05
Choi caminaba con calma regresando a su casa.
Le parecía extraño ver el silencio y tranquilidad en la calle, banquetas e incluso el parque, ese lugar siempre era un caos, con crimenes o actitudes peligrosas, pero es un buen lugar para vivir después de todo, las casas de dos pisos son lo único que se encuentra en ese lugar, junto con los edificios departamentales para estudiantes o familias que no pueden costearse una casa para ellos solos, en su caso tienen la casa más grande de toda la cuadra, eso por su posición económica, pero igual, siguen habiendo casa pequeñas.
La paz se fue cuando escuchó un golpe de algo metálico para después escuchar esa cosa caer al suelo, seguido de risas y llantos.
Llantos que conoce.
Al reconocer aquello se acercó hasta el callejón entre dos casas, con sigilo se asomó y sintió que su boca se secó en cuanto vio a aquel chico.
Hueningkai estaba tirado en el suelo, rodeado por tres tipos que vestían ropas negras cargando un bate de béisbol de metal, Kai lucía horrorizado mientras lloraba suplicando por piedad hacia aquellos desconocidos, esos hombres solo reían mientras lo pateaban sin darle oportunidad de escapar, no sabía cómo habían llegado a ese punto pero si sabía lo que pasaría si no interviene en eso, sus sangre hirvió cuando Kai lo miró pidiéndole ayuda, tan aterrado está que incluso a él le pide ayuda, sin pensarlo dos veces caminó con firmeza yendo hacia los tipos.
Arrebató de las mano el bate a el desconocido y lo elevó amenazando con impactarlo en su cráneo, quería hacerlo pero tampoco quería problemas con la policía, o su padres.
—Váyanse... Ahora, o no me la voy a pensar y romperé sus cabezas. —gruñó hacia los desconocidos si miedo, los tipos se miraron entre sí con diversión para después uno de ellos sacar un arma y apuntarle con este.
—¿De verdad quieres meterte con nosotros? —cuestionó el hombre apuntándole con una sola mano sin siquiera sostener bien la pistola.
Ese idiota no sabe que ser hijo de un gran empresario implica convivir con policías que te enseñan defensa personal. La cual aplicará en ese momento.
De un rápido movimiento golpeó el bate en las manos del hombre, haciendo que el arma se eleve por los aires, cayendo detrás de él, al no poder atraparla retrocedió y pisó el arma para evitar que esos tres la tomen.
—¿De verdad quieren meterse conmigo? —cuestionó con un agarre firme al bate, lo hombres dudaron y se miraron entre sí de nuevo.
Los tres se abalanzaron hacia él, lanzó el bate a uno de ellos y se agachó tomando la pistola, recargándola hábilmente apuntando a los contrincantes. No iba a matarlos pero por si las dudas los hombres se fueron huyendo del posible peligro, disparó al suelo en advertencia de que no tenía dudas de como usarla.
Segundos después ya estuvo solo en el callejón, giró sobre sus talones mirando a Kai, el chico lucía confundido mientras se abrazaba a si mismo, recordó la manera en que lo dejó solo, herido y asustado, se sintió mal por unos segundos pero recordó todo lo que ese chico lo hizo pasar. Se acercó a él en busca de ayudarlo pero Kai retrocedió escondiéndose en la esquina del lugar, siguió la mirada de Kai hasta topar con el arma que en sus manos cargaba.
—No voy a usarla. —levantó sus manos apuntando a otro lugar lejos de él, pero eso no consiguió tranquilizar para nada a Hueningkai. —Bien. —sacó el cartucho de balas las cuales cayeron al suelo siendo observadas por Kai, guardó dentro de su bolsillo el arma levantando sus manos de nuevo. —Está descargada... Sin balas es inútil. —esta vez sí se puso al lado de Kai examinádolo con la mirada en busca de alguna herida. —¿Puedes levantarte? —cuestionó a lo que el menor negó lentamente mirándolo con desconfianza, parecía verdaderamente asustado. —Bien... Iremos a tu casa, haya... Tu madre puede ayudarte.
Lentamente y con cautela evitando alarmar a Ka, pasó su brazo por debajo de las piernas del chico, con su otro brazo cargó el peso de la espalda del chico, levantándose con Kai en brazos de manera nupcial, el chico lo miró sorprendido pero no dijo nada aún, la ropa del chico estaba destrozada, y veía el cuerpo del mismo temblar de frío o miedo. Como pudo quitó su suéter, envolviendo el delgado cuerpo del chico con este.
