Capítulo 8. 🔥🥴🐺🐺🔞🔥🥵
Un par de meses habían transcurrido, ahora la pequeña Jeon contaba con tres meses de edad. Su papá alfa le cumplió la promesa de impregnar su mantita con su aroma para así dejarla tranquila, y que TaeHyung no pasara por lo que pasó anteriormente.
El alfa llegaba del trabajo, y después de llenar de besos a sus dos amores. Cocinaba en compañía de su omega. Cuando la cena estaba lista, subían por su cachorra y cenaban juntos. Luego el castaño la bañaba y la vestía con el pijama de ese día; la cual constaba de un animalito distinto. Un día era un oso, otro día un conejo, después un tigre...
Cuando su cachorra estaba bañada, cambiada y cómoda en su cunita, el alfa le contaba lo que había hecho en el día, le recordaba lo mucho que la amaba junto a su papi omega. Después la arrullaba y la dormía para dirigirse a la habitación que compartía con su fresita. Allí lo esperaba un bello omega dispuesto a ser bañado, y por supuesto bañar a su alfa.
Todos los días se bañaban juntos, en medio de besos y caricias compartían un momento de relajación en el cuarto de baño. Allí en medio de la tina con agua tibia, y con espuma de suave esencia; recorrían sus cuerpos con caricias lentas y pequeños besos en sus labios.
Así pasaron los tres meses después del nacimiento de la pequeña Jeon.
Ahora, ese día en particular era muy especial para la pareja.
El alfa llegaba a su apartamento con una enorme sonrisa, y un ramo de flores para su omega. Estaba emocionado, ese día le traía tan buenos y sexys recuerdos. Pero ese día en específico tenía pensado hacer algo que ansiaba desde ya hace tiempo. Con lo que no contaba es que su omega también tenía un plan, uno en el cual los dos tenían el mismo objetivo...
— ¡Amor! — Ingresó a su apartamento. — ¡Mi vida, te tengo una sorpresa! — Expresó con una gran sonrisa. — ¿Qué haces aquí...? — Su sonrisa se borró.
— Uy, qué grosero. — Rodó los ojos. — Buenas tardes, casi noches, Jeon. — Saludó Park Jimin.
— Lo siento. — Dejó el ramo de flores en la mesa de la sala. — ¿Qué haces aquí, Jimin? ¿Dónde está mi omega?
— Estoy bien, gracias. — Dijo irónico. Jimin adorada molestar al alfa. — Uy, tu omega... — Se dirigió al sofá, y se sentó. — Pues te abandonó para irse con un alfa más guapo...
— ¡¿Qué?! Park Jimin...
— Baja la voz que vas a despertar a mis cachorras y a la tuya.
— Mi cachorra. — JungKook iba a subir a ver a su bella florecita.
— ¿No querías saber dónde estaba tu omega? — Jimin cruzó una pierna sobre la otra, y observó al castaño. — Pobre Jeon... Lo abandonaron con cachorra y todo.
— ¡Jimin!
— Ya, ya, perdón. — Sonrió.
— ¿Dónde está?
— Mira JungKook... — Hizo una pausa. Le gustaba jugar con la paciencia del castaño. — TaeHyung me llamó hace como dos horas, y me pidió que cuidara por esta noche a mi sobrina.
— Entiendo Jimin, pero, ¿dónde está mi osito?
— Que impaciente eres... — Suspiró. — No me dijo a dónde se iba. — Se encogió de hombros.
— ¡Park Jimin! No juegues...
— Es cierto... No me dijo. — Se cruzó de brazos. — Sólo me dijo que te dejaba una nota en la habitación de mi sobrina y...
— Voy a ver...
— No vayas a despertar a las niñas. — Advirtió.
JungKook llegó a la habitación, y saludó a su pequeña flor que se encontraba dormida, dejó un beso en su pequeña frente y sonrió. Buscó la dichosa nota. La encontró pegada en el peluche color rosa; el cual era un conejo con una oreja gacha y sus cejas un poco gruesas.
— Esto es para mí. — Le dijo al afelpado peluche, y despegó la nota. — Vamos a ver qué me escribiste, mi bello omega. — Abrió la nota, y sus ojos se movían en cada línea leída...
<< Kookie, mi guapo alfa... Primero me disculpo por lo que te pudo haber dicho Jimin. Ya lo conoces, y le gusta molestarte.
Ahora si, a lo que voy.
Mi alfa, hoy es un día especial para los dos. Hoy nuevamente es San Valentín, y en esta fecha iniciamos nuestra locura de amor. Quiero celebrarla contigo en el mismo lugar dónde me entregue a ti por primera vez.
Te espero con ansias mi conejo.
Recuerda que te amo, y no te preocupes por la cachorra... Jimin la cuidará bien.
No tardes mi amor, desde esta mañana te necesito.
Por cierto no vayas a olvidar las flores que seguramente dejaste en la mesa de la sala.
Y ten cuidado al manejar, corre. Pero no como si estuvieras en una carrera automovilística. No quiero que te pase algo.
Te amo mucho mi alfa, aquí te espero. >>
— Ya voy, mi osito. — Guardó la nota, y se despidió de su cachorra con un dulce beso. — Y claro que no olvidaré tus flores. Me conoces tan bien que te imaginabas hasta en dónde las dejé. — Salió de la habitación, y se dirigió a la suya para cambiarse de abrigo. — Mis lindas sobrinas son unos angelitos. — Expresó al ver a las gemelas dormidas en su cama. — No se parecen al demonio que tienen como padre. — Buscó su nuevo abrigo, y sin hacer ruido cerró el closet. — Mentiras mis ángeles... — Se corrigió. — Su padre omega no es un demonio, aunque a veces se comporta como uno. — Les beso a cada una su frente, y salió del lugar. — Ahí te voy omega...
— ¡Espera! — Su lobo lo detuvo. — ¿No olvidas algo?
— Las flores. Pero esas están en la sala....
— ¡No!
— ¡¿Qué?! ¡¿Qué estoy olvidando?! — El lobo le gruñó. — No me gruñas.
— ¡JungKook! Estás olvidando lo que tenemos escondido en la habitación de la cachorra.
— ¡Por la Diosa luna! — Corrió hacia la habitación. — Gracias por acordarme lobito.
