Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝖲𝖮𝖭𝖦 𝖤𝖨𝖦𝖧𝖳

•*¨*•.¸¸☆*・゚•*¨*•.¸¸☆*・゚

— No tienes que preocuparte, Chota y Karube son geniales — aseguró, tirando de la vergonzosa trainee. Natsuki, sonrojada hasta las orejas y tratando de esconderse tras el adolescente, se negaba a conocer aún a los mejores amigos de su mejor amigo—. ¡Les caerás genial, te lo prometo!

— ¡Déjame cambiarme de ropa! — buscó excusas—. Seguro que parezco una niña pequeña con estos colores, y no me he peinado bien, ay, que vergüenza, ya será otro día.

Arisu contuvo una carcajada al verla tan nerviosa, mirando a los alrededores en busca de sus dos amigos. Habían quedado en aquel parque tras explicarles que Natsuki se sentiría más confiada en un espacio abierto, y realmente estaba emocionado por presentarle sus nuevos amigos a su mejor amiga.

— Ahí están, ¡Chota, Karube! — llamó. Natsuki se removió nerviosa, sujetando con fuerza su mano—. Se supone que tú eres la mayor de los dos.

— Cállate, creo que he olvidado como se saluda — espetó, haciendo muecas raras—. ¿Ese chico con pinta de matón es tu amigo? Ay, Ryo...

— Karube es genial, ya verás — aseguró—. Es de tu edad, os vais a llevar fantástico.

Natsuki no pudo quejarse o llevarle la contraria, porque ambos chicos estaban ya a su lado. La chica tragó saliva al ver a Chota saludar a su amigo ruidosamente, ignorando la mirada curiosa del mayor de todos.

— Chicos, ella es mi mejor amiga Nashiro Natsuki — la tiró a los lobos, empujando su cuerpo hacia el frente—. Nana, ellos son Karube Daikichi y Chota Segawa.

— Al fin conocemos a la famosa Nana — la voz de Karube era más grave y tranquila, y extendió su mano despacio en su dirección—. Es un placer — sonrió, achicando sus ojos y mostrando un casi invisible hoyuelo. Nashiro quedó completamente encantada con él, estrechando su mano con confianza en un segundo.

— Igualmente, Ryohei habla mucho de vosotros — expuso al menor, causando su sonrojo.

— ¡Aww, Arisu habla de nosotros! — Chota se abalanzó a molestarle, revolviendo sus mechones oscuros ya despeinados de por sí—. ¡Espero que cosas buenas!

— ¡Es mentira, Nana solo lo dice para molestarme! — lloriqueó quejándose, queriendo apartar al histérico chico de su espalda—. ¡Quitadme de encima a este pesado!

— ¿Te gustan los helados? — Karube ignoró por completo la pequeña pelea, buscando ganarse la confianza de la adorable adolescente.

— ¡Claro! Vayamos a por uno.

Aquel helado de la tarde más fresca de junio no solo sirvió para ganarse la confianza de Natsuki por completo, sino que unió una amistad de por vida sin apenas darse cuenta. Nana siempre agradecería a Arisu haberla sacado de su burbuja para conocer a los que se convertirían en sus hermanos.

— Encuentra a Tsuki, Arisu — la voz de Karube se escuchaba cortada por los audífonos. Arisu apenas podía escuchar, corriendo desesperado entre los paseos de piedra repletos de plantas de todos los colores y tamaños—. Jamás podré perdonarme haberla perdido... pero me alegro que no haya estado aquí para ver esto. Sé que habrías dado la vida por ella.

— Todos lo habríamos hecho — aseguró Chota, sollozando aún más lejos de Karube. Shibuki había dejado de pelear, aceptando el destino que les deparaba—. P-Por favor, Arisu... Sálvala, salvaos y vivid felices.

— ¡Karube, Chota! —insistía—. ¡Por favor, decidme donde estáis! ¡N-No quiero esto!

— ¿Recuerdas el día en el que Arisu nos dijo lo enamorado que estaba de nuestra Tsuki, Chota? — preguntó nostálgico Karube, acariciando el anillo que iba a ser para su novia. El destino era cruel—. Lo negó tanto tiempo que ya era un pesado.

