IV🍃
"Por favor, quiero escucharte decir mi nombre, y al fin entender que el sentimiento en mi es amor y no locura. O tal vez sean ambas."
ㅡ¿Él habla de mi? ㅡsus mejillas se rosaron al decir esas palabras. Pero aquel ave negra ni siquiera se digno a responder, estaba tan plácido dentro de ese baño que ella le había preparado antes de volver con su amoㅡ. Supongo que ese es un no.
ㅡ¡Caw! ¡Sanemi no es de hablar mucho! ㅡ respondio el cuervo unos segundos después de haber empapado sus alas y sacudirlasㅡ. ¡Caw! ¡Pero estoy seguro que si le preguntan por ti él dirá maravillas!
La respuesta animo mas a la joven y sin preguntar nada más, continuo bañando al ave, le seco, cepillo y alimento para después dejarle ir con la respuesta a la carta del Pilar del Viento Sanemi. Esperaba verle pronto.
Después de ello, terminó sus deberes y salió de la finca a tiempo bueno.
Suspiro nerviosa, estaba decidida y al dar el primer paso a la finca mariposa. Shinobu y Kanae aparecieron con una sonrisa.
ㅡ¿Haz decidido quedarte con nosotras? ㅡ Kanae preguntó con tranquilidad, aún sonriendo.
ㅡNo es eso por lo que he venido hasta aquí ㅡañadio (Nombre), Shinobu hizo mala cara y alzo una ceja preguntándose que era esa incógnitaㅡ. Cuando Sane... Shinazugawa Sama regresa de alguna misión peligrosa, él viene muy herido y se niega a que los Kakushis le curen e intenten llevar a su finca, por lo que. Me gustaría aprender primeros auxilios, para sanar yo misma a Shinazugawa Sama.
Kanae solto una risita que hizo a Shinobu rodar los ojos fastidiada.
ㅡEntra, tomemos té y hablaremos de tus próximo aprendizaje ㅡKanae entró a su finca sin siquiera esperar una respuesta de su hermana o de la chica si quiera por lo que ambas mujeres le siguieron hasta el engawa donde -tomando los hombros de Shinobu- hablo:ㅡ. Shinobu chan te enseñará lo necesario para que cuides de Shinazugawa Kun.
ㅡ¡Muchas gracias! ㅡ(Nombre) se inclino ante ambas y, con una sonrisa dio inicio su aprendizaje.
"Todo tranquilo, no te preocupes. Si algo ocurre prendere inciencio de glicinias; además plante unas cuantas alrededor de la finca y siempre llevo conmigo la bolsita que me haz dado la primera vez; por favor cuídate, estaré esperando tu regreso.
(Nombre)"
Un suspiro de alivio salió de sus labios, guardo con atesoro la carta y continuó con sus deberes aunque sonrió al ver como su cuervo se pavoneaba de lo limpio y pulcro que estaba desde que (Nombre) comenzó a atenderlo; así como también a algunos gatos que acogió y, aunque nunca tuvo intenciones de tener un animal -salvo su cuervo- la mirada que le dio su Kasei Fu fue irresistible que le dejó quedarselos con las palabras de «al menos ellos te harán compañía cuando yo no este» la radiante sonrisa que le dio lo dejo anonadado y ameno que no se le quito la pequeña sonrisa.
ㅡContinuemos.
ㅡ¡Caw, (Nombre)! ㅡel cuervo de Sanemi se posó en su hombro anunciandose, lo más seguro trayendo una carta de su amo pero esta vez, al revisar la pata del ave no encontró nadaㅡ. ¡Sanemi fue herido, viene directo hacia acá!
Se preocupo, por lo que corrió a la entrada principal esperando a que apareciera.
Justo colo el cuervo dijo, venía mal herido pero como siempre, se mantenía firme ante los Kakushis que le pedían dejarse tratar las heridas solo que el albino hacia caso omiso y les pedía que le dejaran en paz.