— No hay de qué. — Dijo. — Ahora tómalo y vamos por nuestro omega.
JungKook caminó hacia el oso de felpa color marrón que reposaba en la esquina de la habitación. Lo levantó, y retiró el objeto que había adherido la noche anterior; justo después de que su omega bajara a preparar la cena, y él preparaba el baño de su cachorra.
Antes de tener el baño listo. Decidió esconder el objeto que le pertenecería dentro de poco tiempo a su amado peliazul.
— Tú y yo nos vamos. — Guardó el objeto en el bolsillo de su abrigo. — Mi princesa... Deséame suerte. — Acomodó la pequeña manta sobre el cuerpo de su hija. — Te amo mucho mi princesa. Ahora me voy a ver a tu papi.
JungKook bajó hacia la sala, y tomó con su diestra las flores de su omega.
— Jimin. — El mencionado dejó de ver la televisión, y lo miró. — Gracias por cuidar a la cachorra.
— Es un gusto. — Se acomodó en el sofá. — Por lo que veo, ya sabes dónde está tu omega. — Sonrió ladino.
— Sí. — Abrió la puerta del apartamento. — Y me dejó escrito que te quedarás con mi princesa toda la noche.
— Entonces, ¿no te abandonó por otro alfa? — Expresó tratando de no reír.
— ¡No! — Le gruñó.
— No me gruñas, Jeon. — Entrecerró lo ojos. — Ya sabes que es broma.
— Nunca pensaría eso de mi osito. — Jimin asintió con su cabeza.
— Tú y Tae se aman locamente. Sólo me gusta molestarte. — Dijo. — Ahora ve por tu omega.
— Oye... — Jimin hizo un sonido con su garganta indicando que lo escuchaba. — ¿Tú no celebrarás San Valentín con tu gato?
— Eso... Pues... — Sonrió, y unas bellas medias lunas se formaron en su rostro. — Yo ya lo celebré en la madrugada y parte de la mañana. — Se sobó la espalda baja. — Me duelen mis caderas...
— ¡Jimin! — Expresó negando con su cabeza. — Eso es demasiada información.
— ¡¿Qué?! — Fingió inocencia. — Ahora eres santo, y resulta que Tae y tú van a rezar toda la noche...
— ¡Jimin! — El alfa se sonrojó.
— Mejor deja de perder el tiempo y ve a tu celebración de San Valentín con mi amigo. — Le guiñó un ojo. — ¡Ah! Me duelen mucho las caderas. — Sonrió. — No vayas a dejar a Tae sin poder caminar, y tampoco lo dejes panzón otra vez. — JungKook se carcajeó. — Ya vete alfa gruñidor.
— Nos vemos. — Metió su mano en el bolsillo para verificar que el objeto aún estaba allí. — De nuevo gracias por ayudarnos con la cachorra. — Agarró la perilla de la puerta. — Y dile a Yoongi que no sea tan salvaje con tus caderas. — Cerró la puerta y se marchó.
— Disfruten su noche. — Dijo. — Me gusta que mi gatito sea salvaje. Así que no le diré eso. — Habló cuando la puerta se cerró por completo.
JungKook manejaba con cuidado, pero tratando de llevar una velocidad que lo ayudara a llegar lo más rápido posible con su omega. Anhelaba estar cerca del ser que amaba. Después de un no tan largo recorrido por la carretera; llegó al hotel en dónde se encontraba el amor de su vida. Bajó del auto, le entregó las llaves al Valet Parking, y se dirigió a la recepción. Allí la recepcionista verificó la información, y después de unos minutos le indicó que podía seguir.
El alfa presionó el botón de la caja metálica que lo llevaría al piso donde lo esperaba su omega. Cada cierto tiempo introducía su mano para acariciar el objeto que deseaba entregar, y con el cual daría otro paso en la relación con el peliazul.
— ¿Y si nos rechaza? — Le preguntó a su lobo. Los nervios lo estaban matando.
— ¡Cállate humano! — Lo regañó. — Tu sólo has lo que planeaste y deseamos hacer. No pienses en nada más. — JungKook solo suspiró.
Las puertas del ascensor se abrieron, dejando a la vista el pasillo por el cual debía caminar el alfa para llegar a su destino. Un destino en el cual su omega tenía una idea idéntica a la de él. Caminó fuera del elevador. Su corazón se aceleró, empezó a sudar un poco, la corbata le apretaba. Sentía que se desvanecería en ese instante y aún no estaba en la situación planeada.
Se plantó frente a la puerta de la habitación indicada. Respiró profundamente varias veces, y pudo inhalar levemente el aroma de su omega. Definitivamente su vida se encontraba tras esa puerta color caoba.
— ¡Nuestro alfa llegó! — Le avisó el lobo a TaeHyung.
— Lobito... ¿Y si no quiere? ... O sea, si después de que pase lo que va a pasar, ¿no quiere?
— Tú sólo has lo que planeamos. — Dijo el lobo. — No pienses escenarios negativos. — TaeHyung asintió con su cabeza. — Nuestro alfa nos ama, y pasará lo que tenga que pasar. — TaeHyung escondió bajo una de las almohadas el objeto que tenía sobre la mesa de noche.
— ¡Vamos por ese alfa! — Se dirigió hacia la puerta, y tomó la perilla para girarla.
JungKook estaba a punto de tocar la puerta para avisarle a su omega que estaba allí. Pero se quedó con el puño cerrado en el aire; cuando la puerta se abrió, y sus ojos divisaron al peliazul de mirada brillante. El omega lo recibía con una bata de baño puesta sobre su cuerpo.
— ¡Alfa! — Estiró su mano, y jaló de la corbata del castaño.
JungKook enredó sus brazos alrededor de la cintura del omega. Tratando de no dañar el arreglo de flores. El peliazul apresó los labios ajenos en un beso desesperado. Caminando hacia atrás se llevó consigo al alfa.
El castaño cerró la puerta con un leve empujón de su pie, y siguió gustoso el beso que le estaba robando la respiración. Tropezaron contra la cama, y se separaron del demandante beso por falta de aire.
— Estabas ansioso por mi llegada.
— ¿A poco no se nota? — Sonrió pícaro.
— El recibimiento me lo dice todo. — Con su mano libre acarició los muslos del omega.
