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🎄Especial de Navidad🎄

Nota antes de capítulo: El siguiente capítulo es un especial que no tiene que ver con la trama, no afectará esta ni se tomará en cuenta.

Dicho esto comencemos.

Oh, the weather outside is frightful
But the fire is so delightful
And since we've no place to go
Let it snow, let it snow, let it snow

Las clásicas músicas navideñas de intérpretes en diferentes idiomas se oían en las radios de la calle. Anima City se había llenado de luces y decoraciones navideñas, con sus colores característicos de la temporada en rojo y verde.

Let It Snow, Santa Claus, Carol Of The Bells, Noche de Paz, y demás canciones se podían escuchar, animando a las familias que pasaban.

¿Quién diría que sería una festividad que hasta los beastman celebraran? Y solo por ser temporada de navidad, se permitió que humanos y hombres bestia convivieran en Anima City. Con ayuda de ferris que fueron cortesía de Giuliano Flip, incluso él fue contagiado por el espíritu navideño, más porque su Nina estaba muy de buenas con él en dicha temporada.

Gracias a él, los humanos y los beastmen en tierra podrían pasar navidades ahí; incluso como especial, un restaurante en Anima City hizo colaboración con chefs de todas las especies incluyendo humanos para hacer una cena de navidad apto para toda la familia.

Todo era encantador para cada ciudadano y visitante en Anima City.

Bueno, para casi todos…

Mientras los humanos y los beastmen caminaban por las calles, abrigados en suéteres, sudaderas o lo que fuera para mantenerlos calientes; viendo como la blanca nieve caía y llenaba de un pulcro albo todo lo que se le permitía, un amargado Shirou Ogami veía todo desde las alturas.

En solitaria compañía, con solo su simple gabardina como prenda de vestir que lo protegía de contraer un resfriado, usando su forma bestia para mantenerse cálido, vigilaba todo y a todos.

Le dije a la alcaldesa que esto no era una buena idea, pensó en su cabeza.

Ella y el líder de la asociación Pro-Animal, Nelson Imzy, lograron llegar a un acuerdo con varias personas y hacer que en navidad el acceso a la isla estuviera permitido para cualquiera.

Cosa que a Ogami no se le había hecho seguro.

«Solo dedícate a disfrutar de estas fechas, es navidad Ogami, tomate unas vacaciones, pásala bien, disfruta de la vida […] ¿si es que recuerdas como se disfruta de la vida, verdad Ogami?»


Eso le saco una vena en la frente.

En sus tiempos la navidad no era navidad, era la natividad de el niño Jesús. Sus padres y él iban a su templo a adorar la creencia de que el niño Jesús era un hibrido beastman.

Ahora que pensaba más a fondo sobre ese mito, recordaba que la virgen María fue embarazada del espíritu santo; que representado como una paloma, con sus alas, la dejó preñada de Jesús. Su gente creía que la paloma era en realidad un beastman, y María al ser humana, dio a luz a un híbrido de dos especies.

Por eso el niño Jesús era tan especial, porque mostraba la esperanza entre ambas especies. Mostraba que el salvador de la tierra era especial y nuevo en todos los sentidos; pues comprendería a todas las especies y significaría el mañana para todos.

Y por eso los propios humanos lo asesinaron, no podían permitirse el nacimiento de un ser cómo él, temerosos de un poder desconocido, como siempre.

—¡Ahí estás! Papá Shirou te estuve buscando por todas partes.

La voz de Michiru a sus espaldas lo hizo voltear. Llevaba unos pantalones largos en vez de su short habitual, botas cálidas y afelpadas, un abrigo grande y a leguas cálido, y una gorra hecha a la medida, la cual era nueva.

—¿Y eso? –habló refiriéndose a la prenda en su cabeza.

—¿Ah? ¡Oh! ¡Esto! Es un regalo de la señorita ______, lo hizo para mi por ser navidad –mostró el gorro y movió las orejas con orgullo–. ¿No te encanta? Puedo sacar mis orejas y moverlas, y hasta hace pareja con la de Nazuna~.

El oírla hablar con tanto regocijo le amargó y le hizo volver su mirada hacia abajo, ignorándola. Cosa que la chica noto pero para desquitarse con su mayor decidió cantarle algo que desde que la temporada empezó lo tenía hartado.

—You’re a mean one~, Mr. Grinch-

—Michiru no –amenazó para tener como respuesta una risa ahogada de la joven.

—Es que eres tan amargado como él, o el señor Scrooge, solo hace falta que digas, ¡pamplinas!

—El Señor Scrooge es humano Michiru.

—Pues eres tan amargado como él –murmuró haciendo un puchero inflando sus mejillas y cruzándose de brazos–. Oh vamos papá Shirou, ¡es navidad! Oh noche buena mejor dicho, pero tú me entiendes. Hay muchas cosas que hacer.

—¿Ah sí? ¿Cómo qué? –preguntó el albino con sarcasmo.

—Esperaba que lo preguntaras –comenzó a hurgar en los bolsillos de su abrigo.

—Oh no.

—Oh sí –sacó su teléfono y lo desbloqueo–. Por ejemplo, muchas cafeterías están abiertas para tanto público humano como gente bestia, tienen especiales de moka, cappuccino, cocoa con malvaviscos y galletas de jengibre –comenzó–. Las compras navideñas son divertidas ¿sabes? Yo solía hacerlas con mis padres, aunque también eran salvajes… ¡oh sí! La señorita Katy y Nazuna participarán en un coro, ¡será un evento que transmitirán por todos lados! ¡Por eso venia por ti!

—¿Por mi? –volteo a verla por el rabillo del ojo.

—Los señores Horner me mandaron a buscarte, antes de que se haga mas noche, Nazuna esta en la cooperativa con la señorita Katy, Shimzy y Phoebe –se acercó a él para tirar de su brazo–. ¡Vamos!

—¿Por qué a mi? –soltaba en un suspiro cansado y dejándose arrastrar por la tanuki.

—Ok Nazuna, vocaliza conmigo.

Dentro de la cooperativa, la rubia teñida preparaba a la joven idol, articulando sus cuerdas vocales. Sus amigas no habían visto a la de piel apiñonada tan seria desde preparatoria, y era impresionante.

—Estas muy baja aún, pareces contralto, desde el inicio –ordenó chasqueando los dedos para marcar el ritmo.

—Lo estoy intentando pero… ugh, señorita Katy, las notas son muy difíciles –Nazuna se quejaba de los ejercicios vocales–. Me exige mucho.

—Si crees que yo soy mandona y un diablo, espera a que veas a mi madre –respondió frunciendo levemente el ceño.

—¿Tú mamá va a venir? ¿En serio? –Shimzy estaba incrédula–. Pensé que sólo serían tus hermanos.

—Fue idea de mi manager, traer a toda la familia de coristas Mason, unos coristas profesionales y de tradición –le respondió a su amiga morena y miró a Nazuna–. Un coro es una competencia por ver cual voz entre tanta armonía suena más alto y resalta más que los demás, y yo –coloco las manos en su cintura–, tengo una familia muy competitiva. Si quieres que tu voz resalte en las demás, deberás superarme a mí, a mi hermano menor, y mi madre.

—En especial a su madre –se metió Phoebe–. Su mamá es la personificación del soprano, y esa señora a pesar de su edad es muy narcisista.

—Pero tú querías esto Nazuna.

—No pensé que cantar en un coro fuera tan difícil señorita Katy, lo veía sencillo la verdad.

—Oh no lo es Nazuna, créenos –habló Phoebe–. Aún me acuerdo del festival de talentos de la secundaria, Katy nos hizo ensayar por medio mes a todas.

—Chicas que nunca habían vocalizado en su vida quedando casi afónicas, mientras Katy aprendió eso casi al mismo tiempo que hablar –Shimzy se puso de su lado.

—Exageran, mamá me hizo aprender desde los 3, mientras mas temprano mas tierna y preparada queda la voz.

—¡Llegamos! –anunció una voz amada por muchos.

—¡Haru! –exclamaron al unísono Phoebe y Shirley para recibir al niño con brazos abiertos.

—¡Tía Phoebe! ¡Tía Shimzy! –el niño fue cargado por la morena.

—_____, ¿Charlie no estaba contigo? –preguntó Phoebe.

—Su esposo y su hija ya llegaron, entonces se adelantó –respondió.

—Wow que arreglados están, tú y tu madre Haru –alago Katy mirándolos con una sonrisa de lado.

—Alan nos invitó a cenar, en un restaurante del centro, después de oír el coro por supuesto –contó _____ recogiendo un mechón de su cabello.

Ante aquella respuesta, todas sus amigas gritaron un gritillo que hizo a la peli-___ avergonzarse y teñir involuntariamente sus mejillas de un rojo carmesí.

Mejor para cambiar de tema, _____ preguntó a Katy y Nazuna.

—¿Qué es lo que estaban haciendo?

—Ejercicios de vocalización para llegar a soprano.

La madre sintió un escarmiento, su peor pesadilla de la secundaria.

—¿Ya tienes tu carta para Santa Claus Haru? –Phoebe le preguntó al albino.

—Ajam –asintió el cachorro y sacó de su abrigo azul una carta para enseñársela a todos–. Mamá me ayudó a escribirla.

—¿Y que pediste? –preguntó Shirley.

—Si te lo dijera tía Shimzy, Santa ya no me lo traería, esas son las reglas.

