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SONG FIFTEEN

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Arisu y Usagi no aparecieron en toda la noche. Estaba muy preocupada, porque nadie sabía tampoco donde estaban ni los habían visto. Estuvo a punto de ir buscando habitación por habitación, pero Ann dijo que la llevaría mucho tiempo y era más rápido preguntar a Paramilitares o ejecutivos. Tal vez los habrían tomado como intrusos, y los habían llevado con el líder.

Por eso, a primera hora de la mañana fue directamente a la habitación del Sombrerero. No estaba, y los guardias que cuidaban su puerta dijeron que estaba en la sala de reuniones. Al ser la número cuatro y bastante famosa, todos dejaban que pasara a zonas restringidas.

Antes de entrar llamó a la puerta, y se encontró finalmente a quienes buscaba sentados en unas sillas.

— ¡Al fin os encuentro! — dejó salir la preocupación con un suspiro—. Buenos días a todos.

— ¡Llegas en el momento ideal, querida! — cerró la puerta tras ella, y saludó con la mano a Usagi y Arisu mientras se acercaba al Sombrerero—. Les estaba dando la bienvenida, han traído muy buenas cartas y estaba pensando en ascenderles.

— Arisu es muy inteligente, te lo aseguro — observó las cartas que tenía. Siete de corazones...—. Y Usagi es súper fuerte y rápida. Oh, Danma, se me olvidó darte anoche esto — sacó del bolsillo de sus pantalones cortos una carta—. El juego en el que me perdí.

— Muchísimas gracias, Natsuki — rodeó sus hombros con un brazo. Cuando volvió a mirar a sus amigos, estos la contemplaban boquiabiertos. ¿Qué pasaba?—. Como iba diciendo, ¡disfrutad al máximo vuestra estancia en la Playa! Natsuki estará encantada de guiaros a por ropa adecuada y seguro que os hará un tour completo.

— Claro que sí — asintió. Descubrió a Mira observándola con atención—. Bonito bañador, Mira. El negro es tu color.

— Vaya, gracias Nana — se sorprendió ante su comentario—. Tengo otro similar que me queda pequeño, ¿te gustaría?

— Lo siento, no me queda bien el negro — se disculpó avergonzada—. Bien, ¿vamos a por bañadores? Kougami no suele tener mucho ajetreo a estas horas.

Arisu y Usagi se levantaron lentamente, mirando a los Paramilitares tras ellos, y avanzaron juntos hasta la puerta. Natsuki charlaba con tranquilidad con toda esa gente, y parecía tener una relación muy cercana con el demente número uno.

— Nana... ¿Qué diablos es este sitio? — fue lo primero que preguntó Arisu cuando quedaron solos.

— La Playa, ¿qué quieres decir?

— Esta gente está loca, Natsuki — dijo Usagi—. ¿Muerte a los traidores?

— Oh, eso... — hizo una mueca—. Lo hacen por nuestro bien, me lo explicaron. Hay gente horrible en este país, y si todos pueden hacer lo que quieran...

— ¿De verdad estás justificando un asesinato, Natsuki? — preguntó sorprendido Arisu. Su Nana jamás aceptaría algo así, ella no era Nashiro Natsuki—. ¿Estás hablando en serio?

— ¡Esa norma me protegió! — se defendió—. Si los Paramilitares no tuvieran esa norma, ese hombre habría vuelto a por mí.

Usagi estuvo a punto de replicar, pero Arisu la detuvo negando despacio. En ese momento, Natsuki tenía la cabeza plagada de las ideas locas de esa gente. Mantenía una relación muy estrecha con ellos, y si comenzaban a traerla de vuelta podría decírselo y acabar muertos por querer hacer entrar en razón a su muñequita de feria. Debían ser más cuidadosos, hablar con ella en privado y no en esos pasillos con gente.

— ¡Kou, traigo gente! — exclamó entrando a una sala enorme llena de cajas, perchas y estanterías. El encargado del armario sonrió al verla, y cojeando se levantó a remover sus mechones claros—. Me acabo de peinar, cuidado.

— Menudo susto nos diste a todos, rosita —riñó cariñosamente—. Bien, ¿bañadores para dos?

— Ellos son Arisu y Usagi — ante el primer nombre el mayor alzó las cejas en su dirección. Asintió disimuladamente—. Estoy enseñándoles todo esto.

— Tengo ropa de todas las tallas, colores y formas — señaló—. Elegid lo que queráis. Por cierto, Natsuki, Kuina te estaba buscando.

— ¿Sabes dónde está? Yo también quiero hablar con ella.

— En la piscina, creo — se encogió de hombros. Arisu y Usagi seguían quietos, sin mirar nada de ropa—. Oye, ¿no vais a coger nada? Es obligatorio el uniforme.

