Martin.

Otro día más en este estupido burdel, de a ratos me gusta, pero en otros no, aparte, la estupida de Angie nos trata para el orto, solo porque está perdiendo clientes, gracias a otro burdel que está enfrente del nuestro. En fin, me levanté de mi cama, me bañe, me cepille los dientes, salí del baño, me cambié, y luego salí de mi habitación, para ir a la de mi amiga.
Oriana era una de las que mejor me caía, ya que las otras se creían mucho, y era obvio que el que mandaba en el burdel era yo, si nos ponemos a hablar de números, y plata, Ori y yo mandabamos, y obviamente, que ella era la más linda.

Tok Tok

O: ¿sos vos bebé? -dijo detrás de la puerta-
M: si beba, abrime.

Me quedé un par de minutos, esperando, y la puerta se abrió, dejando ver a mi amiga, con una cara de demacrada. Estar en el burdel le afectaba bastante, a quien no, pero bueno, era cosa de acostumbrarse, yo también lloré los primeros días, e incluso los primeros años, pero luego me "acostumbré", si lo digo entre comillas, porque no lo hice del todo, me sigue dando asco, pero ya no lloro como los primero años.

M: beba, ¿otra vez estuviste llorando?
O: no lo puedo evitar Mar, no quiero seguir viviendo esta mierda, no quiero que me usen, en serio no quiero -se largó a llorar otra vez, yo la abracé, y la hice entrar otra vez a su habitación-
M: bebé, todo esto va a pasar, voy a encontrar una manera de sacarte, yo se que vos estás acá por error, pero dame tiempo, no quiero verte mal, en serio.
O: es que, todo lo que está pasando me hace mal, y los hombres que vienen no son muy sutiles que digamos -dijo con una mirada triste que me partió el alma, enserio quiero sacarla de acá, no es lugar para una chica de 16, ni mucho menos una de 15, que fué con la edad que entró-
M: dame un poco más de tiempo, porfa, te juro por mi vida que te voy a sacar lo antes posible.
O: gracias, te voy a esperar todo lo que quieras -dijo abrazandome-
M: va a ser lo más rápido que pueda.

Después de eso nos quedamos hablando un rato. Sinceramente, las horas con ella pasaban volando, y en ese momento era hora de prepararnos, ya que en treinta minutos teníamos que salir hacia donde estaban los clientes.
Me despedí de Ori, con todo el dolor del mundo, sinceramente me dolía dejarla sola, no sabía cómo la podían tratar. No quería, pero para sacarla tenía que trabajar. Yo ya tenía un plan, desde que ella ingresó al burdel, desde ese día vengo juntando plata, junto con Matias, el plan consiste en juntar entre los dos, el monto suficiente de plata, como para comprarla, osea yo le daría la plata a Matias, el juntaría la suya, y la compraría, y así ella sería libre, el problema era, que al ser una de las chicas que generaba más plata, no salía barata. No me gusta hablar de ella como un objeto, pero es como nos tienen.
En fin, hoy tenía que tratar de estar con quien quisiera acostarse conmigo, para así juntar más plata, y sacarla más rápido de este lugar horrible.
Me dirigí hacia el baño de mi cuarto, ya que me tenía que arreglar. Me puse un poco de delineador en la parte de abajo del ojo, rimel, y un labial rojo. Y en cuanto a vestimenta, me quedé en cuero, y me puse un short, que dejaba ver todo mi trasero, si ya es humillante, pero todo por mi amiga.
Terminé de arreglarme, y salí hacia donde estaban todos los hombres, tomando, con chicas, etc. Salí con mi mejor sonrisa, sinó, no iba a conseguir a nadie, y esa no era la idea.

[...]

Había pasado un par de horas, sinceramente, mi cuerpo no daba más, estaba muy cansado, y adolorido, pero al imaginarme a Ori un par de años más acá adentro, se me pasaba, y volvía al ruedo. Me bañé, ya perdí la cuenta por segunda vez, calculo que será la cuarta o quinta vez que me baño en esta noche, dios, mañana no me voy a poder mover. En fin, salí, me volví a arreglar, y salí hacia donde estaban todos. Cuando salí, mi vista se direccionó hacia uno de los clientes más recurrentes de este burdel, y el que siempre se acostaba conmigo, sinceramente era uno de mis clientes favoritos, y creo que yo también era de sus favoritos. Era un chico bastante guapo, y me trataba bien siempre, no como los otros, una vez hasta le pagó de más a Angie para que fuéramos a comer afuera del burdel, fue la noche más linda de toda mi puta vida.

M: hola Rodri -dije en tono seductor-
R: hola lindo -solté una risita, en verdad me encantaba que él me tratara así-
M: y... ¿qué se te ofrece hoy?
R: traje a un amigo, ¿lo podés hacer disfrutar como me haces disfrutar a mí
M: obvio que si, solo tiene que pagar en la caja, y yo lo espero en la pieza.
R: okey, Pedro ya escuchaste, andá a la caja, y decí que querés ver a Martin.
M: bebé, acá no me llamo Martin -dije con una sonrisa-
R: ah, cierto, decí que querés ver a Kovacs, y ahí te van a dejar pasar.
M: te espero en la pieza -dije pasando mi dedo, desde su pecho, hasta su barbilla, y guiñandole el ojo, para luego darme la vuelta, y caminar hacia mi habitación-

Era bastante lindo el pibe, había que admitirlo. Como dije, me fuí hacia la habitación, me tumbé en la cama, y esperé hasta que llegara. Al cabo de unos minutos, sentí como se abría la puerta, levanté mi cabeza, y efectivamente, era ese chico lindo. Me paré, y caminé moviendo mis caderas sensualmente, hasta llegar a él, enrollé mis brazos en su cuello, y lo besé. El correspondió mi beso, y caminamos hasta la cama. En fin, él se sacó su ropa, luego me la sacó a mi, y bueno, tuvimos relaciones, y tengo que decir algo, fue el mejor de toda la noche.

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«Hola💊»
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▪Palabras: 1106
▪Publicado: la verdad no se (:
▪Modificado: 19/08/20
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