— Y cuando lloró porque había rumores de citas con otro famoso — recordó con una sonrisa, sosteniendo la mano de Shibuki con fuerza. Ella sollozó, aceptando que nada haría más feliz a Natsuki que ver a su mejor amigo y primer amor vivo, salvándola de los crueles monstruos que se la habían llevado. Ella era tan pura, tan buena...

— Vive por nosotros, Arisu.

— ¡No puedo sin vosotros, parad! ¡KARUBE, CHOTA! —casi cae cuando localizó a Karube sentado con tranquilidad, mirando las altas hojas del invernadero.

— Gracias, Arisu y Tsuki. Me habéis hecho realmente feliz.

La cuenta atrás empezó.

— ¡Karube!

Uno.

Y los collares explotaron.

La música que provenía de la discoteca causaba que el ambiente en la zona de la piscina fuera más ameno y divertido. Natsuki había encajado a la perfección con los jugadores, y pronto se vio rodeada de grupos de chicas de su edad que reían pícaras cuando algún chico trataba de coquetear. Se sentía cómoda y feliz, deseando que pronto sus amigos estuvieran también con ella. Shibuki también sería feliz bebiendo piña colada y llevando bonitos vestidos de playa de colores, y estaba segura de que Chota se lo pasaría genial en la piscina echándose la siesta al sol. Karube tendría montones de chicas tras él, y Arisu simplemente descansaría en las tumbonas hasta que Chota fuera a molestarle.

Quería verlos ya, los extrañaba y apenas habían pasado dos días.

— Realmente amo tu voz, Nana — Miku era la más borracha de todas, riendo ante cualquier estupidez y poniéndose sincera—. Y tus bailes, oh, cuántas veces he visto fancam tuyas tratando de imitarte... — varias rieron con fuerza—. ¡Venga ya, todas lo habéis hecho!

— Yo quería poder llegar a ser su maquilladora — lloriqueó Tomoe. Natsuki de inmediato había quedado enamorada de su delineado.

— ¿Por qué hablas en pasado? — Natsuki, perfectamente tumbada en el centro de todas luciendo su bonito conjunto rosa dio un sorbo a su zumo de frutas—. Si me haces esos bonitos delineados, te contrataré mañana mismo.

— ¡Tomoe ha conseguido trabajo! — exclamó alguien detrás de ella, y de inmediato hicieron un brindis. Nana ya podía sentir su estómago doler de tanto reír, y el alcohol afectarla al estar más risueña. No estaba borracha, pero sí feliz—. ¡Un brindis más por nuestra dulce y preciosa Natsuki!

— ¡Por la dulce y preciosa Natsuki! — exclamaron a la vez, sonrojandola.

— ¡Por las nuevas amistades! — exclamó Miku, y esta vez fue Natsuki quien la coreó.

— ¡Por la Playa, y las nuevas amistades!

Realmente se sentía de nuevo una adolescente despreocupada. Nada de contratos con marcas de promoción, nada de vídeos musicales para los que debía ensayar de sol a sol, nada de dietas que la dejaban mareada y de mal humor, nada de... nada de esa rutina. Llegar a la Playa había sido una casualidad perfecta, y lo único que la hacía falta para poder asegurar que era el día más alegre de todos eran sus amigos uniéndose al brindis.

— Buenas noches, preciosas — un grupo de militares se acercó, y un par cuchichearon entre ellas. Natsuki reconoció a Niragi, y a un chico extremadamente similar a Kougami—. Hideki Matsumoto, un placer conocer a la dueña de mis Playlists — hizo una exagerada reverencia, causando carcajadas en las chicas.

— ¡Nuestro valiente militar escucha las canciones cursis de Nana! — se burló una de las chicas, Sakumi.

— ¡No solo tiene canciones cursis! — se quejó Hideki, cruzandose de brazos avergonzado—. ¡Sus letras son realmente profundas, y tiene un álbum con temática de rock!

Natsuki rio, recordando ese cambio tan brusco en su carrera. Quería probar algo nuevo, y le sirvió para alcanzar más personas. Por ejemplo, a duros paramilitares llenos de tatuajes. Le parecía adorable ver a gente como Hideki o Niragi admitir que escuchaban sus canciones (incluidas las cursis).