— No seáis tímidos, Kougami es muy amigable — animó, empujando levemente al adolescente—. Estaré en la piscina, es muy fácil de llegar porque es de donde más ruido sale. Nos vemos, Kou.

— Me alegro de haberte visto al fin, Natsuki... Oye, chico, escoge de una vez la ropa.

En el momento en el que Natsuki se perdió de vista, la sonrisa del mayor se borró.

— A esa niña no dejan de pasarla cosas malas — Usagi dejó de buscar ropa para prestar total atención—. La están manipulando como a una marioneta, y es tan ingenua que no se dará cuenta ni teniéndolo delante de sus narices. Tú eres su amigo, ¿no? Abre sus ojos de una vez. Mi hermano lo intentó, pero casi se gana un viaje al cielo por el capullo de Niragi.

— ¿La han hecho daño? —preguntó.

— Hace un par de días se corrió el rumor de que alguien había intentado violarla — se recostó en la pared—. En general, la Playa es un lugar decente durante el día. Es por la noche cuando hay más peligro. Sin embargo, vaya casualidad que el primer ataque diurno fuera a Natsuki y estuviera Niragi para protegerla. ¿No creéis?

— ¿Quieres decir que...? — musitó Usagi.

— Que todo fue un plan para ponerla de su lado y que aceptara la norma de las ejecuciones —completó Arisu—. La están mintiendo y usando, ¿por qué?

— Es obvio, porque es famosa — señaló Kougami—. Es un buen arma para atraer a gente y reducir las huidas. Al Sombrerero le conviene tener mucha gente trabajando por voluntad propia. Cuidad bien de esa niña, y recordad que yo no os he dicho nada.

Arisu y Usagi se miraron. Natsuki estaba en una situación peor de lo que parecía.

— ¡Ryohei, aquí!

Como siempre, Nana estaba rodeada de gente. Tenía fans en todas partes, y en medio de una fiesta al menos más de la mitad habrían añadido una de sus canciones a una Playlist. En cuanto le vio, se alejó de esa gente para ponerse a su lado.

— Conoces a mucha gente aquí — comentó.

— Son agradables. Solo buscan... evadirse. Muchos de ellos han perdido amigos o familiares.

— Nana... — sonrió cuando mencionó su apodo—. Deja de fingir. Sé que no estás bien.

— No quiero derrumbarme — le rodeó la cintura en un abrazo que correspondió al rodearla por los hombros—. Lo que más me duele es... E-Es que no pude a-ayudaros. Vosotros estabais l-luchando y yo aquí... De fiesta.

— No pienses en eso — negó—. Prefiero verte sonreír mil veces, y si me dices que has sido feliz eso también me hace feliz a mí. Me alegra incluso que estuvieras de fiesta.

Sabía que lo decía porque, en caso de haber estado ella allí, podría haber muerto. Solo uno podía sobrevivir, y ella daría, al igual que Karube y Chota, la vida por sus amigos.

— Mantengamonos juntos. Aquí, en la Playa — él no respondió, algo que resultó extraño. Cuando alzó la mirada para comprobar qué le ocurría, le pilló mirando absorto hacia otro lado. Siguió su mirada, y se encontró con Usagi en un bañador—. Ryohei.

— ¿Uh? Sí, perdona — sonrió. Se separó de su abrazo, saludando a Usagi.

— Me han dado vuestras pulseras — dijo, rompiendo ese silencio algo tenso instalado—. Son números algo altos... Aunque dicen que si para vuestro próximo juego les sorprendeis os ascenderán.

— ¿Qué número tienes tú? — mostró su pulsera. El número cuatro—. Vaya... ¿Tanto les sorprendiste?

— Les di una carta que creían perdida definitivamente — ambos se colocaron las pulseras—. Soy miembro del ejecutivo, y la única especialista de tréboles. Algo así dijeron.

Arisu tradujo en su cabeza eso a "quieren tenerla controlada". Si veían a Natsuki en el ejecutivo, confiarían en ellos. Era una muy buena jugada de su parte.

— Creo... que nos observan — comentó incómoda la escaladora. Natsuki se asomó buscando a los curiosos, topandose con la mirada fija de dos chicas en unas tumbonas.

— Siempre pasa con lo nuevo — dijo Arisu. Nashiro agitó la mano saludando, pero apartaron la mirada de inmediato sin corresponder.

— Tal vez sea también porque estáis conmigo — se encogió de hombros—. Todos aquí me conocen. Parece una especie de macro fanmeeting — bromeó—. Bueno, seguidme para que os enseñe todo. Debo hablar con Danma sobre vuestras habitaciones... No sé cuales serán.