ㅡ¡(Nombre) San! ㅡ los Kakushis gritaron a la Kasei Fu por ayuda. Después de unos cuantos años viviendo con el pilar del viento y siguiéndolo hasta la finca, los Kakushis ya la habían conocido y notado la persuasión que ella tenía sobre el pilar más duro de tratarㅡ. ¡Por favor dígale a Shinazugawa Sama que nos deje curarle!
Sanemi solo refunfuño.
ㅡEsta bien ㅡañadio ella acercándose al pilar del viento y sosteniendolo del brazo para darle apoyoㅡ. Yo me encargaré de sanarlo.
Tanto los Kakushis como Sanemi se detuvieron a mirarla.
ㅡ¡He aprendido mucho gracias a Kocho Sama! ㅡde nuevo esa sonrisa que les dio los dejo llenos de un aura adorable sin embargo, Sanemi les miró molesto por los ruidos raros que hacían los Kakushis, y luego les corrió de su finca con gritosㅡ. ¡No te esfuerzes! ¿Acaso no te duele?
Sanemi se rio.
¿Dolerle?
Al diablo, si herirse ayudaba a que los demonios no hirieran personas inocentes, por lo que por eso era cazador.
Pará proteger a buenas e inocentes personas.
Como ella.
Ni siquiera solto un sonido, un espasmo o lo que fuera. Pará ella Sanemi era sorprendente, y más aún después de suturar cada cortada inflingida en su tonificado cuerpo; no se dio cuenta cuando comenzó a trazar cada cicatriz en su espalda dándole escalofríos y un sonrojo notorio al albino pero ninguno dijo nada, solo, se mantuvieron así por un buen tiempo disfrutando del tacto del otro.
ㅡ¿Qué? ㅡSanemi salió del trance en el que estaba sumergido que no escucho las palabras de su ahora cuidadora, se sentía ido y como si flotara por lo que giro a verla. Rosada de sus mejillas y nariz aún tocando su espalda.
ㅡQue tomes un baño, el agua estará lista pronto ㅡrepitió, para sonreírle y levantarse e irse para preparar todo, dejando a Senemi aún ido... hacia mucho que. No. Nunca tuvo ese trato tan adulto con una mujer.
Y le gustó.
Más siendo ella.
Suspiro y se dispuso irse hacia el baño. No la vio durante un buen rato por lo que creyó que estaría haciendo algo más después de ese momento que tuvieron.
Se desnudo y comenzó a quitar la suciedad y sangre.
Suspiro.
El agua caliente recorrió su cuerpo adolorido y sensible por las heridas, estaba tan concentrado en ver cada una de las minuciosas suturas que no noto cuando ella entró. Más roja por el calor por el agua caliente y vapor.
ㅡ¿Te duele? ㅡsu pregunta le hizo girar tan rápido por sus reflejos de cazador pero, después de solo verla ahí de pie no supo que más hacer o incluso decirㅡ. Shinobu San me dijo que después de lavar las heridas debo aplicar estos ungüentos para evitar infecciones.
Silencio.
Uno extraño.
Tal vez por que esta desnudo o por que ella tenía su Yukata levantada de las piernas dejando visibles más arriba de sus rodillas o sus delgados brazos para evitar mojarse.
ㅡ¿Sanemi?
Sus violáceos ojos no dejaron libre nada de lo que no pudiera ver. No quiso hacer eso a propósito pero fue inevitable no mirarla, aunque ella se veía un poco más firme ante su desnudez que le hacía sentirse como un adolescente. Volvió su vista al frente y la mantuvo en el suelo, dejando que ella haga lo que tenga que hacer.
El solo sentir sus pequeñas manos de nuevo tocandole la espalda mientras limpiaba la sangre y tierra de él...
¿Qué le estaba pasando?
ㅡGracias (Nombre) ㅡsusurro.