— Aunque sería un placer quedarnos con vosotras, venimos a escoltar a nuestra preciosa Nana con el número uno — Niragi cortó las burlas, extendiendo una mano actuando como esos príncipes de películas. Tomoe se sonrojó y la codeó insistentemente para que aceptase, aunque ella prefería quedarse tumbada y riendo de las historias de las chicas. Ante la mirada de todos, aceptó tomar su mano para incorporarse—. Después de ti, preciosa.

— ¡Suerte, Natsuki! — se despidieron. Miku alzó su vaso, indicando que le cuidaría hasta que volviera. Asintió indicando que confiaba en ellas, y comenzó a caminar a la par de Niragi siendo escoltada por al menos cinco Paramilitares. Hideki quería también quedarse a coquetear con Saiko, una militar que se unió a ellas al ser amiga de Sakumi, pero tiraron de él para que dejase de hacer el bobo.

— Bonito bikini —halagó Niragi, de nuevo mirándola de esa manera tan incómoda. Natsuki sonrió por cortesía, aunque cerró el kimono de suave tela azul para cubrir su pecho.

— ¿Por qué me llama el señor Sombrerero? — preguntó, agitando la mano para saludar a las personas con las que se cruzaba.

— Quiere explicarte un par de cosas — agitó la mano donde tenía la pulsera de taquilla con un número. Asintió entendiendo.

Alguien se puso a su lado repentinamente, y por la enorme sonrisa de Hideki supo que iba a preguntarla algo acerca de su carrera. Soltó una risa por lo parecido que era a su hermano Kougami, algo que no hizo demasiada gracia a Niragi.

— ¿Puedo preguntarte algo?

— Piérdete, Hideki — advirtió Niragi, sacando a espaldas de la chica un arma de su espalda. A petición de la Junta, escondían sus armas para ganarse así la plena confianza de la pelirrosa.

— ¡Claro! Dispara — bromeó. Mala expresión para aquel momento.

— ¿Escribes tus propias canciones? —la chica asintió—. ¿En serio? ¡En sus caras, haters de Twitter!

Nana soltó una carcajada, extremadamente animada. Esa noche era perfecta, se sentía tan libre y feliz...

— Matsumoto...

— Ya sé, ya sé — una vez satisfecho con su respuesta y por haberla hecho reír, se alejó. Niragi entrecerró los ojos en su dirección, y una vez se perdió volvió su atención a la famosa.

— ¿Sabes qué, Niragi? — preguntó, manteniendo una sonrisa en sus labios decorados con brillo—. Cuando volvamos al mundo real, estaréis todos invitados a mis conciertos de por vida.

— Me honra tal privilegio, preciosa — guiñó un ojo, haciendo un gesto despreocupado con la mano para indicar a los militares que les acompañaban que avisasen su llegada al Sombrerero. Se adelantaron a paso rápido, como había indicado.

— Me he fijado en que parece que hay también una jerarquía en los Paramilitares — comentó, perdiendo de vista por el pasillo a los enormes hombres—. Además de que el señor Aguni es el líder, me refiero. ¿Eres también como un general o algo así? No entiendo mucho del tema.

— Soy su mano derecha —presumió. Era su momento de lucirse—. Aguni considera que soy lo suficientemente hábil y leal como para merecer tal puesto.

— ¡Eso es genial! — exclamó impresionada—. ¿Eras un deportista o policía en el otro mundo?

¿Mentirla para impresionar o decir la verdad? Niragi se debatía entre ambas, aunque finalmente optó por la segunda. Debían ganarse su confianza.

— Ingeniero de videojuegos — aclaró. La respuesta de la pelirrosa fue emocionarse.

— ¿En serio? — él asintió, riendo levemente por su mirada de ilusión—. ¡Mi mejor amigo adora los videojuegos y la programación! Él llegó también a este Tokyo, y nos separamos hace unos días. Seguro que cuando venga aquí conmigo te llevarás genial con él. Oh, y mi amigo Dai sería un increíble militar, créeme. Parece un matón, pero es muy dulce.

— Parece que tienes muchos amigos — comentó. Ella se encogió de hombros.

