🥀Capítulo 7-Mátame🥀
Jimin avanzaba a tientas, incapaz de ver nada pues permanecía en la oscuridad a pesar de estar en un día soleado. Su vestimenta blanca le confería una apariencia angelical, tal como Namjoon había mencionado. A pocos pasos de cruzar el barandal de la mansión, sintió un par de manos en su cintura. Era Jungkook.
—¿A dónde crees que vas? —susurró, su aliento olor a menta rozando la piel de Jimin. La tensión entre ellos era palpable, y Jimin se debatía entre la necesidad de escapar y la atracción que sentía hacia el vampiro que lo ¿Protegía?
Con suavidad giró el cuerpo del humano y al verle las gasas en los ojos su rostro cambió a uno de completo desagrado.
—¡¿QUÉ MIERDA ACABAS DE HACER JEON NAMJOON?! —Jungkook gritó furioso, tomando a Jimin de la cintura y casi teletransportándose de nuevo a la entrada de la mansión—. Seokjin, cuida a mi humano. ¡Y NO TE LO COMAS!
—Okidoki —susurró el vampiro alzando ambos pulgares.
—¡Y TÚ! —gritó mirando a Namjoon—. Te voy a contar hasta tres y más vale que alcances a huir de mí o de lo contrario vas a sufrir bastante.
—Se que lo que hice estuvo mal, Jungkook...
—Uno... —Namjoon se talló el rostro desesperado—. Dos... Que seas mi hermano no impide que te de la madriza que te mereces.
—Lo acepto, lo merezco. —Se quedó quieto cerrando los ojos.
—Tres.
Se tiró encima de él, ambos cayeron al piso cuarteandolo ante su caída y ocasionando un estruendo que resonó en los oídos de todos los presentes. Jimin gritó asustado y Seokjin lo apretó del brazo susurrando un "Shh, Shh" que lejos de tranquilizarlo lo puso más nervioso.
—¡LE ARRANCASTE LOS PUTOS OJOS, DESQUICIADO DE MIERDA! —Jungkook comenzó a golpearle el rostro a su hermano en incontables ocasiones y este se quedó quieto permitiéndole soltar su furia—. VOY A MATARTE, NO ME IMPORTA QUE SEAS MI HERMANO.
Rasgó su cuerpo con sus garras afiladas una y otra vez, dejando marcas que desaparecían casi al instante. La evidencia de la violencia en el cuerpo de Namjoon eran sus ropas desgarradas. Después sostuvo a Namjoon del cuello con una mano mientras que con la otra intentaba zafarle la cabeza, al mismo tiempo maldecía su nombre una y otra vez. Seokjin notó que eso iba en serio así que tuvo que intervenir.
—Jungkook, detente. —dijo tomándolo del hombro—. Somos hermanos, tenemos códigos sagrados que respetar.
—¿Ustedes respetaron esos códigos, Seokjin? ¡Les dije que es mi humano y ustedes lo... LO LASTIMARON!
—Lo siento —musitó Namjoon—. Lo siento Jungkook...
—Son unos malditos —dijo entre dientes escupiendo el cuerpo de Namjoon antes de soltarlo para ponerse de pie—. No debí convertirlos en vampiros, son unos verdaderos monstruos que no me respetan.
Luego de decir eso, le arrancó la corbata a Namjoon amarrándole las muñecas y colgándolo en el barandal de las escaleras.
—Vamos Jungkook, sabes que puedo soltarme con facilidad —masculló riendo.
—Si lo haces voy a hacer una masacre allá afuera, no me importa. Niños, niñas, jóvenes y ancianas. Mataré a cada habitante del maldito pueblo.
—¿Tanto te importa este humano? —Sonrió–. Has hecho cosas peores que sacar un par de ojos. Hace un par de días dijiste que era un simple humano.
—Exacto, es un simple humano... —Tragó saliva mirando a Jimin parado en una esquina mordiéndose las uñas de las manos—. Pero es mi humano.
—Y nosotros somos tus hermanos mayores —dijo Jin señalándolo con el dedo.
—¡Yo soy su creador, yo los convertí, no te quieras pasar de listo cabron! —Lo empujó con ambas manos como para tambalearlo, pero no lo tiró al piso.
—Si sigues así vamos a tener que volver a dormirte —susurró Namjoon.
—¡No me amenaces! Vas por la vida haciéndote el mártir, pero eres la misma mierda que todos nosotros. Después de lo que hiciste tú deberías dormir durante el próximo siglo.
—Nadie va a dormir a nadie —intervino Seokjin—. Namjoon ya te pidió disculpas y tú ya te desquitaste. Ahora hagan las malditas paces antes de que esto se salga de control.
—¿Salirse de control? —preguntó Jungkook riendo—. Esto se salió de control desde el año mil setecientos, hermano.
—Los ojos de Jimin están en un frasco con agua salina, podemos volver a ponérselos —murmuró Namjoon.
—¡El transplante de ojo completo es médicamente imposible, imbécil!