ㅡEs mi turno de cuidar de ti, Nemi ㅡ ambos sonrieron y disfrutaron del momento todo lo que pudieron.
Sin decir ni una palabra más.
Nunca dejeron palabras que expresen sentimientos por el otro esa vez, pero al menos tuvieron más momentos como ese veces después y en cada uno de ellos ambos lo disfrutaron: ella cuidando de él como aún niño, y él pudiendo sentir sus manos y cuidado.
Fue un ganar ganar aunque no por completo.
Aún así fue suficiente.
Al menos hasta ahora.
Alzo la vista ante el vuelo del cuervo de Shinobu, dejó que este se posara en su cabeza como todas las demás veces que venia a traerle una carta de las hermanas mariposa, solo que esta vez no acepto su comida, ni tampoco traía una carta.
ㅡ¡Kocho Kanae esta muerta!
Sanemi llegó los más rápido que pudo a su finca. Después de él anunció que su cuervo le dijo sabía que debía volver a casa lo más rápido que pudo.
Ella estaría devastada.
Y así fue.
Lloraba en frente del altar de sus muertos, posiblemente rezando a Kanae Kocho.
Se hinco junto a ella y le acompañó en su oración.
ㅡ¿Por qué siempre los dioses se llevan a las buenas personas? ㅡpreguntó, pero Sanemi no respondió.
No quería decirle que no cree en un dios, nunca lo hizo y mucho menos por lo que le pasó aunque ella no lo sabía aún; así que tan solo acarició su espalda unos segundos dándole también una mirada de consuelo aunque su acto no lo espero pero tampoco le negóㅡ. Paso lo mismo con mis padres, eran buenos y ayudaban a las demás personas. La abuela Chizo, el agricultor que nos rentaba la casa... Todos ellos eran buenos y tan solo murieron enfermos... Y ahora Kanae.
ㅡ(Nombre)...
ㅡShinobu debe estar devastada, era su ejemplo a seguir, Kanao... Himejima Sama.
Se acorruco en su pecho, soltando aún silenciosas lágrimas por Kanae y él le consoló abrazándola.
¿Por qué la vida lastima a personas tan buenas e inocentes?
Sanemi estaba enojado con la vida, que le estába dando a la mujer que consolaba en sus brazos ¿Cómo podía asegurarle una vida sin tristeza o sufrimiento? Era un cazador de demonios, y en todo el tiempo que ha estado con ella solo le ha dado dolor.
ㅡLa vida es injusta y jodida ㅡ solto, aun manteniéndola en su pechoㅡ. Mi madre era buena, me crió a mi y a mis seis hermanos de la mejor manera que pudo aun siendo muy pobres, pero no fue suficiente los rezos a esos dioses sordos. Ella fue convertida en demonio y asesino a mis cinco hermanos menores y dejó a uno herido; tuve que matarla y cargar con ello así como con las muertes de mis hermanos y el ser llamado asesino por Genya... por eso soy cazador, para que mi único hermano tenga una vida plena y no se encuentre con ningún demonio de nuevo.
Haría todo por él.
Haría todo por ella.
ㅡSanemi... ㅡla mirada melancólica de Sanemi, la tristeza en la de ella... SoSolo fue suficiente una caricia en su rostro para ablandar se más de lo que lo hace con ella. Abrazándose compartiendo el dolor y sintiendose un poco mejor después de contarle a alguien más lo que sentía y vivió hace mucho.
Ambos se necesitaban pero:
¿Qué será de ella si llega a morir?
¿Sobrevivirá sin él?
Esta claro que si, lo ha hizo desde que era pequeña hasta la adolescencia antes de encontrarla y salvarla pero ¿Su corazón roto se lo permitirá?
¿Lo hará él si ella muere?
¿Qué es él para ella?
No, no la dejara sola nunca.
Es una promesa.
No morirá.
Por qué la ama.
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