— ¿Tú estás en una habitación segura? — tanteó Arisu. La idol les hizo un gesto para que le siguieran a través de la gente.

— Una suite cerca de la del Sombrerero — explicó—. Luego podemos ir para que sepáis donde estoy. Os quiero presentar también a mis amigos.

— Uhm... Claro — asintió con cierta duda el menor. ¿Amigos hechos en la Playa? No sonaba muy bien, menos sabiendo que todos parecían estar en un complot.

— Bueno,esta es la zona de piscina — mostró. Además de una enorme piscina, había zonas para tomar el sol, bares de cócteles y un césped verde perfecto para descansar—. Al fondo hay más espacio, pero prefiero no ir. La mayoría está aquí por la mañana y la tarde.

— ¿Siempre están tan felices? — preguntó Usagi, observando con atención todo a su alrededor.

— Siempre — la pelirrosa sonrió, pasando una pelota a un grupo que jugaba al volley—. Me gusta que sea así. Ver a la gente feliz, disfrutando de la vida. Sufrir por los juegos antes de tener que ir a ellos es... alargar el dolor. Tokyo está vacío para nosotros, podemos disfrutar de ser libres y cada ciertos días luchar por seguir adelante. Suena absurdo, pero si tuviera que estar pensando todos los días en mi visado ya habría perdido la cabeza.

Natsuki siempre había vivido por el espectáculo. Desde niña adoraba hacer fiestas de cumpleaños con muchos invitados, en clase siempre proponía las mejores ideas para ferias o fiestas de fin de curso y antes incluso de entrar como aprendiz a su agencia participaba en grupos de baile callejero. Ayudaba a las personas sin esperar nada a cambio, sonreía si el resto lo hacía y su empatía la volvió vegana por un largo tiempo.

— Es absurdo — musitó bajo Usagi, aunque Natsuki no lo escuchó. Era imposible para ellos compartir las nuevas ideas de la mayor—. Debes decirle todo, Arisu. Mírala, no se entera de lo que pasa realmente. La han absorbido.

— Aquí no — respondió en un susurro de vuelta—. Y debe ser poco a poco. De golpe podría ser peligroso para los tres.

— ¿Qué ocurre? — volvieron a mirar a la protagonista de la conversación cuando habló. Les miraba unos pasos más adelante, y apenas se dieron cuenta de que la habían dejado hablando sola.

— No es nada, Nat — negó de inmediato Arisu. Natsuki se esforzó por mantener su sonrisa—. ¿Qué decías?

— Nada importante — restó importancia, apretando los labios—. Vamos al interior, supongo que querréis cenar esta noche.

Cuando Natsuki siguió avanzando, chocó con alguien. Arisu y Usagi contuvieron la respiración un segundo al ver que el hombre golpeado era ese temible militar que había secuestrado a la chica.

— Nat... — advirtió despacio.

— ¡Perdone, señor Aguni! — se frotó la cabeza—. Vaya espalda más dura...

— Ten más cuidado, niña — no fue brusco, cruel o malvado. Simplemente apoyó un segundo la mano sobre su cabeza golpeada y siguió su camino con un grupo de hombres armados tras él. Uno de ellos saludó amigable, aunque otro salió de la línea para acercarse a ella.

— Buenos días, bonita — apoyó en su hombro un enorme arma de fuego—. Lo de anoche...

— No me apetece hablar de ello — sonrió nerviosa, dando un pequeño paso atrás. Ante eso, Arisu dio un paso delante. Eso llamó la atención del azabache—. Él es Ryohei, mi mejor amigo. Ryo, él es Niragi.

—Ryohei, eh — le miró de pies a cabeza casi con burla. Delgado, desgarbado y despeinado. Parecía un crío patético a su lado.

— Arisu, prefiero Arisu.

La mirada del militar cambió de burlona a furiosa en un pestañeo.

— Arisu... — repitió—. Un placer conocerte, Arisu —definitivamente no lo sentía así—. Preciosa, luego hablamos mejor de lo del beso, ¿sí? — y frente a sus narices besó su mejilla. Natsuki se colocó recta como un palo, y le miró marcharse boquiabierta.

— ¿Es tu...?

— ¡No! — chilló apresuradamente—. ¡Le rechacé porque me gusta otra persona pero igualmente me besó y no sé qué hacer para dejarle en claro que no quiero nada con él! — excupió a una velocidad preocupante. Debería haber sido rapera.

— ¿Te gusta otra persona?

— ¿Solo te has quedado con eso?

— Eh...

— Bueno, continuemos. Ellos eran los Paramilitares — sacudió la cabeza para volver al tour.

— Nana... — extendió la mano, apoyándola con cierta duda sobre su brazo—. ¿Ese tal Niragi te asusta?

— Me incomoda — hizo una pequeña mueca—. Es un chico enamorado, fue él quien me salvó... No quiero ser mala con él.

— Un chico enamorado no te trataría así, Natsuki — aseguró—. Quien te quiere te ayuda, te protege, te aprecia. No te molesta o te sientes incómoda.

Natsuki hizo una mueca, aunque trató de disimular las ganas de llorar. ¿Por qué todo debía salir tan mal?

— Me salvó...

— Y no por ello le debes nada, era su deber como Paramilitar ayudar — negó firme Usagi. Debían hacerla entrar en razón, debía verlo.

— Ya, pero...

— No le debes nada — insistió.

— No quiero hablar de ello — negó.

Durante toda la mañana, Natsuki les mostró todo el resort. El área donde se comía, la discoteca, la zona residencial, los diferentes lugares con ropa, materiales y enfermería casera. Era enorme, todo perfectamente organizado y limpio. Demasiado, si eran sinceros se esperaban algo mucho peor (sobre todo después de ver una escena de sexo explícito público).

Finalmente, el tour acabó en la azotea. Había sombra, y se podía ver todo desde arriba. Perfecto.

— Me gusta subir aquí y ver todo. A veces Kuina viene conmigo — se recostó en el borde, dejando que la brisa agitase sus mechones. El sol daba directamente en sus mejillas algo sonrojadas, y Arisu pudo jurar en ese momento estar viendo un ángel—. Es relajante. Ahora es vuestro lugar también.

Usagi tocó su brazo, indicando que hablara con ella. Para Usagi, Natsuki era tan buena que rozaba lo estúpido. No se merecía ser manipulada y dañada de tal manera.

— Nat... — se acercó, apoyándose a su lado—. Hay algo que no te he contado.

— ¿Sobre qué? — abrió finalmente los ojos, posandolos en él. Su tono era similar al chocolate amargo, a pesar de ser muy dulce.

— El día que nos separamos. No te desmayaste por el estrés, Nana — pronunció despacio. Usagi murmuró algo sobre ir al baño, y les dejó privacidad—. Fue Aguni. Él te llevó.

— ¿Aguni? — repitió—. ¿Aguni me... desmayó? Pero... Él dijo que... ¿Por qué lo haría? Se ha portado muy bien conmigo, me curaron y me han dado una cama y comida. No entiendo por qué...

— Nat, eres la idol más famosa de Japón — recordó, tomando su mano—. La gente viene a la Playa por ti.

— P-Pero... — trató de soltar su mano, pero Arisu sabía que comenzaría a tirar de sus mechones rosas—. No lo entiendo, él me ha tratado tan bien y-y...

— No todo el mundo es bueno, Tsuki. Las personas ocultan sus malas intenciones porque saben que eres tan buena que jamás podrías pensar mal de ellos — Natsuki negó despacio, procesando todo angustiada—. Saldremos de aquí, te sacaré de aquí a salvo. No dejaré que te hagan daño.

— ¿Estás seguro? — musitó en un hilo de voz—. ¿E-Entonces es verdad que me secuestraron? Yo... ¿Soy un rehén o algo así?

— Karube lo vio, Nana — ella comenzó a llorar—. Yo vi como te metían en ese coche. Usagi lo vio.

— ¿Todo fue una mentira? — repitió—. N-no puede ser, debe haber algún m-malentendido...

— Natsuki — detuvo. Jamás le había hablado de una manera tan seria—. ¿Confías en Karube?

— Con mi vida.

— Él lo vio, él luchó por ir a buscarte.

Sollozó con fuerza, apoyando la frente sobre su pecho. Todo su cuerpo temblaba, y temió que pudiera sufrir algún ataque de ansiedad o pánico. Era tan sensible y buena...

— D-De verdad c-creía que él era bueno — balbuceó—. ¿Y si quieren hacerme algo?

— No me separaré de ti — prometió—. No volveremos a alejarnos.

Asintió firmemente, y consoló las lágrimas de Natsuki por segunda vez desde que entraron a Borderland. Algo le decía que no sería la última vez.

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SONG SIXTEEN
⏮ ⏯ ⏭

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𝑯𝑶𝑻𝑶𝑺𝑯𝑶𝑶𝑻
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Vamos nana confiamos en ti, abre los ojos yaaaa

Muchísimas gracias por todas las nominaciones a los Fanfic Awards de allanggels😭❤️❤️ es la primera vez en la que participo de alguna manera ahí

Voten por sus favoritos! Es súper entretenido recordar los fics que leíste (hay secciones hasta de Wednesday o GOT)🤝🏻

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