III 🍃
"El valor de la vida, puede significar mucho. Incluso si se trata de alguien a quien quisieran proteger..."
Alzo la mirada cuando escucho a su cuervo volver. Sonrió al notar que en su pico tenía un pequeño pañuelo y una carta en su pata así que cuando le dejó posarse en su antebrazo noto un cambio en el ave también.
ㅡHoy luces despampanante ㅡle dijo a su cuervo tomando el obento de dos ohagis recién hechos. Mirando más detenidamente el brillo en sus plumas negras y cepilladas sin ningún rastro de suciedad.
ㅡ¡Caw! ¡(Nombre) me ha dado un baño antes de irme! ㅡrespondio el cuervo agitando sus alas con pomposidad ante el amable y buen trato de la mujer de su amo, además de que le recompenzaba su trabajo de llevarle dulces a Sanemi con una digna comida para cuervos. Eso hacía feliz al cuervo de Sanemi.
Y él también sonrió.
ㅡSi... ㅡSe dijo a sí mismo el albinoㅡ. Ella es muy amable, pero deberé decirle que no te alimente demasiado, estás ganando peso.
El cuervo brincoteo en el brazo de su amo con melancolía ante la idea de no ser alimentando por su nuevo humano favorito incluso mejor que el pilar del viento.
ㅡBien, bien ㅡ agregó y se sentó de nuevo en los escalones del templo donde descansaba un momento; para comer el ohagi y leer la carta de (Nombre). Una sonrisa y tranquilidad inigualable apareció en su rostro lleno de cicatrices al darle la primer mordida al dulce hecho por las delicadas y suaves manos de su Kasei Fu.
«Todo sigue tranquilo como siempre Sanemi, no te preocupes por mi y sigue protegiendo a las personas de los demonios. Espero que estés disfrutando los ohagis, por favor cuidate y sabes que te estaré esperando aquí...
Con cariño. (Nombre)»
Sus mejillas se tiñeron y una sonrisa ambigua apareció en el pilar más rudo de los cazadores de demonios... Sin duda, ella era de su agrado.
ㅡ¿Hay mas misiones por cumplir? ㅡpreguntó a su cuervo y este aleteo sus alas negando.
ㅡOyakata Sama ha dado el consentimiento de que descanses un momento ㅡSanemi sonrió aún más, sacó un profe papel y con que escribir para enviar un mensaje a (Nombre) avisando que volvería.
Le dio el mensaje a su cuervo y este partió antes que él.
«Volveré a casa lo más pronto posible, gracias por los ohagis. Siempre tus mensajes me alivian saber que estas bien»
Dejo de doblar las sábanas.
El silencio que estaba haciendo era inútil comparado con el rugido del viento y los truenos que hacían retumbar las nubes negruzcas por la inminente lluvia que se estaba aproximando... Pero, eso no le desconcertaba si no un grito de auxilio que logró captar solo que, no lo escucho nuevamente.
Dejo lo que estaba haciendo para acercarse a la entrada de la finca, abrir la puerta y ver si podía notar algo pero no, solo había un silencio absoluto entre el callejón de cercas de madera.
Cuando decidió que no era nada y volvía a sus deberes el grito de auxilio se hizo más claro haciendo que corriera buscando el llamado sin saber que se estaba alejando de la finca rodeada de glicinias que le protejerian de lo desconocido para la mayoría de ojos humanos pero; cada vez era más turbio el llamado: era de una mujer, tal vez joven y que estaba llevando consigo un bebé pues mientras más caminaba, más se escuchaba el llanto del pequeño.
ㅡ¡¿Dónde están?! ㅡgritó alertando a la mujer que había escuchado su llamado y que estaba posiblemente cerca pero nada sucedió, sólo continuó el auxilio y llanto de alguna parteㅡ. ¡¿Dónde estas?!
