⸻¡Su majestad está embarazada!

Ilitia termino el recorrido en la academia Wilwol rápidamente, la joven a la que patrocinaba estaba deprimida por su falta de maná pero había logrado darle ánimos.

—Reina - Heinley se acercó a ella —¿Vamos?

—Ire a la posada, nos vemos ahí  - Heinley asintió y salió primero.

Había pasado varias noches junto a Heinley y esperaba que la piedra de maná fuera lo suficientemente efectiva como para quedar embarazada.

—He visto a la mujer, a Navier -Heinley contó —Esa mujer quedará embarazada pronto.

—¿Quedará? Posiblemente sea hijo del mismo hombre.

—Puede ser - el menor acaricio la mejilla de Ilitia — Necesitamos darnos prisa.

—No la hay - la rubia sonrió. —Sovieshu enloquecera al saber que tendrá un hijo, querrá que lo tome bajo mi manto, pero no será así, cuando me niegue el buscara una solución.

—Comprendo, querrá divorciarse.

—Exacto, Necesitamos que todos a su alrededor se lo pidan y cuando sea el momento daremos el golpe.

—Bien, entonces aun tenemos tiempo. - Heinley olió su cuello.

—Vamos a disfrutar este tiempo a solas.

Rashta parecía ser un angel, inteligente y dulce, pero solía ser inteligente y cruel en ocasiones, engatusar a Sovieshu le fue fácil, la veía como una niña a la que había que cuidar y eso lo supo aprovechar.

—Los rumores de Lady Nian están que arden  - dijeron las nobles.

La fiesta de máscaras era un gran evento, había llevado un vestido rojo similar al de Ilitia, quería dejarla en ridículo.

—¿Acaso su majestad me copio? - quiso sonreír pero mantuvo su cara dolida.

—¿Por que querría copiarte? - soltó tajante Ilitia, Rashta la miro —No tengo tiempo para copiarme de amantes sin oficio. -paso por su lado ignorandola.

Su plan no había funcionado, pero lo siguiente sería crucial, a los lejos vio al espejo de Lady Nian, acabaría con todo el escándalo de su esclavitud ahora mismo.

Ilitia hablo un poco con Sovieshu y agradeció su ayuda, al menos no la había dejado aguantar las críticas hacia su vestimenta.

—Sovieshu  -el nombrado se giro a verla.

—Dime.

—Ire esta noche a tus aposentos - el alzó una ceja, se notaba la sorpresa —¿No puedo acaso?

—Claro, me preparare. - ella asintió, solo dos noches para poder sostener su mentira.

Sus acercamientos en público con Heinley se habían disipado, Sovieshu se miraba cómodo con eso, sus celos habían decaído un poco, pero le gustaba verlo sufrir.

—Su majestad. - Heinley se acercó y se reverencio  —Esta noche es muy linda y usted se ve bien.

—Gracias alteza. - Sovieshu los miro de reojo y suspiro. —Me alegra que le guste la fiesta.

—¿Quiere bailar?

—No lo creo, bailará conmigo - Ilitia quién había acercado su mano a Heinley la retiro rápidamente.

—Oh claro - Heinley sonrió y se despidió de ella.

Aquella noche pasó lentamente, cuando Ilitia se preparó para ir con Sovieshu, repaso en su mente que debía de guardarse el asco para si misma y olvidar el resentimiento que sentía por aquel hombre.

La noche fue corta, solo se tocaron una vez y Sovieshu cayó rendido al sueño, Ilitia sonrió ante aquello y durmió plácidamente ese día.

Pero su sufrimiento siguió, Rashta derramaba una lagrima y ella era la culpable, cuando Sovieshu supo que Ilitia administraba todo lo de Rashta, este fue 6 le reclamo, la insulto y humilló para defender a su amante.

—Entonces lleva la administración tu, siempre me pides que la ayude y la comprenda, nunca había tocado dinero y lujos, es normal que sea derrochadora y que no sepa el valor de las cosas, así que quise ayudarla.

—¿Ayudarla o controlarla? ¿Acaso sientes envidia de que ella reciba joyas lujosas y hermosas?

—¿Por qué sentiría envidia? El anillo que me pediste para curar sus heridas era el mío, el tuyo se lo diste y la muy tonta lo regalo. ¿Es mi culpa?

—¡Lo es! - Ilitia abrió sus ojos con sorpresa, Sovieshu nunca le había gritado —Desde un principio debiste de hacerte cargo, pero no quisiste, ahora no vengas a querer ayudarla, yo me haré cargo de ella.

—No Sovieshu.

—Lo haré, es mi mujer, tu y ella son mi trabajo, así que me encargaré de cuidarla personalmente.

—¿Tú mujer? - Sovieshu se había dado cuenta de lo que había dicho —Perfecto, entonces dile que no venga a buscarme, que no me hable y que no respire cerca mío, de lo contrario no seré tolerante.

—¿Te escuchas?

—Perfectamente, es una advertencia, a la segunda vez que lo diga será un problema mayor

—Eres una persona cruel y sin corazón  ¡no te reconozco!

Ilitia cayó al suelo y tocó su pecho, obviamente sus palabras le habían afectado, debía de acostumbrarse a eso, siempre fue llamada Fría y cruel, pero eran voces lejanas, que se lo dieran de frente fue aún peor.

—Solo cavas tu tumba Sovieshu.

Días después Laura ingreso a sus aposentos con la caja roja y el cuerpo bañado en sudor, parecía que había recibido una terrible noticia y eso le asusto.

—La amante esta embarazada  - había omitido el echo de que había sido apuñalada, el embarazo fue el tema central y alarmante.

—Salgan todas por favor.

—Su majestad  - Ilitia les dio una mirada y todas acataron su orden.

No es que no supiera que eso iba a pasar, ella misma lo había manifestado, pero sabía que los rumores sobre su infertilidad sería más fuertes ahora, incluso llegó a pensar que posiblemente la piedra mágica no la ayudaría en sus problemas.

—Ilitia - esa voz logró reconocer la —¿Tu odio a aumentado tado?

—Supongo.

—Aumentara más  -la miro sin entender —¿Quieres saber?

—Dime por favor, necesito más pistas, más información.

—Tú infertilidad no es de nacimiento.

—¿De que hablas? - Navier sonrió.

—Mi dulce niña, Sovieshu robo galletas de la difunta emperatriz, estas galletas contenían veneno abortivo y tu comiste junto a él - Ilitia toco su pecho.

—No entiendo...

—La difunta emperatriz no se entero de que tu habías comido porque Sovieshu guardo silencio, pero ambos son inferiores- ella soltó a reír.

—¿Me han humillado y se han burlado por años por su culpa?  No, eso no es lo peor - tomó el jarrón y lo tiro al suelo —él sabía todo y aún si dejó que todos se burlaran de mí, que le humillaran y me menos preciaran ¿me amaba acaso? Nunca me defendió.

—Calma Ilitia - ella soltó una risa estruendosa.

—Lo haré besarme los piesa y haré que llore sangre. - su voz sonaba rasposa —Sufrirá por cada burla y mal comentario que me hicieron, por cada baja de autoestima que sufrí, pagara muy caro.

—Ilitia  - ella le miró —Ahora que lo sabes debes de actuar, se fuerte.

—Gracias Navier, esto será un impulso para mi.

Nuestra querida Ilitia ya sabe la verdad sobre su infertilidad ¿que pasará?

Estamos más cerca del juicio de divorcio que del inicio de la historia jajaja todo lo bueno se viene después del juicio.

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