CAPÍTULO CINCO.
Jungkook.
Conducir por el pueblo anoche fue un error. Detenerse frente a la casa en que vivió Kang fue un lapso total de juicio. Me sorprendí al encontrar al señor Kang despierto, y además dispuesto a salir a ver a un desconocido en una moto, especialmente vestido de negro.
Las paredes de esta habitación de hotel se están acercando, y rápido.
Debería de haberme quedado más lejos de la ciudad donde podría al menos tener una suite con espacio para moverme. Necesito caminar y pensar.
Pensar en qué es lo que voy a hacer cuando la vea. Únicamente la quiero ver. Necesito saber que ella está bien y es feliz. Que ella ha seguido adelante con su vida y que yo no soy más que un pequeño punto en su radar.
Tal vez compre mi música porque ella puede decir que me conocía,
desde hace mucho. La he imaginado muchas veces de pie en la fila de la
tienda sosteniendo la revista People o la Rolling Stone cuando estoy en la
portada. Quiero pensar que ha leído los artículos y me ve hablar de ella sin
decir su nombre. Que ella haya creado una lista de reproducción en su iPod de todas las canciones que hablan sobre ella, que ella sepa que nunca he dejado de amarla, ni por un segundo.
Golpeo con mis puños mi cabeza.
-Eres tan estúpido, Jungkook. A ella seguro no le importas. La dejaste y
cambiaste tu número para que no tuvieras que escuchar su llanto en tu correo de voz.
Tengo que salir del hotel, ya que mi estancia aquí me recuerda a ella y la
noche en la que perdimos nuestra virginidad juntos y me está volviendo loco.
Con el casco puesto antes de llegar al vestíbulo, corro hacia la puerta
evitando a la recepcionista que está trabajando en la mañana. Ella es en
realidad, un poco más linda que la recepcionista de anoche, pero no por
mucho.
Acelero a través de la carretera, tomo las curvas más rápido de lo que
debería, pasando los coches que van muy lentos y rozando a un autobús lleno de niños. Bocinazos y vidrios de ventanas bajando, manos volando hacia afuera. No me molesto en mirar en el espejo para verlos insultarme.
Lo he hecho antes a cualquier idiota que pensaba que era el propietario de estas carreteras. Yoongi y yo solíamos ser dueños de estas carreteras.
Éramos tan estúpidos cuando éramos más jóvenes, y eso es antes de los veinte. Siempre manejábamos demasiado rápido y bebíamos, sin mencionar los muchos juegos de fútbol. Demonios, yo solía
hacer cosas con mi chica mientras conducía, dejándola subirse a horcajadas sobre mí solo para poder sentirla contra mí antes de dejarla en su casa. Era un irresponsable de mierda, pero recordar esos momentos en los que fui feliz, hacen que sonría de manera genuina.
Noches de verano calurosas pasadas en la parte de atrás de mi
camioneta, mirando las estrellas, sosteniéndola entre mis piernas con mis brazos alrededor de ella. Le dije que la amaría para siempre. Le dije "te amo" primero, porque desde que la vi por primera vez me sentí eclipsado por ella y prometí que nunca la dejaría ir.
Vaya mierda.
Me orillo y me detengo en un estacionamiento. Tengo que calmarme. Conduciendo como un idiota no resuelve nada. Lo último que quiero es mi nombre en el periódico porque estaba siendo imprudente. He trabajado duro
para mantener mi imagen limpia. No más errores para mí.
Cuando levanto la vista, veo que estoy en el Museo Geum, un lugar
dedicado a los deportes de la preparatoria. Bajo de la moto y camino, pago la entrada de mil wones. El interior es como un santuario. Estoy colgando del
techo con las estadísticas de mi récord bajo mi foto. Hay una foto de Yoongi y
yo juntos. Se suponía que romperíamos récords en la Universidad de Seúl, pero él quería estar cerca de Lía y optó por una escuela de la provincia con
ella. Él era inteligente.
Una gran foto de Yoongi está en el centro del museo con un listón negro
cubriendo los bordes. Hay una mesa al lado de la foto con más fotografías de él y yo con algunos chicos más. Estamos todos tan jóvenes con el uniforme de nuestro equipo, levantando el dedo índice diciéndole a todos que éramos los número uno.
No teníamos ninguna preocupación en el mundo, solo queríamos ganar.
Uno de los balones de fútbol del campeonato está a un lado.
Quiero tocarlo, sentir el cuero contra mis dedos, pero me detengo.