El viento siguió rubiendo y con el la lluvia fuerte y pesada apareció empapandola con frío y desesperación al no encontrar la voz. Sentía que cada vez que se alejaba de la finca, más cerca se encontraba la mujer y también el río cercano así que sintiéndose un poco más orientada corrió en dirección al río; cubriendo su rostro de la azotada lluvia que golpeaba su rostro hasta llegar a la orilla de un furioso río bravo y con un suspiro de alivio la encontró.
A escasos metros de encararla, su cuerpo se petrifico y el miedo e impotencia le inundó.
La madre devoraba al bebé.
Por qué era un demonio.
Sanemi suspiro molesto.
El clima agradable de la mañana se había esfumado, dejando esa tormenta de mierda que arruinaría su llegada a su hogar más; su imaginación le llevó a situaciones más que extrañas para alguien como él: siendo recibido por (Nombre) y al verle empapado le daría un cálido baño, o secaria su cabello sin importar los regaños de su Kasei Fu por empaparse, comida caliente, ohagis y tal vez un abrazo por parte de (Nombre). Le agradaba mucho cuando ella se emocionaba por verle en la finca que casi siempre le abrazaba instintivamente y eso a él no le molestaba en lo absoluto.
ㅡ¡Caw! ㅡel sonido de su cuervo le hizo saber que estaba más cerca de la finca, así que se olvido por un momento de su imaginación para ver aún a su cuervo con la carta en su pata desconcertandolo. Hizo que se posara de nuevo en su brazo para preguntar que sucedióㅡ. ¡(Nombre) no está! ¡Caw! ¡(Nombre) no está!
Sanemi tla vez pensó que su ave exageraba, tal vez había salido a comprar víveres por lo que explicaría su ausencia. No es como si ella tuviera negado el salir solo que, al notar la entrada de su finca noto la puerta ser azotada por el viento; entro de manera apresurada y notar la cesta de sábanas y futon es empapandose junto a algunas que aún se mantenían colgadas. Eso sin dudas ya era extraño y más aún que al entrar notará la cena aún en el fuego y está vez.
Sanemi salió corriendo en su búsqueda.
ㅡ¡(Nombre)!
Ni siquiera sabía hacia dónde correr, sólo dejó que su pies e instintos le guiarán a encontrarla pero el rugido del viento, la lluvia pesada y el temor le hacia imposible concentrarse por lo que recurrió a gritar su nombre una y otra vez para tener una respuesta una que estaba implorando a cualquier dios.
Su respiración era pesada y sostenía su Nichirin con fuerza mirando entre los árboles si escuchaba una respuesta, lo que fuera, no importa cuál sea; como aquel pedazo de tela que estaba atorado en un arbusto, había sido arrancado de ella. Lo sabía por qué que era su preferido para usar en su Yukata y que ahora le daba un indicio horrible de lo que estaba pasando.
Corrió de nueva cuenta, cada vez escuchando un leve quejido junto con el río caudaloso, así que no perdió tiempo y se detuvo al ver esa horrible vista... (Nombre) estaba siendo ultrajada por un demonio vestido de mujer que aún sostenía una parte de un bebé muerto además de que lamia con locura la herida del pecho descubierto de ella, por su sangre peculiar.
Su ira fue incontrolable, apretó con fuerza su nichirin, tanto que sus nudillos se volvieron blancos y las venas de su cuerpo estaban por reventar de ira.
ㅡRespiracion de viento, novena postura, ¡Tifón peligroso! ㅡsu grito sonó en todo el bosque y el viento que parecía indomable se sincronizo con él dando más fuerza y furia al ataque del albino quien no se inmutó en sí quiera matarle rápidamente. No. Le hirió alejandola de ella y pronto ver lo estúpido que era por meterse con su mujer.
La mirada oscurecida de Sanemi y el entorno hizo que el demonio se diera cuenta del error que había cometido.
Y no habría escapatoria, ni siquiera de una tortura peor que estar en el infierno.
