceaste algunas cosas sin sentido, te tropezaste un par de veces… nada fuera de lo ordinario para alguien en tu estado.─Sus ojos dorados lo miraron directamente, con una expresión tranquila.─ Aunque no te pude mover del sofá.
Gojo la miró fijamente, tratando de leer entre líneas, pero no encontró nada. Sin embargo, los destellos de su memoria seguían acosándolo.─ ¿Entonces lo que recuerdo… no pasó?─Piensa en voz alta, dejando escapar un suspiro de alivio.
Makima esbozó una leve sonrisa.
─ ¿A qué te refieres?
─ ¡A nada!
Makima alza ligeramente la ceja, al final termina de alistar el desayuno de Megumi y Tsumiki, luego pone los platos sobre la mesa.
Justo a tiempo, los niños salen de sus habitaciones algo adormilados.
─ Buen día.
─ Buenos días…
─ ¿Ordenaron sus camas antes de salir?
─ Sí…─Respondieron ambos al mismo tiempo.
Megumi frunce el ceño al ver al albino, se frota los ojos para ver si estaba viendo bien.─ ¿Qué hace él aquí?
─ Se quedó a dormir anoche, así que también desayunará con nosotros.─Responde Makima mientras les entrega sus tazas de café con leche a ambos.
Megumi gruñe con una mueca.
─ ¡Buenos días, Gojo-san!─Tsumiki saluda enérgicamente.─ ¿Cómo la pasaron ayer?
─ Bueno…
─ Hey, Gojo-san tiene dolor de cabeza, así que no hablen mucho o eso hará que le duela más la cabeza.─Advierte Makima y Tsumiki asiente, comienza a comer de su desayuno.
Makima se da media vuelta para por fin preparar su desayuno.
Ella acomoda el cuello de su polera, la polera tenía una cuellera larga por lo que tapaba perfectamente su cuello.
Y sí… Ella no piensa mencionar ni pensar sobre lo que pasó anoche.
Que navidad…
༺ღ༒ 𝐌𝐞𝐫𝐫𝐲 𝐂𝐡𝐫𝐢𝐬𝐭𝐦𝐚𝐬 ༒ღ༻
Buenas, sí, ya sé que pasó navidad, pero ya le saben el lema de esta historia como de las otras.
¿Y cuál es?
Veamos si saben el lema icónico de esta historia como la de las otras 🗿.
En fin, espero que la hayan pasado bien su navidad, por eso está hecho el especial.
Es un lindo regalo y también este especial confirma de que los especiales son especialmente para ships.
Espero les haya gustado y pues si veo que fue así, puede que les entregue este tipo de temas con otros personajes.
Pero recuerden, no es canon, eso los hace especiales.
🎄
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