En eso el teléfono de la cantante sonó, se acercó a revisarlo, notando un mensaje.

—Mi manager y los señores Horner ya están con mis papás, ya llegaron –miró a Nazuna y a las demás–. Es nuestra señal.

La calle era cálida, aunque la nieve caía sin parar. Ogami con su olfato podía oler el chocolate caliente, el café, los panes recién horneados, pavo y demás comidas navideñas.

Veía a humanos, hombres bestia, cachorros y niños pasar por la calle totalmente animados, bien abrigados y con alguna bebida caliente en la mano. Los cachorros y los niños paseaban con juguetes en la mano mientras eran acompañados de sus padres.

Villancicos habían en las esquinas, que animaban a cada persona que pasaba a su lado.

—¿No te encanta? Este es el espíritu navideño.

—Meh –Ogami aparto la mirada hacia otro lado, a lo que Michiru soltó un suspiro.

—Si sigues así de amargado, vendrán tres espíritus de las navidades a visitarte en la noche –amenazo usando un tono terrorífico para molestar al lobo.

—Eso no existe Michiru.

La tanuki soltó un bufido, su figura paterna era sin duda un amargado. ¿Cómo puede odiar esas fechas?

Su teléfono sonó, era Nazuna con un mensaje que le decía que el espectáculo iba a empezar en una hora, y la necesitaba con ella.

—Nazuna me mando su nueva ubicación, vamos –tomó a Ogami de su gabardina, pero él se soltó de una manera brusca.

—Ah no, aquí nos dividimos, ya hice todas las cosas a las que me arrastraste, chocolate caliente con malvaviscos, comprar ponche y nochebuenas, y decorar esas galletas de jengibre –enumero con la mano en el entrecejo–. Me vuelvo a casa a dejar todas las cosas, y ahí me quedaré. Fin-del-cuento –ordenó con el entrecejo.

Dejándola plantada y con las palabras en la boca, Ogami se retiró dando media vuelta, emprendiendo camino a la cooperativa. Suspirando pesado, tal vez se vio muy grosero con Michiru, pero ella no podía entender cuanta nostalgia horrible y deprimente le causaban estas fechas.

Recuerda a su padre, a su madre, a los cachorros de la aldea, todos unidos y con sus propias tradiciones. Recuerdos que deseaba se hicieran borrosos para él, para no sufrir más, pero al mismo tiempo se quería aferrar a ellos, aferrarse a la felicidad de esos años.

No era su intención alejar a la gente a su alrededor, eran sus impulsos de traumas pasados, queriendo no recordar nada que le hiciera tener un ataque… él mismo era muy confuso.

Fue sacado de sus pensamientos cuando chocó con alguien.

—Lo siento señor- oh, eres tú Ogami.

—¿Dante? –lo reconoció al instante.

—Feliz navidad Ogami.

Acompañando al hombre bestia estaban Nelson y Barry Imzy, y con ellos dos mujeres. Una pelirroja con un notorio embarazo y una niña morena quien era cargada por Dante.

—¿Haciendo compras navideñas? –preguntó Barry Imzy mirando las bolsas en sus manos.

—En realidad no son mías, pero más que nada me sorprende verlos aquí –Ogami intento cambiar de tema, ¿Qué explicación más les daba sobre las bolsas? Sería un golpe para su orgullo.

—Vinimos a ver al tío Dante –Hattie, la hija de Barry respondió.

—Debido al acuerdo que logramos la alcaldesa y yo, finamente toda la familia se podrá reunir después de tanto tiempo –Nelson Imzy agregó–. Nuestros padres están a punto de llegar en uno de los últimos ferris de la noche, iremos por ellos.

—Tío, allá hay una tienda de galletas, y están vendiendo casitas de jengibre, ¿podemos comprar una para mis abuelos? –la pequeña niña preguntó a su mayor señalando la tienda.

—Son muy buenos, ahí compré mis galletas –soltó Ogami con una gran tranquilidad y amabilidad, cosa que hasta a él le sorprendió.

—Gracias por el consejo Ogami, hasta luego –se despidió Dante.

—Feliz navidad señor Ogami –la embarazada se despidió de él con una sonrisa.

En un latido, pudo sentir una pequeña explosión de calidez, como si fuera una chimenea queriéndose encender, un fuego cálido queriendo nacer y derretir todo lo frio en el interior de Ogami.

Frunció el ceño, gruñó y negó internamente. No, definitivamente no se pondría así por humanos. Y siguió con su andar por las nevadas calles de Anima City.

—______, ¿ya vienes? –Shimzy le preguntó con Haru en brazos.

—Espera que olvide el regalo de Alan y mi teléfono –respondió la joven.

—¿Y entonces esa caja que llevas ahí?

—No es, es un regalo para alguien más, me confundí y debí dejar el que si es en la sala –volvió a subir escaleras arriba–. ¡Voy y vuelvo! –grito a medio camino.

A Ogami le gustaba usar los atajos de los tejados para llegar a la cooperativa, y más cuando se sentía cansado de ver tanta gente en las callas, más que nada humanos; comenzaba a darle una especie de ansiedad o problema de ira, porque quería golpearlos a todos. Pero hasta él sabía que debía controlarse.

Se dice que los milagros de navidad y el destino manejan juntos en esas fechas, dando cálidas sorpresas, iluminando noches y haciéndolas inolvidables.

Ya que cuando un corazón esta frío y no puede por sí mismo encender su llama navideña, lo junta con otro para que lo haga por el.

—Ogami –______ estaba sin habla, ya que al abrir la puerta de la sala y entrar a esta, el lobo entraba por la otra puerta. Habían abierto la puerta al mismo tiempo, encontrándose.

—¿Qué haces aquí? Pensé estarías con tus amigas, ¿y Haru? –como siempre, Shirou atacando con las preguntas, ni en navidad la podía dejar en paz.

—Esta abajo, me está esperando con Shimzy–respondió de inmediato antes de que el albino la atacara con otra pregunta, entrando a la sala.

Ogami hizo lo mismo, para dejar sus compras en la barra de la cocina y sentarse en un taburete de esta. Mientras tomaba su teléfono, la peli-__ notó lo que había en las bolsas, nochebuenas, galletas y demás; le extraño, ¿Ogami compró eso por su cuenta?

—Si te lo preguntas humana, no son míos, son de Michiru –respondió apenas sintió la mirada de la oji-__ en su espalda–. Yo solo se las traje a casa.

—Cierto Nazuna dijo que la viera en el centro –habló en voz alta como un pensamiento que se escapó de sus labios.

—¿Irá también con Haru? –la miró por el rabillo del ojo.

—Saldremos con Alan, él vendrá por nosotros y después de ver los villancicos iremos a cenar.

—Oh vaya que novedad –habló con sarcasmo el albino apoyando su mejilla en su mano–. No es de sorprender que incluso en estas fechas las pase con otro humano.

Ante ello ______ soltó un suspiro, era tan cascarrabias, más por ser navidad… no podría creer lo que iba a hacer.

—A pesar de su mal genio, lo amargado que es usted y su modo de ser –pudo oír el tacón de sus botas acercarse a él–, es navidad. Todos debemos ablandarnos un poco y dejar a un lado las diferencias. Feliz navidad Ogami.

Le entrego una caja adornada con un moño y papel para envolver. Sorprendido y sin esperarse aquello miró el presente, miraba a ______, luego al regalo, y así sucesivamente. Lentamente y aún sin habla acepto el regalo.

—Michiru me dijo que últimamente sale solamente con su gabardina y sin nada que lo cubra del frío, y Melissa teme que llegue a agarrar un resfriado –el sonido de su teléfono hizo que lo tomara y viera la notificación–. Ya llegaron por nosotros, debo irme.

Y tomado las cosas por las que vino, abandono la sala, dejando a Ogami en su total soledad. El alfa soltó un bufido y miró la caja, se tentó mucho en abrirla, aprovechando que estaba solo.

Y eso hizo.

Tras quitar el moño con delicadeza, y rasgar el papel para envolver, abrió la caja, encontrándose con una bufanda gris oscura y con un diseño minimalista. Con la caja también venía una pequeña tarjeta, la cual tenía la frase:

La hice esperando que combinara con su ropa, fuera cálida, y cómoda para usted.
Feliz navidad.

Y nuevamente, sintió como la calidez navideña lo invadía dentro de sí, invadía su corazón, lo hacía acogedor, y una entrañable sensación nostálgica lo invadió.

Esa bella sensación de afecto que sus padres solían darle en las fechas de navidad, él sentirse completo, lleno de dicha y paz, el calor y la sensación de hogar.

Y en medio de la noche, siendo únicamente los copos de nieve que caían afuera y se veían por la ventana, los testigos de aquel acontecimiento; Ogami mostró una suave sonrisa y pronunció las palabras:

—Feliz navidad ______.

🖋️༆━━Miss Writer les desea una feliz Navidad aunque atrasada.

Tengo un regalo para ustedes, muy especial, hecho por mi misma.

Un fondo de pantalla tamaño universal de Close To Me. Con los personajes que significan y significarán mucho para nuestra protagonista. Espero les guste

La imagen en mejor calidad y HD la pueden conseguir en el grupo de Discord.

Y para entrar al grupo el link de acceso estará en el emoji de abajo.

🌸

Gracias por leerme y espero tenerlos aquí este año apoyándome no solo en Close To me, sino también en mis otros proyectos que me esfuerzo muchísimo.

🖋️༆━━ Miss Writer
💋

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