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Había pasado un mes desde el funeral de Ben. Un día que difícilmente Mal se sacaría de la cabeza por lo complicado y doloroso que fue.

Parecía que el cielo no quería colaborar con su llegada, pero durante toda la ceremonia el sol iluminó el lugar, como una señal de que debían mantenerse fuertes.

Lo habían hecho después de los primeros tres días del fallecimiento del joven rey, preferían pasar por todo ese dolor pronto. Además, sabían que a Ben no le hubiera gustado que pasaran meses desanimados.

Solo que, a pesar de que Hades lo comenzaba a querer como su propio hijo, Bella y Adam habían perdido a su unigénito y los chicos a un amigo leal, Mal había sido la más afectada.

Estaba consciente de que no había cometido ninguna locura porque lo único que le quedaba de Ben era su bebé, esa era una de las pocas razones que la mantenía cuerda. Era algo creado por el amor que ambos se tenían, y no soportaría perderla a ella. Sumado al hecho de que no quería que su pequeña también perdiera a su mamá.

Pero estaba extremadamente deprimida y ansiosa. No había tenido ningún tipo de depresión hasta ese momento -y sumada con la ansiedad-, se sentía fatal. Apenas podían tratarla para no arriesgar su embarazo, y no se sentía lista para retomar las sesiones de terapia que había abandonado en el último mes, aún sabiendo que las necesitaba.

No quería defraudar a su pueblo y a su familia, en especial a Ben. Por él había logrado reinar una nación entera, y muchas personas dependían de ella. Por eso se animaba a trabajar duro para no perder todo el trabajo que ambos habían logrado. Recibía ayuda de los padres de él, pero no era lo mismo que estar con Ben.

Aún así, al tener tiempo libre era cuando sus momentos de crisis llegaban. Sus amigos la visitaban, ella apenas tenía ánimos de hablar con ellos. Sus suegros y Hades trataban de hacerla salir, ella se negaba y se quedaba encerrada en la biblioteca y en su habitación.

Para lo único que había salido era para la consulta médica con la obstetra.

Los ataques de ansiedad y las pesadillas la atacaban en la noche, de modo que apenas había dormido en las semanas anteriores. Hades y Cerbero la acompañaban la mayoría de las noches, ahuyentando sus pesadillas o ayudándola a calmarse después de ellas.

Se encontraba en la habitación que ella y Ben compartían, recostada en su cama. Usaba el suéter favorito de él, uno que ella misma le había regalado en uno de sus cumpleaños. Su cabeza estaba apoyado en su almohada, oliendo el aroma que las colonias y tónicos de él le habían dejado impregnados.

Abrazaba su estómago, haciéndole caricias a su suave piel mientras que su hija le daba ligeras patadas.

-Tu papi hubiera amado sentirte, mon amour (mi amor) - le dijo a su pequeña.

Ben adoraba hablarle en francés, queriendo que la bebé lo aprendiera desde pequeña. Mal había decidido seguirlo haciendo, a pesar de no tener tantos conocimientos en el idioma como su marido. Él mismo le había ensañado lo que sabía, con la ayuda de Adam y Bella.

Levantó la vista, sus ojos se aguaron al ver la foto que aún reposaba en la mesa de noche de él. Una del día de su boda. Ambos lucían sonrisas radiantes y su felicidad se podía notar a kilómetros.

-Lástima que él no esté aquí con nosotras- dijo, con la voz entrecortada.

Se llevó una mano al rostro, tratando de frenar las lágrimas. Estas cayeron libremente por sus mejillas al recordar lo que su terapeuta le dijo cuando la llamó: "Está bien llorar, eso es el parte del proceso de duelo. Libera tus sentimientos y no los reprimas".

Su pequeña dejó su piecito apoyado en su barriga, como queriendo que su madre la tocara, y así lo hizo. Siguió llorando, soltando todo lo que había tratado de reprimir el último par de días.

Tal vez una hora después, oyó como la puerta de la habitación se abría. No hizo falta verlo para saber que era el Dios del Inframundo. Mal se sentó y lo abrazó, siendo correspondida por su progenitor. Hades besó su frente, separándose un poco para mirarla.

-Pequeña, si quieres hablar, solo dímelo.

-No puedo hablar de nada, porque nada de lo que diga o haga me hará recuperarlo- sollozó- Lo extraño muchísimo, papá. Y el simple hecho de pensar que nuestra hija no podrá estar con él luego de todo el amor que le tenía es muy doloroso.

Hades se mantuvo fuerte, tratando de no ponerse a llorar con ella. Entre haberlo perdido y el sufrimiento de su hija, le era complicado no seder ante las emociones.

-Sabes que a Ben no le gustaría que te pasaras todos los días encerrada, sufriendo y dejando que el dolor te consuma. Él querría que fueras feliz y siguieras adelante.

-¿Cómo voy a ser feliz sin él? ¿Cómo sigo adelante sin tenerlo a mi lado? - sorbió su nariz.

-Con el tiempo podrás seguir con tu vida, y aunque te duela te recuperarás. La muerte es parte de la vida.

-Eres el Dios del Inframundo, ¿no existe una forma de recuperarlo? - le preguntó.

-Lamentablemente no, pequeña. Tenerlo aquí en contra de su voluntad y su destino sería cruel y egoísta.

Mal asintió, sabiendo que no debía insistir más. Hades se dio cuenta de que su descendiente no diría nada.

-¿Porqué no duermes un rato, eh? Hoy trabajaste muy duro, ustedes necesitan descansar. Te prometo que cuando despiertes les haré a ti y a mi nieta un batido de fresas, ¿sí?

La pelimorada asintió, un poco más animada. El dios sonrió y besó su coronilla. Se levantó luego de dejarla bien arropada con las sábanas. Cerró la puerta despacio y se fue. Esperaba que lo poco que podía hacer por ella la hiciera sentir mejor.

Mal se acurrucó en las almohadas, tratando de conciliar el sueño. Milagrosamente lo logró.

(...)

Abrió los ojos, estando consciente de que aún se encontraba en un sueño. Al estirarse y darse la vuelta, un perfume muy conocido para ella inundó sus fosas nasales. Se sorprendió al ver a Ben caminando hacia ella.

𝑰 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒚𝒐𝒖 𝒉𝒂𝒗𝒆𝒏'𝒕 𝒎𝒂𝒅𝒆 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒎𝒊𝒏𝒅 𝒖𝒑 𝒚𝒆𝒕,
𝑩𝒖𝒕 𝑰 𝒘𝒐𝒖𝒍𝒅 𝒏𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒅𝒐 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒓𝒐𝒏𝒈.

-Hola, mi vida- le dijo él sonriendo, con un aire dorado y azulado rodeándolo.

Se levantó lo más rápido que su barriga le permitía. Lo tomó de las mejillas, tratando de descifrar si era real o no. Unió su frente con la de Ben, sintiéndose feliz por primera vez en días.

-Eres tú - dijo sonriendo.

Ben amplió su sonrisa, rodeándola con sus brazos. Se mantuvieron así por un rato, hasta que el castaño decidió hablar.

-No tengo mucho tiempo, tu papá solo logró hacer esto por un rato.

Mal entendió que eso era en lo que su padre trabajaba esa semana. Trataba de lograr que Ben se comunicara con ella desde el Inframundo.

-Te extraño mucho, cielo.

-Y yo a ti, mi reina. No sabes cuanto - apartó un mechón de su cara- Y por esa misma razón es que estoy aquí. No quiero que sigas sufriendo, quiero que vuelvas a ser la misma de antes. La Mal que siempre ayudaba a todos y no dejaba que nada la derribara.

-¿Cómo hago eso sin tenerte conmigo? - le preguntó, volviendo a sentir como sus ojos lagrimeaban.

-Lo harás, pequeña. Tengo fe en ti, así como todos los que te quieren la tienen- apoyó su mano en su vientre, sonriendo al notar como su bebé reaccionaba- Ella y tú son lo que más amé en el mundo, y por eso mismo quiero que sean felices. Que me recuerden como algo bueno y no con dolor.

Mal asintió, sabiendo que eso era lo que todos le decían. Solo que oírlo de la boca de él era muy diferente.

-¿Te volveré a ver algún día? - cuestionó ella.

-Tal vez, pero te prometo que la bebé y tú jamás se sentirán solas. Siempre las cuidaré y amaré.

Unieron sus labios, en algo que aunque no era como sus besos de antes, hizo que el corazón de Mal se acelerara como antes lo hacía.

-Te amo- le susurró Ben al separarse.

Apretó sus manos antes de desaparecer por la puerta del balcón.

La ojiverde se despertó, apoyando su mano en su pecho y sintiendo una paz y esperanza que no sentía desde hace mucho tiempo. Era hora de salir adelante y disfrutar de su vida.

Ben siempre estaría en su corazón y en su mente. Nunca lo olvidaría, pero haría que sus recuerdos fueran algo porqué animarse y no sufrir.

𝑰'𝒗𝒆 𝒌𝒏𝒐𝒘𝒏 𝒊𝒕 𝒇𝒓𝒐𝒎 𝒕𝒉𝒆 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕 𝒕𝒉𝒂𝒕 𝒘𝒆 𝒎𝒆𝒕,
𝑵𝒐 𝒅𝒐𝒖𝒃𝒕 𝒊𝒏 𝒎𝒚 𝒎𝒊𝒏𝒅 𝒘𝒉𝒆𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒃𝒆𝒍𝒐𝒏𝒈.

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Lloradita numéro mil haciendo esto.

Quería demostrar que Mal podía seguir adelante después de perder a Ben, solo necesitaba un empujoncito que la ayudara.

No me aguanté y quise subir esto hoy mismo.

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 10/09/2021.

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