No era suficiente.
No lo era al ver lo maltratada que (Nombre) estaba.
Pero incluso si quisiera hacerle algo más su repugnante cuerpo ya se estaba volviendo ceniza.
Antes de llevársela, tuvo que engrapar la enorme herida de su pecho para evitar que siguiera sangrando. Le dolía incluso a él hacerle eso, sabiendo que le quedaría cicatriz, una que él no pudo evitar.
Le cubrió y coloco su haorir para después llevársela al único lugar donde harían un gran trabajo para asegurarse de estar bien y a salvo.
Sabiendo de ante mano que, debía considerar su tenerla aún sola en la finca.
ㅡElla estará bien, Shinazugawa kun ㅡrecibió una amable esperanza de Kanae Kocho mientras que Shinobu chitaba de rabia tipo Chihuahuaㅡ. No es tu culpa.
ㅡ¡Si lo es! ㅡgrito Shinobu señalandole con lo que fuer ala cosa que sostiene en sus diminutivas manosㅡ. ¡Si no la dejaras sola tanto tiempo la habrías protegido del travesti come niños! ¡Casi muere desagrada!
Ni siquiera se digno a mirarla. Esta vez, la más venenosa de los cazadores de demonios tenía razón.
ㅡFue... Mi culpa... ㅡSanemi le miró a los ojos, aún tenía esa sonrisa a pesar de estar un poco pálida por la pérdida de sangre y la heridaㅡ. Debí... haberlo sabido ㅡtomo la mano de Shinobu y le dio una sonrisa de disculpa haciendo que la menor de las hermanas Koucho suspirar aㅡ. Lo siento.
ㅡNo tienes que disculparte ㅡañadio siendo condescendiente aún mirando molesta a Sanemi quien era apoyado por su hermana mayorㅡ. Solo, deberías considerar quedarte con nosotras, estarás más segura aquí.
Shinobu salió y Kanae sólo suspiro por la actitud brusca de su hermana pequeña.
ㅡLes dejaremos solos. Si necesitas algo por favor avisanos Shinazugawa kun ㅡno espero una respuesta así que salió sin más, dejándolos solos.
(Nombre) sonrió aún Sanemi silencioso, por lo que, al no recibir respuesta de él decidió levantarse aunque sin mucho éxito debido al dolor y que al fin su "jefe" le prestaba atención evitando que se levantara. Aún así siguió intentándolo y rebiendo apoyo de él.
No tuvo pudor cuando se descubrió el pecho y noto la enorme herida cosida que tenía y en vez de decir algo que cualquier persona normal diría hizo a Sanemi verle raro.
ㅡAhora tendremos cicatrices iguales.
ㅡ... ¿Pero que mierda?
ㅡGracias por salvarme de nuevo, Sanemi ㅡ agregó antes de que él hablaráㅡ. Y no creo que sea tu culpa, fui tonta y descuidada aunque... Me hubiera salvar a ese bebé.
«Diablos (Nombre), eres jodidamente rara»
ㅡAnda dilo ㅡ Sanemi le miró desconcertado mientras ella aun sonreía y tenía ese pecho desnudoㅡ. Di que soy rara.
ㅡ¡Estabas a punto de morir! ㅡle grito desconcertado.
ㅡY eso no me hará irme de la finca, me siento bien ahí, contigo. No quiero otro hogar ㅡsusurro tomando la mano de él ㅡ. Por que ahora eres parte de mi vida...
Sus lágrimas le calmaron.
Y su molesta disminuyó aceptando la caricia de sus manos.
ㅡTambien eres parte de mi vida ahora...
Sus miradas efímeras decían muchas cosas, demasiadas pero ninguno las dijo en voz alta.
Y un par de orejas escuchando todo detrás de la puerta.
ㅡTe dije que estan enamorados del otro.
ㅡ¿Shinazugawa? Esa cosa no tiene sentimientos.
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