-¡¿Acaso estás loco?! -el científico pregunta asombrado y un poco asustado-

-No estoy loco, estoy siendo Mikey -el pequeño sonríe-

-Pasas mucho tiempo con Raph

-Si creo que eso es el problema

Los dos se encuentran encima de un supermercado, la idea del pecosito es robar la comida, como no tienen dinero, les toca hacer eso.

-¿Listo? -pregunta entusiasmado el menor-

-No

-Me alegra escuchar eso, ven sigueme -con una sonrisa comienza a entrar sigilosamente al lugar-

Las tortugas caminaban con sigilo, para que nadie los viera, al comienzo todo iba muy bién, nadie parecía sospechar nada.

-¿Ves? te dije, todo va muy bien

-Mikey, si nos descubren podemos ir a la cárcel -los nervios se sienten en su voz-

-Ya deja de tener miedo, no va a pasar nada

Pero como si el universo estuviera en su contra, una lata se cayó al suelo, esto llamó la atención al guardia del lugar

-¡Ustedes dos que están haciendo!

Se nota que están robando, tienen una bolsa con todas las cosas y no están ocupado un carrito de compras.

-¿Van a pagar todo eso verdad? -el guardia los observa fijamente-

-Eemm siii claaarooo -el de antifaz naranja sonríe-

-Mmm no les creo

-Pués es muy inteligente.... ¡Donnie corre! -jala a su hermano mayor y comienzan a correr a la salida-

-¡SE ESCAPAN!

-¡Te dije que nos iban a descubrir Mikey!

-¡Para de hablar y empieza a correr! -con felicidad aumenta su velocidad-

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