Caminó unas cuadras hasta estar frente a la casa de Kai, sabía dónde es pues junto a sus padres lo había visitado para pedir disculpas, cosa que tendría que ser al revés.
Huening se aferró a su cuello, como si le pidiera no entrar y no contarle a su madre, pero no sería bueno ocultarle aquello a la mujer que nada le hizo a él, aun que dio a luz a Kai, eso es algo malo.
Dejando eso de lado, golpeó como pudo la puerta, esperando a que abriera, miró a Kai y este había sollozado sobre su hombro, sintió cierta empatía de verlo así, aún si disfrutó de verlo de igual manera mientras lo follaba, ahora siente que es lo peor que pudo ver en su vida. La puerta se abrió y miró hacia esta, la madre de Kai lo miraba curiosa, su mirada bajó hasta quien estaba en sus brazos, la mujer ahogó un grito haciéndose a un lado para dejarlo pasar sin siquiera despegar sus ojos de su hijo, no era lo que quería pero igual entró, siendo guiado en silencio hasta la sala de la casa.
—M-ma...
—Cielo. —dijo la mujer extendiendo sus brazos, recibiendo a su hijo al cuál abrazó con fuerza y cariño, Choi sintió que sobraba en ese momento por lo que simplemente guardó silencio evitando molestar a la pequeña familia. —Hijo... ¿Qué sucedió? —cuestionó la mujer más no pudo recibir respuesta, Kai solo escondió su rostro en el cuello de su progenitora. —Tesoro. —miró a la mujer cuando lo llamó por el apodo que le puso cuando los visito. —¿Podrías explicarme?
—Yo... ¿Hueningkai?¿Estás bien con que le diga? —cuestionó en busca de aprobación del chico, Kai solo lo miró por unos momentos para después asentir levemente y esconderse en su madre otra vez. —Bien... Señora Kai..., tuvo un problema... Este...
—Tranquilo tesoro, cuéntame sin miedos...
—Bien... Yo iba camino a casa cuando escuché que algo pasaba en un callejón... Ví a Huening... Rodeado por tres hombres... Que posiblemente lo... —carraspeó tratando de hacerla entender pero la mujer solo hizo una mueca confusa a lo que suspiró y suavizó su endurecida expresión. —Posiblemente fue violado...
Las palabras hicieron a la mujer sorprenderse y asustarse al mismo tiempo, miró a su hijo con sorpresa pegándolo más a su pecho en un fuerte abrazo en busca de tranquilizar el llanto de Taehyun quien se aferraba con fuerza.
—¿Lo hicieron Hyuka?... ¿Ellos te tocaron?... —el menor se quedó en total silencio, sin poder confesar lo sucedido por pena a que se rían de él, como siempre ha temido. —Hyunie, nadie te dirá nada, no voy a juzgarte por lo que haya pasado... Te amo sin importar qué... —Kai elevó su mirada observando la honestidad en el rostro de su progenitora, pero sus ojos cambiaron esta vez estando sobre Soobin. —¿Soobin? Él tampoco dirá nada.... Él te ayudó cielo. —el menor negó sin confiar en Choi, la madre del chico lo miró en busca de su habla.
—Kai... Yo me disculpo por lo sucedido, pero si quieres que las cosas mejoren tienes que decirle a tu mamá la verdad... Incluso lo demás que ha sucedido... Por favor, yo no voy a reírme o decirle a alguien más... Confía en mí... —habló con calma teniendo la atención de Hueningkai sobre él, la profunda mirada del chico lo puso ciertamente nervioso, pero este suspiró y parpadeó repetidas veces.
—Si... Ellos... Me tocaron. —soltó al borde de su llanto, aferrándose fuertemente a su madre con temblores en todo su cuerpo.
—Cariño...
Por primera vez, empatizó con Kai. Nunca creyó que ese momento llegaría.
Se arrepintió de lo sucedido, ese día, y los otros dos, se arrepintió desde lo más profundo de su alma, no pudo evitar llorar al sentirse culpable de haber herido de aquella manera a ese chico.
Pero ese chico lo había herido antes.
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