— Ko-Kookie~. — Un leve gemido se le escapó al sentir la mano subir por sus muslos.
— Estás desnudo, mi amor... — El alfa sonrió, y sus ojos brillaron.
— No metas mano, Kookie. — Se apartó del alfa, no sin antes sentarlo en la orilla de la cama. Y JungKook entregó el arreglo floral.
— Unas flores para el amor de mi vida. — TaeHyung las recibió sonriente. — Pero quiero tocar... — Dijo cuándo el omega se alejó de él.
— Me encantan. — Las olfateó, y las dejó en un florero. — Antes de tocar y probar. — Mordió su labio inferior lentamente. — Quiero que veas algo...
— Esas flores no son ni la mitad de hermosas que tú. — El omega volvió para pararse frente al alfa. — Uy, voy a probar. — Se lamió los labios. — ¿Qué quieres que vea? — TaeHyung le hizo una seña para que observara la habitación. — ¡Wow! — Expresó cuándo detalló el espacio.
Pequeños candelabros con luz tenue colgaban e iluminaban el espacio, globos de color rojo en forma de corazón hacían parte de la decoración, pequeñas velas aromatizantes rodeaban el espacio, una mesita con frutillas picadas, y una botella de champaña acompañaba el lugar.
Pero a los ojos de JungKook lo que más se robaba su mirada y atención, era el precioso omega que jugaba con el nudo de su bata y se mordía los labios después de humedecerlos.
— ¡Feliz aniversario de novios, amigos, amantes y cómplices! — Expresó desatando el nudo de su bata.
— ¡Mi amor! — Se levantó, y se acercó al omega.
— ¡Feliz San Valentín! — Dijeron al unísono.
— Te amo, Jeon JungKook. — Manifestó cuando la bata se deslizó por su desnudo cuerpo.
— Yo te amo aún más. — Atrajo el cuerpo del omega hacia el suyo, y TaeHyung jaló nuevamente la corbata; para ahora desatarla y dejarla un poco menos ajustada.
— Kookie~... Alfa~....
— ¿Qué sucede amor? — Acarició los glúteos del omega.
— La vez que estuvimos aquí no usamos el jacuzzi...
— ¿Quieres que te bañe en el jacuzzi? — El omega asintió frenéticamente.
— No sólo quiero que me bañes... — Mordió los labios impropios.
— Lo que mi omega desee y quiera, será cumplido. — El alfa alzó por los muslos al peliazul, y este último se sujetó del cuello y cadera del castaño. — Vamos a bañarnos y hacer lo que tú quieras. — Lo besó mientras caminaba con el omega colgado a su cuerpo.
— Quiero todo contigo. — Declaró cuando el alfa lo bajó de sus brazos, y quedaron en la orilla del jacuzzi.
— JungKook... — El lobo habló.
— ¿Qué pasa?
— Deberías dejar cierto objeto en un lugar que nos quede al alcance.
— ¿Por qué lo dices?
— Pues porque ahorita nuestro omega nos va a desnudar, y cierto objeto quedara aquí tirado.
— No quiero que eso pase.
— Pues ve a guardarlo...
— Ya vuelvo, amor. — TaeHyung frunció el ceño.
— ¡No te me vas a escapar, alfa!
— No me voy a escapar. — Le aclaró. — Espérame aquí.
— ¡No quiero! — Se cruzó de brazos, y abultó sus labios.
— Si te quedas aquí...
— ¡¿Qué?! — TaeHyung enarcó una ceja.
— Si te quedas aquí bien juicioso... — Lamió sus labios. — Te haré ver estrellas cuando te ancle contra ese espejo y te haga admirar las bellas caras que haces cuando golpeo cierto punto dentro de ti. — TaeHyung jadeó. — Te gusta la idea, ¿verdad?
— Nos encanta. — Manifestó el lobo del peliazul.
— Sí me gusta... — Apretó levemente sus piernas. — Aquí me quedo, alfa.
— Ese es mi omega obediente. — JungKook salió del baño.
El alfa castaño se dirigió a la mesa de noche que se encontraba al lado derecho de la cama, ingresó su mano en el bolsillo donde tenía guardado el objeto; con su mano libre abrió uno de los cajones y lo depositó allí dentro.
— Aquí te quedaras hasta que llegue el momento. — Cerró el cajón, y antes de volver con su omega. Tomó una rosa del ramo de flores que le había llevado. — Vamos a complacer a nuestro omega. — Le dijo a su lobo, y volvió al baño.
TaeHyung lo seguía esperando en el mismo lugar donde lo había dejado hace unos segundos. Su mente estaba creándose miles de imágenes en las cuales él estaba empotrado contra el gran espejo que estaba justo frente al jacuzzi. De sólo imaginarse los escenarios, su cuerpo reaccionó de una manera en la que su lubricante natural ya escurría por uno de sus muslos.
— Al-Alfa... — Susurró cuando sintió cómo se humedecía aún más su entrada.
— ¿Qué sucede, omega? — Ingresó al baño, y el peliazul se lanzó sobre él.
— Me quede aquí, como dijiste. — El alfa lo atrapó, y el omega enredó sus acaneladas piernas en las caderas contrarias.
— Entonces, tendrás lo que te mencione hace un momento. — No pudo evitar rozar la entrada del omega. — Mmmm, mi vida... Estás que chorreas.
— Ah~... Alfa~... — Jadeó ante la sensación del dedo en su entrada. — Por favor...
— Me estás volviendo loco...
— Qu-Quiero que... Ah~ — El dígito del alfa ingresó en su estrecha entrada. — El omega lo miró conectando sus celestes ojos con los verdes. — ¿Para qué es esa rosa, alfa? — Intentó girar su rostro para ver si podía divisar el movimiento del dígito del alfa dentro de él.
— Vamos al espejo y lo verás. — Caminó hacia el gran espejo, y estampó al omega contra la fría superficie.
— Ah~... Kookie~... — Con su espalda contra la superficie de cristal, y sus piernas bien sujetadas a las caderas del alfa; se soltó del agarre en el cuello, y terminó de desatar la corbata. — Muéstrame lo que harás con la rosa. — JungKook lo besó.
Sus lenguas se enredaban cual danza erótica, sus cuerpos subían de temperatura de una manera que sentían que se quemaban en vida. Pequeñas mordidas eran dejadas en los delgados labios del alfa. TaeHyung arrojó la corbata a algún lugar del cuarto. Dirigió sus largos dedos a los botones de la camisa, y los desabotonó uno por uno; mientras el alfa simulada estocadas.
— ¿No quieres comer primero? — Inquirió cuando se separaron del beso, y el omega lo desnudó de la parte superior.
— Yo estoy comiendo ahora mismo. — Acarició los brazos y hombros desnudos del alfa. — ¿Tú quieres comer? — JungKook sonrió, y negó con su cabeza.
— Yo voy a comer en unos instantes. — Restregó su prominente erección en los glúteos del omega. — Me cenaré una dulce fresa. — TaeHyung ronroneó en excitación.
Dejaron de hablar cuando juntaron nuevamente sus labios. En el beso aumentaban sus ganas de fundirse en uno solo. Con pequeñas estocadas, el alfa disfrutaba de los jadeos que salían de la boca del omega. Con su erección aún apresada en los pantalones y bóxer, el castaño no perdía la oportunidad de restregar su miembro contra TaeHyung.
El castaño decidió que ya era hora de cambiar de posición. Así que con cuidado bajó al omega de sus brazos, y lo miró directamente a los ojos para después mirar su propia entrepierna. No fue necesario decir nada para que el peliazul rápidamente dirigiera sus manos al borde del pantalón, y retirara el cinturón; seguido a eso, liberó el botón y bajó la bragueta.
El peliazul humedeció sus labios cuando estaba a punto de bajar el pantalón y el bóxer, pero este último lo detuvo.
— ¿Por qué me detienes? — El alfa acarició las manos del acanelado.
— Porque te quiero penetrar con sólo bajar un poco mi ropa. — TaeHyung sintió que las piernas le temblaban. — Ahora quieto, y sólo gime para mí. — El omega asintió enmudecido por la excitación.
JungKook subió una de sus manos haciendo un recorrido de caricias, iniciando en la mano del omega, seguido de su brazo, llegó al hombro, y por último a la nuca contraria. Allí afianzó su agarre, y atrajo el rostro del omega para introducir su lengua en la cavidad bucal.
TaeHyung de inmediato inició a chupar la sinhueso del alfa; imaginando que era el gran bulto que se estaba restregando contra su entrepierna. JungKook se separó del beso, no sin antes apresar el labio inferior del omega y estirarlo un poco.
— Ahora sí, bebé. — Lo volteó para apegar la espalda del omega contra su pecho. — Quiero disfrutar del reflejo de tu rostro mientras golpeo ese dulce punto que hace que te corras como si no hubiera un mañana. — Con su mano izquierda agarró el mentón del omega e hizo que mirara sus reflejos en el espejo. — Eres una obra de arte, mi luna. — Lamió la mejilla.
— Ko-Kookie~....
— Bebé. ~ — Hizo que el peliazul se apoyara de palmas contra la superficie. — Esta linda rosa hará un recorrido por ese hermoso cuerpo desnudo y comible que te cargas. — TaeHyung sintió como un chorro de lubricante escurrió sin contemplación por sus muslos.
Con sus palmas contra el espejo, sus piernas ligeramente abiertas; el omega intentó mirar hacia atrás, pero el alfa lo detuvo obligándolo a mirar al frente. El castaño apegó su pelvis contra el trasero del peliazul, y simuló estocadas.
— Mirada al frente y gime, mi amor. — TaeHyung asintió sumiso.
El alfa se acuclillo frente al cuerpo empotrado contra el espejo. Tomó la rosa y la humedeció con el lubricante natural del omega.
— Solo disfruta, mi amor.
— Alfa~. — Gimió cuando el castaño sopló suave y lento en sus acaneladas piernas.
Con la rosa bañada en lubricante del omega, el alfa inició un recorrido lento por una de las acaneladas piernas. Inició en el talón y subió lentamente hasta llegar a los redondos glúteos, de lado a lado pasaba la flor en los dos cachetes traseros. Bajó por la pierna izquierda hasta llegar al talón y volver a subir; para después juguetear en los hoyuelos de venus del acanelado.
— ¿Te gusta, omega? — Inquirió al ver los pequeños temblores. — Tu cuerpo es tan perfecto que merece ser acariciado con delicadeza y pasión. — Besó los hoyuelos de venus.
— M-me encanta~... Alfa~.... — Gimió ante los besos en su espalda baja.
— Dime... ¿Quieres que te penetre ya? O ¿Seguimos con la rosa? — TaeHyung mordió sus labios. — Contesta mi vida. — Dirigió un dígito a la húmeda entrada, y la acarició en círculos.
— ¡M-mgh! Alfa~.
— Eso no es respuesta. — Introdujo levemente el dígito en el músculo de anillos.
— T-tú termina con lo planeado, y hazme ver estrellas. — Sus piernas se flexionaron levemente, y JungKook lo sostuvo para que se reincorporara.
— Eso sí es una respuesta. — Retiró el dígito y lo chupó. — Tan dulce como siempre. Omega~.
El alfa volvió a bajar la rosa hacia los húmedos muslos del omega y cuando vio que estaba bien impregnada de aquel dulce y adictivo lubricante, inició el recorrido de nuevo. En los hoyuelos de venus trazó pequeños círculos, y luego subió por la espina dorsal. Después de que la rosa dejara su recorrido, el castaño pasó su lengua por cada vertebra del omega.
El peliazul jadeaba ante cada tacto. La respiración del alfa en su espina dorsal lo hacía delirar en excitación y deseo.
JungKook llegó a la nuca del omega y dejó una húmeda lamida. El peliazul inclinó su cuello un poco, y el alfa sonrió al ver el perfecto lugar en donde pronto dejaría su marca. Chupó, lamió y mordisqueó el cuello, para después remplazar sus labios y lengua con la rosa. Desde allí bajó con la flor por el hombro derecho del peliazul, hasta llegar a sus largos dedos; se devolvió por el mismo trazo, y se detuvo a dejar pequeñas caricias circulares en la nuca. Bajó por el hombro izquierdo hasta llegar a los dedos de su amado.
Con su entrepierna pegada al trasero del desnudo omega, decidió dejar de jugar con la flor. Dejó un beso en los pétalos, y luego acarició los labios del peliazul con la rosa.
— Ahora si bebé... — Arrojó la rosa a algún lado del cuarto. — Quiero ver esa linda carita en el espejo. — Bajó levemente su pantalón y ropa interior. — Quiero disfrutar del poema que es tu rostro cuando estoy dentro de ti y me cubres a la perfección.
— ¡Hazlo ya! Kookie~...
— Tus deseos son ordenes mi amor~.
JungKook liberó su miembro de la prisión de su ropa interior. Acarició su extensión hasta dejarla levemente húmeda a causa de su pre-semen. Ubicándose más central a los glúteos del omega; presionó ligeramente la punta de su miembro con la entrada. Deslizó lentamente toda su extensión en el orificio anal del omega.
Se quedó quieto esperando que el peliazul se acostumbrara a la intromisión. Pero TaeHyung estaba ansioso. A los pocos segundos de sentirse lleno por el grueso miembro del alfa; el peliazul inició un movimiento de caderas buscando fricción.
— Amo la vista que estoy teniendo en este momento. — JungKook posó sus níveas manos a los costados de las caderas del omega. — Por lo visto quieres que me mueva ya. — Se inclinó un poco sobre la espalda del peliazul, y le mordió el hombro.
— Estoy más que ansioso. — Informó mirando su reflejo en el espejo. — Deseo tanto ser tuyo una y otra vez. — Mordió su labio inferior. — Alfa~, muévete y no me tortures más.
— Quiero que todo el tiempo mires tu reflejo en el espejo. — Ordenó, y el peliazul asintió. — Te amo tanto. — Una estocada certera fue ejercida.
— ¡Mngh! ¡Kookie! — Gritó cuando su punto dulce fue golpeado. JungKook con esa estocada había dado en el punto exacto y ni si quiera lo había buscado.
— Mmmm~... Encontré tu punto... Bebé~... — Otra estocada fue ejercida, y TaeHyung gimió más fuerte. — Hermosas caras las que haces, mi vida...
La pelvis del alfa chocaba frenéticamente contra los glúteos del omega. Estocada tras estocada el punto dulce del peliazul era atacado. Los ojos azules eran un río de lágrimas de placer y lujuria. Amaba la sensación de electricidad que sentía en su espina dorsal cuando el alfa golpeaba aquella zona.
Los glúteos del omega enrojecidos por el choque de pieles y su lubricante natural deslizándose por los acanelados muslos eran la obra de arte perfecta para el alfa. Con pequeños movimientos circulares de sus caderas; el castaño se enterraba en el omega cada vez que el contrario le pedía por más.
Un gemido del omega era acompañado por una certera estocada, y seguido a eso el alfa tomaba el mentón del peliazul para que siguiera con su vista al frente. Podían observar como tenían sus labios entre abiertos, fruncían el ceño en el momento en que el omega apretaba la extensión del alfa con sus paredes. Se mordían los labios cuando sentían que llegarían al clímax. Las piernas acaneladas temblaban a causa de todo el placer que su cuerpo estaba sintiendo, y el alfa lo ayudaba a sostener; posicionando uno de sus brazos alrededor del abdomen.
— ¿Si ves las hermosas caras que haces cada vez que golpeo aquí? — Empujó aún más profundo su miembro, y TaeHyung puso sus ojos en blanco. Estaba a nada de llegar a su anhelado orgasmo.
— L-las v-veo alfa~. — Dijo entre cortado. — Ayúdame por favor. — Suplicó. — Me voy a venir~.
JungKook salió del omega, y un quejido en forma de protesta fue la respuesta a esa acción. TaeHyung se sentía vacío. Quería decirle al alfa que ingresara de nuevo, que lo necesitaba. Pero no tuvo tiempo de hacerlo; ya que el castaño lo volteó rápidamente, y lo tomó de los muslos para que enredara sus largas y acaneladas piernas en su cadera.
— Sostente fuerte. — Ordenó.
TaeHyung obedeció, con las pocas fuerzas que tenía en sus piernas se aferró a aquellas caderas. Enredó sus manos en la nuca del castaño y esperó el siguiente movimiento.
JungKook lo sostuvo de los muslos y masajeó los glúteos. Unió sus labios con los impropios, robándole la respiración ante lo demandante del beso. Empotró de espaldas a TaeHyung contra el espejo, con cuidado de no lastimarlo, y el peliazul abrió su boca cuando jadeó por lo frío de la superficie. En ese momento el alfa introdujo su lengua, y el omega la chupó como si del miembro del castaño se tratase.
En un hábil movimiento JungKook deslizó su miembro en el ano del omega, e inició a regalarle estocadas fuertes y certeras.
— Tócate bebe~. — Le ordenó, y este direccionó su mano hacia su goteante miembro.
— Conejo~ ¡Me voy a venir!
— Hazlo bebé~.
JungKook siguió penetrando a su dulce omega hasta que sintió como era apretado con más fuerza. Estaba cerca, y él también. Dos estocadas más fueron suficientes para que su abdomen fuera manchado con la blanquecina esencia de su omega. La mano y abdomen del peliazul estaban hechas un desastre de fluidos.
Con cuidado JungKook salió del omega, y lo bajó al suelo. Con los pies sobre el piso y sus piernas temblorosas el peliazul habló...
— Aun no te corres, amor...
JungKook lo abrazó por la cintura chocando sus miembros en el proceso.
— Tú me ayudaras en eso... — Lo besó.
JungKook tomó en su mano ambos miembros e inició a masturbarlos rápidamente. Siseos provenientes de los labios del omega eran escuchados. Estaba sensible por su resiente orgasmo, aun así estaba disfrutando el ser masturbado por el alfa. Por su parte, el castaño gruñía y fruncía el ceño. Estaba a nada de alcanzar su orgasmo.
Ejerció un poco más de presión, y sintió como los miembros palpitaban en su mano. Subía y bajaba creando un chapoteo exquisito para sus oídos y los del omega. Un cosquilleo en el vientre de ambos les avisó que llegarían al clímax.
El castaño bombeó un par de veces más, y estallaron en placer. Hilos de semen fueron disparados por sus miembros, y fuertes palpitaciones los acompañaban. TaeHyung alcanzó su segundo orgasmo, y JungKook el primero.
Juntaron sus frentes y tomaron grandes bocanadas de aire para recuperarse de la reciente actividad. Se sonrieron enamorados cuando sus ojos conectaron miradas.
— Te amo alfa. — Besó los labios delgados labios.
— Te amo mi bello omega. — Lo abrazó por la cintura.
— Ahora sí debemos ir al jacuzzi. — Dijo al ver como sus cuerpos estaban sudados y con residuos de semen.
— Ya nos bañamos en sudor y en leche de nuestros plátanos. — Sonrió, y el omega imitó la acción. — Ahora vamos a asearnos como es debido. — TaeHyung asintió con su cabeza.
JungKook lo alzó de manera nupcial, y caminó hasta el jacuzzi. Con cuidado lo bajó y lo sentó dentro de la cálida agua que reposaba en el lugar. Se retiró por completo el pantalón y ropa interior, e ingresó junto al peliazul.
Alfa y omega permanecieron dentro del jacuzzi por alrededor de una hora. Con besos y caricias se recordaban cuanto se amaban y deseaban. Hablaron de su primera vez estando allí, y todo lo que pasó desde ese día. Sonreían cada vez que sus miradas se encontraban.
TaeHyung se encontraba de espaldas contra el fornido pecho JungKook, y el último mencionado rodeaba el cuerpo contrario con sus brazos. Dejaba besitos en los hombros del omega, y con sus dedos acariciaba uno de los muslos del omega.
El peliazul recargó un poco más su cabeza en el pecho del alfa, y buscó conectar miradas. El castaño entendió la señal y movió un poco su rostro para lograr ver a de su pareja. Con suaves caricias en los brazos del alfa; TaeHyung decidió hablar. Él quería preguntarle algo a su conejo.
— Kookie... — El alfa le sonrió en respuesta. — Esto que preguntaré sólo es para aclarar una duda. — Expresó, y el castaño lo miró expectante. — Si lo pregunto no es necesario que tú en verdad accedas a ello...
— Mi lindo osito... — Acarició la barbilla del omega. — Tú sólo pregunta. No te preocupes.
— Kookie, en nuestra primera vez me dijiste que...
— Mi vida... Ya sé para dónde vas. — Lo interrumpió. — Y te diré antes de que prosigas que... — Lamió sus labios provocativamente. — Yo quiero entregarme a ti. — TaeHyung abrió sus labios dejando escapar un poco de aire. — Mi amor, quiero que tú sientas el placer que yo siento cuando te penetro. — Se puso de pie, y ayudó a que el omega se levantara.
— ¿Estás seguro? — Tomó la mano del alfa y salieron del jacuzzi.
— Mi amado omega. Quiero ser tuyo de todas las maneras habidas y por haber. — Secaron sus cuerpos mutuamente. — Así que... Quiero que tú, Kim TaeHyung, me hagas el amor, me penetres y te entierres en mí. — Alzó al omega en sus brazos, y lo llevó a la cama.
— Seré suave. — Avisó cuándo su alfa lo dejó sobre la cama. — Imitaré lo que tú haces conmigo, y me dices si te lastimo. — El alfa se trepó en la cama, y quedó sobre el cuerpo desnudo.
— Confió en ti, mi vida. — Besó los labios del omega, y se recostó a un costado. — Ahora... Soy todo tuyo. — TaeHyung se trepó sobre el cuerpo del alfa.
— Te amo mi conejo. — Besó las clavículas.
— Te amo mi osito. Ah~. — Siseó cuando el omega succionó la piel de sus clavículas.
— Hoy voy a renovar esta marca. — Lamió el lugar donde se encontraba la mordida de meses atrás. — Por favor hagamos de cuenta que es la primera vez que te la hago.
— Esta será la primera vez que me harás la marca. — Besó el cuello del omega. — Y yo también dejaré una linda marca en este perfecto cuello tuyo. — Dejó un pequeño chupetón.
— Tendremos nuestras marcas. — Humanos y lobos hablaron al unísono.
TaeHyung inició un suave beso contra los labios del alfa. Movía sus caderas buscando más contacto con el miembro de su pareja. JungKook posicionó sus manos sobre las caderas acaneladas, y apretaba sin llegar a lastimar.
El omega se separó del beso, y con pequeños besos desde los labios del alfa, pasando por sus pectorales y abdomen; hasta bajar a la prominente erección del castaño. TaeHyung se quedó allí por un segundo, y luego sacó su lengua para lamer la punta húmeda de la virilidad de su pareja.
El cuerpo de JungKook presentó un pequeño espasmo a causa de la sensación. Los labios y lengua de su omega eran el paraíso, y se quería perder en ellos. TaeHyung tomó con sus largas manos aquella virilidad, y la masajeó utilizando como lubricante el pre-semen. El alfa siseaba y gruñía por la deliciosa sensación.
— Voy a utilizar lubricante. — Avisó acostándose sobre el cuerpo del alfa, y estirando su mano hacia la mesa de noche.
— ¡Espera! — Expresó abriendo los ojos en grande, al ver que el peliazul podría descubrir el objeto que dejo anteriormente en el cajón.
— ¿Te arrepentiste? — El alfa negó. — ¿Entonces? — El castaño no sabía que decir.
— N-no quiero lubricante... — Expresó rápidamente.
— Te puedes lastimar. — Informó preocupado. — El lubricante va porque va. — Demandó, y se estiró para abrir el cajón de la mesa de noche.
JungKook cerró los ojos para evitar ver como su plan se iba a la basura.
— ¡¿Qué es esto?! — Preguntó el omega, y JungKook abrió los ojos resignándose al fracaso de su plan. — Yo quería el de sabor a plátano y traje el de fresa. — Puchereó, y el alfa soltó todo el aire que no sabía que estaba reteniendo hasta ese momento.
— ¿Sabor a fresa...?
— Me equivoqué de sabor. — Manifestó. — Kookie, ¿no importa si el lubricante es de fresa? — JungKook negó, y volteó a ver hacia la mesita del lado derecho de la cama, y sus cajones estaban cerrados. Luego giró a ver a lado izquierdo y uno de los cajones estaba abierto.
— No importa el sabor. — Sonrió al ver que su plan seguía sobre ruedas.
— Okay, mi conejo. — Destapó el potecito de lubricante, y derramó un poco sobre uno de sus dígitos. — Huele rico, y te hará sentir muy bien. — Besó al alfa para después bajar y quedar frente a la pelvis contraria. — Relájate y disfruta~.
TaeHyung introdujo el pene del alfa en su boca de un solo bocado. Ahuecó sus mejillas creando un exquisita y perfecta succión que hacia que el castaño encogiera los dedos de sus pies, gruñendo ronco y fuerte.
— ¡Mngh! ¡Sí! ¡Así bebé! ¡No pares!
El peliazul lubricaba por montones. Su entrada estaba más que lista para tener nuevamente al alfa dentro. Pero ahora no lo haría.
TaeHyung derramó nuevamente lubricante en sus dígitos y con sumo cuidado acarició la entrada del alfa. Daba pequeños masajes al músculo de anillos que próximamente se abrirían para recibirlo. Abandonó el miembro del castaño, y se escuchó un "pop" ante la acción.
— Si te duele o te lastimo... Me dices.
Volvió a introducir el miembro en su boca, y al mismo tiempo deslizó con cuidado su largo dedo en el canal anal del alfa. Se quedó quieto por un momento, y cuando sintió como el castaño lo apretaba; movió su dedo de adentro hacia afuera y en círculos. Estiraba la entrada de su alfa mientras le regalaba placer con su boca.
— TaeTae~... Mete otro~.
TaeHyung obedeció de inmediato, e introdujo el segundo dedo. Empujó el miembro del alfa hasta el fondo de su garganta; realizando una perfecta garganta profunda. Cuando sintió arder su tráquea, volvió a chupar la cabeza de la virilidad del castaño. Saboreando el pre-semen y delineando con su lengua las gruesas venas del miembro. Con sus dedos realizó movimientos de tijeras y luego en círculos; estirando aún más ese espacio.
Sin aviso introdujo un tercer dedo, y los movió rítmicamente al compás que marcaban las caderas del alfa, que se deshacía en jadeos debajo de él.
— Y-yo cr-creo q-que... — El alfa intentó hablar, y la boca de TaeHyung detuvo sus succiones.
— Ya estás listo, Kookie. — Completó la frase del alfa, y se limpió la saliva que escurría por la comisura de sus labios.
— Sí. Sí estoy listo. — Abrió sus piernas para que el omega se posicionara en medio de ellas.
— Esto te dolerá un poquito...
El omega derramó lubricante sobre su miembro que para nada era pequeño. Enserio podría considerarse como alfa con sólo el tamaño de su virilidad. Era casi del mismo tamaño que el pene de JungKook.
— Omega~.
TaeHyung se alineó en la entrada, y con una de sus manos hizo que el castaño subiera una de las piernas sobre su cadera. Ingresó lento, suave, y dejando pequeños piquitos en los delgados labios.
Sintió el exquisito calor que cubría su pene, las paredes del ano del alfa lo aprisionaban tan perfecto, y el castaño juraba que podía sentir las prominentes venas del miembro de su omega. TaeHyung se quedó quieto. Esperó a que su alfa hiciera el primer movimiento.
JungKook empujó sus glúteos contra la pelvis de TaeHyung, y allí iniciaron una sincronía de estocadas y gemidos. Ambos movían sus cuerpos buscando placer. Se besaban lento, y después demandante. Mordían sus labios y luego los lamían con dulzura.
Sus cuerpos nuevamente estaban bañados en sudor, pero eso no les importaba. Estaban entregándose en cuerpo y alma, se decían cuanto se amaban, y que se enloquecían por el cuerpo contrario.
— Omega~... Voy a llegar~.
— Alfa~... Yo también estoy en mi limite~. — Avisó. — Pero quiero que lleguemos al tiempo, y cuando encuentre tu punto. — JungKook mordió su labio inferior, después de un fuerte gruñido lleno de lujuria.
TaeHyung intensificó sus estocadas, movía sus caderas en círculos, y luego sin lastimar a su alfa, se enterraba en él hasta que un gruñido salía de los labios ajenos. Estocada tras estocada, gruñido tras gruñido, llegó el momento en que el omega sintió ese punto en el interior del castaño. Sonrió en grande, y salió por completo, para luego ingresar en un movimiento, y golpear el punto dulce.
JungKook tembló bajo el cuerpo de TaeHyung, y este último sintió el cosquilleo en su vientre.
— ¡O-otra vez! — Pidió en medio de jadeos. — Omega vuelve a hacer eso.
TaeHyung salió de nuevo del cuerpo del alfa, y repitió la acción cuatro veces más. En la quinta se inclinó aún más sobre el cuerpo del castaño, y pasando sus brazos por debajo de la espalda del alfa; se abrazó a él sosteniéndose de los hombros contrarios, y golpeando por última vez el punto del castaño. Gruñeron guturalmente, y con un te amo proveniente de los labios de la pareja; llegaron al clímax. JungKook cubrió con su semen su abdomen y el de TaeHyung. El peliazul se descargó dentro de JungKook, disfrutó los espasmos de las paredes anales de su alfa.
Retomaron el aliento, y tranquilizaron sus acelerados corazones. TaeHyung salió de JungKook con cuidado, observando como su semilla escurría de la entrada de su alfa.
— Perdón. — Besó los delgados labios.
— ¿Por qué te disculpas? — Acomodó los sudados cabellos azulados.
— Es que terminé dentro de ti. — Abultó su labio.
— Que termines dentro mío, también hace parte de la experiencia que quiero que vivas. — Lo jaló hacia su cuerpo, y acarició su desnuda espalda.
— Eres un alfa único...
— Y tú eres un omega valioso. Eres mi tesoro. — Tomó la barbilla del peliazul, y se miraron a los ojos. — ¿Tienes energía para otra ronda? — Sonrió.
— Eso no se pregunta. — TaeHyung mordió el labio del alfa, y sin aviso se empaló sobre el cuerpo de JungKook. — Ah~... Kookie~... Aun nos faltan las marcas~...
— TaeHyung~. — Gimió cuando su miembro fue tragado por el agujero extremadamente lubricado de su omega. — Mueve ese lindo cuerpo. — Sin salir del omega se sentó con cuidado.
Quedando sentados, frente a frente. TaeHyung con sus piernas abiertas en una perfecta "V", y JungKook sosteniéndolo de las caderas; iniciaron las estocadas profundas. En esa posición el peliazul y el castaño sentían como el miembro del alfa llegaba aún más profundo.
— Pa-para no la-lastimarte. — Mordió la clavícula del omega. — Tú llevarás el ritmo.
TaeHyung se mordía los labios para callar los fuertes gritos que quería pegar por la deliciosa sensación que estaba sintiendo en ese preciso momento. Brincaba en el pene del alfa, y lo mojaba con su lubricación que salía por borbotones.
— Sigue moviéndote así. — Animó el alfa. — Es delicioso~.
— No creo que aguante mucho. — Gruñó. — Alfa~.
El chapoteo se escuchaba claramente, ambos cuerpos estaban desbordando lujuria y fluidos. Estocada tras estocada, la pareja sentía un hormigueo en su espina dorsal. TaeHyung decidió levantarse un poco, y luego bajar de un solo golpe; tragándose el gran pene de su alfa. JungKook empujaba sus caderas hacia arriba, y el omega hacia abajo. Se encontraban en un choque de pieles y fluidos.
Cuando sintieron que ya estaban próximos a su orgasmo, se abrazaron sin abandonar las penetraciones. El omega inclinó un poco su cuello, y el alfa olfateó aquel lugar donde encajaría sus caninos.
TaeHyung besó la antigua marca que portaba su alfa, y lamió sus colmillos. Unos cuantos movimientos bastaron para que omega y alfa llegaran al clímax. JungKook se derramó dentro de la cavidad de TaeHyung, y el peliazul sobre sus cuerpos desnudos. Seguido a eso, en sincronía enterraron sus dientes en los cuellos de su pareja.
Sisearon ante la sensación, y sonrieron al sentir el lazo que se reforzaba.
Se reforzaba porque ellos ya contaban con un lazo sin necesidad de la marca, y eso le quedó claro a la pareja en el San Valentín pasado.
Lamieron la marca de su pareja, y limpiaron el rastro de sangre de sus labios y dientes. Se besaron dulcemente, tan despacio que parecía en cámara lenta.
— Alfa...
— Omega...
Hablaron cuando se separaron del beso.
TaeHyung se apoyó en los hombros del alfa y se levantó. El miembro de JungKook se deslizó fuera del cuerpo del omega, y sus fluidos escurrieron por los muslos del peliazul.
— Necesitamos otro baño. — Expresó TaeHyung cuando se bajó de la cama.
— Yo te baño. — Se puso de pie, y lo abrazó.
— Bañémonos, alfa de mi vida. — Caminó hacia el baño, y JungKook le siguió el paso abrazándolo por la espalda.
Después de un baño rápido, con mucha espuma, y caricias cada cierto tiempo; la pareja se recostó en la cama después de cambiar las sábanas.
Acostados y acurrucados. JungKook abrazaba a TaeHyung por la espalda formando una cuchara gigante. El alfa acariciaba la marca del omega, y este ronroneaba en satisfacción.
— JungKook... — Le llamó su lobo.
— TaeHyung... — Imitó la acción del lobo de su alfa.
— Haz la propuesta ahora. — Dijeron los lobos al unísono a sus humanos.
— Pero acabamos de hacer... Bueno ya sabes. — Dijeron a sus animales, sin notar que estaban teniendo la misma conversación, y que se estaban escuchando los cuatro.
— Vamos... Se pidieron ser novios después del coito y anudados. — Les recordaron. — Esto es lo más normal que haríamos ahora.
JungKook giró levemente su cuerpo, y sacó el objeto que guardó en aquel lugar. Al mismo tiempo TaeHyung sacaba de debajo de la almohada el objeto con la misma forma que tenía el objeto de su alfa.
Una cajita de terciopelo rojo en forma de rosa.
Cada quien abrió la cajita, y sacó el anillo que se encontraba dentro. JungKook tomó la mano de TaeHyung, aun estando el omega de espaldas, y el peliazul tomó la de JungKook; delineado el dedo anular donde pondría la argolla.
Al mismo tiempo, y con sus corazones latiendo a mil por hora, cada uno deslizó el pequeño arito en el dedo de su pareja. TaeHyung se giró rápidamente, y quedó frente a frente con el alfa. El castaño levantó su mano y observó su dedo para después sonreír en grande. El omega imitó la acción del alfa, y con sus orbes amenazando con derramar las conocidas lágrimas que opacaban la visibilidad de la pareja... Hablaron.
— JungKookie...
— TaeHyungie...
Los orbes azules se perdían en los verdes, y estos últimos se sumergían aún más en el brillo de los azulados. Sus lobos aullaron por el sentimiento que florecía en sus interiores.
— ¿Te casarías conmigo? — Preguntaron al unísono, y acariciaron las mejillas contrarias; limpiando las lágrimas que resbalaban.
— ¡Sí quiero! — Respondieron cuatro voces. TaeHyung, JungKook y sus lobos. — Sí quiero casarme contigo. — Se unieron en un besó en donde algunas lágrimas se colaban entre los labios de la pareja. Sonrieron cómplices y se abrazaron.
Cada uno observaba el arito brillante que ahora estaba en su dedo. Estaban eufóricos. No creían que se les había ocurrido la misma idea, y que ahora estaban comprometidos.
Sin volver a hablar se acurrucaron para dormir. Ahora acariciaban el dedo dónde la argolla anunciaba su futura unión, sonreían en sincronía aún sin verse los rostros. No necesitaban decir nada más, sus corazones les gritaba al otro que estaban más que felices por estar juntos. Se amaban, adoraban, atesoraban, querían, complementaban y protegían.
— Prometo ser tu luz en las noches en dónde la luna no ilumine nuestros caminos. — Recitaron los lobos, y sus humanos sonrieron cerrando los ojos para caer en un sueño profundo.
Aquí la Tsunade. 🤟
Solo les diré: yo no fuí, fue la Tsunade horny. 🙈
Este es el penúltimo capítulo de mis panzones. 🤧 No los quiero soltar, 😭 me enamoré de ellos. 😭😭😭
Ahora procedo a hacer la Tsunadetruz... 🏃♀️ Es que si estuvo potente el asunto. 😅 Al menos para mí. Así que me voy a esconder tantito.
Besitos púrpuras. 💋💜
Se les quiere. 🤟🖤💜
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