|00.0. goodbye fucking life
00.0|Adiós vida de
mierda|
GRITOS RESOANBAN POR toda la gran casa, padre e hijo peleaban de nuevo mientras la esposa del padre veía todo atenta para intervenir cuando pasara a mayores.
La razón de la pelea era la misma de siempre, Noah, el hijo quería irse, quería ir a Cousin con su madre y tías, cada verano era la misma discusión, si bien ambos se la pasaban peleando, llegando al punto en el que padre maltrataba al menor con golpes, nunca era tan agresivo como cuando discutían sobre el verano, aún más ese año, se suponía que pasarían el verano con la familia de su madrastra.
Susan la esposa trataba de separar al mayor que se había lanzado sobre su hijo, tirando al suelo y propiciando algunos golpes en el rostro y otros más por las costillas y hombros del menor. La mujer rubia tiraba de las manos de su esposo, Will, el cual no daba indisios de querés soltar al menor.
—¡Ves mi razón para largarme de aquí, William! —escupió con asco al ver cómo su padre lo veía con ira—dejame ser libre de ti por un solo verano. —Y en ese momento el señor rubio casi castaño corrió a el segundo piso de la casa, entro a la habitación de su hijo, tomo las maletas y aventó una montaña de ropa dentro de ellas.
—¡Will! —la rubia grito al ver a su hijastro corriendo detrás de su esposo, ella subió rápidamente detrás de el menor temiendo que volvieran a pelear, entro a la habitación viendo cómo su esposo había llenado las maletas del que ella consideraba su hijo —Noah, cariño yo te ayudo a acomodar tu ropa. —se sentó en una orilla de la cama, mientras Noah se sentaba en la otra, tomando prendas y doblandolas mientras algunas lágrimas se deslizaban.
Rápidamente comenzaron a llenar dos maletas chicas.
—Noah —le hablo si padre desde un rincón de la habitación. El menor solo le dió una mirada vacía —le avisé a tu madre que vas a ir con ella a Cousin, dice que los chicos llevan desde la tarde ahí. —El menor asintió tratando de frenar las lágrimas, no sabía cómo su padre podía ser así, pasar de ser la persona más agresiva a la más serena.
William salió de la habitación dejando solos a Noah y Susan siguieron acomodando la ropa, y de vez en cuando el rubio metía otras cosas.
—Vamos Noah —Susan cerro las maletas y las bajo de la cama —vamos al auto, es mejor irnos ahora para llegar en la madrugada.
Noah tomo una maleta, bajo la cabeza y comenzó a caminar hacía las escaleras.
Su padre los esperaba en el auto con la maletera abierta, cuando vio a Susan bajar con una de ellas la tomo y la dejo con rabia en el interior, cuando Noah se acercó el rubio oscuro se metió rápidamente al coche.
El menor dejo la maleta y entro en la parte trasera, se colocó sus audífonos y se dejó llevar por la música que fluía en ellos.
Recordaba cuando sus padres se habían separado hace seis años, cuando su hermana menor tenía un año, y el 11, en un juicio su padre había ganado la custodia de el mayor, mientras su madre tenía permitido verlo algunas veces al mes, y así con su padre y la custodia de su hermana.
Cuando Noah tuvo la edad para decidir si ver a su madre o no, su padre lo amenazó con golpearlo si veía a su madre, ya que para el, su madre lo había hecho como era, básicamente su padre era un homofóbico que culpaba a la madre de Noah por su orientación sexual.
Desde que había llegado a con su padre, no había sido nada más que discusiones, y cuando Noah tuvo el valor de enfrentarse a su padre a los 15 el había comenzado con la violencia física, y ahora todo había acabado con el en un auto en camino a Cousin. Y justo en ese momento se dió cuenta que no había visto a sus amigos desde los 11, y a su madre desde hace 4 años, solamente se había comunicado con su madre a través de mensajes, llamadas, y algunas veces face time.
LAUREN LES GRITABA a los chicos, Conrad, Jeremiah, Belly y Steven, habían sido escoltados por una patrulla policíaca, los cuatro habían ido a una fiesta en la playa que había terminado mal.
