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I 🍃

Coraza dura para proteger un cálido corazón.

Verlo de pie, en la oscuridad. Su rostro era oscurecido y esos ojos negros brillaban cuál lobo cazador, cubierto de sangre y su respiración entrecortada aún asomando su afilada arma verduzca.

ㅡ¿Estás bien? ㅡpregunto, su voz sonó autoritaria, brusca pero sólo bastó unos segundos más de respiros para que su rostro lleno de cicatrices se suavizara. Se hinco a su altura extendiendo la mano para saber si ella la tomaba, pensando en sí también lo rechazaba y le decía mounstro o asesino sin embargo, la joven mujer no dudo en corresponder en su ayuda repitiendole una y otra vez un agradecimiento de corazón; llorando, llorando sabiendo que estaba a salvo en los brazos de aquel hombre albino. No le importaba su apariencia o su tono de voz, sólo le importo que fue su héroe, que le salvo la vida de aquel mounstroㅡ. Estas herida, te llevaré a...

Pero no lo dejó terminar, se había aferrado a su pecho y sus delicadas manos agarraban con fuerza su uniforme, viéndola cerrar sus ojos con fuerza por el miedo aún invadido.

ㅡPor favor no me abandones ㅡrespondio, sorprendiendo al joven cazadorㅡ. No tengo a nadie más. Por favor, por favor...

Sanemi Shinaguzawa sintió el reconforte.
Miró el pie herido de ella y que aún no estaba dispuesta a soltarlo, creyendo que realmente hablaba en serio eso de que no la abandonará, así que la tomó en brazos y se marchó.

A casa.

Una cama cálida, un chico silencioso que atendió la herida de su pie en silencio y que además le había salvado la vida.
Un hogar.

ㅡGracias Héroe San ㅡél joven de pelo blanco se detuvo en seco, mirándola sorprendido, con esa cara de asombroㅡ. Me haz salvado, ¿Cómo puedo recompenzartelo?

Él aún se quedó viendo, callado. Inmóvil.

ㅡYa lo haz hecho ㅡrespondio, volviendo a suavizar sus faccionesㅡ. Tu simple agradecimiento, me es suficiente.

ㅡ¡Éstas herido! ㅡél miró su antebrazo tranquilamente, era algo normal autoherirse en un combate, tenía sangre peculiar que volvía locos a los demonios, que los hacía que pusieran su atención a él para no herir a otros humanos así que no le importaba mucho, era una pequeña cortada nada importante; aún así noto como la mujer se intentó levantar con dificultad por su herido pie, luchaba con todas sus fuerzas por hacerlo pero era demasiado débil como para soportar el dolor en sí. Sanemi se volvió a sentar en el suelo junto a ella después de verla rendida, tenía una pequeña sonrisa en su serio rostro y solo le extendió los materiales para que le curará.

ㅡ¿No sientes dolor? ㅡpregunto ella cuando ya estaba trabajando en el brazo herido del cazador, rompiendo el silencio tranquilo que había.

ㅡNo ㅡrespondio tranquilo pero alzó la mirada al escuchar un "gaps" confundido miró detenidamente los ojos curiosos y ese rostro intranquiloㅡ. ¿Qué?

ㅡEres una persona muy valiente y fuerte ㅡrespondio ella sobando la mano del cazador con suavidadㅡ. ¿Cómo se llama lo que haces?

ㅡCazador de demonios ㅡotro silencio sepulcral.

ㅡSon reales... ㅡsusurro ella aun recordando lo que la atacó en su viejo hogar.

ㅡSi ㅡagrego.

ㅡEsfuerzate mucho, Héroe San ㅡpalmeo su mano, Sanemi la miró extraño. Era la primera vez que una persona tomaba tan a la ligera el problema y existencia de los demonios. No iba a decir nada más pero su cuervo apareció, se posó en su hombro y este le acarició.

ㅡ¡Buen trabajo Sanemi! ㅡgrito el cuervo volviendo a sorprender a la mujerㅡ. ¡También eres una sangre peculiar!

ㅡ¡Habla! ㅡgrito acercándose a él para mirar mejor y de cerca al cuervo quien salió volando por la cercanía de una humana del sexo opuestoㅡ. Oh se fue ¿Qué ha sido eso de sangre peculiar?

ㅡTal vez lo incómodas, casi no hay mujeres por aquí ㅡdijo Sanemi con una sonrisa un poco burlona pero luego volvió a su semblante serio, sacando de sus ropas una pequeña bolsa y se la entregó en las manos a la mujerㅡ. Llevala siempre contigo, así los demonios no se acercaran a ti por tu sangre.

La vio temblar cuando miró la pequeña bolsa.

ㅡEs flor de glicinias, los demonios la odian. Estarás a salvo ㅡle dijo.

ㅡ¿Por eso, me atacó con fuerza? ㅡpregunto y él asintio.

ㅡLas personas con sangre peculiar hacen más fuertes a los demonios que cualquier otro humano, por ello son los más perseguidos ㅡexplicoㅡ. Estarás bien, yo también tengo sangre peculiar.

ㅡ¡¿En serio?! ㅡél asintioㅡ. ¡Eres muy fuerte entonces!

ㅡPor que entrene mucho.

ㅡTu mundo es fascinante... ㅡnoto el brillo en los ojos (C/d/O), fascinados y llenos de curiosidad. Algo que era inexistente en las mujeres que en algún momento conoció, ni siquiera en las cazadoras lo había visto. Ella era extrañaㅡ. ¿Podrías hablarme más de el?

Sanemi mostró asombro total.

«En serio es rara»

ㅡDuerme un poco, te prepararé un futon ㅡcambio de tema levantándose con todo y ella ya en brazos debido a su aún herida. Sintiendo aún lo embelesada que pueda estar, su mirada era diferente y eso por primera vez en mucho tiempo le apenaba, intento ignorarlo y solo la llevo a que descansará: arreglo un lugar para que durmiera, le dio ropa y privacidad para cambiarse, literalmente la arropo como una madre a un hijo y la miró por última vez después de que ya estaba por irse pero ella le detuvo tomando sus manos.
La curiosidad y sosiego había desaparecido del jovial rostro para sólo dejar insertidumbre.

ㅡNo te harán daño de nuevo ㅡle dijo para calmar su miedo.

ㅡPero ellos pueden entrar a las casas, me querrán comer por mi sangre ㅡañadio ella con miedo.

ㅡNo mientras yo esté aquí ㅡsentencio, con voz seriaㅡ. Estas a salvo señorita.

ㅡGracias, Héroe San.

ㅡMe llamó Sanemi Shinaguzawa ㅡsiseo bajoㅡ. Descansa.

ㅡDescansa, Sanemi San.

Tener que preparar el desayuno o alguna otra cosa no le era molesto. Pasaba la mayoría del tiempo fuera cazando demonios, así que no necesitaba una Yokai para cuidar de su finca; él lo haría cuando tuviera un tiempo, de todas formas, apenas era un pilar así que no se acostumbraba aún a tener un lugar fijo donde incluso podría tener pupilos del aliento de viento.
Así que, allí iba él, con una bandeja del desayuno para la señorita, solo esperaba que estuviera despierta aunque ya era un poco tarde, pues primero hizo algunas cosas como lavar sábanas y los futones para ella.

ㅡ¿Disculpa? ㅡllamo a la puerta, esperando una respuesta pero pasando dos minutos volvió a llamar sin siquiera ruido alguno, curioso abrio la puerta corrediza encontrándose con la señorita aún acostada, hecha un ovillo así que se acercó para mirarla mejorㅡ. ¿Estás bien?

Sin duda no.

La piel pálida, el sudor excesivo en su rostro y la respiración débil se lo hizo saber. La destapó por completo notando el errojecimiento en el pie herido de ella pudiendo ser una infección o peor aún.
La tomó en brazos y fue rápidamente a la finca mariposa en donde, con alteración llamó a las hermanas mariposa.

ㅡ¡Kocho! ㅡgrito por la Pilar de Flores sin embargo sólo le recibió la mirada de enojo de Kocho menor. Shinobu.

ㅡ¿Qué quieres Shinazugawa? ㅡ preguntó en tono molesto la de mechones púrpuras. Sanemi no tenía tiempo para lidear con sus miradas de odio así que sin permiso entró a la finca en busca de la hermana mayor pero aún así, escuchando los reclamos de la joven Shinobu.

ㅡ¡Kocho! ㅡvolvió a llamar cuando visualizo a su compañera Pilar. Aún alterado por sentir a la joven (Nombre) tan caliente le preocupo aún masㅡ. ¡Ayúdala por favor!

Sin pensarlo ambas hermanas ayudaron sin pensar -Shinobu solo lo hizo por su hermana, claro esta- sin embargo, al notar la marca en el pie de la joven que traía Shinazugawa les sorprendió.
Veneno. Veneno de demonio.
Actuaron rápidamente y con la intervención de Shinobu como una genio en el tema de venenos y antídotos atendieron a (Nombre) de forma profesional y sorprendente ante la mirada aún preocupada de él albino aun notando el dolor en el rostro de su invitada.

ㅡShinazugawa kun ㅡle llamó Kanae. Sanemi posó sus ojos en su compañeraㅡ. Ella va a estar bien con nosotras. Puedes marcharte.

ㅡ¿Qué? ㅡsolto con confusión.

ㅡNosotras cuidaremos de ella de ahora en adelante, gracias por traerla ㅡ añadió Kanae con una sonrisa. Sanemi iba a negarse dejar a su protegida pero no lo hizo, creyó rápidamente que estaría mejor con ellas que con él. Así que la miró de reojo aún siendo atendida y después asintió, dio la vuelta y se marchoㅡ. Shinazugawa kun regresará.

ㅡEsa cosa ni sentimientos tiene ㅡagregó Shinobu con el rostro aún enojado.

ㅡYo pienso que si ㅡsolto Kanae.

Sanemi volvió a su finca para limpiar un poco más, se le quedó mirando un buen rato a el futon donde ella dormia y al desayuno que no pudo comerse. Suspiro volviendo a decirse mentalmente que ella estará bien con las hermanas Kocho así que continuó con su jornada de limpieza antes de descansar y después volver a irse a combatir demonios.
Él no era de poder cuidar de alguien tan de cerca.

Unos días después (Nombre) había despertado, las hermanas Kocho notaron lo decaída que estaba y no se debía a su envenenamiento si no a otra cosas -tal vez a cierto peliblanco- sin embargo ella no hablaba mucho a pesar de que Kanae hablara con ella, o le hiciera saber que estaba bien y fuera de peligro aunque realmente nunca les contó que ella no tenía un hogar o familia por lo que cuando mejore, debería irse a casa...

Justo como Kanae Kocho dijo. Sanemi volvió días después, con una excusa de que estaba herido y no tenía donde ir ya que no tenía una Yokai.
Mas bien se hizo creer ello ya que se quedó pensando en sí realmente estaba bien ni siquiera despedirse de ella y decirle que con las hermanas estaría bien pero, al no notarla olvido por un momento el orgullo.

ㅡ¿Dónde está... ? ㅡsu pregunta se detuvo un momento pues nunca le preguntó el nombre a la muchacha. Y se quedó callado mientras la hermana Kocho le miraba dudosaㅡ. ¿Dónde está la chica que traje?

Kanae Kocho sonrió cómplice haciendo que Sanemi mirara a otro lado desinteresado.

ㅡOh, ella volvió a casa ㅡrespondio y rápidamente Sanemi ya había vuelto su rostro para mirarla confundido y soltando un duro «¿A casa?» ㅡ. Si, después de que mejoró dijo que debía volver a casa o su familia se preocuparía por ella. ¿Sucede algo?

Por supuesto que si.

Pero ella no le incumbe a decir verdad.

Así que se levantó sin más y se marchó de ahí.
Volvio a su finca, se puso a hacer cualquier cosa pero no podía, esa respuesta le dejó en duda ¿Volver a casa? ¿Con su familia? Ella le había dicho que no tenía a nadie más, que no quería que él le abandonará también entonces... ¿Por qué mintió? ¿Por qué quería quedarse con él pero no con las hermanas mariposa?

«No quiero ser un estorbo, lo siento»

Recordó esas palabras cuando la había salvado y la llevaba a su finca a sanar. A pesar de que no quería estar sola también sentía que sería una molestia.
Ella era tonta.

Así que solo salió en su búsqueda, preocupado por ella ¿A dónde iría si lo perdió todo? Que tonta era.

ㅡOye ㅡtomo con fuerza el puño de aquel hombre, la presión que ejerció en la muñeca de esa persona era tanta que tuvo su atención completa y evitará golpeara a la joven que estaba en el suelo sangrando del labio por un golpe que ya le habían propiciadoㅡ. ¿Qué crees que haces pedazo de mierda?

Sanemi sintió la sangre hervir. A parte de los demonios, una de las cosas que también odiaba demasiado era que alguien golpeara a una mujer y ese bastardo, no sólo la hirió de forma preocupante si no que era a la joven que había rescatado y buscaba desde la mañana.
Ni siquiera le dio tiempo de sí quiera decir algo cuando ya le había propiciado un golpe directo en la cara, fue tan brutal que si no lo tuviera aún agarrado del brazo hubiera salido volando completamente inconsciente. Sanemi miró asqueado al hombre y sólo lo lanzó lejos de él para mirar a la chica que aún le miraba en el suelo sorprendida.

ㅡTu tienes que darme una explicación ㅡsiseo el pelo blanco levantandola para cargarla y llevársela de nueva cuenta a su finca.
Ninguno de los dos dijo nada en todo el camino ni siquiera cuando el le estaba curando la heridaㅡ. ¿Por qué mentiste?

Ella no quería mirarlo así que Sanemi tomó su barbilla para que lo hiciera.

ㅡ¿Realmente no tienes a nadie? ㅡvolvio a preguntar. Sin respuesta tambiénㅡ. ¿Cómo te llamas?

Al fin tenía su atención.

ㅡ(Nombre), solo (Nombre) ㅡ respondióㅡ. Lo siento, yo. No quería ser una carga ㅡahi iban las lágrimas de nuevo y Sanemi hizo una cara de no saber cómo rayos llegó a eso.

ㅡEntonces no tienes familia ni un hogar ㅡdijo para evitar el diluvioㅡ. No quieres ser una carga pero tampoco estar sola.

«Las mujeres son complicadas»

ㅡVen conmigo ㅡ propuso levantándose y comenzó a caminar para que le siguiera, pasaron por un pasillo donde había puertas para la enfermería, cuartos de descanso, el olor que llegó a (Nombre) le hizo saber que había una pequeña agua termal a lo que Sanemi dijo que en efecto, pero que era bastante pequeño. Pasaron la cocina y se detuvieron ahiㅡ. ¿Sabes hacer ohagi?

Ella parpadeo.

ㅡSi...

ㅡEstas contratada ㅡsolto y antes de que ella preguntara respondió:ㅡ. Serás mi Kasei Fu.

ㅡ¿Eh?

Pensar que ella se quedaría allí con él en su residencia no le molesto, más bien se sintió reconfortado por la amabilidad y apoyo de ella.
Ayudó haciendo la cena para cuanto cazador de demonios pasaba en busca de descanso o incluso en la enfermería cuando él les daba tremendas palizas a los jóvenes cazadores que querían ser sus legados -fallidos por cierto-. Era rudo y brusco pero a ella nunca pareció molestarle por qué cuando Sanemi entraba para descansar sus hombros se aligeraban y una sonrisa tranquila aparecía en sus labios. Y ella, (Nombre), le recibía feliz de verlo.

Tadaima ㅡsusurraba, sintiendo calidez en su pecho desnudo, hacia mucho que no decía esas palabras.

ㅡOkaeri ㅡdecia (Nombre).

Y su mundo grisaseo volvió a ser colorido.

Sin duda.

Eligió bien tenerla consigo.

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