Sonic no es mío, pero si lo que vas a leer a continuación.
La Imagen de portada tampoco me pertenece, créditos a su respectivo creador.

Capítulo único.

"Delicada".

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Y ahí estaba...

No tenía ni la menor de idea de cómo terminó ahí. Miró sus manos arrugando el entrecejo; recordando los motivos del porque se encontraba ahí.

Ella. Sí, ella, Amy Rose estaba enferma.

Y ciertamente ya no le extrañaba; nada de lo que esa chica de ojos verdes hiciese era extraño para él. Por ello, al enterarse de que había estado hasta altas horas de la noche, esperándolo no le tomo por sorpresa.

Y ahora tenía fiebre; y no solo eso, él debía hacerse cargo de ella. Estaba ahí, invadiendo su casa, su espacio.

Aquello le mataba; tenerle tan cerca y a la vez tan lejos. Tanta tentación, y tanto delirio acabarían con su cordura. Le carcomían por dentro.

La observó; tan frágil, moviéndose de un lado a otro, en busca de una posición más cómoda pronunciando incoherencias a causa de su alta temperatura.

Y entonces se pregunto, ¿por qué el? Tantos amigos tenía ella; que se podían hacer cargo para evitarle aquel suplicio...

Y entonces lo recordó... "Todos estaban demasiado ocupados" y él era el único idiota que no sabía decir que no.

Suspiró... ahora, por culpa de aquella torpeza debía luchar por no lanzarse sobre ella y comerla a besos.

La observó una vez más; tan delicada... sonrojada a causa de tan alta fiebre y no por eso menos bella. Sintió ternura al verla así, tan linda, hermosa, frágil...

Y sonrió al pensarlo, esa era la palabra perfecta para describirlo; delicada...

Tantos pensamientos le invadían, tantos deseos de besarla... sin testigos que impidieran su cometido... tantas maneras de abusar de su estado, del poder que el destino le estaba brindando... tantas y aún así no se atrevía a llevarlas a cabo...

Cobarde. Se llamaba así mismo; pero verla así, bien valía la pena. Grabando en su memoria cada uno de sus detalles, tan cercanos, tan perfectos... ella simplemente era perfecta. Cual rosa en plena primavera... tan delicada y a la vez tan fuerte... Aspirando su delicado aroma a vainilla...

Y comenzó a acercarse... acariciando suavemente su cabeza, sonriendo con ternura, descubriendo que ya había dejado de ser una niña...

—Si no fuese por esa boca, que tienes—sonrió un poco—Serías perfecta—Susurro, mientras acariciaba su mejilla, deleitándose con cada detalle en su rostro.

Y sin pensarlo... la besó. Un simple roce, sencillo; de manera delicada.

—Sonic...—había mencionado la chica entre susurros a causa de su delirio.

Ni siquiera en sueños podía dejar de pensar en su héroe azul. Sonrió, alejándose un poco de ella, para verla con detenimiento una vez más...

—Bajo otras circunstancias... escucharte mencionar el nombre de Sonic, me hubiese hecho rabiar—Menciono con un ligero deje de amargura en su voz—Pero pronto no recordarás nada—Le dijo después mientras le daba otro pequeño beso.

—Te quiero... Sonic—Soltó ella inconscientemente.

Una ligera sonrisa se formo en su rostro; la observó nuevamente.

—Y yo a ti, linda Amy—Pronunció en su oído, causando una sonrisa en el rostro de la chica...

Y los segundos pasaron... trayendo consigo las horas. Sin siquiera pensarlo, sucumbió ante los brazos de Morfeo... sintiendo como lentamente era presa de sus fantasías más profundas, y anheladas.

—"Te quiero Silver" —Le había escuchado pronunciar mientras le dedicaba una dulce sonrisa...

Pero sabía que eso jamás pasaría, Amy siempre sería la dulce y delicada señorita, enamorada de Sonic y eso tristemente jamás cambiaría...

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FIN.
Gracias por leerme.

Atte.
Gri.