El regaño iba subiendo de nivel, y lo hubiera seguido haciendo si no fuera por el hecho de que un carro estacionó fuertemente, y las pisadas que bajaban hacia el recibidor.
—Joss —Luren vio a una de sus mejores amigas despierta, y temió haberla despertado. La pelinegra bajo con su pijama puesta, el cabello un tanto revuelto, y una cara de felicidad. —¿Que haces despierta Joselyne?.
La pelinegra se acercó a la de rasgos asiáticos, le hizo una señal con el dedo de que acercara su rostro.
—Noah vendrá estás vacaciones —Lauren se alejo con el rostro contraído en sorpresa, mientras se tapaba la boca tratando de no decir nada o en tal caso gritar de la emoción y sopresa mezcladas —De hecho debe llegar en unos momentos, o ya llegó —observo por la ventana el carro que había estacionado, y un hombre bajando.
—No puede ser... —la de rasgos asiáticos iba a decir algo más, pero fue interrumpida por unos gritos.
—¡Bajate ya! —afuera de la casa, un auto estaba estacionado, mientras un hombre bajaba a la maletera y cantaba dos maletas al suelo —ya bajate, vamos Noah. —El chico se bajó con su rostro contraído en enojo.
—¡Espero y te ahogues en la alberca! —William volvió a subirse al auto, mientras el rubio se acercaba a la venta del conductor, ambos sin percatarse que 4 adolescente y dos adultas habían salido de la casa —¡Y que tus vacaciones sean una mierda!. —El Suxce mayor subió su venta y comenzó a avanzar lentamente, al ver cómo su hijo golpeaba la ventana la bajo para decirle algo.
—¡Deja el puto drama Noah! —los Conklin, los Fisher y la madre del chico veían la escena un tanto sorprendidos por la reacción del menor, y el comportamiento del mayor. Will le había comunicado a Joselyne que Noah se había vuelto un tanto agresivo, Joselyne no le creyó pero ahora que lo veía, empezaba a mostrar actitudes y comportamientos, de lo que su ex esposo decía.
Igualmente William le había dicho que Noah comenzó a meterse en peleas en la preparatoria, cosa que le disgusto, hace horas que habían hablado por mensaje, le dijo que Noah se había agarrado a golpes con uno de sus amigos, ese día durante la tarde, no le había creído nada, pero ahora viendo a su hijo lo comenzaba a creer, y ya no le quedaban tantas dudas.
—¡Vete a la mierda William! —en esos momentos el rubio odio ser sensible emocionalmente, puesto que sus ojos se llenaron de lágrimas, ya no agitaba los malos tratos de su padre, en el auto por más que se había colocado sus audífonos, su padre le iba hechando en cara todo lo que le había hecho pasar y lo mucho que odiaba que fuera su hijo.
El carro comenzó a avanzar con Noah aún golpeando la ventana del auto, y mientras avanzaba golpeaba el auto, lastimandose los nudillos, por los golpes y el pasar del auto que le quemaba.
—¡Jodete!, ¡Jodete! —Noah odiaba cuando le pasaba eso, como en cualquier discusión sucumbia antes sus emociones y reaccionaba de la manera en la que estaba haciendo en ese momento, su voz se quebraba, sus ojos se llenaban de lágrimas, y sus manos temblaban, no sabía si por la rabia del momento, la adrenalina, o la tristeza de no poder estar un momento en calma con su padre.
El rubio, se agachó para tomar un piedra un tanto grande, la tomo con fuerza y la aventó a las luces traseras del auto, rompiendo una de ellas, la izquierda.
—¿Ese es Noah? —Steven volteo a ver a la pelinegra, preguntándole si era su hijo.
—Es Noah, Steven —la mujer tomo aire —Pero no se si es nuestro Noah, no logro reconocer a mi hijo. —En la voz de Joselyne Blake se podía escuchar el dolor, no había visto a su hijo en años, y ahora que lo veía no lo reconocía más.
