Nos conocimos durante el verano, después de la escuela secundaria…

Coincidimos en el mismo hotel, nuestros padres lo eligieron para vacacionar, recuerdo que fui de obligado a la piscina, ya que mi hermana quería nadar acompañada, por mi parte no tenía buenas experiencias con el agua, ni un buen manejo de mi cuerpo para nadar, flotar o chapotear.

Repitiendo una y otra vez que hacía esto por JiYoung, moje mis pies en el agua fresca, voltee la mirada a un lado y te vi por primera vez.

Llegabas caminando con una camiseta playera a rayas color blanco y rojo, más unos shorts rojos a juego, tu cabello estaba rapado de un lado y largo en el centro, logrando un jopo gracioso color celeste platinado, tu sonrisa fue lo que más me gusto, estaba tan distraído que ni siquiera note cuando te lanzaste al agua, mojando mi torso y rostro con el chapuzón.

Ese algo inexplicable que tenías me hizo querer nadar y hablarte sin parar.

Lo hicimos en tu Mustang, mientras escuchábamos a Radiohead…

Luego de meses en citas conociendo todo el uno del otro me invitaste a pasear, estacionamos el auto a orillas del río Han, con una canción de Radiohead de fondo,  Nam, lucías tan adorable, nervioso, no entendía que querías de mí, hasta que te animaste y gritaste “¡Sé mi novio hyung!”, esa noche fue la más feliz de mi vida, te dije que sí, y nos besamos dentro del auto, tus manos temblorosas acariciaron mi nuca, con los dedos te enredaste en mi cabello, mientras dejaba suaves caricias en tu cintura, lento fui tomando valor y levante tu blusa, disfrutando el tono moreno de tu piel.
Reclinamos el asiento para acostarnos, yo sobre tí, moviendo mis caderas, infligiendo la auto turtura de imaginarme dentro de ti, gemías por mis movimientos, me pediste que avanzará y lo hice. Esa noche hicimos el amor y una promesa, juntos por siempre los dos.

En mi cumpleaños número 18 nos hicimos el mismo tatuaje…

Me regalaste la oportunidad de compartir algo en nuestras pieles, un pequeño corazón con nuestras iniciales, H & N, Hoseok y Namjoon. Algo que atesoraré por siempre.

Solíamos robar el licor de tus padres y subir al techo, hablar de nuestro futuro como si tuviéramos alguna idea, nunca planeé que un día te iba a perder...

Aquello era parte de mis peores pesadillas, era imposible estar lejos de tí, “Yo era June, tu mi Johnny Cash, nunca estaremos el uno sin el otro, hicimos un pacto” así como decía nuestra canción favorita, a veces cuando te extraño me pongo a escuchar esa canción. ¿Recuerdas cuando robabamos el licor favorito de tus padres y subíamos a la azotea? éramos sólo nosotros dos contra el mundo, diciendo que haríamos cosas grandiosas algún día.

Fue un día de agosto, cuando rompimos, entre llantos y peleas, me hubiera gustado saber la razón, te lo pregunte tantas veces como pude y todas esas veces no dijiste nada, sólo repetías que ya no me amabas, ¿Acaso olvidaste que podía distinguir el brillo en tus ojos? eres pésimo para estar enojado, lo olvidas a los pocos minutos, tus ojos aún decían que me amabas,  pero hiciste las valijas y te fuiste del departamento que compartimos durante años.

Alguien me dijo que te quitaste el tatuaje, y que te vieron en el centro cantando blues, debía enfrentarme a la música, yo ya no era más tu musa…

Durante nuestra relación tuvimos amigos en común, mediante ellos pude saber como estabas, como te veías, y lloré mucho cuando supe que te quitaste el tatuaje, ¿Por qué nos hiciste eso? fue el único pensamiento que rodó en mi cabeza.
Jimin me hizo dudar, él dijo que no te veías nada bien, que hacías viajes continuos al extranjero y cuando volvías te veías cada vez más delgado, cansado.

Sus palabras lograron preocuparme, ¿Qué pasaba contigo? necesitaba respuestas a mis dudas, me armé de valor y visite a tus padres, entonces mi mundo se derrumbo.
Me amabas tanto como yo te amaba a  tí, nos amábamos a pesar de la distancia entre nosotros. Mientras tu madre se lamentaba, tu padre me contó la verdad.

Nunca te quisiste ir, tenías cáncer...uno terminal.

Si me lo hubieras dicho desde el primer día, quizás todo sería diferente, yo no podía salvarte, pero podría cuidarte, no me importaba pasarla mal si estaba contigo, estaba dispuesto a sufrir contigo todo lo que fuera necesario.
El tatuaje nunca te lo quitaste por gusto, te lo removieron para la quimioterapia, la que la tinta no interfiera, lloré por segunda vez al pensar que también lloraste mientras lo quitaban con laser. De haber estado ahí pude haberte dicho que no era importante, que tu salud era más importante que unas líneas de tinta.
Insistí mucho a tus padres para que me dejaran verte en el hospital, fuí tan lento que no me di cuenta hasta que se hizo tarde, y pasabas tus últimos días en la camilla del hospital.

Entre en la habitación y, fue como si el tiempo jamás hubiera transcurrido entre nosotros, los dos ahí, felices de vernos, completos, un brillo de vida cruzó tu mirada. Me pediste que te lleve a la azotea, te hice caso y saboreamos nuestros labios por última vez.
Hicimos un nuevo pacto, si no podía ser en esta vida, hasta la próxima vida my moon.

En la otra vida, yo podría ser tu chico,
Mantendremos nuestras promesas, seríamos nosotros contra el mundo.

En la próxima vida, podría hacer que te quedes,
Y así no tendré que decir que fuiste tú el primero en irse.

Todo este dinero no me alcanza para comprar una maquina del tiempo,
No puedo reemplazarte ni con un millón de anillos.

Desearía haberte dicho lo que significabas para mi, ahora estoy pagando el precio.

Ojalá te hubiera dicho muchas más veces cuanto te amaba, todo lo importante que eras para mí. Esa tarde en la azotea recuperamos el tiempo perdido, ¿Sabes que pasó después de que cerraste los ojos? lloré, pero también los cerré. Cerré mis ojos para siempre justo donde debía estar. A tu lado.

En la otra vida, yo podría ser tu chico…

☀️

El sol brillaba, iluminando las olas en la orilla del rio Han, un niño de diez años, con mejillas rellenas y hoyuelos bonitos jugaba con el par de pequeños cangrejos que pudo encontrar. A lo lejos, escucho el grito de otro niño y se acercó, tan lleno de curiosidad.

“¿Qué te pasa?” le pregunto al infante, unos dos años más grande que él.

“Me mordió…” hizo puchero señalando al cangrejo y su propia mano.

“Eso es porque no lo sabes sostener” reprocho divertido y tomó al cangrejo, colocándolo de regreso al mar.

“¿Cómo te llamas? Niño cangrejo”

Lo miró esperando su respuesta, el niño menor le extendió su regordeta mano.

“Min NamJoon ¿Y tú? niño gritón”

El mayor tomó su mano y sonrió.

“Park Hoseok”

Ellos no lo sabían, pero el pacto que juraron en su vida pasada se hizo realidad.

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Hiiiiii, les traigo este pequeño one shot que hice para una dinámica grupal hace mucho tiempo, me quedaba pendiente compartirlo. Espero que les guste. ♡

Lxs amo gatitos♡