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Taehyung sonrió en grande al ver su traje de catrín amoldarse perfectamente a su cuerpo, mientras se colocaba los guantes blancos en sus manos, pues al final le dió pereza dibujar una mano esquelética que al cabo de media hora se borraría.

—Te ves bien, idiota. —dejó escapar una risita mientras veía a su hermano en el espejo—. Se dice: Gracias. Maldita perra mal agradecida.

—Ya, Jisoo... Sí, me maquillaste bien, pero tampoco exageres. —contestó mientras acomodaba la cortaba de su traje—.

—¿A qué hora Jimin piensa llegar? Se les va a hacer tarde para ir al Zócalo.

—Espero y no tarde mucho, es una lata el tráfico.

Ambos hermanos bajaron a la planta baja de su casa a esperar al mejor amigo de Taehyung, mientras Jisoo seguía maquillándose para la fiesta de día de muertos que sus amigas habían planeado.

Finalmente, después de 20 minutos, el timbre sonó, junto con un grito de la calle que decía: ¡Ya vámonos, Taehyung! ¡No vamos a alcanzar lugar en el Zócalo!

El menor río levemente y después miró a su madre junto con su hermana más pequeña: Miyeon.

—Nos vemos, má'. Te aviso cuando llegue y cuando venga de regreso. —comentó mientras ser acercaba a su madre para proporcionarle un beso en la frente, donde se fue un poco de pintura blanca y negra—.

—Está bien, mi'jo. Con mucho cuidado, que la virgencita y Diosito te cuiden mucho, mi niño. —contestó Taeyeon, mientras persignaba a su hijo—.

Taehyung sonrió y finalmente tomó la pequeña calabaza de plástico para posteriormente salir de la sala y finalmente a la calle, dónde se encontró a su mejor amigo vestido de pirata.

—¡Perra! Te dije que llegaras temprano para alcanzar lugar. Siempre andas con tus mamadas a último momento. —le reclamó mientras usaba su calabacita para pegarle en los brazos a su amigo—.

—¡Ay, ya, Taehyung! Ni que fuera tanto, el Zócalo es grandísimo, recuerda que en día de muertos no está hasta la madre como en el grito del 15. Cálmate y mejor ya vámonos.

Ambos amigos suspiraron “levemente enojados” para posteriormente comenzar a caminar rumbo hacia el metro más cercano.

Kim Taehyung y Park Jimin han sido amigos desde el kinder hasta la universidad, y tenían la “tonta” costumbre de todos los años, el primero de noviembre, disfrazarse para ir a pedir calaverita, y aún seguía esa linda costumbre, a pesar de que tuvieran 22 años, seguían con un alma de niño que les obligaba a sentir la emoción de festejar a los muertos e ir a pedir los dulces que tanto les gusta.

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Después de un largo recorrido y de unos cuantos empujones por el reducido espacio que había en el metro, Taehyung y Jimin por fin llegaron al Zócalo.

Ambos universitarios se llenaron de emoción al ver la increíble decoración del lugar: desde el enorme altar para los muertos, hasta las catrinas alegóricas que medían más de dos metros.

Rápidamente se tomaron de las manos y fueron corriendo para poder sacar fotos del lugar y de ellos dos en el, sumando más fotos a su linda tradición. Posteriormente, acordaron ir a pedir calaverita, yendo a los pequeños locales de comida que habían por el lugar, hasta algunas tiendas de ropa, incluso llegando ir a un Oxxo, y aunque las personas de mayor edad les veían raro, a ellos no le daban importancia, sólo querían disfrutar de aquel hermoso día.

La noche iba cayendo de poco a poco, y ambos estaban un poco cansados de recorrer el centro histórico, incluso yendo y regresando del barrio chino.

Fue ahí cuando decidieron tomar un descanso y comer algo. Jimin dejó sus dulces con Taehyung y fue a los pequeños puestos ambulantes de comida.

—Buenas, doñita. ¿Me da dos guajolotas de verde, por favor? —pidió amablemente mientras le sonreía a la señora que atendía en el puesto de tamales—. También un chocolatito grande.

Taehyung río levemente al ver a su mejor amigo y se dispuso a ver todos los dulces que habían recolectando. Eran demasiados, porque cada vez que sus calabacitas se llenaba, los dulces que tenía los echaban a una bolsa de plástico y lo guardaban en el disfraz de Jimin. Tenían 8 bolsas llenas en total, y sus calabazas aún estaban llenas.

Mientras la señora despachaba a Jimin, Taehyung contemplaba el zócalo y las decoraciones con flores de cempasúchil. Veía como las personas llegaban, algunos padres con sus hijos “disfrazados” de catrinas y catrines, pero en sí, se veían como pandas por el maquillaje en el rostro.

Agradecía a su hermana por haber estado en un taller de maquillaje y a su papá por prestarle el traje de catrín.

A lo lejos vio como el Zócalo comenzaba a llenarse más y arrugó un poco su cara. Jimin llegó con dos tortas de tamal verde junto con un chocolate caliente grande, y se sentó al lado de más alto.

—Ten, puta, mamale. —dijo mientras se sentaba al lado de su amigo y le entregaba su guajolota—.

—Gracias, mi perra. —contestó con alegría mientras comenzaba a comerse su tortita—.

Tiempo después, cuando los dos ya habían terminado de comer, decidieron recorrer una vez más el zócalo y sus decoraciones, aunque ya con un poco de esfuerzo por la multitud de gente que había.

Fue ahí donde Taehyung le vió: una catrina muy bonita, era una chica vestida de catrina, con un vestido que le hacía lucir su delicada y esbelta figura, ni hablar de su plano abdomen, y aunque carecía de tetas grandes, para él era lo más bonito que había visto.

—Jimin, mira. —comentó mientras detenía el andar de su amigo y hacía que volteara a la dirección donde se encontraba aquella chica—.

¿Qué? Ouh... Es linda. —comentó mientras miraba a la catrinita—. Oye, pero a ti te gustan las tetas.

—¡Ey, no seas grosero! —le regañó mientras le daba un codazo—. Sí, me gustan las tetas, pero, ¿ya viste su cuerpo? Es hermoso.

—¿Qué estás esperando a hablarle? Si te la quieres coger o enamorar, eso ya tú lo ves.

—¡Cállate! Sabes que soy penoso. Y no empieces con tus mamadas de: ¿te gusta el pene? Porque sí. Sólo me quedaré mirándola hasta que se de cuenta y me mire, pero yo me voltearé y haré como si no hubiese pasado nada.

Jimin simplemente rió levemente y miró como la chica volteaba a ver a su amigo.

—Hablale, no pierdes nada sacando tema de conversación.

━─━─━─≪✠≫─━─━─━

Los chasquidos del beso que ambos estaban compartiendo resonaban por toda la habitación, mientras que el más alto comenzaba a tantear terreno en los muslos de la chica, misma que comenzaba a jadear por los constantes estímulos que recibía.

Después de que Jimin animara a Taehyung de tener una plática con aquella chica, ambos congeniaron muy bien, alagándose por sus vestuarios. Posteriormente comenzaron a coquetear, y lo demás es historia.

YoonJi disfrutaba de los cálidos y desenfrenados besos de Taehyung, el cómo le acariciaba.

El más alto, comenzó a jugar con la ropa de YoonJi, toqueteando el zipper del vestido, para posteriormente bajar este de manera lenta. Esto pareció incomodar un poco a la chica, porque rápidamente se retorció en su lugar.

Taehyung paró el beso y miró detalladamente a YoonJi. Tenía lindos ojos, lindas mejillas, linda cara, acompañada de pequitas en la parte de sus pómulos.

—¿Pasa algo? ¿Estás bien? —cuestionó con cierta preocupación, pues la bajita se veía muy incómoda—.

—Es que... Es que... —trató de responder ante las palabras del más alto, pero, ¿cómo le explicaba?—.

—Si no te sientes cómoda haciendo esto, está bien. —comentó amable tratando de calmar a la chica—. ¿Quieres que te lleve a casa?

—¡No! Es que... —trató de parar las oraciones del adverso porque en verdad quería estar con él—. Sólo que...

YoonJi terminó lo que Taehyung no pudo y de deshizo de su vestido, dejando que este se deslizara por su flacucho cuerpo, terminando en sus talones y en el suelo. 

Rápidamente YoonGi llevó sus manos a la parte tracera de su anatomía, totalmente muerto de vergüenza. El esponjoso interior del vestido había ocultado la erección del más pálido.

—Tengo pito. —confesó mientras sentía sus ojitos picar por la extrema vergüenza que estaba sintiendo—.

—Osea que no eras una... ¿Catrina? —cuestionó algo confuso, aún así, no tenía alguna emoción negativa—.

—Soy una dama con rama. —contestó mientras soltaba unas pequeñas lágrimas de sus claros ojos—. Me gusta usar faldas y vestidos... Entiendo si ya no quieres-.

Las palabras de YoonGi fueron interrumpidas cuando Taehyung le interrumpió, pues este lanzó al más pálido a la cama, comenzando a comerle la boca.

—E-espera... ¿No estás molesto? —cuestionó extrañado por las acciones del más alto, mientras paraba el beso para mirarlo—.

—¿Qué? No, no debería de enojarme por tus gustos. Además, soy bi, bien pendejo, pero también bi. —contestó con una pequeña risita mientras besaba tiernamente el plano pecho del contrario—. ¿Estás bien con eso?

YoonGi sonrió de manera alegre y asintió para posteriormente tomar a Taehyung desde la nuca, tratando de profundizar el besó que de nueva cuenta retomaron.

El más alto, comenzó a amasar los delgados pero a la vez gorditos muslos del contrario, haciendo espacio entre ambas piernas para posicionarse en medio de estas.

YoonGi algo sonrojado por los actos de Taehyung, trató de cerrar un poco sus piernas. No era virgen, ninguno de ellos lo era, simplemente tenía poca experiencia, y Taehyung parecía haber practicado con varias personas, pues sus actos y caricias eran confiadas y precisas.

Ambos fueron acariciando, mordiendo, besando y succionando porciones de piel, hasta que la ropa interior de ambos se fue al piso.

El más alto seguía en medio de las piernas del pálido, disfrutando la sensación de su miembro rozar con la pálida y lechosa piel, por lo que comenzó a frotar el largo de su miembro contra del hueso pélvico ajeno, ocasionando que YoonGi jadeara de manera leve.

Pronto, en la desesperación, Taehyung comenzó a fingir estocadas contra los redondos glúteos del menor, hasta que paró.

Dejó la cama y fue hacia la pequeña mochila que había llevado para juntar todos los dulces, de dónde sacó un preservativo desde un compartimiento escondido a la vista.

Retiró la envoltura y comenzó a deslizar el látex por su longitud, hasta llegar a sus testículos.

YoonGi rió de manera tierna por el nerviosismo que presentaba y comenzó a posicionarse para poder ser penetrado.

—Espera, pequeño.  No lo voy a hacerlo así, voy a prepararte... —comentó mientras acomodaba al menor en cuatro, y comenzaba a masajear una vez más sus redondos y levemente rosados glúteos —.

YoonGi trató de ahogar un gemido cuando sintió la lengua de Taehyung tratando de entrar en su anillo de carne tracero. Pronto, para evitar la vergüenza de escuchar sus agudos gemidos, enterró su rostro en la blanca almohada que estaba bajo él, y con sus manos, tomó con fuerza las sábanas, tratando de controlar los espasmos de su delgado cuerpo.

Taehyung al ver el pequeño temblor de YoonGi, trató de sonreír ladinamente, y posteriormente comenzó a dar nalgadas al contrario, ocasión que la piel de esa zona comenzara a pintarse de un rojo intenso, mientras lamía y succionaba la entrada ajena, comenzando a morder levemente el perineo.

Después de un tiempo, y de unos cuantos falanges en la cavidad anal del pálido, Taehyung procedió a penetrar a YoonGi de manera lenta y delicada, deleitándose al sentir como su miembro era succionado y levemente apretado por las paredes internas del adverso.