—Es normal Joss, creció. —Lauren trato de justificar al rubio anonadada por el comportamiento de Noah. Ella recordaba a ese niño que era tranquilo, pero a la misma vez ese que cuando agarraba confianza no para de hablar, el que siempre tenía una sonrisa en su rostro, el Noah que siempre se la había pasado junto a Steven.
El rubio tomo conciencia de lo que hizo, pasando sus manos por su rostro, pidiendo sentir el dolor de dos de los golpes que había recibido de parte de su padre ese día, seguramente apenas se estarían marcando los hematomas, tal vez ahora tenían un tomo rojizo.
El mayor de los Conklin trato de acercarse a el que era su mejor amigo, pero fue frenado por la madre de este.
—Steven —la mujer volteo a ver al menor —deja veo si aún sigue alterado, no quiero que tengan un conflicto. —La madre del rubio se acerco a el logrando percatarse de varias cosas.
Joselyne pudo darse cuenta de los cambios físicos de su hijo, era muy notorio el cambio en el, su voz gruesa, su altura de probablemente 1.80, como si piel era más pálida, tal vez por el hecho de que ya no vivía en Cousin, dónde todo el año era verano, si no en una ciudad donde había estaciones diferente, dónde no pasaba bajo el sol todo el día.
Su cuerpo era un tanto robusto, probablemente hacia ejercicio o algún deporte. Uno de los cambios físicos más notorios era una cicatriz pequeña bajo su ojo derecho, no era muy visible, pero no era para no percatarse de ella, las ojeras estaban marcadas y unos tonos rojizos comenzaban a aparecer. Sospechaba que era de la pelea de ese día.
—Noah —Joselyne le hablo a su hijo, haciendo que esté voltear a verla, y corriera a abrazarlo —¿Qué paso Noah? ¿Qué te hicieron hijo?. —la voz de la pelinegra sonó baja, no reconocía nada de su hijo, no el físico, ni la personalidad, no reconocía nada.
Quería saber que le había pasado a su hijo para que se hubiera vuelto así, podía ver cómo la escena que había hecho con su padre lo había afectado, sus ojos estaban llenas de lágrimas, y reconocía la expresión que tenía en su rostro, cuando era pequeño ponía la misma expresión cuando se caía raspandose la rodilla, y tratando de hacerse el duró, apretaba los labios y fingía que nada le importaba para no derramar lágrimas.
Noah se acercó a abrazar a su madre aferrándose a ella,e gustaría decirle lo mucho que le había hecho falta, lo mucho que la había extrañado, pero no podía hacerlo, por qué si lo hacía soltaría todo lo que había pasado con su padre, y no quería que lo mirarán con lástima, no quería que lo mirarán como si se fuera a su romper por cualquier situación que lo pusiera bajo presión.
—No paso nada mamá —le susurro aún estando abrazo a ella sin tomarle importancia a las personas que los veían, claramente los reconocía, pero se negaba a verlos. —Simplemente crecí.
—¿Qué paso con tu padre? —y en ese momento sintió como el vaso se terminaba de llenar, sus ojos se permitieron derramar algunas lágrimas —Ey, ¿Qué paso?. —La pelinegra le se separó y observo a su hijo.
—No es nada grave —Noah le trato de restar importancia —solo fue un día malo, nada importante, mejor entremos a la casa, muero por ver si a cambiado.
—Aún tu habitación está como siempre —la pelinegra avanzo a dónde estaban los demás, dejando al chico limpiarse las lágrimas, y tomar sus maletas.
Cuando se acercó más a dónde estaban los demás, logro ver un rostro conocido, Steven Conklin, su mejor amigo, y también el que le hizo darse cuenta que le gustaban los hombres, aunque el no lo supiera. De vez en cuando checaba el perfil del chico, este era privado pero simplemente observaba la foto de perfil, observando cómo cambiaba a lo largo de los años.
Le gusta ver cómo cambiaba, y por un instante en qué sus ojos se encontraron, azul contra marrón oscuro, siento que volvía a tener 11, que volvía a ser su último verano en Cousin.
Adiós vida de mierda, agradecía no estar con su padre.
Brookie pokie no me mates, te quedas sin historia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro