CAPÍTULO DIECISÉIS.
Laia.
Fui a ver a la actuación de Jungkook en el bar hace dos noches.
Dos noches, pero no he podido dejar de pensar en él aunque lo intente con todas mis fuerzas. Escucharlo cantar, aún cuando las palabras me estaban contando sobre su vida, me hacían querer correr al escenario y tomarlo entre mis brazos, pero la canción no era para mí. Estaba actuando para sus fans, dándole al Jungkook que tanto aman.
En el escenario, ese no era el Jungkook de antes . Era alguien que no conocía. Hice lo impensable desde que lo vi tocar: descargué su álbum y lo escuché sin parar. Algunas canciones me hicieron llorar, otras reír, una cuantas me enojaron mucho. Escucharlo cantar sobre amor perdido, el amor que botó como si no significara nada. No tenía derecho de decirle al mundo sobre nosotros. Era como si me estuviera diciendo que lo lamenta sin tener que mirarme a la cara y eso me hacía enojar.
Lo veré hoy y no sé qué decir o cómo actuar. ¿Pretendo no haber ido a
su show el viernes, actúo como si no me importara o sabrá? ¿Ralph le dijo?
Estoy segura que no me vio, dado que me quedé en la parte de atrás con
Jenna. Escuchamos dos canciones antes que tuviera suficiente y necesitara irme.
No podía verlo ahí arriba. No podía pretender que no me afectaba. Y lo
peor de todo es que Jenna lo sabía. Ella me miró con ojos tristes, y me cogió de la mano mientras salíamos del bar. No preguntó, todo lo que dijo fue el nombre de Junseol y me eché a llorar.
Extraño a Jungkook y no quiero hacerlo.
Yo ahora estoy con Jimin . Él me ama. Nos vamos a casar y tal vez tener un bebé juntos. Ese es el plan. Vivimos juntos, aún cuando nunca le pedí que se mudara. Dejó de quedarse en su propia casa para hacerme compañía y yo le estaba pagando extrañando a una persona que se fue hace muchos años atrás.
No lo discutimos. Tenía miedo de que si decía algo me dejaría como lo hizo Jungkook y pensar eso me hacía sentir patética.
Entonces, ¿por qué mi corazón me está diciendo que le dé una oportunidad?
Apoyo la cabeza en la ventana mientras conducimos a casa de Lía.
Ella nos pidió que fuéramos y pasáramos este domingo como siempre lo hemos hecho. La semana pasada no vimos fútbol, lloramos. Honestamente, no estoy de humor para celebrar con estúpidos bailes y salchichas de aperitivo cada vez que hay una anotación.
Jimin conduce con una mano y desliza la otra en la mía, su pulgar
acariciando el mío. Por un breve momento, mis recuerdos me invaden llevándome a esos tiempos.
Ayer, Jeon Jungkook me pidió que vaya al baile de Bienvenida con él.
Dijo que me llamaría anoche, pero no lo hizo. Estoy preparada para que me
diga que estaba bromeando o que decidió ir con Seo Haneul porque ella si pueda darle lo que él necesita, y al fin y al cabo es un hombre. Quiero decir, sé que eso es lo que quiere un chico, ¿verdad? Están buscando algo sencillo, como siempre que ocurre en estos estúpidos bailes, algo con lo cual después puedan sacar a relucir como si de un trofeo se tratase.
Bueno, definitivamente no voy a hacerlo con él, así que si es esa la razón por la cual me invitó, le va salir el tiro por la culata.
Respiro lenta y profundamente. Voy a llegar tarde a clase pero no me
importa. Jungkook está ahí y realmente no quiero verlo ahora. Mamá tenía razón, un chico como él no quiere nada con una chica como yo. Estoy del lado equivocado de Geumjeong.
Cierro mi casillero de un portazo y volteo, chocando con un cuerpo.
Retrocedo y levanto la mirada. Unos ojos oscuros me están mirando, sus ojos llenos de vida. Hago el amague de voltear, pero él fue mas rápido y tomó mi mano en la suya, conduciendo por las puertas dobles del lugar. Ya no voy a llegar tarde. No, oficialmente estoy faltando a mi primera clase, así Jungkook puede romper mi corazón.
Al menos, técnicamente, tenía medio día para acostumbrarme a la idea de bailar con él. Abre las pesadas puertas de metal, su agarre en mi mano apretándose.
Nos lleva al campo de fútbol. Oh Dios, quiere que lo hagamos bajo las
gradas. ¿Quiero eso? Si no, tal vez me dirá que no puede ir al baile conmigo.
Desearía haberle contado a Lía sobre esto antes de que se escapara con Yoongi. Sé que ellos están prontos a hacerlo, porque vamos, se aman tanto que solo están esperando el momento adecuado para hacerlo. Ella habla sobre eso todo el tiempo, sobre lo enamorada que está y que definitivamente quiere tener su primera vez con Min Yoongi, pero yo todavía no quiero hacerlo.