Esos días se han ido. Lo dejé todo atrás cuando hice las maletas y me fui a Seúl por las luces brillantes de la gran ciudad.
-¿Oyes esa multitud? -me grita Yoongi antes de salir del túnel.
Este es nuestro último partido en la preparatoria y este año estamos invictos. Hemos aniquilado a la competencia. Yoongi está muy cerca de
romper el récord estatal de yardas por tierra y yo rompí el récord de pases
de esta temporada. Ambos firmamos nuestras cartas de intención para la
Universidad de Seúl esta mañana.
Y ahora estamos a punto de jugar nuestro cuarto título del estado.
-Sí, lo escucho. Es una locura, ¿verdad?
-Tiene que haber más gente que el año pasado.
-Por supuesto que sí. Somos los mejores. - respondo y mi mirada se va de manera instantánea a la persona que me vuelve completamente loco.
Le doy una palmadita en el trasero a mi chica cuando pasa con su falda
de porrista blanco, rojo y oro mientras corre. Se da la vuelta y me mira de manera divertida, pero sensual. La amo tanto.
Sé lo que está esperando y tengo la intención de cumplir.
-¿Sabes lo sexy que eres cuando te muerdes el labio? Tienes esa
mirada que yo conozco, Jungkook.- canturrea cerca de mi oído - ¿Tienes planes para nosotros después? -susurra para nadie mas pueda oír. Mi atención se centra ahora exclusivamente en ella en lugar del juego mientras su mano se cuela por dentro de mi camiseta. No hay nada mejor que su piel contra la mía.
-Ya basta, ustedes dos -dice Yoongi mientras me da una palmada en la parte de atrás de la cabeza-. Si le das una erección durante el juego,
algún apoyador romperá su pene.
Todos comenzamos a reír. Ella me dio un beso de despedida, diciéndome que les paté el trasero. Ella nunca me desea buena suerte, solo que les pateé el trasero. Y los deseos de mi novia son órdenes para mí.
Me coloco mi casco y salgo corriendo hacia el campo. Corremos
cruzando a las porristas y el cuerpo estudiantil. La música a todo volumen
mientras nos anunciaban frente a todos. Los padres y los fans están de pie en las gradas, gritando en voz alta.
Yoongi y yo vamos a un lado del campo a calentar, siempre juntos. Tenemos una rutina y no vamos a romperla ahora.
Cuando suena el silbato, me coloco al centro con mi mejor amigo a mi izquierda. El juego es para él. Él solo tiene que correr cien yardas para romper el récord estatal y voy a hacer que suceda esta noche. Nuestro primer juego es un hand-off hacia él, el rompe el primer tackle para ganar treinta yardas.
Esto lo hacemos una y otra vez hasta que su padre sostiene un cartel
con un 100 y lo sé. Le doy la mano a Yoongi y trota hacia su padre. Se
abrazan y los fans se vuelven locos.
Min Yoongi acaba de establecer el
récord estatal por tierra de nueve mil quinientas dos yardas. Y yo estaba sumamente feliz por él.
Recuerdo ese partido como si fuera ayer y estando aquí me hace sentir
como si lo fuera. Casi puedo oler los puestos de comida cocinando hotteok y tteokbokki, también hot dogs y corndogs . Puedo oír los gritos y sentir la vibración de los pies pisando fuerte las gradas.
Todavía puedo ver a la cara del señor Mkn, cuando Yoongi rompió el
récord. Yo quisiera que mi padre me mirara así.
Mientras camino alrededor nos veo en todas partes. Los cuatro títulos
estatales que ganamos de fútbol y dos de béisbol. Park Jimin está
mirándome, con su sonrisa mientras sostiene el premio del jugador más
valioso. Quería ser yo. Cuando llegó a Geumjeong me seguía a todas partes.
Siempre estaba pasando el rato con nosotros como si fuera nuestro amigo de toda la vida, cuando lo único que quería era a mi Laia.
Aparte de Yoongi, no sé qué le pasó a ninguno de mis compañeros de
clase. No estuve en contacto porque no tenía nada que decir y no quería
escuchar que fallé por abandonar la universidad. Tuve que tomar la mejor
decisión para mí y lo hice a pesar de que sé que les dolió a todos a los que
quería, sobre todo a ella.
Cuando viene un grupo de chicos jóvenes, huyo al baño. No espero que
sepan quién soy, pero sus profesores puede que sí y no quiero firmar
autógrafos o posar para fotos. Solo quiero ser yo aunque sea durante poco tiempo.
