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___  El sol pegaba en su nuca, calentandola cada vez más, mientras esperaba por indicaciones de los líderes.

El peliblabco estaba formado con Jin hasta atrás, Cook hasta al frente, Tae detrás de él. Estaba sumamente nervioso, casi deseando desaparecer.

Los líderes traían gorras, Tae los envidió. Alcanzó a percibir sonidos de ardilla.

Las filas comenzaron a avanzar, se estaban adentrando al bosque de árboles gruesos y hojas de otoño cayendo al rededor de todos.

Aire fresco, ramas crujir, eso percibía, olor a bosque, otoño, calidez, un cook de cabello sedoso, brillante, lacio ligeramente ondulado, camisa blanca, pegada a su espalda marcada. Tragó saliva.

Entre más se adentraban al bosque, más pesada se hacía la caminata, sus piernas dolían, Jin y el peliblabco rían mientras Tae sentía que el silencio era inmenso entre Cook y él.

La idea de iniciar una conversación seguía ahí desde hace ya un rato, pero no podía llevarla acabo, quizá si sentía la confianza suficiente, la comodidad que normalmente hacía falta al hablar con alguien, pero por alguna razón, seguía sin poder decir una palabra. No sabía ni siquiera qué palabra decir, o cómo.

- Llegámos - gritó uno de los líderes.

Sobre ellos se alzaban una montaña alta, Tae apenas podía alcanzar a ver dónde terminaba, aunque no estaba seguro si seguía siendo más alta de lo que pensaba.

La fila se desformó, el peliblabco se acercó junto con Jin.

- ¿Están nerviosos? - preguntó el peliblabco.

- Ya he hecho antes esto - añade Cook.

Tae alzó la mirada de nuevo, lisa, estaba lisa, cómo se supone que íbamos a subir, sus manos comenzaron a dudar.

- Si, la verdad me preocupa caerme - habla Jin.

- Tranquilo, estaré contigo no dejaré que te caigas - lo calma el peliblabco.

Tae no pudo evitar mirarlos, ambos parecían sonrojados, se sintió nervioso con la precencial de Cook.

- Parece difícil - dijo Tae intentando participar en la conversación, los demás asintieron.

Los líderes les colocaron el equipo, arneses, cuerdas, casco, guantes, gancho, etc.

Luego de uniformarse bien, los llevaron a un lado un poco más rodeando la montaña, en ese lugar estaban colocadas las cuerdas en las que se sostenerian, la montaña ya no estaba tan lisa, había grietas y deformaciones, un alivio.

Pasaron casi todos, Tae seguía tratando de armar el valor suficiente para subir, casi todos habían subido excepto algunos, Cook y él.

Tae sabía que estaría bien, de todos modos, estaba nervioso, aunque de igual manera iba a terminar haciéndolo, no quería rendirse, no frente a Cook, iba a sentir mucha vergüenza que viera que no tenía el valor y valentía suficientes.

Suspiro, y tomo el siguiente turno, tenía el equipo puesto, solo lo engancharon a una cuerda que se hacía lenta si la jalabas para abajo. Así si se soltaba, bajaría hasta suelo lentamente, pero tenía que llegar hasta arriba.

Había una grieta que le permitió poner su mano mientras con su pie se alzaban desde una pequeña salidura, se sostuvo de otra un poco más arriba y puso su pie en otra grieta subiendo un poco más.

Volteó hacia abajo, solo llevaba 2 metros quizá menos, y lo que le faltaba debía de ser una eternidad, terminaría cansado y mucho, no creía que iba a lograrlo, quizá era mejor idea decir que no podía hacerlo.

Volteó, Cook lo miraba, Tae no le apartó la mirada, recibió una pequeña sonrisa y sin pensarlo, la devolvió.

- Tu puedes Tae - dijo.

Sintió quizá un sonrojo, se sintió motivado, se sentía mejor, ya no parecía tan cansado.

- Gracias - contestó nervioso.

Cook le guiñó, Tae tuvo que voltear sintiendo la cara roja. Subió otro más usando las grietas y luego otro y otro, hasta que Cook subió debajo de él.

Cuando volteó de nuevo abajo se sorprendió de lo que había subido, ya estaba algo alto, sus manos estaban sudadas, pero su energía lo mantenía alerta, fuerte, positivo, la energía que le llegó gracias a Cook.

- ¡Tae, espérame! - gritó Cook desde abajo.

Tae paro volteando hacia él, ambos estaban a una altura alta.

Cook se apresuró a subir, unas cuantas rocas, unas cuentas grietas, hasta estar a la altura del castaño.

- Subámos - dijo el pelinegro sonriendo.

Tae asintió sonriendo también, colocando su mano en la primera grieta que encontró, posicionó su pie en una roca salida para impulsarse hacia arriba, cuando puso su peso la roca cayó y Tae resbaló, raspándose la rodilla.

Cook lo sostuvo del brazo, evitando que cayera. El corazón de Tae latía rápido, intento sostenerse de otra grieta.

- ¿Estás bien?

- S.. si.

Cool lo alzó un poco más y Tae logró sostenerse bien.

- ¡¿Todo bien allá arriba?! - gritó uno de los líderes que iba con ellos a unos metros de distancia.

- ¡Si! - respondió el castaño.

