𝐍𝐨𝐯𝐞𝐧𝐨 𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫.
Jimin caminaba por los pasillos de la escuela, se había quedado dormido por el cansancio de estudiar hasta tarde, pero su andar fue detenido y un dolor en su espalda extendiéndose por toda ella, logrando sacarle el aire perturbandolo por un momento, pero grata fue su sorpresa que se llevó al ver que quién lo acorraló en la pared de los pasillos llenos de estudiantes que los miraban atentos, fue como recibir mil golpes en todo su cuerpo, Min Yoongi lo miraba con burla al igual que el grupo de sus amigos que siempre andaban con el pálido.
-No se te olvide lo que me debes, espero traigas suficiente dinero porque también invitarás a mis amigos.
Temeroso, Jimin asintió efusivo, el pálido dejó de acorralarlo y alisó las arrugas que le había hecho en la camisa al rubio, lo miró una vez más y se retiró con su grupito.
Jimin estaba anonado y confundido, ya que el trato de ayer del pelinegro no era el mismo que el de hoy.
Caminó a su casillero y guardó sus libros y sacó los de las clases correspondientes, pero se llevó otra sorpresa que le hizo hiperventilar.
-¿Asi que la carta de odio no era para mí?, entonces... ¿Donde esta la real?.-La castaña Min-jae lo miró interrogante.
-La, la, la ti~tiene Yo~Yoongi...
-Me dijeron que eres inteligente, pero no lo creó ya que te equivocaste de casillero haciéndome llegar la carta que no era para mí.-Min-jae lo observo detenidamente, dándose cuenta de los nervios del rubio.
-Lo~Lo siento, estaba nervioso y no me dí cuenta.-Tartamudeando miró directo al suelo.
-Eres tierno, pero me debes esa carta que era para mí, necesito saber si era cierto o no, la espero al final del día, adiós.-Sin más, la castaña se fue a su aula correspondiente.
En definitiva, Jimin estaba por sufrir un colapso por el día de hoy.
Prestando atención a la clase de historia el día de Jimin estaba transcurriendo lento, por una parte agradecía aquello ya que en el almuerzo tenía que gastar toda su semana para la comida de su bullying y sus secuaces y en la salida entregarle a su crush Min-jae la carta que Yoongi conservaba o pueda que ya la haya tirado.
Taehyung observo a su amigo, desde que entró poca vez le dirigió la palabra, arranco una hoja de su libreta y escribió en ella, luego se lo paso al rubio, la cuál miró la nota con ceño fruncido en interrogante, abrió el papel y leyó.
Tae.
¿Que tienes?, ¿Te pasó algo?
Jimin.
Mi mañana fue intensa y mi día está siendo raro.
Tae.
Me cuentas en el almuerzo.
Jimin
No puedo, invitaré a Yoongi a almorzar, ¿Me esperas en la salida?
Tae.
Ok, Jungkook vendrá con nosotros, iremos a comer, yo invito.
Taehyung sabía de la situación económica en la que estaba Jimin, por eso siempre aclaraba que los gastos iban de su parte o de su novio Jungkook, aunque Jimin a veces era renuente en dejarle pagar sus consumos, muchas veces se lo agradecía, él no podía darse mucho el lujo de derrochar dinero.
Por desgracia, el tiempo se terminó muy rápido y el timbre del descanso sonó por toda la institución dándole la bienvenida de la hora infernal que pasaría Jimin con el mayor, Min Yoongi.
𝐶𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑎𝑟𝑎...
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