Cuando salgo del baño hay un chico parado en el tocador con las manos
bajo el agua. Lo miro a través del espejo. Está llorando a pesar de que está tratando de lavarse las lágrimas salpicándose con agua la cara.
Es un niño pequeño y tiene el pelo un poco más largo de lo normal para
los chicos de su edad. Tal vez está siendo intimidado y se está escondiendo aquí.
Odio a los aprovechados. Yoongi y yo no tolerábamos ninguna intimidación cuando estábamos en la escuela. Nos asegurábamos de ello.
-¿Estás bien, amigo? -Digo en contra de mi buen juicio. No quiero
saberlo porque no quiero la confrontación, pero no puedo soportar ver a los niños llorar.
Él asiente con la cabeza y se tapa la cara.
-No debo hablar con extraños -dice. Chico inteligente.
-Tienes razón. Solo quiero asegurarme de que no necesitas a tu
maestro o cualquier cosa.
-No, estoy bien.
-De acuerdo.
Me lavo las manos mirando al niño a través del espejo. Está viendo
todos mis movimientos, mirando los tatuajes de mis antebrazos,
probablemente se está preguntando si lo voy a secuestrar ahora que ha
hablado con un desconocido.
-Oiga señor, yo lo conozco.
Me limpio las manos en la toalla de papel sin mucho ímpetu.
-En serio, ¿eh? -le digo, sin hacer contacto visual.
-Sí, tú eres el que esta besando a mi madre en el video que tengo.
Me sorprendo y me hace pensar en muchos de mis videos musicales y no, no recuerdo besar a nadie en ellos.
-¿Lo has visto en la tele? -pregunto.
-No, estabas en un uniforme de fútbol.
Me congelo. Solo he besado a una chica mientras llevaba un uniforme
de fútbol.
Miro al pequeño, realmente se parecen. Tiene el pelo oscuro y la barbilla alargada y sus penetrantes ojos mieles. No puede ser.
No hay manera. Mierda.
-Ah, sí, ¿quién es tu madre? -le pregunto, jugando, pero tremendamente nervioso.
-Kang Laia.
-¿En verdad? -pregunto apenas capaz de hacer que las palabras
salgan de mi boca.
Asiente con la cabeza y sonríe mostrando la falta de algunos dientes
delanteros.
-¿Besabas a mí mamá mucho?
¿Qué le digo a este pequeño? No puedo decirle exactamente la verdad,
sobre todo sin saber lo que está pasando.
-Sí, tu madre era realmente hermosa. Apuesto a que todavía lo es.
Un sonido de afirmación sale de su garganta. Solía pensar que mi madre era la más bonita hasta que no pude soportar mirarla y observar sus formas robóticas de tratar a todos.
-Me tengo que ir. Nos vemos por ahí -dice. Antes de que tenga la
oportunidad de responder, sale por la puerta.
Corro fuera del baño y del museo tan rápido como puedo, algo desorientado. Un chico trató de hablar conmigo cuando pasé, pero lo ignoré. Necesito respuestas sin importar si estoy listo o no y solo ella me las dará.
Tengo que reducir la velocidad cuando llego a la calle principal. No me puedo permitir que alguien sospeche de mí o arriesgarme a ser detenido. Me estaciono enfrente de su tienda y miro la puerta un minuto. He sabido de la florería por algunos años. Cuando nuestros aniversarios venían o me sentía nostálgico, me metía en Google y buscaba como un acosador loco y me enteraba de lo que estaba haciendo, pero no hay nada de lo que leí sobre un niño.
Conduzco alrededor hasta que está oscuro, a la espera para el cierre. No
quiero audiencia. Me detengo justo cuando sale de la tienda con una pelirroja de baja estatura. Se abrazan despidiéndose y me mira. Sus rasgos son suaves y no tiene miedo del desconocido en una motocicleta negra. Ella no sabe quién soy, solo está siendo amable.
No tengo ningún plan en juego, mientras observo que regresa a la tienda. Cambia el signo de "Abierto" a "Cerrado". Si voy a hacer esto, tengo que hacerlo antes de que cierre la puerta. Con el casco puesto, abro la puerta, la campana suena alertando mi presencia.
-Estamos cerrando -dice desde algún lugar de la tienda. No la puedo
ver, pero puedo sentirla en la habitación.
Me quito el casco y dejo mis guantes sobre el mostrador. Ella no me ve
cuando da vuelta en la esquina.
-¿Qué edad tiene, Laia?
La dejé en una buena parte 🤩 jajajajja ojalá les guste 🫶🏼.
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