- ¿Seguro que estás bien? - vuelve a preguntar Cook.

- Si, gracias.

El pelinegro sonrió - Voy a estar a tu lado ¿Ok?, Tranquilo.

Tae sintió sus mejillas coloradas de nuevo, se tragó las palabras que iba a decir, sonrió y siguió escalando con Cook.

Una roca, estaba dura, otra grieta, una colina salida de la montaña, otra grieta, otra roca.

Cook puso su mano para que Tae la tomara y pudiera impulsarse más arriba, Tae intentó no sonrojarse, se apoyó de la mano del pelinegro y subió a la siguiente roca. Sus guantes evitaban que resbalara.

- Gracias - dijo y buscó otra grieta.

Cook lo miró, soltó una pequeña risita y colocó su mano en la siguiente roca.

- ¡Ya casi llegamos! - gritó el líder desde abajo.

Tae volvió su cabeza hacia arriba, faltaba un abismo, por lo menos, mucho más de lo que llevaban, era demasiado, volteó hacia abajo, llevaban una altura considerable, aún no veía el suelo borroso, como si estuvieran tan alto. Pero definitivamente llevaban más de 200 metros, masomenos.

Les faltaba demasiado, quizá el líder solo trata de alentar. Tae sentía un nudo en su garganta por el cansancio. Limpio su frente y paró respirando hondo.

Cook paró con el.

- Nosé, pero definitivamente no creo que ya casi llegamos - dijo el pelinegro.

Tae río con él.

- Es cierto, supongo que es para motivarnos.

- ¿Eso te motiva? - pregunta riendo haciendo a Tae reír también.

- ¿Seguimos? - sonríe el pelinegro ofreciéndole la mano.

- Si - contesta Tae entusiasmado, tomó su mano y siguió. 

Nuevas energías, una sonrisa, "gracias Cook", pensó para si mismo.

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Subieron unos cuantos metros más, Tae seguía viendo que faltaba una eternidad para terminar, el líder volvió a decir que faltaba poco, ¿acaso estaba ciego?

De pronto, comenzó a divisar una pequeña cueva, en la montaña, sintió en el pecho un gran alivio, incluso alcanzaba a sentir el frío de esta, inmediatamente avisó a Cook, tocando su hombro, sintió nervios.

- Ya la vi - sonrió.

Subieron un poco más, al final, Tae logró poner su mano en el suelo y Cook lo ayudó a subir con su mano. Puso sus rodillas en el suelo frío. La cueva estaba un poco oscura, pero era gigante, de piedra, algunas antorchas alumbraban el lugar, sus compañeros estaban merodeando por ahí, los equipos estaban en una caja, había colchonetas, comida, bombones, palos, agua, incluso un poco de vegetación, un poco de plantas expandiéndose por las paredes.

Se volteó, miró a Cook, sonrió de lado y estiró su mano para apoyarlo a subir.

Cook la tomó y se apoyó de una roca más hasta llegar al suelo de la cueva, la miró sonriente y Tae admiró su cabello desordenado y medio ondulado, su naricita y sus fuertes músculos, respiraba hondo, al igual que Tae, por el cansancio, el sudor hacía que su playera se pegara a sus pectorales, Tae quería apartar la mirada, pero le era imposible, "esto es una locura" pensó, volviendo la vista hacia fuera de la cueva.

Alcanzaba a ver el bosque, y las cabañas del campamento, diminutas manchas cafés, el cielo azul, algunas nubes grandes y blancas, pájaros.

- Se ve hermoso - dijo el pelinegro mirando al castaño.

- Si, me siento un gigante, me sudan las manos de ver lo alto que estamos - rió Tae.

El pelinegro acompañó sus risas - Se siente diferente, bien - dijo, mirando hacia Tae.

- Si - lo miró el castaño.

Sus miradas conectadas, otra burbuja, mariposas lentas, ojos brillantes, nervios, cosquillas en el estómago, sonrojo, voz del líder y Tae apartó la mirada.

Ambos colgaron sus pies al acantilado, la tranquilidad de la vista era hermosa, Tae vió un halcón y lo se lo señaló a Cook.

- Wow - dijo asombrado.

- Es muy grande, jamás había visto uno - sonrió.

El pelinegro sacó su celular y tomó una foto al halcón antes de que se escondiera.

- Mira - se la enseñó - ahora puedes ver cómo es siempre - dijo el pelinegro y Tae sonrió. 

- Solo en tu celular - dijo el castaño, acomodándose hacia el pelinegro.

- Mmm pues, puedes darme tu número y te la paso - acomodó su cabello.

Tae sintió un sonrojo, pero rió inmediatamente.

- Esta bien - aceptó, tomó el celular de Cook y abrió teléfono para anotar su número, "tut, tut, tut", cuando terminó, lo devolvió. 

- Gracias - rió, Tae rió también, luego los dos voltearon de nuevo hacia la vista, por alguna razón. En ese momento todo se veía mucho más hermoso, de nuevo tenía esa sensación de que todo estaba bien, tenía energías, estaba bien, tenía una sonrisa. 

___ El peliblanco los miraba desde atrás y sonrió, una sonrisa satisfecha, quizá orgullosa, veía a su mejor amigo, riendo con otra persona que no era él, no veía eso hace mucho tiempo. 

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