𝕵imin iba determinado, hoy entregaría dos carta, una era para su hermosa crush Min-jae y la otra para el chico que le caía tan mal que lo molestaba solo por gusto Min Yoongi.

Entró al instituto, aún era temprano así que se encaminó a los lockers de las personas a quién entregaría las cartas, pero se dió una gran sorpresa, los lockers tenían los apellidos de ambos chicos en la puerta, no recordaba cuál era de quién, trato de hacer memoria, pero le era imposible, pero su tardanza fue mucha ya que escucho ruido de pasos acercándose a él, así que con cierto pánico metió las cartas en cada locker esperando acertar.

Jimin era un estudiante de segundo año de preparatoria, su edad era de 17 años, era un chico tímido que prácticamente era invisible para casi todo el instituto y en efecto no le molestaba aquello, le gustaba pasar desapercibido, no todo el tiempo estaba solo, tenía la amistad de Taehyung y su novio Jungkook, así que sus recesos no eran solitarios, pero por desgracia no siempre era invisible, no lo era para Min Yoongi, el matón del instituto que era dos años mayor que él, Yoongi ya no permanecía ahí, pero por ser vago había reprobado dos veces quedando en segundo año al igual que él, solo que no en su salón, Min Yoongi lo molestaba cada vez que veía oportunidad, lo empujaba cuando lo veía pasar, le quitaba su almuerzo, lo criticaba por su aspecto, en si buscaba cualquier forma de fastidiarlo, solo que él no entendía por qué razón, él nunca se metió con él, pero esa era su mala suerte y por eso detestaba a Yoongi como no tenían idea.

Luego estaba Min-Jae, ella era dulce, preciosa a su vista, era la chica popular del instituto, Jimin sabía perfectamente que aquella hermosa chica nunca se fijaría en él, pero no hacía demás confesarle su amor y admiración por ella desde hace varios años atrás de instituto, era bien sabido que la chica no sabía de su existencia, ya que como se sabe con anterioridad, él se mantiene en el anonimato, pero la carta que era para ella llevaba su firma personal.

Ingresó a su aula, tratando de pasar desapercibido y no levantar ninguna sospecha, minutos más tarde su aula empezó a llenarse de alumnos, sin levantar la cabeza miró aquella silueta tan conocida por él.

-Hola nerd, escuché que ya ustedes habían pasado el tema de química del profesor Woong, necesito que me des el trabajo completo.-Sonrio con malicia.

Jimin levantó la mirada frunciendo el ceño, se esperaba todo menos eso, ese trabajo lo iba a entregar hoy y en definitiva no se lo daría a Min Yoongi, ese trabajo estaba hecho con su propio esfuerzo.

-N~No, no puedo hacer eso.-Hablo tímido.

Yoongi borro la sonrisa de su rostro cambiando a un cara sería que intimidaba al menor, al pelinegro no le gustó para nada aquella negación.

-No te estoy preguntando, te estoy diciendo que me lo des.-Su voz fue dura.

-Ya dije que no, ese trabajo lo hice yo y aparte lleva mi firma, si quieres te explico como hacerlo, pero no te daré el mío.-Nego temeroso.

Los ojos de Yoongi se abrieron de sorpresa, Jimin nunca le había negado nada y menos tenía tanta valor para hablarle de esa manera, definitivamente tendría que enseñarle nuevamente modales.

-Quiero el proyecto antes de medio día, si no, atente a las consecuencias.-Sentencio retirándose.

Todos los compañeros de Jimin lo miraban con sorpresa y algunos con lastima, nadie entendía la razón del porque el pelinegro le hacía la vida imposible a Park. Unos minutos después llegó Taehyung que se sentó a su lado y detrás suyo su novio Jungkook, como siempre Tae llegaba con los labios rojos e hinchados por el atasque de besos que se daba con Jeon antes de entrar a la escuela.

-Hola, mimi, ¿Hiciste el proyecto de química?.-Sonrio al mirarlo.

Jimin asintió, aún estaba procesando como haría el proyecto de Min para no enfrentar su irá, le tenía cierto miedo, una vez vió como casi mataba a golpes a un alumno de último año que lo enfrentó, así que Jimin no quería un ojo morado por parte del pálido.

Minutos después el profesor Jung entro a impartir la clase.

Las dos horas siguientes pasaron rápido, les tocaba hora libre, muchos de sus compañeros salieron para despejar su mente, otros quedandose a dormir y otros estudiando y claro, su mejor amigo besuqueandose con su novio, suspiró y sacó su laptop, empezó a escribir de forma en que lo haría el vago de su acosador, su anterior archivo lo ayudaba así que no le era tan difícil, no era justo, él no tenía el porque hacer un trabajo extra y ajeno, pero lo haría si eso significaba mantener su todavía pasable cara intacta.

𝐶𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑎𝑟𝑎́...