Rodeamos el campo de fútbol y nos dirigimos hacia el campo de béisbol.
Quiere hacerlo en la caseta. Supongo que es mejor que detrás de las gradas
porque al menos hay un banco donde puedo acostarme.
Nos metemos en la parte trasera de la caseta, lejos de la vista de la
escuela. Sé que quiere ahora. Bajo la mirada y me pregunto si me mancharé las rodillas con el césped. Su mano libre toma mi rostro y supongo que debería estar feliz de que al menos quiere besarme primero, o tal vez esto es un tipo de prueba de lengua. Oh, como desearía poder llamar a Lía ahora mismo.
-¿Por qué te estás escondiendo?-Sacudo la cabeza, empujando mi cara en su mano aún más. Todavía
está sosteniendo mi otra mano, probablemente tratando de evitar que me vaya. - Eres demasiado hermosa para esconderte, La.
-No estoy lista -suelto. Me tapo la boca mientras mis ojos se abren
como platos.
Está confundido por mis palabras y niega con la cabeza.
-¿De que hablas? - su frente se mantiene arrugada y se acerca mas a mí. -Solo quiero hablar -dice-. Lamento no haber llamado anoche, mi padre me estaba sermoneando y para cuando terminó e hice toda mi tarea eran pasadas las nueve y no quería molestar a tus padres si estaban durmiendo.
Quise enterrar mi cabeza cinco metros bajo tierra por pensar esas cosas de él.
Con sus palabras, solo me confirmó una cosa: creo que estoy enamorada.
-Lo siento... creí que...
-Si hubiera sabido que todo lo que tenía que hacer para hacerte sonreír
era tomar tu mano, lo habría hecho ayer.
No tenía la intención de sonreír, pero al pensar sobre cuán torpe era con
Jungkook, no puedo evitarlo. Era tan comprensivo y cariñoso que solo me hacía caer más ante él.
Me enderezo y le doy a Jimin mi sonrisa más reconfortante. No voy a
poder seguir echándole la culpa a Yoongi por mi mal humor por mucho
tiempo. Tarde o temprano va a empezar a hacer preguntas.
Preguntas que conducen a respuestas que no estoy lista para escuchar o aceptar.
Cuando nos detenemos en la entrada de Lía, la motocicleta de Jungkook
está en el garaje. Cierro los ojos y me pregunto cómo sería andar en una de aquellas.
Un golpe en la ventana me asusta.
-¿Vas a entrar? -pregunta Jimin antes que pueda abrir la puerta.
Cuando salgo, me toma de la mano-. ¿Estás bien?
-Sí, estoy bien -digo mientras entramos a la casa.
No estoy preparada para lo que se encuentra dentro. Junseol corre
pasando de mí (mi hijo que no me ha hablado desde el viernes) va directo hacia Jungkook y le muestra su revista Sports Illustrated.
La vista de Jungkook sentado en el sofá, vestido con una camiseta de fútbol con Suni a su lado, y mi hijo parado ahí deseoso de mostrarle algo en una revista, no es nada comparado con él inclinándose hacia adelante y
olvidándose del juego solo para poder hablar con Junseol.
Corro al baño antes que Jimin pueda ver mis lágrimas. No estoy siendo
justa con él. Nunca me he quejado de que Jungkook no estuvo presente en la vida de Jun y ahora que está aquí, lo quiero. Quiero ver feliz y capaz a Jun de decir que tiene a su papá, pero también sé que Jimin quiere ese título. Puede que lo merezca, pero tal vez le deba una sola a Jungkook y es la oportunidad de dejar que Junseol tome esa decisión.
Cuando vuelvo a la sala, la escena es cómica. Jungkook tiene a todos los
niños a su alrededor, incluso a Jimin. Trato de no reírme mientras tomo asiento a su lado.
El pelinegro me observa por el rabillo del ojo y sonríe burlonamente cuando
Jimin pone su brazo a mi alrededor. Se le acaban las sonrisas cuando ve que me jala más cerca y sé que el rubio se está preguntando por qué estoy tan rígida y no caí en la curva de su brazo.
-Bueno, odio terminar esta fiesta, pero le prometí a la señorita Suni
que veríamos al menos un juego -dice Jungkook, causando que Suni salte y Jun ponga mala cara.
Jungkook se agacha y susurra algo en el oído a mi hijo, logrando que sonriera abiertamente.
Al ver la cara iluminada de Jun, me doy cuenta que tengo que poner a
un lado mi enojo y hacer lo correcto para mi hijo y darle a Jungkook una
oportunidad. Mi decisión lastimará a Jimin, pero no debo centrarme en mi rencor, no cuando es algo que debo hacer por Junseol.
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