— Son solo Ryohei, Daikichi y Chota — enumeró—. Bueno, aunque hace unos días conocí a una mujer muy agradable, Shibuki. Espero que el señor Aguni pueda encontrarlos pronto.

Niragi notó de inmediato lo que el Sombrerero: Nashiro Natsuki era demasiado ingenua. Parecía buscar siempre lo bueno de todas las situaciones, lo que la llevaba a confiar ciegamente en aquello que no debía. Confió en Aguni, en la Junta. Confió en él.

— Seguro que sí, tenemos el mejor equipo de toda la Playa — llegaron frente a la puerta de la Junta, entreabierta—. Bien, llegamos a nuestro destino.

El azabache abrió la puerta para ella, dejándola pasar primero. Natsuki saludó de inmediato con una sonrisa, buscando las caras que ya conocía. Probablemente la persona más decente en esa habitación era Ann, o tal vez Kuzuryu. Ni si quiera el palurdo de Hideki se salvaba.

— ¡Bienvenida! — el Sombrerero abrió los brazos, sentado al frente de la mesa.

— Hola a todos — saludó—. ¿Puedo sentarme?

— Oh, querida, no debes ni preguntar —la bonita mujer de flequillo negro señaló un sitio a su lado. Antes de poder mover ella misma la silla una mano la apartó por ella, encontrándose de nuevo a Niragi a su lado—. Mira Kanao, es un placer.

— Nashiro Natsuki, aunque creo que ya lo sabéis — se sentó agradeciendo en un murmullo rápido al militar por el gesto, aún si había sido extremadamente raro e incómodo.

— Antes que nada, Nana, te presento a mi círculo más cercano — retomó la palabra el número uno—. A Mira ya la conoces, al igual que a Aguni y Niragi — liderando la mesa desde el otro lado, el enorme militar apenas inclinó la cabeza como saludo—. Ellos son Kuzuryu, mi número dos, y Ann, nuestra doctora. Por no olvidar a uno de los hombres de Aguni, Last Boss.

Natsuki no había visto jamás a alguien tan extraño como el llamado Last Boss. Tenía la cabeza rapada, y todo su cuerpo mostraba un tatuaje uniforme, incluso su rostro. Tenía tatuada hasta la cabeza y alrededor de los ojos, algo que a Natsuki le pareció doloroso el tan solo imaginarlo.

— Hola —saludó. No estaba sentado, sino que se apoyaba en una funda de espada. No se esperaba respuesta, de igual manera.

— Mm —fue como un tatareo ronco, suficiente respuesta para no parecer un maleducado. A Natsuki tampoco le habría molestado si no respondía.

Kuzuryu la analizaba desde un lado, y Ann mantenía un gesto más sereno. Había una silla vacía al lado de la doctora, y su atención en ella llamó la atención del excéntrico número uno.

— Ya le han avisado, sin embargo es alguien que tiende a hacer esperar a la gente — aclaró—. Uno de nuestros expertos en diamantes, Chishiya.

Asintió entendiendo. No la gustaba la gente tardona, pero no era nadie para quejarse de eso. Si Chishiya llegaba tarde, tendría sus motivos. A lo mejor estaba herido como Kougami, o estaba ocupado. De igual manera, lo que más la preocupaba ahora era su presencia en aquella reunión. Miró a Niragi buscando respuestas (por el momento, era el más familiar para ella debido al tiempo que habían pasado hablando), y este señaló su propio bolsillo. Nana entendió lo que quería decir de inmediato.

— ¡Oh, señor Sombrerero —rebuscó en los anchos bolsillos de su kimono veraniego, sacando una carta algo doblada—. Niragi me explicó las normas, y yo tengo una carta para la Playa también.

El Sombrerero se levantó para tomar la carta, sonriendo eufórico cuando vio el gran corazón rojo dibujado en el centro. Chasqueó los dedos dos veces, y dos de los guardas que siempre le escoltaban abrió una falsa pared revelando, además de más habitación, una enorme pared con todas las cartas dibujadas. Tachaban aquellas que ya tenían, o eso supuso. Sin tachar, brillaba el A❤️.