—Jungkook, nuestra mera existencia es imposible —dijo Namjoon sonriendo mientras seguía colgando del barandal.
—Bien. Solo por eso te dejaré bajar, pero ahora las cosas cambian. Si Jimin no recupera la vista quemaré el pueblo entero.
—Awwww. —Seokjin sonrió—. Mi hermanito está enamorado. Eso significa que nuestras teorías de que eras un psicopata son falsas.
—Ya cállate Jin —masculló.
Namjoon se soltó del amarre de la corbata cayendo de pie en el suelo, después se dirigió a Jimin.
—Lo siento Jimin, enmendaré el daño. —Suspiró—. Jin, convence a alguna bruja para que venga a ayudar.
Dicho eso se fue corriendo a su habitación para preparar las cosas y arreglar los ojos del humano.
—No creo que Carolina quiera ayudar, no después de que casi me ceno a su primo...
—¿Una bruja se va a negar en obedecer a un vampiro? —Jungkook se burló—. Tráela. —Oscureció la mirada.
—Bueno... Lo intentaré. —Seokjin salió corriendo de la mansión dejando a Jungkook solo en el recibidor con Jimin.
El humano parecía un gatito abandonado, estaba mordiéndose las uñas nervioso. Jungkook se conmovió extrañamente al notar sus acciones, se acercó a él tomándolo de las manos para evitar que siguiera mordiéndose las uñas y en un susurro dijo:
—Todo va a estar bien, vas a recuperar tus ojos.
—¿De verdad me los quitaron? No siento nada y todo esto parece una pesadilla...
—¿Pesadilla? —Jungkook apretó las manos de Jimin con sutileza—. Lo sé, esto parece una pesadilla.
—Mátame —dijo de pronto—. Prefiero morir a seguir viviendo en este infierno.
Jungkook soltó las manos de Jimin, luego lo abrazó tomándolo de la espalda alta y pegándolo a su pecho helado. Extrañamente se sentía con una necesidad sobrehumana de querer protegerlo, de querer hacerlo feliz. ¿Por qué? ¿Por su aroma? ¿Por su belleza? Quizás una combinación de ambos. Aunque quería negarlo no podía hacerlo porque Jimin tenía unas facciones delicadas que lo hacían hermoso, una voz dulce, una piel suave y tersa y un corazón latente que resonaba en los oídos del vampiro como si se tratara de música celestial.
De alguna manera, Jungkook, quien se sentía perdido logró encontrar el cielo al estar en compañía de ese humano y eso que habían pasado nada más tres días desde su llegada.
—Haré que este infierno termine, Jimin. Porque luego de arreglarte los ojos te irás de este lugar.
Carolina dio un brinco cuando vio a Seokjin parado afuera de su casa en plena luz del día. Corrió histérica a colocarse diversos amuletos de protección antes de asomarse por la ventana para preguntarle qué era lo que buscaba.
—Quiero que me ayudes —dijo Seokjin sonriendo.
—¿A qué? —preguntó nerviosa.
—Eres una bruja, tu magia debería ayudarme a sanar a un humano.
Ella cerró la ventana, después salió corriendo de la casa parándose en la puerta. Seokjin se acercó para hablar con ella.
—¡No lo digas en voz alta, los vecinos pueden escuchar! —medio gritó.
—¿Vas a ayudarme o no?
—¿Desde cuando los vampiros se interesan a ayudar a un humano? —cuestionó recargándose en el marco de la puerta,
—¿Tengo que darte explicaciones? —La miró directo a los ojos—. Si no quieres ayudar perfecto, entonces iré a pedir ayuda al aquelarre.
—¡El aquelarre no debe saber que tú y yo nos conocemos! —chilló.
—Entonces ayúdame. —Sonrió sin mostrar los dientes.
—¿Dónde está el humano?
—En mi mansión.
—Ni loca entro a ese lugar sola. —Negó con la cabeza.
—No te haremos daño, te doy mi palabra.
—¿De qué me sirve tu palabra?
—Siempre cumplo lo que prometo, Carolina. —Suspiró—. ¿Cuando te he mentido? Ignorando la parte en la que te seduje y engañé con otra humana del pueblo soy hombre de palabra.
—Eres un mujeriego, eso es lo que eres.
—Vuelvo a repetir y será la última vez. —Oscureció la mirada—. ¿Vas a ayudarme o no?
—Bien.
—Entonces vámonos.
—¿Qué? Tengo cosas por hacer...
—Pues tendrás que posponer tus planes, sígueme o te llevaré a rastras.
—Tengo amuletos, Seokjin.
—Esas cosas me hieren, más no me matan. ¿Sabes quién es el único que puede matarme? —Sonrió burlón—. Mi hermano, y jamás lo haría.
Carolina respiró con resignación.
—Necesitaré ingredientes. ¿Qué es exactamente lo que vamos a hacer?
Seokjin sonrió de oreja a oreja contento porque había convencido a la bruja.
Hoy sí hay tazas de sangre humeante: ☕️☕️☕️☕️☕️☕️ ¡SOLO TENGO 6!
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