Comenzó con un leve y ligero movimiento de caderas, disfrutando la humedad y calidad del interior ajeno, mientras YoonGi se acostumbraba más al grosor del miembro adverso.

━─━─━─≪✠≫─━─━─━

Ambos terminaron agotados y con una leve capa de sudor en sus cuerpos, sin embargo, lo habían disfrutado. Taehyung se levantó de la cama y retiró el condón de su miembro, para después amarrarlo y botarlo al cesto de basura.

Volvió a la cama y acomodó las sábanas para colocarlas arriba de ellos. YoonGi, rápidamente se dirigió hacia Taehyung y se acurrucó en el pecho de este.

Comenzó a reír levemente, a lo que Taehyung le miro mientras acariciaba su cabello.

—¿Qué pasa, Yoon? —cuestionó con una leve sonrisa—.

—Es que... No nos desmaquillamos, y la pintura se revolvió. —respondió volviendo a soltar una leve risita—.

Taehyung, de igual manera comenzó a reír levemente mientras daba pequeños ósculos en los belfos de YoonGi.

—Descansemos un poco, ¿si?

YoonGi simplemente asintió con su pequeña cabeza, para después acomodarse y cerrar sus ojos.

━─━─━─≪✠≫─━─━─━

Taehyung sacó las llaves de su casa y abrió la puerta del zaguán, para posteriormente darle paso a YoonGi para que pasara primero. Resultaba que ambos no estaban muy lejos después de todo.

Ambos entraron a la sala de la casa, el más alto tratando de ser silencioso, para que su madre no lo escuchara.

—Kim Taehyung, ¿dónde madres estabas, cabrón? ¿Qué son estas horas de llegar? Anoche no llegaste a la casa. —reclamó mientras hacía sonar el cinturón que tenía en la mano—. Da gracias a Diosito que tu padre no está, tremenda putiza que te pondría.

—¡Hola, amá! Es que estaba con YoonGi, mi nuevo amigo, me invitó a su casa a pasar la noche, no está lejos de aquí. —saludó a su madre con temor a que le golpeara con el cinturón —.

—¡Ah! ¿Por qué no dijiste eso antes? Pásate, YoonGi. Eres bienvenido. ¿Gustas un tamalito con un cafecito?

—Eh... Un gusto, señora Kim. No quiero molestar, solo venía a dejar a Taehyung... —contestó nerviosamente mientras trataba de ocultarse detrás de su ligue—.

—Nombre, con toda confianza, YoonGi. Nuestra casa es tu casa, puedes venir cuando quieras.

Jimin comenzó a reír levemente al notar como la madre de Taehyung no se había dado cuenta que ambos venían tomados de las manos, marcados del cuello con tonos violáceos y con el característico aroma del sexo.

—¿Desde cuándo estás aquí? —cuestionó mientras se sentaba a lado de su amigo en el sillón e invitaba a YoonGi a hacer lo mismo—.

—Desde que te fuiste con tu chica. ¿Qué tal estuvo Taehyung, YoonGi?

Taehyung rodó sus ojos al escuchar las pendejadas de Jimin y sólo miró a YoonGi.

—Ignoralo, es un pendejo. —comentó para posteriormente proporcionarle un beso en la punta de la nariz al adverso—.

YoonGi simplemente rió de manera un poco nerviosa y se sonrojó mientras trataba de acercarse al más alto.

Después de todo, ambos habían tenido un maravilloso día de muertos, y estaban seguros que no sería el único.







































Escribí más de 2400 palabras en este One-Shot por el especial del día de muertos.

Como ya muchos se habrán dado cuenta, soy de México, y la tradición que más me encanta es esta,y este año quise darles especial de día de muertos, y no de Hallogay. :3

Después de un hiatus por algunos meses sin escribir, vuelvo con un especial TaeGi para ustedes, espero y les guste mucho. <3

A todas las personitas de México, les deseo un feliz día de muertos, coman tamalitos y muchos dulces. ^^

—Sully. 🌙

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