— ¡La carta de corazones que creíamos perdida! — gritó, causando una sonrisa en los miembros de la Junta. O al menos en Mira, Ann y Niragi—. Preciosa Natsuki, realmente nos has alegrado el día. No solo eso, ¡la semana entera! —ella creía que exageraba—. Esto merece, por supuesto, un ascenso de número. Por favor —extendió la mano, y en un momento uno de los hombres le dio una pulserita de taquilla—. Para hacer oficial tu integración a la Playa, te entrego personalmente tu pulserita.

Se acercó a su sitio, y ella extendió la mano. Con mucho cuidado, colocó la pulsera. Nana leyó el número cuatro.

— Es un número muy pequeño — musitó.

— Mi bonita Natsuki, eso mismo queríamos hablar — sostuvo sus manos como cuando la conoció en la habitación asustada de abrir—. Si así lo deseas, eres plenamente bienvenida a nuestra Junta Directiva. Todos aquí aportamos nuestro pedacito, y logramos que esta utopía funcione en plena armonía.

— Creo que es un cargo demasiado importante para mí... — se sonrojó hasta las orejas de la vergüenza y nervios—. Soy muy joven, y no tengo el mismo conocimiento que vosotros.

— Tu conocimiento es incluso más importante que el de una carrera universitaria, Nana —aseguró Mira, sonriendo suavemente—. Eres toda una experta con el público, con el espectáculo y las personas. Ese conocimiento basado en tu experiencia es toda una maravilla que no se debe desaprovechar.

— No quiero cometer algún error— seguía algo insegura al respecto. La encantaría formar plenamente parte de aquel resort, colaborar en su estabilidad y ayudar a todo aquel que llegase a los juegos asustado y perdido.

— Si es por tu edad — habló Ann. Era la primera vez que la escuchaba hablar, y tenía un timbre confiado y suave—, nuestros miembros Chishiya y Niragi son también jóvenes.

Las miradas estaban sobre ella, y comenzaba a sentirse algo acorralada. Quería levantarse y buscar a sus amigos, quería abrazar a Karube y volver a jugar videojuegos con Arisu. Quería comprar bolsas enteras de comida chatarra para compartir con Chota a escondidas de su manager, y recibir quejas de sus amigos por no incluirles.

Salvada de la angustia, la puerta se abrió sin aviso. Todos se giraron, y Natsuki vio al chico de mechones blancos del juego del Pilla Pilla.

— ¿Llego tarde?

— En realidad llegas en el momento perfecto, Chishiya — el tardón alzó levemente las cejas con sorpresa, mirándola tan solo un segundo—. Nuestra nueva integrante se siente algo insegura respecto a su edad y experiencia.

— Uhmm... —no podía importarle menos—. Aquí estoy, supongo. Tengo veintitrés.

El Sombrerero se giró a mirarla de nuevo como si esa simple intervención desinteresada fuera suficiente. Suspirando silenciosamente, acabó asintiendo.

— ¡Qué alegrías nos das, Natsuki! — caminó con gracia hacia su puesto de nuevo, mientras el rubio teñido se sentaba frente a ella en completo silencio—. Esta reunión será dedicada a ti, Nana. Hoy aprenderás todo sobre la organización interna de nuestra magnífica utopía.

Natsuki sonrió levemente asintiendo, sin saber a ciencia cierta en qué clase de sitio había accedido a meterse.

✧ » ◇ « ✧ » ✦ « ✧ » ◇ « ✧

SONG NINE
⏮ ⏯ ⏭

✧ » ◇ « ✧ » ✦ « ✧ » ◇ « ✧

𝑷𝑯𝑶𝑻𝑶𝑺𝑯𝑶𝑶𝑻
•*¨*•.¸¸☆*・゚•*¨*•.¸¸☆*・゚

✧ » ◇ « ✧ » ✦ « ✧ » ◇ « ✧

Definitivamente he matado a Karube, Chota y Shibuki lol a generar traumas a Nana.

Protagonista con traumas = ajebipink

Cada vez queda menos para la nueva temporadaaaa. Tengo muchas ganas, pero necesito que sean fieles al manga porque lit junto con DrStone es mi manga favorito😭 por ahora se ve que han cambiado cosas, pero mientras saquen el J❤️ y a Tatta todo me sirve 🤸‍♂️

Nana:🤪😍🍻☀️
Sus amigos: 😭☠️🆘⚰️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro